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domingo, 22 de abril de 2018

Mountain Bike. Sistema Tubeless. Aspectos prácticos

Mountain Bike. Sistema Tubeless. Aspectos prácticos


Si bien en 2013 escribí un artículo sobre la búsqueda de solución a los pinchazos en mountain bike, que ha recibido (y sigue recibiendo) numerosísimas visitas y despertado interés, el tema del tubeless no lo abordaba más que de refilón. En este artículo trato de entrar más a fondo en el sistema tubeless y sus aspectos prácticos.

En el artículo de 2013 apostaba por las bandas antipinchazos, descartando el pasarme al tubeless principalmente porque me suponía un cierto desembolso para adaptar la bici y las bandas hacían su cometido perfectamente, además sin ninguna labor de mantenimiento.

No obstante, hace unos meses que he adquirido una bici nueva, que podemos catalogar de gama alta y he tenido que replantearme el sistema antipinchazos que iba a emplear. La cosa sucedió así: Cuando tras recoger la bici el dependiente me ve que también he cogido para comprar las correspondientes bandas antipinchazos se echa las manos a la cabeza y me dice: “Adquiriendo una bicicleta de ese nivel ni se te ocurra ponerle unas bandas en las ruedas”. Me da unas cuantas explicaciones diciéndole que me estoy gastando una pasta en una bici de gama alta y con las bandas estaría metiéndole peso en donde más afecta, diciéndome que la solución para los pinchazos para este tipo de bicis es sin duda el tubeless.

La verdad es que ni me lo había planteado y había ido directamente a por las bandas de forma automática y sin pensarlo, debido al excelente resultado que me han dado hasta ahora y ayudado también por el hecho de que nunca había probado el sistema tubeless y no lo tenía en la cabeza. Pero después de tan abrumadora afirmación y explicaciones no me quedaron dudas de que probablemente el dependiente tenía razón y debía, como poco, probar el tubeless. El hecho de que la bici que he comprado fuera tremendamente fácil de pasar a tubeless puesto que ya venía preparada para ello, no hacían sino ponérmelo más fácil todavía, así que no tardé ni un instante en decidirme, aun incluso antes de saber que la conversión me la hacían ellos gratuitamente al haberles comprado la bici y estar preparada para ello… ¡Genial!

Por si fuera poco, encima descubrí posteriormente que para alguno de los posibles inconvenientes que le veía al tubeless existen soluciones que lo solventan perfectamente, como comentaré más adelante.

Pero vamos parte por parte.


Qué es el sistema tubeless

Es un sistema que se usa en las ruedas neumáticas de muchas bicis, motos, coches, etc, que consiste en que el aire se encuentra alojado directamente libre en el recinto cubierta-llanta sin ningún tipo de recámara ni otro elemento “intermediario”. Para ello es necesaria la estanqueidad del aire en cubierta, llanta y en la unión entre ambas. Ello implica una cubierta y una llanta específicas para el sistema y un acople entre ambos que también asegure la estanqueidad.
 
Este sistema permite ahorrar peso, simplificar eliminando un elemento (la recámara), e incluso, por ejemplo en los coches es mucho más fácil arreglar un pinchazo.
 
Aunque en sentido estricto el tubeless sería únicamente el sistema de la llanta con una cubierta suficientemente resistente a los pinchazos y en su interior solo aire, como ocurre por ejemplo en los coches, en el mundo de la bicicleta de montaña el término se ha extendido al sistema con unas cubiertas a lo mejor no tan exigentes en cuanto a resistencia frente a pinchazos pero que incorpora un líquido en su interior que sella automáticamente los pinchazos que se puedan producir; así es como realmente se aplica el sistema en la casi totalidad de mountain bikes “tubeless”.

Líquido antipinchazos para tubeless. Los venden en muy distintos tamaños.


El hecho de llevar el líquido dentro tiene sus ventajas:
  • La primera es que no es necesaria una cubierta tan robusta contra pinchazos y por tanto ésta será más económica cuando la tengamos que cambiar. También será más ligera, aunque el peso del líquido que hay que añadir contrarrestaría este aspecto. 
  • La segunda es que con la cubierta robusta será más difícil pinchar, pero una vez pinchado no queda más remedio que repararla. Sin embargo en el sistema con líquido será más fácil que la cubierta pinche, pero salvo que sea un gran desperfecto el líquido se encargará de autoreparar la cubierta y tú ni siquiera te enterarás de que has pinchado.
  • La tercera es que el líquido aparte de los pinchazos se encarga también de sellar cualquier pequeño poro o cualquier otra pequeña fuga de aire que pueda existir.
El único inconveniente destacable que tiene el llevar el líquido es que requiere un cierto mantenimiento, pues hay que ir reponiéndolo cuando éste va consumiéndose.


¿Qué pasa en el caso de una raja o pinchazo muy gordo en la cubierta?

Pues era una de las dudas o reparos que tenía con el sistema tubeless. Evidentemente en estos casos el líquido se mostraría incapaz de sellar semejante desastre.

Mis pensamientos pasaban por que era necesario llevar siempre una recámara a cuestas por si ocurriera el caso y, en caso de que ocurriera, tocaba abrir la cubierta y meter la recámara con todo el pringue del líquido, para poder seguir rodando hasta donde fuera. Luego ya se vería, pero probablemente tocaría reemplazar la cubierta, aunque también hay que decir que con un sistema normal no tubeless probablemente también te tocaría cambiar la cubierta. 

Sin embargo he visto que venden kits consistentes en un líquido adhesivo y una bolsita de polvo de caucho, que es esos casos se mezclan y se aplican en la raja sellándola de tal forma que incluso se indica que no es necesario cambiar la cubierta ni hacer ninguna reparación adicional y se puede seguir con ella como si nada hubiera pasado.

Práctico kit reparapinchazos para tubeless


La verdad es que si es tan efectivo como dicen, con estos kits se consiguen grandes ventajas:
  • No es necesario desmontar la rueda de la bici, ni siquiera la cubierta de la llanta… se aplica tal cual. Es una reparación fácil
  • Consecuentemente no sería necesario llevar una recámara de emergencia (ni por supuesto parches ni nada de eso), incluso ni siquiera desmontadores para quitar la cubierta. Eso se traduce en otro ahorro de peso, pues el frasquito de adhesivo y el polvo de caucho pesa realmente poco. Y también abulta poco.
  • La cubierta quedaría de nuevo plenamente utilizable y sin necesidad de más reparaciones que reponer el líquido interior perdido.
Yo me he hecho con uno de esos kits aunque espero que no tenga que utilizarlo; pero en caso de hacerlo y si funciona tan bien como realmente dicen me parece una muy buena solución.
También existen el típico kit de reparación de pinchazos en tubeless consistente en un punzón y mechas, al estilo de los de los coches, pero este kit no te solucionaría el problema de una raja en la cubierta.


¿Realmente el tubeless es la mejor opción? Ventajas e inconvenientes frente a las bandas antipinchazos

Pues ni sí ni no, depende del caso. Lo mejor es que veamos los puntos fuertes y los débiles de uno frente al otro y luego cada uno decida en función de su situación. Por supuesto hablamos de las bandas antipinchazos que funcionan bien (ver artículo Mountain Bike: ¿Solución a los pinchazos?).

Las principales ventajas que tiene el sistema tubeless frente a las bandas son:
  • Un menor peso en la rueda, pues realmente metes muy poco líquido con respecto al ahorro de peso que supone el no llevar ni la recámara ni las bandas antipinchazos. Además, según los entendidos, el ahorro de peso es en un punto muy sensible como es el contorno de la rueda. El hecho de que la cubierta sea específica no supone un aumento de peso significativo.
  • El no llevar recámara hace que desaparezca el problema de sufrir un llantazo (rajar la recámara por pellizco con la llanta al impactar fuertemente la rueda contra un obstáculo)
  • Asimismo, al desaparecer el problema del llantazo es posible llevar sin problema presiones de rueda más bajas si se necesita, por ejemplo, para aumentar la superficie de contacto o para "ablandar" la rueda.
  • Con el kit que he comentado antes también te puedes ahorrar el peso y el bulto de llevar cámaras de repuesto y/o parches, y desmontadores de cubierta, sustituyéndolos por ese kit que es muy ligero y ocupa poco.
  • Además, en caso de una raja en la cubierta, el citado kit te soluciona el asunto, pero si llevaras las bandas en lugar de tubeless, además de que normalmente no llevarías ese kit necesitarías también reparar la recámara en el más que probable caso de que también haya quedado dañada.
Como se ve, las ventajas del tubeless son muchas, pero también frente a las bandas tiene algunos inconvenientes que podrían llegar a ser determinantes dependiendo del caso:
  • Si la bicicleta no viene preparada, es necesario un desembolso inicial notable para convertirla en tubeless, ya que podría ser necesario desechar las ruedas “viejas” y comprar las dos ruedas completas: llanta, cubierta, válvula y líquido. 
  • El sistema tubeless requiere un mantenimiento, que consiste en vigilar la cantidad de líquido interior y reponer cuando resulta necesario. Eso implica por un lado asumir el coste del líquido y por otro un cierto tiempo de “mano de obra” si te lo haces tú y no quieres recurrir a un taller.
En definitiva y el resumen de todo esto es que el sistema tubeless es claramente mejor que las bandas, pero puede necesitar un importante desembolso que no te compense ya que las bandas, con un costo bastante comedido, también realizan su función perfectamente. Además las bandas se ponen y ya te olvidas de ellas pues no necesitan mantenimiento, mientras que con el tubeless necesitas vigilar la cantidad de líquido y reponerlo si es necesario.

Yendo al grano, para bicis de gama media y baja yo me iría a las bandas, a no ser que las ruedas ya vengan preparadas para hacerlas fácilmente tubeless, en cuyo caso sí que consideraría esta posibilidad.

Y para bicis de gama alta o media-alta sí que en principio apostaría por el sistema tubeless, empezando por que es más que probable que ya vengan preparadas para ello y sería fácil y económico convertirlas del todo. En caso de que no vinieran preparadas es probable que la bici no sea tan buena ni necesites tanta exigencia como para hacer el importante desembolso de cambiarlas y que te valga la pena, pero eso lo tienes que valorar tú.

En caso de que tu bici no sea nueva se podría aprovechar el momento de cambiar las cubiertas por desgaste, pero aun así podrías necesitar cambiar también las llantas sin que las tengas estropeadas, con un cierto gasto innecesario. Lo ideal es aprovechar que tuvieras que cambiar llantas y cubiertas de las dos ruedas, pero es realmente raro que se te conjugue la necesidad de cambiar las cuatro cosas a la vez, aunque también hay gente con varias bicis que puede pensar en enjuagues de intercambiar piezas entre ellas pasando las llantas y cubiertas de la bici en cuestión a otras bicis que les pudiera venir bien y comprando nuevas llantas y cubiertas tubeless para la bici “donadora”.

Otra opción es el mercado de segunda mano para que salga más económico e interesante, pero salvo que se esté muy seguro yo personalmente preferiría usar las bandas a arriesgarme a comprar de segunda mano algo tan delicado como las ruedas. Pero insisto en que eso es cosa de cada uno.

Y en cuanto al mantenimiento necesario, si tienes una bici buena seguramente le hagas un mantenimiento periódico a la bici en general (aunque seguro que hay gente desastrosa que se gasta una pasta en la bici y luego no la cuida ni lo imprescindible para que no se deteriore), en cuyo caso el tema del líquido es una tarea más y realmente no supone una “carga” importante cuando aprovechas que tienes que hacer otras tareas como por ejemplo comprobar y lubricar la cadena. En un apartado un poco más abajo explico brevemente cómo hacer ese mantenimiento del líquido.


Pasarse a tubeless

Para pasar una rueda a tubeless hacen falta varias cosas.
  • La primera y fundamental es que la llanta y la cubierta sean aptas para ello. La cuestión es que la cubierta debe “talonar” en la llanta; es decir, deben acoplarse para que quede en su sitio y sellar la salida de aire entre ambas. Las llantas y cubiertas preparadas para ello suelen llevar la inscripción “tubeless ready”.
  • La segunda es que la llanta debe llevar una banda en su fondo de llanta que evite que el aire se salga por los agujeros de los radios.
  • La tercera es poner unas válvulas tubeless, que van simplemente acopladas en el agujero de la llanta previsto para ello. Estas válvulas cierran herméticamente dicho agujero y además tienen el obús desmontable para meter el líquido sellador dentro de la rueda sin tener que desmontar la cubierta.
  • Por último el líquido sellador que debe alojarse en el interior de la rueda, que además de “autoreparar” los pinchazos se encarga de terminar de sellar, por si hubiera alguna porosidad, las uniones que he citado antes: cubierta-llanta, fondo de cubierta-banda-radios y válvula-llanta.
En el caso de mi bici, venía de fábrica los dos primeros pasos ya dados y solo tenían que retirar la recámara que llevaba y poner las válvulas y el líquido. Otras “tubeless ready” solo tienen la cubierta y la llanta preparada pero hay que colocar también la banda de fondo de llanta porque no la lleva.
  
La operación sería algo así:
  • Desmontar la rueda y quitar la recámara
  • Poner la banda selladora de la llanta
  • Poner la válvula en la llanta ajustándola con su rosca
  • Colocar un flanco de la cubierta, dejándola abierta para echarle el líquido
  • Echar la cantidad de líquido indicada por el fabricante del mismo.
  • Colocar el otro flanco de la cubierta, de forma que quede ya completamente montada en la llanta con el líquido dentro
  • Inflar la rueda. Al poco de inflarla debe sonar como un chasquido que se debe a que la cubierta “talona” y se acopla a la llanta. Suele ser necesario o al menos recomendable inflar con un compresor que dé suficiente caudal de aire al principio hasta que el conjunto se vaya acoplando y se reduzcan las pérdidas de aire, pues con una bomba de mano puede que no consigamos el caudal suficiente para conseguirlo. También es conveniente hacer todas estas operaciones con la rueda colocada con la válvula en la parte superior para intentar evitar que el líquido pudiera llegar a salir por la misma
  • Tras inflar, cerrar la válvula y hacer girar la rueda para que el líquido quede bien repartido por la rueda, además de que acabe de sellar si ha quedado alguna pequeña fuga en alguna de las juntas.
Llanta con su banda o cinta selladora y la válula ya colocada
Aprovechamos antes de montar la cubierta para echarle directamente dentro la cantidad de líquido necesaria

Supongo que es fácil encontrar en internet vídeos en los que se vea con más detalle el proceso, que no es muy complicado, pero no me extiendo más con ello porque no es el principal cometido de este artículo.
 


Mantenimiento del líquido

Cada fabricante de líquido suele especificar tanto la cantidad que hay que incorporar la primera vez como la cantidad que hay que ir añadiendo posteriormente y cada cuánto tiempo. No obstante es mejor hacer un seguimiento uno mismo de cuándo es necesario ir reponiendo, puesto que no será lo mismo si salimos más o menos veces con la bici, si hacemos más o menos kilómetros cada vez que salimos, si rodamos por sitios más o menos propensos a pinchar, si llevamos más o menos presión en las ruedas… en fin que reducir todo esto a una tabla que simplemente indique añadir una cierta cantidad cada cierto tiempo me parece simplificar demasiado cuando hay formas fáciles de controlarlo de forma menos “exacta” (o quizás mejor dicho “cuadriculada”) pero estoy seguro que mucho más adecuada a la realidad.
 
La primera vez sí que introduciremos la cantidad especificada por el fabricante, antes de terminar de montar la cubierta (ver foto anterior).
 
Para averiguar cuándo hace falta reponer líquido solo hace falta agitar un poco la rueda y si escuchamos el líquido dentro es que hay y no hace falta reponer. Si no escuchamos el líquido entonces claramente es el momento de reponer líquido, sin dejarlo para más tarde si no queremos arriesgarnos a pinchar. Esta comprobación conviene hacerla con bastante frecuencia si no quieres llevarte una sorpresa, pero no es ningún problema porque se hace muy fácil y rápido y puedes hacerla en cualquier momento y situación.
 
La forma de reponer el líquido es desmontando el obús de la válvula (las válvulas para tubeless permiten el desmontado del obús) e introducirlo por ella. Muchas veces el bote del líquido viene con un pitorro adecuado para introducir el líquido por la válvula, y si no puedes usar una jeringuilla. Hay jeringuillas especiales, con tubito, con conexión para los distintos tipos de válvula, etc, pero puedes usar una jeringuilla normal, sin aguja, si el pitorrillo entra por el agujero de la válvula sin obús, que es como lo hago yo.

La cantidad a echar… pues puedes estimar la cantidad recomendada por el fabricante teniendo en cuenta la capacidad del bote o simplemente echar a ojo, de forma que no te pases mucho de cantidad pero que al menos sea la suficiente para que al agitar la rueda vuelva a sonar el líquido. Finalmente vuelves a montar el obús de la válvula, inflas la rueda y la haces girar un poco para repartir el líquido por dentro.

La primera vez que lo hagas es posible que te pringues bastante del líquido, pero seguro que para la siguiente aprendes a hacerlo más limpio; por ejemplo, es mejor hacerlo con la rueda suspendida en lugar de apoyada en el suelo, ya que al meter el jeringuillazo también metes algo de presión y al sacar la jeringuilla te va a escupir algo por la válvula, cosa que también se puede intentar evitar haciendo algún bombeo en vacío de la jeringuilla antes de sacarla. También influye bastante la posición de la válvula al hacer la operación; no sé si es lo mejor pero como lo hago yo y me va bien es hacerlo con la válvula en la mitad inferior de la rueda, pero no abajo del todo; de esta forma el líquido se desplaza por gravedad por dentro de la rueda al introducirlo y no se te acumula a las puertas de la válvula.

Cuando hice esta operación por primera vez no tuve en cuenta estos detalles y lo hice de cualquier forma, así que acabé pringado, yo, la válvula y su obús, y los alrededores. Afortunadamente aunque parezca muy pegajoso se limpia todo bastante bien, especialmente a los pocos minutos cuando se va secando. No obstante esa primera vez al hacer la segunda rueda había tomado nota de los fallos que había tenido con la primera rueda y el cambio fue bastante limpio, así que prácticamente solo tuve que limpiar la jeringuilla, cosa que se hace fácilmente bombeando unas cuantas veces en abundante agua.

Las válvulas para tubeless tienen el obús desmontable
Una vez desmontado el obús, se puede reponer el líquido por la propia válvula, sin necesidad de desmontar la cubierta.
Si tienes la suerte de contar con un sistema como este de la foto, puedes controlar mejor el volumen de líquido que introduces. Con una jeringuilla normal también te puedes apañar, aunque probablemente necesites meter varias cargas para llegar a la cantidad requerida.
 

Aspectos prácticos a tener en cuenta

Por último, y basado en mi corta experiencia, quería aportar algunas recomendaciones.

La primera es que no esperes a estar en medio de una ruta para probar a hinchar/deshinchar una rueda con este sistema por primera vez. A mí me pasó y… Resulta que haciendo una ruta vi que le debía dar más presión a la rueda, así que paré y me dispuse a darle con mi bomba de mano, que se acopla a rosca. Lo primero que me pasó es que se me empezó a salir el aire por la junta entre válvula y llanta, ya que al manipular se debió aflojar la rosca que sujeta la válvula. Por si fuera poco, al intentar desenroscar la bomba de la válvula se me desenrosca el obús de la válvula y la rueda pierde todo el aire en un momento. Aprieto bien la válvula contra la llanta y coloco y rosco el obús de la válvula; la primera lección es la de tener cierto cuidado al manipular la válvula para evitar el empezar a desmontarla tanto el obús como la base. Al ir a hincharla desde cero no tuve problema con mi bomba de mano que llevaba, pero me podía haber encontrado que no pudiera dar el suficiente caudal para que se acoplaran cubierta y llanta y empezara a hinchar, y necesitara un compresor o una bomba de pie, con lo cual me habría quedado tirado. Afortunadamente todo se quedó en la pérdida de bastantes minutos, por novato, pero si estas “prácticas” las hubiera hecho previamente en casa, ya no habría tenido estos problemas en ruta.

La segunda es la conveniencia de llevar una llave para el obús de la válvula, que permita desmontarlo y montarlo. Normalmente el apriete y afloje puede más o menos hacerse con la mano, por lo que no es del todo indispensable llevar esa llave, pero si lo aprietas con la llave le puedes dar un poquitín más de apriete que le aporte más fijación para que no se te desmonte a las primeras de cambio. En mi bomba de mano hay una llave incorporada aunque es de plástico y no muy durarera, pero muchas veces te las adjuntan con las mismas válvulas al comprarlas. Por otra parte, si tienes una llave de radios para mí esa es la mejor opción, pues te suelen valer también para el apriete/desapriete del obús y es una llave metálica en condiciones.


La tercera y última viene motivada por un percance que tuve hace poco: se me empezó a salir el aire por la tuerca de la válvula. Resulta que la rosca de la tuerca estaba "descarrilada", así que no podía ni apretarla y aflojarla si no era con una llave. Creo que el problema venía de que me la habían montado mal en la tienda en su día, pero hasta ahora no había empezado a perder aire. Al final tuve que pedir prestada una llave cuando conseguí llegar a un chalet (me supuso más de una hora de tiempo de retraso en mi ruta), para poder desenroscar del todo la válvula y volverla a enroscar ya bien encarrilada y poder hinchar la rueda. Aunque es probable que no me vuelva a pasar, ya que estimo que fue un fallo de montaje, lo primero que hice al llegar a casa, además de revisar la tuerca de la válvula de la otra rueda, es echar en el kit de herramientas que siempre me llevo una llave para esa tuerca.

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