Año 2011. Participantes: José y yo.
Jornada del domingo de este estupendo fin de semana en Picos de Europa. Tras vivaquear en Collada Blanca, y puesto que daban para hoy previsión de lluvias, el plan lo teníamos bastante en el aire, aunque finalmente pudimos hacer cumbre en Peña Vieja antes de nuestro regreso a Madrid, para culminar un fin de semana magnífico.
Este artículo es continuación del de "Arista Torreblanca-Tiro Tirso y Llambrión (IV+)". Recordemos que el día anterior habíamos subido y realizado dicha arista y nos habíamos instalado para dormir en Collada Blanca con nuestra tienda.
Peña Vieja (12 de junio de 2011)
Datos:
Actividad: Montañismo; Zona: Picos de Europa
Cimas: Peña Vieja (2614 m)
Dificultades: La ruta no tienen dificultades técnicas reseñables y es más o menos fácil de seguir
Longitud total: 9,5 km; Desnivel acumulado positivo: 660 m; Desnivel acumulado negativo: 1270 m
Longitud total: 9,5 km; Desnivel acumulado positivo: 660 m; Desnivel acumulado negativo: 1270 m
Tiempos:
Los tiempos aproximados el día en cuestión, incluyendo paradas y tiempos de recreo con
fotos y vistas paisajísticas, fueron los siguientes:
- Collada Blanca-Cabaña Verónica: unos 40 min
- Cabaña Verónica-Cima Peña Vieja: 1h30min, incluyendo la parada en cabaña Verónica y otra para esconder las mochilas
- Estancia en cima: 20 min
- Cima Peña Vieja-Mochilas escondidas (dejadas junto al camino El Cable-Horcados Rojos): 50min
- Recuperar mochilas y bajar a El Cable: aproximadamente 1 hora
Track:
Generado sobre mapa y en base a otros tracks (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).
No hemos dormido mal en la tienda y hemos apañado fácilmente el siempre delicado en Picos de Europa tema del agua, con ayuda de los neveros que ha permitido que no tengamos preocupaciones en ese sentido a la hora de cocinar anoche y desayunar esta mañana.
El día se ha levantado lloviznoso, como estaba previsto, aunque la cantidad de agua de cae del cielo tampoco es mucha; va a ratos, unos ratos es un chispeo y otros ratos algo más, pero tampoco se puede decir que llegue a llover con ganas. No tenemos nada claro que la meteorología nos deje subir a Peña Vieja, pero como de todas formas vamos en ir en esa dirección, pensamos en dejar para más tarde, cuando lleguemos al correspondiente desvío, la decisión de subirla y no complicarnos en darle vueltas al tema ahora.
Desayunamos y recogemos todo nuestro campamento tranquilamente, ya que el horario de hoy aunque tengamos que volver a Madrid, va sobrado.
Partimos en dirección a Cabaña Verónica. Como ocurría ayer, el recorrido no es muy evidente, aunque se intuye hacia dónde hay que ir. No obstante, al llegar al collado previo a Cabaña Verónica hay que ir muy atento, ya que no es muy evidente por dónde pasarlo y luego te encuentras resaltes de roca que no se pueden destrepar fácilmente (y especialmente hoy con la roca empapada), y te toca buscar otro punto de paso. Aun así, tampoco es demasiado complicado llegar a Cabaña Verónica y allí nos plantamos.
Hacemos una breve parada en Cabaña Verónica aprovechando que la lluvia nos da un pequeño respiro. Intercambiamos impresiones y pensamos que la cosa parece que aguanta para poder subir decentemente a Peña Vieja, así que enseguida continuamos con esa idea.
Enseguida enlazamos con el camino que va del collado de Horcados Rojos a El Cable, y continuamos por él hasta llegar al desvío que habría que tomar para subir hacia Peña Vieja. La lluvia parece que más o menos ha cesado, a menos de momento, así que la decisión de subir a Peña Vieja ya está definitivamente tomada. Aligeramos peso para subirnos a Peña Vieja solo lo imprescindible y escondemos nuestras cosas entre las rocas, bajo la protección del cubremochilas para protegerlas de más lluvias. La única duda que tengo, viendo la cantidad y tamaño de neveros que hemos visto sobre todo ayer, es si pudiéramos necesitar los crampones para el nevero que seguro que nos vamos a encontrar entre el collado de la Canalona y la subida final de Peña Vieja. Lo valoramos, pero finalmente desestimamos el subirlos pues estimamos que de una forma u otra podremos superarlo sin excesivos problemas ni riesgos.
Una vez escondidas las cosas iniciamos la subida al collado de la Canalona. Al principio es sendero amplio y bien conservado, pero luego ya se convierte en sendero más estrecho, zigzagueante que sube con mas pendiente. Hemos tenido que parar a quitarnos cosas de encima, porque el calor del esfuerzo de la subida hace que nos sobren puestas.
La parte final de llegada al collado de la Canalona está sin nieve pero muy machacada y caótica, lo que no nos sorprende ya que esta zona está sometida durante el invierno a numerosos aludes que desdibujan el sendero de subida, que al parecer frecuentemente es restituido cuando se acaban las nieves.
Desde el collado de la Canalona ya tenemos bien a la vista la cima de Peña Vieja y su fatigosa rampa de subida final, pero antes hay que cruzar el nevero que nos sospechábamos para llegar a esa rampa de subida final. No obstante, el nevero está algo menos esplendoroso de lo que nos esperábamos y además parece que hay buena huella para cruzarlo. Por delante vemos bastante gente subiendo.
Tras la breve parada en el collado de la Canalona para contemplar las vistas, reanudamos la marcha y cruzamos sin problemas el nevero por la buena huella que ha dejado la gente que va por delante nuestra. Se trata de un tramo más o menos en horizontal en cuanto a pendiente, aunque se va en una más o menos suave media ladera.
Enseguida nos plantamos en el siguiente collado, donde finaliza el nevero y empieza la rampa final. Nos hemos acercado ya a los que nos precedían, que están en la parte baja de la rampa. Nosotros hacemos algunas fotillos y enseguida empezamos a subir la rampa y a ir poco a poco alcanzando y sobrepasando a la gente que parece que le cuesta remontar la rampa.
Vista atrás, donde se ve el nevero entre los dos collados |
Primeros compases de la rampa final. Enseguida vamos alcanzando a gente |
La rampa es bastante empinada y, por ello fatigosa a pesar de tener solo unos 200 metros de desnivel. Vas buscando la mejor ruta para ir subiéndola, aunque eso no te libra de necesitar usar las manos alguna vez que otra. En la parte final es donde más se necesitan las manos, pero en cualquier caso siempre son esporádicas y ligeras trepadillas fáciles para superar estos puntos más rocosos frente al resto de la rampa en la que predomina la piedra pequeña y tierra.
Llegamos a la cima, donde ya hay gente que ha llegado antes que nosotros. Además va llegando la gente que hemos ido sobrepasando, con lo que la cima parece estar bastante concurrida, a pesar de cómo había amanecido el día; desde hace rato que no llueve e incluso a veces el sol intenta aparecer tímidamente.
En la cima dedicamos bastantes minutos de charla con unos y otros, mientras picamos algunas cosillas, contemplamos las vistas y hacemos algunas fotos.
Cima de Peña Vieja |
Un pájaro vuela estáticamente junto a nosotros |
Vistas hacia Peña Olvidada, y al fondo la Canal de la Jenduda. Abajo el camino de regreso a El Cable |
Al fondo del todo, un poco a la izquierda, se vislumbra Peña Santa |
Gente todavía subiendo por la rampa |
El inconfundible "anfiteatro" del Naranjo de Bulnes emerge por el fondo |
Un zoom |
Finalmente decidimos bajarnos. En descenso la rampa también es un poco coñazo, pues hace trabajar bastante a tobillos y rodillas. Pero finalmente alcanzamos el collado bajo la rampa, y allí nos dedicamos unos minutos a asomarnos por los precipicios que tenemos a nuestra izquierda; se nota que no tenemos ninguna prisa, jejejeje. Tenemos la Vueltona a nuestros pies, en una vista magnífica.
El nevero entre los dos collados |
José llegando al final de la rampa |
José asomándose por los precipicios |
Recorremos de nuevo el nevero, pero ahora en sentido inverso para llegar al collado de la Canalona y desde allí ya descendemos hacia el camino El Cable-collado de Horcados Rojos, en cuya intersección, o mejor dicho en sus proximidades, es donde habíamos escondido las mochilas.
Nuestras mochilas escondidas... ¡hay que acordarse bien dónde las dejas para luego recuperarlas! |
Recuperamos las mochilas, las recomponemos, y continuamos nuestro descenso hacia El Cable. Parece que está chupado, pues es cuesta abajo y la visión es amplia, pero lleva su tiempo llegar hasta El Cable, pues no en vano son alrededor de 4 kilómetros lo que nos separan de la estación de teleférico.
Una vez en la estación pululamos un poco por ella asomándonos por los miradores y enseguida cogemos el siguiente teleférico que nos baja a Fuente De. Ya en Fuente De aprovechamos sus mesas para comer tranquilamente. Ya solo queda acercarnos al coche, acicalarnos un poco y emprender el viaje de regreso a Madrid.
Foto desde dentro del teleférico, bajando |
Vistas del Teleférico desde Fuente De, con una cabina casi llegando abajo. En el horizonte arriba del todo, casi en el centro, apenas se distingue la estación de arriba, conocida como El Cable |
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