Año 2017. Participantes: Alba, Julia, Mónica, AJ, Ángel, Goyo, Júcar y yo.
Después de que algunos hiciéramos ayer el barranco del río Arbillas y juntarnos todos en Torrico para cenar y dormir, con otros compañeros que venían de otras actividades u otros sitios, para hoy tenemos previsto realizar el barranco de Chorro de la Ventera. De hecho éste es el principal motivo de nuestra visita a estas tierras extremeñas y lo de ayer del barranco del Arbillas era más bien de relleno.
Datos:
Actividad: Barranquismo; Zona: Sierra de Gredos
Cimas: Ninguna.
Dificultad:
Barranco de dificultad media-alta, por su verticalidad. Muy aéreo, con instalación colgada, pasamanos aéreo, etc.
Características: Barranco acuático en roca granítica algo resbaladiza. Mucha verticalidad.
Características: Barranco acuático en roca granítica algo resbaladiza. Mucha verticalidad.
Croquis:
Tiempos:
Nuestros
tiempos aproximados fueron los
siguientes:
- Aproximación desde el coche al inicio del barranco: Del orden de 1h 30 minutos
- Descenso del Barranco: Unas 3 horas
- Regreso al coche: Unos 20 o 30 minutos.
Track:
No grabé track en nuestra visita, aunque tampoco habría sido del todo bueno ya que nos desviamos en la parte final de llegada al inicio del barranco. Tampoco he querido usar ninguno de internet ni generar uno sobre mapa debido a dos cosas: la primera la recomendación de bordear la propiedad privada y la segunda las dudas que tengo sobre la parte final de llegada al barranco. Por ello he preferido no poner un track que pudiera tener alguna zona no del todo correcta y que pudiera llevar a confusión al que lo use. En su lugar proporciono las coordenadas de los puntos clave (sistema WGS84):
- Aparcamiento coche: Latitud: 40.169557; Longitud: -5.435472; Altitud: 663 metros
- Inicio del Barranco: Latitud: 40.177656; Longitud: -5.455249; Altitud: 939 metros
- Final del barranco: Latitud: 40.171242; Longitud: -5.451847; Altitud: 689 metros
Fecha: 8 de octubre de 2017
Con todo el campamento que tenemos montado y lo que nos cuesta salir del saco, al final no partimos muy temprano con los coches. Nos
trasladamos hasta Madrigal de la Vera, donde cogemos con los coches una pista que nos va a encaminar hacia la zona del barranco.
El camino en coche por las pistas hasta el punto donde hay que dejarlo es largo. No llevamos todoterrenos, por lo que no vamos muy deprisa por ellas. Eso, junto con que para ser por pistas es un buen kilometraje, hace que empleemos bastante tiempo hasta llegar al punto donde dejar el coche.
Dejamos los coches en una curva desde donde sale el camino de aproximación. Hay suficiente sitio para dejar los coches que llevamos. Allí preparamos todo antes de echar a andar.
Iniciamos la aproximación. El camino va a parar a una finca privada que es conveniente bordear para respetarla. Bastante más adelante pasamos por el puente que marca el punto por donde vamos a salir del barranco. Seguimos, y más adelante cogemos un camino por el que vamos subiendo por el oeste del barranco, por camino definido que va haciendo zetas para ir ganando altura. Casi arriba hay que continuar por un sendero para encaminarse al inicio del barranco.
En esta parte tenemos a la vista la impresionante primera pared que marca el rápel de 60 metros. La verdad es que nada más verla aunque sea desde aquí un poco a lo lejos, impresiona y ya te va metiendo respeto en el cuerpo.
Tenemos algunas pequeñas equivocaciones... el sendero no es muy claro, o a lo mejor no lo hemos cogido bien al principio, pues creo que teníamos que haber seguido más arriba. Pero finalmente acabamos llegando al principio del barranco, lo cual no es del todo complicado por tener en todo momento en esta parte final referencia visual de dónde es, aunque el terrreno es algo complicado y hay que tener en cuenta que no es posible pasar por cualquier sitio.
Una vez en cabecera lo primero que nos encontramos es el primer resalte. Tiene una instalación de rápel para bajar unos 10 metros a una poza, o tienes la alternativa de pasarte al otro lado y hacer un salto... pero también tienes la opción de destrepar por un lado y escaqueártelo, que es lo que hacemos nosotros ya que preferimos no perder más tiempo e ir al grano, pues luego tenemos que volver a Madrid y aunque vamos con margen de tiempo suficiente preferimos llegar más pronto que tarde a casa.
Junto a la poza picamos algo y nos equipamos con los neoprenos y todo el equipo. El abismo de 60 metros está al lado nuestro, aunque de momento estamos a otras cosas.
Llega el momento de la verdad, el del rápel de 60 metros. Nos organizamos para que el que baje primero por el primer tramo (20 m) lleve la cuerda para montar el rápel del segundo tramo (40 m), lo cual es lo lógico pues el punto intermedio es una repisa en la que no es viable que nos acumulemos. La voz cantante la van a llevar los dos más experimentados, que además se han instruido para titularse en estos menesteres.
Vamos bajando todos. La primera propuesta es que me quedara yo el último, pero lo primero que se me pasa por la cabeza es el momento de ayer en el que por un fallo tonto de cálculo me quedé corto de cuerda en mitad de un rápel, y la verdad es que da un poco de pánico que me volviera a pasar lo mismo en un sitio como éste... no me veo colgando en este vacío intentando solventar dicha situación, así que cuando otro de mis compañeros se ofrece a bajar el último no dudo en cederle ese honor.
A la reunión colgada se llega por un pasamanos de mala manera y se accede a ella de manera muy incómoda. Para colmo no hay sujección de pies y llevo las bagas de anclaje demasiado largas... vamos un poema. El montaje de las bagas de anclaje me lo había hecho no hace mucho, quizás un par de años, pero aunque las había dejado demasiado largas y era consciente de ello, realmente nunca había sufrido por ello. Me apaño como puedo, pensando que lo primero que voy a hacer en cuanto pueda es acortar las bagas de anclaje a una longitud más adecuada.
Para hacerlo más emocionante, una de las cuerdas que llevamos es una reciente adquisición mía que de hecho estrenamos ayer, así que estando nueva va rápida como un fórmula 1... justo la que hemos puesto para iniciar este segundo rápel. Rapelando en simple con un ocho en un sitio así realmente cuesta sujetarse, y no he tenido la precaución de hacerme un vertaco para bajar algo más frenado... ¡emoción a tope!, jajajaja. Lo cierto es que la velocidad de mi cuerda nueva fue un comentario general de todos.
Llego a la repisa que hay a los 20 metros y hago la segunda parte del rápel. Ahora mejor por muchos motivos: ya se ha roto el hielo, la cuerda siguiente ya no corre tanto, y la instalación está situada en una repisa en la que no solo tienes apoyo de pies sino que estás de pie normalmente. El segundo tramo tiene una parte intermedia volada, y la parte final recuperas pared, aunque ésta es muy lisa, vertical y resbaladiza. Finalmente aterrizo en la poza que hay debajo de estos 60 metros de pared.
A continuación tenemos un tramo de descenso por grandes bloques hasta que llegamos al siguiente rápel, el tercero, en una zona que se encañona. Se intuye un abismo hacia abajo y la instalación de rápel se ve por el lado derecho. A ella se accede mediante un aéreo pasamanos. Se trata de un rápel de 30 metros de altura, pero entre su altura, verticalidad, y su acceso mediante este aéreo pasamanos todo ello se encarga de darle mucho ambiente a este rápel. Una vez instalado todo, vamos descendiendo todos este rápel, que finaliza en una profunda poza.
El camino en coche por las pistas hasta el punto donde hay que dejarlo es largo. No llevamos todoterrenos, por lo que no vamos muy deprisa por ellas. Eso, junto con que para ser por pistas es un buen kilometraje, hace que empleemos bastante tiempo hasta llegar al punto donde dejar el coche.
Dejamos los coches en una curva desde donde sale el camino de aproximación. Hay suficiente sitio para dejar los coches que llevamos. Allí preparamos todo antes de echar a andar.
Iniciamos la aproximación. El camino va a parar a una finca privada que es conveniente bordear para respetarla. Bastante más adelante pasamos por el puente que marca el punto por donde vamos a salir del barranco. Seguimos, y más adelante cogemos un camino por el que vamos subiendo por el oeste del barranco, por camino definido que va haciendo zetas para ir ganando altura. Casi arriba hay que continuar por un sendero para encaminarse al inicio del barranco.
En esta parte tenemos a la vista la impresionante primera pared que marca el rápel de 60 metros. La verdad es que nada más verla aunque sea desde aquí un poco a lo lejos, impresiona y ya te va metiendo respeto en el cuerpo.
Tenemos algunas pequeñas equivocaciones... el sendero no es muy claro, o a lo mejor no lo hemos cogido bien al principio, pues creo que teníamos que haber seguido más arriba. Pero finalmente acabamos llegando al principio del barranco, lo cual no es del todo complicado por tener en todo momento en esta parte final referencia visual de dónde es, aunque el terrreno es algo complicado y hay que tener en cuenta que no es posible pasar por cualquier sitio.
Una vez en cabecera lo primero que nos encontramos es el primer resalte. Tiene una instalación de rápel para bajar unos 10 metros a una poza, o tienes la alternativa de pasarte al otro lado y hacer un salto... pero también tienes la opción de destrepar por un lado y escaqueártelo, que es lo que hacemos nosotros ya que preferimos no perder más tiempo e ir al grano, pues luego tenemos que volver a Madrid y aunque vamos con margen de tiempo suficiente preferimos llegar más pronto que tarde a casa.
Junto a la poza picamos algo y nos equipamos con los neoprenos y todo el equipo. El abismo de 60 metros está al lado nuestro, aunque de momento estamos a otras cosas.
Por ese lado es por donde hemos destrepado. Aquí estamos poicoteando y preparándonos. A la izquierda se ve un poco el pasamanos que nos asegura para llegar a la aérea instalación de rápel |
Mónica terminándose de ajustar el equipo junto a la poza inicial |
Llega el momento de la verdad, el del rápel de 60 metros. Nos organizamos para que el que baje primero por el primer tramo (20 m) lleve la cuerda para montar el rápel del segundo tramo (40 m), lo cual es lo lógico pues el punto intermedio es una repisa en la que no es viable que nos acumulemos. La voz cantante la van a llevar los dos más experimentados, que además se han instruido para titularse en estos menesteres.
Vamos bajando todos. La primera propuesta es que me quedara yo el último, pero lo primero que se me pasa por la cabeza es el momento de ayer en el que por un fallo tonto de cálculo me quedé corto de cuerda en mitad de un rápel, y la verdad es que da un poco de pánico que me volviera a pasar lo mismo en un sitio como éste... no me veo colgando en este vacío intentando solventar dicha situación, así que cuando otro de mis compañeros se ofrece a bajar el último no dudo en cederle ese honor.
A la reunión colgada se llega por un pasamanos de mala manera y se accede a ella de manera muy incómoda. Para colmo no hay sujección de pies y llevo las bagas de anclaje demasiado largas... vamos un poema. El montaje de las bagas de anclaje me lo había hecho no hace mucho, quizás un par de años, pero aunque las había dejado demasiado largas y era consciente de ello, realmente nunca había sufrido por ello. Me apaño como puedo, pensando que lo primero que voy a hacer en cuanto pueda es acortar las bagas de anclaje a una longitud más adecuada.
Para hacerlo más emocionante, una de las cuerdas que llevamos es una reciente adquisición mía que de hecho estrenamos ayer, así que estando nueva va rápida como un fórmula 1... justo la que hemos puesto para iniciar este segundo rápel. Rapelando en simple con un ocho en un sitio así realmente cuesta sujetarse, y no he tenido la precaución de hacerme un vertaco para bajar algo más frenado... ¡emoción a tope!, jajajaja. Lo cierto es que la velocidad de mi cuerda nueva fue un comentario general de todos.
Vista hacia arriba en el rápel del primer tramo |
Llego a la repisa que hay a los 20 metros y hago la segunda parte del rápel. Ahora mejor por muchos motivos: ya se ha roto el hielo, la cuerda siguiente ya no corre tanto, y la instalación está situada en una repisa en la que no solo tienes apoyo de pies sino que estás de pie normalmente. El segundo tramo tiene una parte intermedia volada, y la parte final recuperas pared, aunque ésta es muy lisa, vertical y resbaladiza. Finalmente aterrizo en la poza que hay debajo de estos 60 metros de pared.
Uno de mis compañeros rapelando en esta descomunal pared, creo que es Goyo. Julia abajo |
Alba terminando ya el rápel |
Éste creo que es Ángel rapelando |
Ángel finalizando el rápel |
A continuación tenemos un tramo de descenso por grandes bloques hasta que llegamos al siguiente rápel, el tercero, en una zona que se encañona. Se intuye un abismo hacia abajo y la instalación de rápel se ve por el lado derecho. A ella se accede mediante un aéreo pasamanos. Se trata de un rápel de 30 metros de altura, pero entre su altura, verticalidad, y su acceso mediante este aéreo pasamanos todo ello se encarga de darle mucho ambiente a este rápel. Una vez instalado todo, vamos descendiendo todos este rápel, que finaliza en una profunda poza.
Vista atrás. Vamos dejando atras el espectacular paredón y rápel de antes |
El pasamanos del tercer rápel |
Vista del tercer rápel desde abajo... |
... que finaliza en una buena poza |
Otro compañero a mitad de rápel |
Mónica, una campeona |
Casi de seguido, pues está al salir de la poza anterior, tenemos el siguiente rápel, el cuarto, de unos 30 metros de altura o algo menos. Éste ya es más normal, sin nada especial que destacar, aterrizando en otra poza de la que también salimos nadando.
Saliendo de la poza del tercer rápel tenemos el cuarto |
Goyo |
El cuarto rápel visto desde abajo... |
Un zoom en el que estoy descendiendo este cuarto rápel |
También finaliza en una poza |
Julia fotografiando a Ángel en el cuarto rápel |
Enseguida está también el siguiente rápel, el quinto, que se puede decir que es el último. Rondará los 25 metros de altura o incluso algo menos, y también aterriza en otra poza profunda.
El quinto y último rápel. Lamento que la presencia de gotas de agua en el objetivo haya estropeado algunas fotos, pero mejor esto que nada |
Aunque comparativamente con el inicio del barranco puedan hasta parecer casi "secundarios", estos dos últimos rápeles no dejan de ser bien bonitos e interesantes, con una buena altura, bastante verticales y bajando por las formas caprichosas que ha tallado el agua. La presencia de musgo y agua cayendo los hace también resbaladizos. En nuestra visita el agua que cae no es mucha, pero cuando el barranco lleve un buen caudal estos rápeles prometen ser todavía más interesantes.
Lo que sigue es continuar bajando por el barranco, ya sin grandes resaltes pero sí con algunos destrepes. En uno de ellos montamos un corto pasamanos por precaución y seguridad; no queremos correr más riesgos de la cuenta y sobre todo con las niñas.
Goyo haciendo un pequeño salto |
Para bajar por aquí montamos un corto pasamanos para evitar riesgos |
Seguimos hasta llegar al puentecito por donde hemos cruzado el barranco a la ida.
Junto al puentecito ya nos despojamos de nuestros neoprenos y hacemos una parada para comer y beber algo. Estoy contento porque mi tobillo ha aguantado decentemente hasta ahora, aunque los dolores que tengo ahora sean bastante intensos, fruto del sufrimiento del tobillo por todo este tránsito de rocas. Pero a pesar de todo estoy contento, pues ayer y hoy han sido mis primeros barrancos después del accidente (poco más de un año después) y no sabía cómo iba a aguantar mi tobillo... ya sé que puedo ir añadiento esta actividad a la lista de "barreras rotas", aunque por el momento sea a base de cierto "sufrimiento" y aguantar dolor, cosa que también se supone que mejorará con el tiempo.
Una vez hemos dejado secar un poco las cosas, comido y bebido, reanudamos la marcha recorriendo en sentido inverso el camino que hemos usado a la ida. No tardamos muchos minutos en llegar a los coches. Allí ya nos cambiamos y recogemos todo para irnos, llegando en primera instancia a Madrigal de la Vera por las largas pistas y luego continuando juntándonos en un bar a beber y picar algo antes de dispersarnos cada uno hacia su destino correspondiente.
Como curiosidad y por actualizar, la primera instalación ha sido eliminada, supongo que es la primera foto de este blog. Se puede saltar bien (6-7 m) o destrepar por el margen izquierdo. Y en algún otro rapel han quitado chapas, dejando los parabolt. Y se pueden seguir utilizando spit y chapas algo oxidadas.
ResponderEliminarHacia el final, aquí no lo comentáis, hay un rapel seco de unos 5 metros por el margen izquierdo. Y el último problema que nos encontramos, que no estoy seguro si es donde montáis el pasamanos nosotros bajamos-destrepamos por un agujero. En el margen izquierdo hay unos cordinos a una piedra con un maillón por si se quiere rapelar. saludos!