Escalada: Magnesio líquido barato, barato

Escalada: Magnesio líquido barato, barato

El magnesio líquido tiene sus ventajas y sus inconvenientes con respecto al habitual magnesio en polvo. Las podemos resumir rápidamente en que el magnesio líquido se aprovecha mejor, no genera polvo y dura más en las manos; y por contra es más incómoda su aplicación cuando estás en roca y además es notablemente más caro.

El rocódromo es el sitio ideal para su uso, pues eliminas la incomodidad de su aplicación en roca y además el polvo en suspensión que genera el magnesio habitual en sitios cerrados puede ser un notable inconveniente. Por ello, resulta más ventajoso que el magnesio en polvo salvo el inconveniente del precio; pero eso tiene fácil solución fabricándose uno mismo el magnesio líquido, lo cual es muy fácil y se tarda muy poco.

Existe mucha información en internet de cómo hacer magnesio líquido, pero yo os voy a dar mi versión.

Los ingredientes son simplemente magnesio en polvo y alcohol de 96º. En algunos sitios se recomienda también añadir colofonia, que no es más que resina de pino en polvo, pero yo lo he descartado porque lo que acaba haciendo es tapar los poros de las presas estropeando su agarre. También he visto usar aceite de romero en lugar del alcohol normal de farmacia, pero a priori me parece una chorrada que simplemente nos encarecerá algo el precio final. Entonces usaremos simplemente alcohol normal de 96º y magnesio.

Una opción muy barata es:

•  Un bote de alcohol de 96º de unos 250 ml. Por ejemplo, el de mercadona, que cuesta 0,75 €, pero los precios en otros sitios y marcas son similares.

Alcohol 96º de Mercadona

•  Magnesio en polvo o en pastillas. La opción más barata e interesante que he visto son las pastillas de la marca 8Cplus que las venden en el Decathlon por 1,49 € (12 pastillas de 10 gramos cada una). Esta marca de magnesio tiene buena reputación entre los usuarios (...al parecer no deben ser del todo iguales todos los magnesios¿?)

Paquete de pastillas de magnesio de la marca 8Cplus

El usar pastillas en lugar de polvo tiene el pequeño inconveniente de que tienes que pulverizarlas, lo cual tampoco es una gran pega porque lo haces muy fácilmente con los dedos, pero tiene algunas ventajas, ya que son más baratas y permiten controlar mejor la cantidad de magnesio que echas. Al ir haciendo la mezcla espolvoreándolo evitas la formación de grumos (algunos usan la batidora para deshacer los grumos formados al echar el magnesio en polvo, que cae más de golpe, pero si lo haces con un colador no será necesario ensuciar la batidora).

Con el paquete de 120g de pastillas sobra para un bote de alcohol. La proporción que he leído en algunos sitios es de unos 50 g de magnesio por cada 250 ml de alcohol, pero eso lo puedes ir retocando a tu gusto. Nunca uses como criterio el que quede espeso, por lo que luego comento; la mezcla quedará bastante líquida.

El precio, como comprobarás, sale unos 2 €, o incluso menos, por cada 250 ml de magnesio líquido.

De herramientas, para hacerlo como lo hago yo, necesitas un colador pequeñito y un embudo. Usaremos el propio recipiente de alcohol para hacer la mezcla y que será además ya directamente donde se quedará ya que servirá también de dispensador para su uso. También usaremos un segundo recipiente, un vaso por ejemplo, donde almacenaremos provisionalmente la mitad del alcohol con objeto de tener espacio dentro del bote de alcohol para poder introducir bien el magnesio y para poder mezclar mejor la mezcla al agitarla.

Yo lo que hago es:

• Abrir el bote de alcohol y vaciar la mitad en un vaso
• Colocar el embudo en el recipiente del alcohol y sujetar encima con una mano el colador, mientras con la otra vamos deshaciendo dentro de él con los dedos una de las pastillas. Como verás, el magnesio cae muy espolvoreado por el colador y así se evitan los grumos.
• Cuando has acabado con la pastilla de magnesio y colado toda, tapar el bote de alcohol y agitarlo enérgicamente para irlo mezclando (con muy pocas sacudidas basta), y continuar con la siguiente pastilla.
• Cuando hayas introducido las 5 o 6 pastillas de magnesio en el bote (o las que sean, eso a tu gusto), empieza a incorporar alcohol o magnesio, según veas que necesitas espesar o todo lo contrario. Al agitar el bote notarás perfectamente cuándo empieza a espesar. Si vas a usar el propio bote de alcohol, lo ideal es gastar todo el alcohol para no tener que guardar el sobrante en otro frasco, dado que lo normal es que la cantidad de magnesio líquido creada más o menos te cabrá toda en el bote; si vas a usar otro recipiente entonces eso ya no es problema.

Si has sido mínimamente cuidadoso no habrás manchado mucho y con un poco de práctica toda la operación se hace bastante rápido.

Para su aplicación hay que echar poquísimo (un par de gotas) en la mitad superior de las falanges (porque realmente en las palmas de las manos no necesitas) y esparcirlo frotándote un poco las manos suavemente. En cuanto seque comprobaréis todo lo que da de sí. Por cierto, que recomiendo que el agujero del bote para salida del magnesio líquido no sea demasiado pequeño o a la mínima que no tengáis suficientemente limpia la boca del frasco se os obstruirá al secarse; aunque tampoco es un gran inconveniente pues se desobstruye muy fácilmente. En este sentido lo mejor es un frasco de esos que al cerrarlo un pitorrito se introduce en el dosificador para que no se obstruya; podéis usar por ejemplo un frasco de magnesio líquido comercial que se haya acabado.

Si después de usarlo ya en el rocódromo ves que prefieres retocar la concentración del magnesio líquido, simplemente añade un poco más de alcohol o magnesio según sea el caso y agítalo. Así, siempre lo tendrás a tu gusto.

Es importante que tengas en cuenta que si intentas espesarlo lo único que conseguirás es que tenga una concentración demasiado alta de magnesio y a poco que te eches en las manos verás que las tendrás excesivamente "rebozadas" de magnesio. Debes saber que los magnesios líquidos comerciales usan espesantes para conseguir ese tacto cremoso, por lo que no intentes conseguirlo solo a base de magnesio y alcohol ya que no conseguirás un buen resultado.

Si nos olvidamos de esas diferencias de consistencia y tacto, el resultado obtenido una vez aplicado no tiene diferencias funcionales con respecto al magnesio líquido comercial y su efectividad es la misma, que es lo que importa. Puede que notes alguna diferencia si el magnesio líquido comercial tiene algún aditivo como la colofonia, pero eso también lo puedes añadir tú a tu magnesio líquido casero ya que la venden suelta y es simplemente añadirla a la mezcla; pero como he comentado antes, no recomiendo el uso de colofonia ni de otro tipo de resinas similares.


Como ves, solo tienes que comparar lo que te han costado los ingredientes y la cantidad conseguida, con el precio que tiene el magnesio líquido en las tiendas. En muchos casos la diferencia es muy significativa. No obstante aquí cada uno, y teniendo también en cuenta la cantidad de magnesio líquido que consume habitualmente, tiene que ver qué es lo que inclina la balanza a favor del magnesio líquido comercial o del casero: el ahorro económico, la dificultad que encontramos a veces para encontrar magnesio líquido comercial y para comprarlo, o  la comodidad de no tenerlo que preparar y que tenga ese tacto cremoso.