Año 2018. Participantes: Hada, María, Mónica, AJ, Gaby, Júcar, Rober y yo.
Esta actividad, que algunos califican como una de las mejores actividades que se pueden hacer en España, ya la habían hecho algunos del grupo, pero no era mi caso así que tenía muchas ganas de hacerla por lo bien que me habían hablado de ella.
Precisamente por lo espectacular e inolvidable que es, volvió a plantearse en el seno del grupo, y yo evidentemente no dudé un segundo en apoyar la iniciativa.
El plan es de fin de semana: viajar el viernes por la tarde, el sábado dedicarlo a la actividad en sí, y el domingo escalar un poco en la zona y volvernos.
En las fechas que vamos, tras unos períodos tormentosos que ni siquiera nos van a respetar del todo este fin de semana, vamos a pillar la cueva con un buen caudal de agua, lo cual es un aliciente más.
Precisamente por lo espectacular e inolvidable que es, volvió a plantearse en el seno del grupo, y yo evidentemente no dudé un segundo en apoyar la iniciativa.
El plan es de fin de semana: viajar el viernes por la tarde, el sábado dedicarlo a la actividad en sí, y el domingo escalar un poco en la zona y volvernos.
En las fechas que vamos, tras unos períodos tormentosos que ni siquiera nos van a respetar del todo este fin de semana, vamos a pillar la cueva con un buen caudal de agua, lo cual es un aliciente más.
Datos:
Actividad: Espeleología/Barranquismo; Zona: León
Cimas: Ninguna.
Dificultad:
Es un recorrido suficientemente complicado y expuesto para hacer necesaria experiencia en espeleología y/o la contratación de un guía profesional. Huelga decir que es importante un buen conocimiento de la cueva, al menos mediante la adecuada documentación.
Características: En roca caliza. Consta de tres partes diferenciadas: 1. La sima del Sil de las Perlas, con importantes descensos volados. 2. El curso del agua por la cueva. 3. El barranco al salir al exterior. Es necesario hacer combinación de coches.
Características: En roca caliza. Consta de tres partes diferenciadas: 1. La sima del Sil de las Perlas, con importantes descensos volados. 2. El curso del agua por la cueva. 3. El barranco al salir al exterior. Es necesario hacer combinación de coches.
Croquis:
Esquema general del sistema. En nuesto caso lo que nos interesa es el perfil inferior, con la sima de Sil de las Perlas |
Croquis de la parte de la sima Sil de las Perlas hasta llegar a la corriente de agua |
Tiempos:
Va a variar mucho en función del número y nivel de los integrantes del grupo, del caudal, y del tiempo que uno dedique a observar y visitar rincones, pero un orden de magnitud para un grupo normal yo diría que puede cifrarse entre 5 y 8 horas de un coche a otro. Nosotros, que somos un grupo que 8, tardaríamos cerca de 7 horas con caudal algo alto, lo que nos indujo entre otras cosas a cambiar algún salto y tobogán, por pasamanos y rápeles. Un grupo experimentado en esta cueva y menos numeroso lo haría fácilmente en menos de 5 horas, pero tampoco se trata precisamente de pasar corriendo sino, todo lo contrario, de disfrutar la visita y recorrer los rincones.
Track:
No disponible
Vídeos:
Aquí pongo el enlace a dos vídeos ajenos muy interesantes, uno corresponde a un reportaje muy interesante de toda esta actividad, muy bien hecho (profesional, diría yo), currado y con buenas explicaciones, aunque en los bien aprovechados 8 minutos que dura lógicamente la resumen mucho. El otro es un video mucho mas extenso y detallado de la actividad pero que también vale la pena verlo a pesar de su duración, con algunas explicaciones en subtítulos.
En principio pensaba ponerlos al final del artículo, porque creo que es mucho mejor leer el artículo y luego verlos, pero los pongo aquí para que los tengáis mejor localizados al principio del artículo.
También cabe destacar que nosotros hicimos la actividad con bastante más caudal que el de los vídeos, tanto dentro como fuera de la cueva, lo que se puede apreciar fácilmente, por ejemplo, comparando las imágenes del primer rápel tras salir al exterior por la Covona.
Vídeo profesional de 8 minutos:
Vídeo más largo y detallado:
Fecha: 2 de junio de 2018
Hemos alquilado una cabaña en el cámping de Vegacervera, así que el día anterior nos dirigimos allí y según vamos llegando vamos tomando posesión de nuestra cabaña. El bar del cámping nos recibe con unos calditos calientes y picantes que entran de miedo, ya que a pesar de las fechas hace aquí un frío que pela y nos hemos tenido que poner los polares y las chupas de goretex. El viento que sopla se encarga de bajar más la sensación térmica, e incluso en algunos momentos caen algunas gotillas de lluvia. Tras la cena nos acoplamos en nuestro alojamiento para dormir.
Amanece el día, soleado y con muy buena pinta. En teoría tenemos suficiente margen horario, por lo que no tenemos necesidad de madrugar mucho y preferimos descansar del viaje. No tenemos excesiva prisa en levantarnos, pero las chicas menos todavía. No obstante tampoco queremos dormirnos en los laureles, así que llega un momento que hay que espabilar y nos vamos levantando y preparando.
Una vez hemos desayunado y preparado todos los equipos salimos con los tres coches que llevamos, rumbo a las hoces de Vegacervera.
Tras alguna duda que nos hace pasarnos el punto, llegar a Felmín y volver a retroceder, llegamos al punto donde debemos dejar el segundo coche. Allí lo dejamos aparcado con todo lo que vamos a necesitar cuando lleguemos a él, y nos montamos los 8 en los dos coches restantes, rumbo a Valporquero.
Llegados a Valporquero, cogemos la subida al mirador de la Atalaya, que está prácticamente pegado a la población, y allí, que hay un amplio aparcamiento, aparcamos los coches.
El aparcamiento del mirador de la Atalaya. Hace un día estupendo |
En el aparcamiento nos preparamos y comemos algo antes de partir, pues entre unas cosas y otras se ha ido pasando el tiempo y ya es media mañana. No obstante, es algo que ya teníamos previsto y de hecho nos hemos llevado aposta la comida que vamos a comer ahora, pues luego estaremos dentro de la cueva un buen puñado de horas y los bidones no dan para llevar comida en excesiva abundancia. Una cosa que hacemos es avisar a conocidos que vamos a entrar en la cueva mediante el móvil y que si no hemos dado señales de vida a una hora concreta den el aviso, una cuestión importante para nuestra seguridad, pero que se hace difícil llevar a cabo por la mala cobertura móvil que hay en el mirador de la Atalaya, lo que nos obliga a movernos un poco por la zona para conseguir que salgan los mensajes. De todas formas en el cámping tambien lo dijimos y lo saben.
Foto del grupo |
Aquí también hemos gastado nuestro tiempo en el aparcamiento de la Atalaya, pero llega el momento de echar a andar por lo alto, más o menos en dirección contraria a por la que hemos llegado en coche al aparcamiento.
Empezamos a andar hacia la boca de la sima |
El recorrido andando hasta la boca de la sima Sil de las Perlas es de aproximadamente 1 kilómetro, así que nos lleva unos 15 minutos de andar por lo alto por rocas y hierba y bajar por bosque, hasta que alcanzamos el punto de entrada a la sima.
En la entrada en la sima nos terminamos de poner los neoprenos, que nos han hecho sudar de lo lindo en esta breve caminata, y nos colocamos el resto de equipo. Nos distribuimos en el orden en el que vamos a ir y en principio yo voy el último, así que me toca estar unos minutos adicionales al sol con el neopreno puesto mientras los demás van entrando y avanzando.
La entrada, es un pequeño espacio llano donde caben unas 4 personas y luego ya está el primer rápel, así que hasta que no van bajando unos cuantos yo no puedo entrar. Finalmente entro y vuelvo a colocar la reja que cierra la entrada a la sima... por fin en sombra, aunque aun me tocará espperar algunos minutos más hasta poder entrar del todo y notar el fresco de la cueva.
Los dos primeros rápeles son dos rampas bastante verticales de 11 y 8 metros de altura respectivamente. En teoría se pueden destrepar, pero en la práctica resulta muy peligroso por las malas consecuencias que puede tener un fácil resbalón. Ambos rápeles están seguidos y de hecho se pueden hacer los dos de una tacada, como hace mucha gente. Pero nosotros preferimos hacerlos por separado, en parte para que mejor vayamos quedándonos repartidos por el trayecto- Esto es así puesto que bajo estos dos rápeles está el pozo de acceso a la sala de La Gran Campana y allí tampoco cabe mucha gente esperando, lo cual siendo 8 como somos resulta un inconveniente.
Cabecera del primer rápel |
Vamos haciendo todos el primer rápel, pero cuando llego al segundo toca esperar hasta que haya hueco abajo. Estoy con Rober que va justo delante de mí y cuando le dejan hueco baja. Mientras espero, ya yo solo, oigo voces de un grupo que está entrando en la cueva. Antes de que me llegue el turno para bajar el primero del grupo que acaba de llegar baja hasta donde estoy yo, así que tenemos la ocasión de saludarnos; según dicen, ya han hecho otras veces este recorrido y se lo conocen bien, y comentan que es la primera vez que se encuentran a alguien dentro.
Justo cuando baja el segundo de ellos hasta donde estoy yo, me toca ya el turno de bajar este segundo rápel... mejor, porque si no íbamos a empezar a acumularnos. Bajo y allí está bajando ya por el siguiente pozo el antepenúltimo de nuestro grupo, quedando AJ que ahora va a bajar el último detrás de mí. Estos dos primeros rápeles no tienen nada de especial salvo la sensación de ir entrando en las entrañas de la sima; tampoco sirven del todo de "precalentamiento" puesto que todos los rápeles que van a venir a continuación son volados, pero bueno, por lo menos sí que sirven como primera toma de contacto.
Me toca el turno de bajar el pozo, en la que es la bajada más espectacular de esta actividad. Me meto por el agujero que hay en el suelo ya rapelando y empiezo a rapelar todo en volado, saliendo inmediatamente a una sala enorme: la sala de La Gran Campana. A pesar de que llevo un frontal tremendamente potente apenas puedo iluminar las paredes de esta gran sala, que quedan muy alejadas. La cuestión es que es como si por el agujero por el que estás rapelando hubieras salido a la nada... sobre un vacío en todas las direcciones. Es como si estuvieras colgando de una cuerda en mitad de la nada. Únicamente no hay vacío en el techo de la gran sala, en el cual hay bonitas formaciones que merece la pena detenerse unos instantes a observarlas.
En el rápel más espectacular de todos, en la sala de La Gran Campana, tras los primeros metros de rápel hago una foto hacia arriba en dirección al punto de partida del mismo |
Resulta sumamente curioso rapelar en este vacío, aunque luego al fijarme bajo mis pies veo las luces de los frontales de mis compañeros... por lo que puedo apreciar que hay una considerable altura hasta el suelo... en concreto nada menos que 25 metros. La visión de los frontales de mis compañeros tan sumamente abajo consigue transmitir todavía más esa sensación de vacío. Asimismo, el rapelar con el ocho, como estamos haciendo casi todos los del grupo y con el que hay que esforzarse un poco para no embalarte, da más sensación de vértigo todavía.
Según voy bajando veo que bajo directo a una enorme formación: es una gigantesca estalagmita de por lo menos 5 metros de altura y considerable anchura, denominada como El Púlpito. Realmente no aterrizas sobre ella sino que la pasas rozando, puesto que parece que justo en la vertical del agujero, y consecuentemente del rápel, parece que el agua ha tallado el hueco justo para pasar. Finalmente aterrizo en el suelo de esta descomunal sala.
Mientras baja AJ, me voy a buscar la continuación del recorrido, para lo cual hay que recorrer la sala hacia abajo, pues hacia arriba solo hay un pozo trampa de 17 metros. Hay que bajar destrepando con cuidado a la parte baja de la sala, ya que está muy empinado y el suelo resbala. Una vez en la parte más baja de la sala habría que girar a la derecha para ir hacia el paso de las Cuchillas, pero como veo que de frente parece que hay salida me despisto y allí que me voy. Para seguir de frente hay que hacer una corta trepada pero que resulta delicada pues esta resbaladizo y hay una caida no muy alta pero lo suficiente para que te pegues un buen cebollazo. Los demás me siguen.
Por la salida que había visto se llega a una sala que, tras escudriñarla minuciosamente vemos que no tiene salida, así que parece que por aquí no es. De todas formas la visita a esta sala merece mucho la pena pues es realmente bonita y vistosa. Allí todos echamos unos minutillos entre buscar la salida y recrearnos contemplando la sala.
Salimos de la sala y bajamos de nuevo al punto bajo de la sala de La Gran Campana. Allí ya se acuerda AJ de por dónde era y vamos para allá. Hay que hacer una trepada de unos 5 metros por un muro de canalizos, que es lo que se llama como Paso de las Cuchillas. Unas cuerdas fijas ayudan bastante a hacerla, porque si no la cosa no sería tan fácil. Vuelvo a quedarme el último.
Subido el Paso de las Cuchillas avanzamos por una corta galería, en la que hay un pozo que no debemos tomar, y que finaliza en una "gatera" que está aproximadamente 1,5 metros más alta que el suelo. Esa gatera nos permite pasar a la Sala del Lago. Un corto rápel de unos 5 metros que sale desde la propia gatera te deposita en una cornisa que bordea el lago que da nombre a la sala. La verdad es que es una pasada, el lago tan cristalino y las formaciones sobre él. Lo cierto es que lo ideal es meterse en el lago y explorar esas formaciones, pero no lo hacemos, yo por desconocimiento en ese momento.
En la sala del lago nos hemos ido acumulando, porque lo siguiente es un pozo cuya entrada es muy muy estrecha, tanto que hay que hacer bastante contorsionismo para entrar por él. Por ello, se tarda en ir saliendo uno a uno y entre eso y lo que nos entretuvimos al no encontrar antes el Paso de las Cuchillas, al final nos alcanza el grupo que viene detrás.
Realmente cuando va llegando todo el grupo que viene detrás, de nuestro grupo ya casi han bajado la mitad, pero uno de los del grupo posterior se ve que no le apetece esperar y propone que usemos dos cuerdas para bajar de dos en dos. La propuesta me parece tan absurda que no puedo hacer otra cosa que contestar con un seco y rotundo "No", a la vez que gesticulo con la cabeza como diciendo que "ni de coña", aunque alguno de mis compañeros intenta ser menos seco y algo más diplomático con la negación. El pavo en cuestión sigue insistiendo como si nos quisiera dar lecciones que eso se hace y se gana tiempo, mientras yo, viendo lo que cuesta pasar por la entrada del pozo, intento imaginarme a alguien intentando pasar por donde también otra cuerda pasante tensa de alguien que vaya por debajo te lo va a hacer ya totalmente imposible. La idiotez es tan absurda que aunque el individuo sigue con su "erre que erre" pasamos olímpicamente de él y seguimos a lo nuestro, hasta que finalmente se calla y deja de darnos el tostón.
Para entrar por el agujero en cuestión hay que llevar la saca colgando por debajo para que pase mucho antes que tú, alargar el ocho, para que tú pases antes que el ocho, y bajar rapelando con un brazo totalmente estirado hacia abajo y otro hacia arriba. Además, hay que hacer también alguna maniobra, metiendo la cabeza de lado, para que pase el casco.
Ya solo quedamos por pasar por ese estrechamiento Rober, Gaby y yo. Gaby ha ido dejando pasar a todos, así que ahora también deja pasar a Rober. El estrechamiento durará unos tres metros y aunque lo peor es la boca de entrada, las formas que tiene hacen que haya que ir gestionando bien cómo va pasando todo. Ese es el problema con el que se encuentra Rober... ha bajado la saca por delante, como todos, pero no la ha ido dirigiendo bien y se ha atascado, de forma que al intentar bajar Rober sin solucionar el problema, quizás "presionado" por ver al grupo posterior esperando, éste está intentando pasar a la vez que la saca. Viedo Gaby y yo el pifostio que está montando, lo cual nos está produciendo la risa puesto que Rober está incluso empezando a "adelantar" a su saca, le decimos que no siga y suba un poco para arriba para deshacer el atasco. Así hace y con alguna indicación nuestra, puesto que el que se mete en el estrechamiento no tiene posibilidad de ver las formas por debajo de él ni como van pasando saca, piernas y todo lo demás, consigue desatascar la saca y pasar hacia abajo.
Finalmente quedamos Gaby y yo y como él estaba dejando pasar a todos le pregunto si prefiere pasar él antes que yo y yo me sigo quedando el último, a lo que me contesta que si no me importa sí que prefiere pasar él antes... Tanto la pregunta como la respuesta tienen su lógica, puesto que Gaby es el más grandullón del grupo y me imagino que no le hará mucha gracia si, viendo los antecedentes, se queda atascado y no hay alguien que le pueda ayudar. Le ayudo a hacer las maniobras, por el tema de visibilidad que he comentado antes, y aunque también le cuesta un poco finalmente consigue pasar.
Por último bajo yo por el pozo. Como he podido ir observando los problemas de mis antecesores en el paso ya tengo "estudiadas" todas las maniobras, así que aunque no es del todo fácil por ejemplo dirigir adecuadamente la saca por debajo de ti a base de patadas, la verdad es que gracias a ello paso relativamente fácil y sin problemas.
Aproximadamente en el minuto 15 del video largo podéis ver bien lo enrevesado que es este estrechamiento.
Este estrechamiento no es sino la boca de lo que es un profundísimo pozo, o sucesión de dos prácticamente alineados, a través de los cuales vamos a descender más de 100 metros. Para ello, los rápeles están fraccionados para hacerlo posible, estando las instalaciones intermedias en unos sitios más cómodos y en otros menos cómodos. Según el croquis la sucesión de rápeles encadenados es de 30 m, 12 m, 7 m, 5 m, 17 m y 31 m. En nuestro caso, que llevamos varias cuerdas de varias longitudes, vamos viendo cual es la combinación más idónea de ellas en cada tramo, empalmadas o sin empalmar, para irlos solventando con la mejor fluidez y con la menor acumulación de gente en los puntos intermedios. Para ello acabamos uniendo alguno que otro de los rápeles intermedios, si bien no todos hicimos las mismas uniones y combinaciones porque íbamos optimizando sobre la marcha según íbamos viendo y según se necesitaban ciertas cuerdas más abajo.
En toda esta parte, lo más reseñable, aparte de estar bajando todos estos metros en rápel volado casi todo el tiempo, como corresponde a un pozo, es que habiendo llegado yo al primer punto intermedio tras haber pasado el estrechamiento y ubicado unos 30 metros bajo éste, los del grupo posterior me quitan la cuerda de la instalación de arriba según la estoy recogiendo, seguramente con idea de ayudar y acelerar la maniobra, con lo cual me cae de improviso estando a punto de recibir un cuerdazo de semejante altura, y a continuación colocan la suya y también la lanzan sin avisar, con el mismo resultado que antes. Esto podría denotar su poca profesionalidad y respeto, si bien seguramente fuera más bien fruto de su ignorancia y no lo hicieron de forma consciente. Por cierto, a partir de ese punto los dejamos atrás y ya no volvimos a saber nada de ellos, con lo que al final resulta que iban más lentos que nosotros que íbamos 8 y con niñas; niñas que por cierto se ventilaron toda la actividad como unas campeonas y con "sobresaliente" de nota.
En el último rápel de toda esta bajada pocera cada vez va empezando a caer más agua desde arriba, con lo que por primera vez nos empezamos a mojar. La cuerda se va mojando y hace que el rápel con el ocho no sea del todo contínuo sino que pega algunos tironcillos... que unido a la larga longitud de cuerda por un rápel tan alto y yendo en simple hace que acabes pegando botes con el chicleo de la cuerda aunque ésta sea semiestática. Esos botes a su vez hacen que el rápel pegue más tirones y éstos a su vez más botes, con lo que todo se va retroalimentado y vas bajando con un considerable vaivén ariba-abajo con la sensación de ser un yo-yo. En estas circunstancias aterrizo por fin en suelo horizontal, en el lecho del cauce, juntándome con mis compañeros.
Comenzamos a avanzar ya por el curso del agua y nada más empezar nos toca ya meternos de lleno en el agua, que está bien fría. Al parecer la temperatura en la cueva se mantiene siempre estable en el entorno de los 7 ºC, pero con el agua la sensación es de más frío. No solo hay mucha humedad sino también está lleno de particulas de agua en suspensión por todos los lados, como si fuera rocío volante. Por ello, es complicado hacer fotos, o mejor dicho que salgan bien.
Vamos avanzando como si fuera un cauce de agua de barranquismo en superficie, pero en cueva, y llegamos a la Sala de la Prensa. Allí podemos salir del agua a las rocas por el lado izquierdo y hacemos una parada para picotear algo. Sacamos los bidones de las sacas y de ellos la "comida" que llevamos: básicamente barritas energéticas, frutos secos, algunas "chuches" y poco más. También aprovechamos para hidratarnos bien, pues los neoprenos hacen deshidratarse a uno mucho.
Saciada nuestra sed y satisfechas nuestras necesidades alimentarias dentro de las posibilidades que hay, volvemos a recomponer las sacar y a retomar nuestro camino.
Lo que sigue es una sucesión de destrepes, rápeles, pasamanos, etc, que es muy difícil de recordar con detalle, pues el curso de agua es muy largo y da mucho de sí. En consecuencia, de esta parte voy a narrar los puntos más llamativos y que recuerdo mejor.
Llegado a un punto, hay un salto de 3 metros, que al parecer se puede saltar aunque hay un pasamanos por el lado derecho para evitarlo. Nosotros fuimos por el pasamanos, aunque yo por lo menos no era consciente de que ahí había un posible salto. Quizás lo evitamos porque circulaba más caudal de lo normal, no se veía bien la recepción, o cualquier otro motivo, pero todos fuimos siguiendo al primero y yo al menos no fui consciente de que existía esa posibilidad ni me fijé en ello.
En relación a la Gran Cascada, que se encuentra más adelante, ésta la vemos que lleva bastante agua, que cae con fuerza y ganas montando un gran estruendo. No recuerdo muy bien si la pasamos destrepando con un pasamanos o con un rápel, pero la pasamos por el lado derecho.
Se llega a otro punto en el que hay otra cascada, la Cascada del Cable. Hay un pasamanos mediante un cable de acero fijo, que te lleva por la derecha alejándote de la cascada a un punto donde con un rápel de unos 5 metros vuelves de nuevo al cauce pasada la cascada y alejados de su recepción. Cuando llego yo allí, la verdad es que me lo pienso un poco porque para acceder al cable del pasamanos hay que meterse por la corriente de agua cerca del borde de la cascada y se ve que el agua baja con fuerza. Al meterme veo que no es tanta la fuerza del agua como aparenta, pero por precaución decido quedarme allí para ayuda y seguridad de los otros que vayan pasando, especialmente las niñas. El pasamanos resulta algo aéreo, más que por la altura que no pasa de 5 metros, por no haber casi pies para apoyarlos; supongo que principamente por eso es una instalación fija con cable de acero, la única de este tipo que hay en la cueva.
Más adelante alcanzamos la Cascada de la Dificultad, que en los vídeos se ve que la bajan como tobogán, pero en nuestro caso baja el caudal suficiente como para descartar esa posibilidad. Por ello monto un corto rápel que perrmite bajar por el "tobogán" rapelando, haciéndolo así de forma más segura teniendo en cuenta el caudal que baja a semejante velocidad. También existe una instalación para pasar por alto por el lado derecho, en el caso de caudales ya muy altos.
En general durante el curso del agua te vas encontrando muchos pasamanos, destrepes y algunos rápeles, que hacen todo este recorrido la mar de entretenido, y si se hace largo es porque es realmente largo y no por otra cosa, porque se disfruta mucho.
La parte final del curso del agua es una especie de cañón subterráneo con aguas algo más profundas pero más tranquilas. En esta parte yo me he adelantado a los demás que se han quedado atrás en unos destrepes y me invade una sensación de soledad al adentrarme en este "cañón" y empezar a hacerse el silencio y no ver ya ninguna luz de frontales de los demás... tanto es así que acabo retrocediendo a ver si es que me he metido por un sitio equivocado y los demás han tirado por otro sitio... pero no, ya que al retroceder acabo viendo las luces de los frontales del grupo, que se dirigen hacia aquí.
El "cañón" finaliza en una amplia sala que se abre a la derecha del río, fuera del agua y con suelo de gravas. El curso de agua acaba aquí al sifonarse ésta para salir ya más adelante por la zona de la Covona. No obstante, aunque para nosotros se ha acabado el curso subterráneo del agua, todavía queda un tramo muy interesante de cueva antes de salir al exterior: la denominada galería de la M, ya veremos luego por qué. Pero previamente disfrutamos de esta enorme sala, denominada Sala de las Perlas por las gravas que toman un brillo especial, como si fueran perlas.
Recorremos la sala y al otro lado vemos una escalerilla colgante que nos lleva a la boca de una galería que se sitúa unos 5 metros más arriba. Este recorrido que viene ahora se conoce como la galería de la M, M de gusano, o cosas por el estilo, debido a que su recorrido va a dibujar una "M" y que se trata de una "galeria de gusano" porque tiene una sección muy redonda formando un círculo casi perfecto, de 1 metro o algo más de diámetro, como si la hubiera excavado un gusano.
Esa escalerílla que nos sube para poder entrar en la galería sería la primera pata de la "M". Subimos por la escalerilla pudiendo acceder a la galería, dentro de la cual hay otros 2 metrillos más de alto que hay que trepar porque ya no tenemos escalerilla. Dentro de la galería hay una corriente de aire de flipar, pues se nota que por aquí ya vamos a dirigirnos al exterior y es un punto de "respiración" de la cueva, por donde sale el aire al exterior. Al ser relativamente estrecha esta galería, podéis imaginar que aquí el aire circula con mucha alegría. Debido a ello, es el punto donde pasamos más frío, sobre todo en las esperas para rapelar.
Metido en la galería, inmediatamente ésta gira bruscamente para dirigirse en vertical hacia abajo, como si fuera un pozo. Rapelamos por este pozo, que constituiría el segundo palito de la "M", llegando a un punto bajo donde se acumula el agua (el resto de esta galería está seco). Este punto bajo forma un sifón ya que la galería vuelve a girar bruscamente hacia arriba y sería el vértice entre el segundo y tercer palito de la "M". Afortunadamente el agua no llega a cubrir la sección del todo y se pasa sin tener que sumergir la cabeza. Saliendo de este sifón, la galería vuelve a dirigirse en vertical hacia arriba.
Acometemos el tercer palito de la "M" que sería este pozo vertical para arriba, para lo cual vuelve a haber una escalerilla colgante que nos facilita la vida, pues por lo visto antes de que estuviera puesta este poco se subía haciendo la técnica de oposición.
Llegados arriba de esta escalerilla, esta galería-tubo vuelve a pegar un giro brusco y se dirige de nuevo en vertical hacia abajo. Bajamos rapelando por este cuarto y último palito de la "M" y ya llegando abajo se abre el agujero y vemos por fin la luz natural al fondo de la enorme caverna a la que llegamos.
Esta enorme caverna no es otra que la "Covona" y tiene un tamaño gigantesco. Por ella ya nos dirigimos hacia la luz exterior, saliendo con la sensación de pasar de un mundo a otro completamete distintos, o mejor dicho sensación de pasar de un mundo de sueños a despertar en otro real. Dentro hemos perdido totalmente la noción del tiempo y salimos como si nos acabáramos de despertar de forma agradable y placentera de un sueño... un bonito y aventurero sueño.
La Covona en sí es espectacular, así que no desaprovechamos la ocasión de sacar algunas fotos antes de seguir.
Salimos de la Covona y llama mucho la atención el verde de la vegetación, después de tanta roca. Seguimos el curso del río y enseguida se ve que llegamos a un buen precipicio... es el primer rápel del barranco que sigue a la Covona.
Para llegar a la instalación del rápel hay que llegar por el cauce del agua, pero hay un pasamanos para hacerlo de forma segura, que no sobra si el caudal va un poco fuerte. Rober, Gaby y yo hemos llegado los últimos ya que fuimos los últimos en llegar a la Covona y encima nos entretuvimos un poco con las fotos, así que cuando llegamos al rápel no solo ya está todo montado sino que incluso ya han empezado a bajar.
Tal y como nos organizamos, bajo yo el antepenúltimo. La verdad es que la instacación de rápel está tremendamente aérea, y con la corriente de agua que nos empuja, pues tenemos un buen caudal, no deja de dar cierto vértigo llegar a ella.
Me preparo e inicio el rápel. Se trata de un rápel muy espectacular y bonito, de 30 metros y volado, y encima aderezado con todo el caudal que nos cae directamente encima mientras bajamos, notablemente más caudal que el que se ve en los vídeos que he puesto, como se puede apreciar en las fotos... de hecho sacamos bastantes fotos pero en la mayoría no se ve a la persona que está rapelando al estar metida en todo el mogollón de agua, así que en este artículo solo he puesto dos en las que salimos un poco más abajo y se nos puede distinguir.
Seguimos río abajo, aunque a algún compañero le despista que pueda salirse por la izquierda, pero le corrijo porque de lo que sí que me acuerdo es que tenemos otro rápel más adelante y por tanto debemos seguir por el barranco. Efectivamente un poco más adelante está el otro rápel.
El último rápel también es bonito, ya que es un rápel de 17 metros sobre una pared totalmente vertical, que es llamativamente lisa por una de sus partes. Voy montando el rápel mientras llegan los demás, pero como hay dos instalaciones de rápel, cuando llegan mis compañeros con otra cuerda montan una segunda cuerda, que no se estorba con la primera. Así nos ventilamos este rápel el doble de rápido, jeje.
Pasado este rápel ya solo queda seguir el sendero que va río abajo junto al cauce, por el lado derecho. Este sendero te lleva al río Torío y se sube un poco por este lado derecho para ir a parar a un cable para cruzar el río con una tirolina.
Nosotros hemos ido a la tirolina, pero otros compañeros que venían por detrás se han bajado a cruzar el río normalmente con el neopreno. Yo llevo una polea de escalada, que no es para tirolinas pero nos puede hacer el apaño, pero antes de que pueda decirlo ya está Gaby cruzando el cable en forma "manual" asegurado con un mosquetéon.
Preparo la polea, a la que ato un cabo de cuerda para volverla a retornar de nuevo una vez pase cada uno y empiezan a bajar las niñas. La verdad es que la polea no corre mucho y se frena, así que en principio es un medio fracaso; no obstante cuando me tiro yo el último la verdad es que sí coge velocidad y estoy a punto de tener un aterrizaje algo "forzoso" en la otra orilla... la clave ha sido que la cuerda para retornar la polea frenaba a ésta por su peso, a pesar de no llevarla tensa, y como en el último viaje ya no había cuerda pues la polea ha corrido más libremente... aprendido para otra vez, que la cuerda de retorno hay que colocarla de otra forma, o anclarla a otro punto para que no entorpezca la orientación de la polea o lo que fuera.
Desde la otra orilla del río el coche está allí mismo, a menos de 1 minuto. Cuando llegamos a él ninguno tenemos ni una idea aproximada de qué hora será, pues dentro de la cueva hemos perdido totalmente la noción del tiempo. Cuando sacamos y miramos el reloj vemos que son casi las siete de la tarde, así que teniendo en cuenta que cuando entramos eran prácticamente las 12 del mediodía, al final hemos tardado unas 7 horas de coche a coche. Como digo al principio del artículo, se puede hacer en mucho menos tiempo si el grupo es más pequeño. si la geste está experimentada, si se conoce perfectamente la cueva, si el caudal no es muy alto, si no se entretiene mucho la gente contemplando las maravillas de la cueva..., pero es una actividad que tampoco es para echar carreras sino todo lo contrario, es para disfrutarla con tranquilidad; por ello lo que hemos tardado nosotros al final creo que es una buena referencia, e incluso hay que llevar más tiempo de margen por si acaso.
Vamos los conductores a recuperar los otros dos coches que están en el aparcamiento de la Atalaya y volvemos a por los demás, trasladándonos todos de nuevo al camping. Allí ponemos todo a secar, nos duchamos, descansamos y cenamos, yendo posteriormente andando al pueblo a tomar alguna copilla y volviendo tranquilamente andando de nuevo al cámping a dormir.
Vuelvo a recordar los dos vídeos que he puesto al principio, que creo que vale la pena ver y con los que vais a poder ver mejor algunas cosas como la sala del lago o el bonito primer rápel en el exterior tras salir de la Covona. Pongo de nuevo el enlace del reportaje muy interesante de toda esta actividad, bastante bien hecho y currado, que muestra y explica de forma muy resumida pero bastante bien esta actividad. Y el del video mucho mas extenso y detallado de la actividad, con algunas explicaciones en subtítulos.
Fecha: 3 de junio de 2018
Nos levantamos, desayunamos y vamos recogiendo todo el tenderete que tenemos montado de cosas secándose. Hoy tenemos previsto escalar en las hoces de Vegacervera. SIn embargo varios de los integrantes se han levandado sin muchas ganas de escalar, así que al final solo nos vamos a escalar María, Mónica, AJ, Júcar y yo. Quedamos con los demás en vernos más tarde para tomar unas cervezas, comer y ya retornar a Madrid.
Para mí esta mañana de escalada es muy importante, ya que es la primera vez que voy a escalar en roca desde mi accidente. Si bien llevo varios meses entrenando en rocódromo, lo cierto es que hasta ahora no había escalado en roca debido a que todavía tengo alguna avería sin solucionar (principalmente el tendón peroneo corto roto en longitudinal) y bastantes secuelas como dolores, algo de falta de movilidad lateral, algo de falta de fuerza en el pie accidentado y la propiocepción o sentido del equilibrio del pie malo también afectado. Parece lógico que hasta ahora haya tenido reparos en escalar en roca a la espera de una mejor recuperación, pero hoy parece una buena ocasión para ir probando y romper el hielo.
Nos plantamos en las hoces y dejamos los coches en un apartadero, subiendo andando hasta las paredes. No tenemos nigún croquis, así que miramos así a ojo hasta buscar una zona que no se vea excesivamente cañera y ahí nos metemos a hacer tres o cuatro vías de escalada deportiva. La verdad es que la cosa se me da mejor de lo que me esperaba y eso me servirá para volver a casa con una buena dosis de moral positiva.
Nuestros compañeros nos avisan por el móvil que cancelamos las cañas de después ya que deciden comer pronto y tirar ya para Madrid. Eso nos permite estar menos pendiente del reloj y de que se nos haga tarde. De todas formas tampoco tardamos mucho en darnos por satisfechos y bajar, pensando en que todavía tenemos que comer y hacer el viaje a Madrid.
La comida la hacemos en unos merenderos que hay cerca de Vegacervera, ya que nos sobra comida de la que hemos traído y además es un pelín tarde para andar buscado un sitio interesante donde nos den de comer. Tras comer emprendemos el viaje de vuelta después de un fin de semana del que me vuelvo con dos días muy positivos.
Bajando por el suelo de la sala de La Gran Campana |
Por la salida que había visto se llega a una sala que, tras escudriñarla minuciosamente vemos que no tiene salida, así que parece que por aquí no es. De todas formas la visita a esta sala merece mucho la pena pues es realmente bonita y vistosa. Allí todos echamos unos minutillos entre buscar la salida y recrearnos contemplando la sala.
Muy vistosa la sala adyacente a la de la de La Gran Campana |
Otra foto de la zona |
Salimos de la sala y bajamos de nuevo al punto bajo de la sala de La Gran Campana. Allí ya se acuerda AJ de por dónde era y vamos para allá. Hay que hacer una trepada de unos 5 metros por un muro de canalizos, que es lo que se llama como Paso de las Cuchillas. Unas cuerdas fijas ayudan bastante a hacerla, porque si no la cosa no sería tan fácil. Vuelvo a quedarme el último.
Subido el Paso de las Cuchillas avanzamos por una corta galería, en la que hay un pozo que no debemos tomar, y que finaliza en una "gatera" que está aproximadamente 1,5 metros más alta que el suelo. Esa gatera nos permite pasar a la Sala del Lago. Un corto rápel de unos 5 metros que sale desde la propia gatera te deposita en una cornisa que bordea el lago que da nombre a la sala. La verdad es que es una pasada, el lago tan cristalino y las formaciones sobre él. Lo cierto es que lo ideal es meterse en el lago y explorar esas formaciones, pero no lo hacemos, yo por desconocimiento en ese momento.
Rápel desde la gatera a la sala del lago |
En la sala del lago nos hemos ido acumulando, porque lo siguiente es un pozo cuya entrada es muy muy estrecha, tanto que hay que hacer bastante contorsionismo para entrar por él. Por ello, se tarda en ir saliendo uno a uno y entre eso y lo que nos entretuvimos al no encontrar antes el Paso de las Cuchillas, al final nos alcanza el grupo que viene detrás.
Realmente cuando va llegando todo el grupo que viene detrás, de nuestro grupo ya casi han bajado la mitad, pero uno de los del grupo posterior se ve que no le apetece esperar y propone que usemos dos cuerdas para bajar de dos en dos. La propuesta me parece tan absurda que no puedo hacer otra cosa que contestar con un seco y rotundo "No", a la vez que gesticulo con la cabeza como diciendo que "ni de coña", aunque alguno de mis compañeros intenta ser menos seco y algo más diplomático con la negación. El pavo en cuestión sigue insistiendo como si nos quisiera dar lecciones que eso se hace y se gana tiempo, mientras yo, viendo lo que cuesta pasar por la entrada del pozo, intento imaginarme a alguien intentando pasar por donde también otra cuerda pasante tensa de alguien que vaya por debajo te lo va a hacer ya totalmente imposible. La idiotez es tan absurda que aunque el individuo sigue con su "erre que erre" pasamos olímpicamente de él y seguimos a lo nuestro, hasta que finalmente se calla y deja de darnos el tostón.
Para entrar por el agujero en cuestión hay que llevar la saca colgando por debajo para que pase mucho antes que tú, alargar el ocho, para que tú pases antes que el ocho, y bajar rapelando con un brazo totalmente estirado hacia abajo y otro hacia arriba. Además, hay que hacer también alguna maniobra, metiendo la cabeza de lado, para que pase el casco.
El estrechamiento por el que se sale de la sala del lago |
Ya solo quedamos por pasar por ese estrechamiento Rober, Gaby y yo. Gaby ha ido dejando pasar a todos, así que ahora también deja pasar a Rober. El estrechamiento durará unos tres metros y aunque lo peor es la boca de entrada, las formas que tiene hacen que haya que ir gestionando bien cómo va pasando todo. Ese es el problema con el que se encuentra Rober... ha bajado la saca por delante, como todos, pero no la ha ido dirigiendo bien y se ha atascado, de forma que al intentar bajar Rober sin solucionar el problema, quizás "presionado" por ver al grupo posterior esperando, éste está intentando pasar a la vez que la saca. Viedo Gaby y yo el pifostio que está montando, lo cual nos está produciendo la risa puesto que Rober está incluso empezando a "adelantar" a su saca, le decimos que no siga y suba un poco para arriba para deshacer el atasco. Así hace y con alguna indicación nuestra, puesto que el que se mete en el estrechamiento no tiene posibilidad de ver las formas por debajo de él ni como van pasando saca, piernas y todo lo demás, consigue desatascar la saca y pasar hacia abajo.
Finalmente quedamos Gaby y yo y como él estaba dejando pasar a todos le pregunto si prefiere pasar él antes que yo y yo me sigo quedando el último, a lo que me contesta que si no me importa sí que prefiere pasar él antes... Tanto la pregunta como la respuesta tienen su lógica, puesto que Gaby es el más grandullón del grupo y me imagino que no le hará mucha gracia si, viendo los antecedentes, se queda atascado y no hay alguien que le pueda ayudar. Le ayudo a hacer las maniobras, por el tema de visibilidad que he comentado antes, y aunque también le cuesta un poco finalmente consigue pasar.
Por último bajo yo por el pozo. Como he podido ir observando los problemas de mis antecesores en el paso ya tengo "estudiadas" todas las maniobras, así que aunque no es del todo fácil por ejemplo dirigir adecuadamente la saca por debajo de ti a base de patadas, la verdad es que gracias a ello paso relativamente fácil y sin problemas.
Aproximadamente en el minuto 15 del video largo podéis ver bien lo enrevesado que es este estrechamiento.
Este estrechamiento no es sino la boca de lo que es un profundísimo pozo, o sucesión de dos prácticamente alineados, a través de los cuales vamos a descender más de 100 metros. Para ello, los rápeles están fraccionados para hacerlo posible, estando las instalaciones intermedias en unos sitios más cómodos y en otros menos cómodos. Según el croquis la sucesión de rápeles encadenados es de 30 m, 12 m, 7 m, 5 m, 17 m y 31 m. En nuestro caso, que llevamos varias cuerdas de varias longitudes, vamos viendo cual es la combinación más idónea de ellas en cada tramo, empalmadas o sin empalmar, para irlos solventando con la mejor fluidez y con la menor acumulación de gente en los puntos intermedios. Para ello acabamos uniendo alguno que otro de los rápeles intermedios, si bien no todos hicimos las mismas uniones y combinaciones porque íbamos optimizando sobre la marcha según íbamos viendo y según se necesitaban ciertas cuerdas más abajo.
En toda esta parte, lo más reseñable, aparte de estar bajando todos estos metros en rápel volado casi todo el tiempo, como corresponde a un pozo, es que habiendo llegado yo al primer punto intermedio tras haber pasado el estrechamiento y ubicado unos 30 metros bajo éste, los del grupo posterior me quitan la cuerda de la instalación de arriba según la estoy recogiendo, seguramente con idea de ayudar y acelerar la maniobra, con lo cual me cae de improviso estando a punto de recibir un cuerdazo de semejante altura, y a continuación colocan la suya y también la lanzan sin avisar, con el mismo resultado que antes. Esto podría denotar su poca profesionalidad y respeto, si bien seguramente fuera más bien fruto de su ignorancia y no lo hicieron de forma consciente. Por cierto, a partir de ese punto los dejamos atrás y ya no volvimos a saber nada de ellos, con lo que al final resulta que iban más lentos que nosotros que íbamos 8 y con niñas; niñas que por cierto se ventilaron toda la actividad como unas campeonas y con "sobresaliente" de nota.
En el último rápel de toda esta bajada pocera cada vez va empezando a caer más agua desde arriba, con lo que por primera vez nos empezamos a mojar. La cuerda se va mojando y hace que el rápel con el ocho no sea del todo contínuo sino que pega algunos tironcillos... que unido a la larga longitud de cuerda por un rápel tan alto y yendo en simple hace que acabes pegando botes con el chicleo de la cuerda aunque ésta sea semiestática. Esos botes a su vez hacen que el rápel pegue más tirones y éstos a su vez más botes, con lo que todo se va retroalimentado y vas bajando con un considerable vaivén ariba-abajo con la sensación de ser un yo-yo. En estas circunstancias aterrizo por fin en suelo horizontal, en el lecho del cauce, juntándome con mis compañeros.
Comenzamos a avanzar ya por el curso del agua y nada más empezar nos toca ya meternos de lleno en el agua, que está bien fría. Al parecer la temperatura en la cueva se mantiene siempre estable en el entorno de los 7 ºC, pero con el agua la sensación es de más frío. No solo hay mucha humedad sino también está lleno de particulas de agua en suspensión por todos los lados, como si fuera rocío volante. Por ello, es complicado hacer fotos, o mejor dicho que salgan bien.
En el curso del agua |
Vamos avanzando como si fuera un cauce de agua de barranquismo en superficie, pero en cueva, y llegamos a la Sala de la Prensa. Allí podemos salir del agua a las rocas por el lado izquierdo y hacemos una parada para picotear algo. Sacamos los bidones de las sacas y de ellos la "comida" que llevamos: básicamente barritas energéticas, frutos secos, algunas "chuches" y poco más. También aprovechamos para hidratarnos bien, pues los neoprenos hacen deshidratarse a uno mucho.
Posando junto a estalactitas, en un momento que aprovecho para salir en alguna foto |
Picoteo y verborrea en la Sala de la Prensa |
Saciada nuestra sed y satisfechas nuestras necesidades alimentarias dentro de las posibilidades que hay, volvemos a recomponer las sacar y a retomar nuestro camino.
Aunque la foto no es muy buena debido a las condiciones, más o menos se aprecia que el agua está cristalina |
Lo que sigue es una sucesión de destrepes, rápeles, pasamanos, etc, que es muy difícil de recordar con detalle, pues el curso de agua es muy largo y da mucho de sí. En consecuencia, de esta parte voy a narrar los puntos más llamativos y que recuerdo mejor.
Llegado a un punto, hay un salto de 3 metros, que al parecer se puede saltar aunque hay un pasamanos por el lado derecho para evitarlo. Nosotros fuimos por el pasamanos, aunque yo por lo menos no era consciente de que ahí había un posible salto. Quizás lo evitamos porque circulaba más caudal de lo normal, no se veía bien la recepción, o cualquier otro motivo, pero todos fuimos siguiendo al primero y yo al menos no fui consciente de que existía esa posibilidad ni me fijé en ello.
En relación a la Gran Cascada, que se encuentra más adelante, ésta la vemos que lleva bastante agua, que cae con fuerza y ganas montando un gran estruendo. No recuerdo muy bien si la pasamos destrepando con un pasamanos o con un rápel, pero la pasamos por el lado derecho.
Se llega a otro punto en el que hay otra cascada, la Cascada del Cable. Hay un pasamanos mediante un cable de acero fijo, que te lleva por la derecha alejándote de la cascada a un punto donde con un rápel de unos 5 metros vuelves de nuevo al cauce pasada la cascada y alejados de su recepción. Cuando llego yo allí, la verdad es que me lo pienso un poco porque para acceder al cable del pasamanos hay que meterse por la corriente de agua cerca del borde de la cascada y se ve que el agua baja con fuerza. Al meterme veo que no es tanta la fuerza del agua como aparenta, pero por precaución decido quedarme allí para ayuda y seguridad de los otros que vayan pasando, especialmente las niñas. El pasamanos resulta algo aéreo, más que por la altura que no pasa de 5 metros, por no haber casi pies para apoyarlos; supongo que principamente por eso es una instalación fija con cable de acero, la única de este tipo que hay en la cueva.
En el pasamanos de la Cascada del Cable |
Delante se aprecia el rápel que te vuelve a bajar al lecho del cauce |
Más adelante alcanzamos la Cascada de la Dificultad, que en los vídeos se ve que la bajan como tobogán, pero en nuestro caso baja el caudal suficiente como para descartar esa posibilidad. Por ello monto un corto rápel que perrmite bajar por el "tobogán" rapelando, haciéndolo así de forma más segura teniendo en cuenta el caudal que baja a semejante velocidad. También existe una instalación para pasar por alto por el lado derecho, en el caso de caudales ya muy altos.
María bajando la Cascada de la Dificultad. Como se aprecia en sus pies, hoy el agua lleva la suficiente fuerza y velocidad como para desaconsejar el bajarla en modo tobogán |
En general durante el curso del agua te vas encontrando muchos pasamanos, destrepes y algunos rápeles, que hacen todo este recorrido la mar de entretenido, y si se hace largo es porque es realmente largo y no por otra cosa, porque se disfruta mucho.
La parte final del curso del agua es una especie de cañón subterráneo con aguas algo más profundas pero más tranquilas. En esta parte yo me he adelantado a los demás que se han quedado atrás en unos destrepes y me invade una sensación de soledad al adentrarme en este "cañón" y empezar a hacerse el silencio y no ver ya ninguna luz de frontales de los demás... tanto es así que acabo retrocediendo a ver si es que me he metido por un sitio equivocado y los demás han tirado por otro sitio... pero no, ya que al retroceder acabo viendo las luces de los frontales del grupo, que se dirigen hacia aquí.
El "cañón" finaliza en una amplia sala que se abre a la derecha del río, fuera del agua y con suelo de gravas. El curso de agua acaba aquí al sifonarse ésta para salir ya más adelante por la zona de la Covona. No obstante, aunque para nosotros se ha acabado el curso subterráneo del agua, todavía queda un tramo muy interesante de cueva antes de salir al exterior: la denominada galería de la M, ya veremos luego por qué. Pero previamente disfrutamos de esta enorme sala, denominada Sala de las Perlas por las gravas que toman un brillo especial, como si fueran perlas.
Recorremos la sala y al otro lado vemos una escalerilla colgante que nos lleva a la boca de una galería que se sitúa unos 5 metros más arriba. Este recorrido que viene ahora se conoce como la galería de la M, M de gusano, o cosas por el estilo, debido a que su recorrido va a dibujar una "M" y que se trata de una "galeria de gusano" porque tiene una sección muy redonda formando un círculo casi perfecto, de 1 metro o algo más de diámetro, como si la hubiera excavado un gusano.
Esa escalerílla que nos sube para poder entrar en la galería sería la primera pata de la "M". Subimos por la escalerilla pudiendo acceder a la galería, dentro de la cual hay otros 2 metrillos más de alto que hay que trepar porque ya no tenemos escalerilla. Dentro de la galería hay una corriente de aire de flipar, pues se nota que por aquí ya vamos a dirigirnos al exterior y es un punto de "respiración" de la cueva, por donde sale el aire al exterior. Al ser relativamente estrecha esta galería, podéis imaginar que aquí el aire circula con mucha alegría. Debido a ello, es el punto donde pasamos más frío, sobre todo en las esperas para rapelar.
Subiendo por la escalerilla a la galería |
Metido en la galería, inmediatamente ésta gira bruscamente para dirigirse en vertical hacia abajo, como si fuera un pozo. Rapelamos por este pozo, que constituiría el segundo palito de la "M", llegando a un punto bajo donde se acumula el agua (el resto de esta galería está seco). Este punto bajo forma un sifón ya que la galería vuelve a girar bruscamente hacia arriba y sería el vértice entre el segundo y tercer palito de la "M". Afortunadamente el agua no llega a cubrir la sección del todo y se pasa sin tener que sumergir la cabeza. Saliendo de este sifón, la galería vuelve a dirigirse en vertical hacia arriba.
Gaby saliendo del sifón |
Y foto hecha por Gaby desde el sifón donde se ve a Rober a punto de subir por el siguiente tramo y yo esperando |
Acometemos el tercer palito de la "M" que sería este pozo vertical para arriba, para lo cual vuelve a haber una escalerilla colgante que nos facilita la vida, pues por lo visto antes de que estuviera puesta este poco se subía haciendo la técnica de oposición.
Gaby llegando arriba de este tercer palito de la "M" |
Llegados arriba de esta escalerilla, esta galería-tubo vuelve a pegar un giro brusco y se dirige de nuevo en vertical hacia abajo. Bajamos rapelando por este cuarto y último palito de la "M" y ya llegando abajo se abre el agujero y vemos por fin la luz natural al fondo de la enorme caverna a la que llegamos.
Rober empezando a rapelar el último palito de la "M" |
EN la Covona, por fin la luz natural |
Gaby llegando a la Covona por el último palito de la "M", que se abre repentinamente |
Esta enorme caverna no es otra que la "Covona" y tiene un tamaño gigantesco. Por ella ya nos dirigimos hacia la luz exterior, saliendo con la sensación de pasar de un mundo a otro completamete distintos, o mejor dicho sensación de pasar de un mundo de sueños a despertar en otro real. Dentro hemos perdido totalmente la noción del tiempo y salimos como si nos acabáramos de despertar de forma agradable y placentera de un sueño... un bonito y aventurero sueño.
La Covona en sí es espectacular, así que no desaprovechamos la ocasión de sacar algunas fotos antes de seguir.
Gaby y yo posando en la Covona |
En la salida de la Covona |
Salimos de la Covona y llama mucho la atención el verde de la vegetación, después de tanta roca. Seguimos el curso del río y enseguida se ve que llegamos a un buen precipicio... es el primer rápel del barranco que sigue a la Covona.
Ya en la misma boca de la Covona llama la atención el verde de la vegetación |
Seguimos por el cauce del río |
Para llegar a la instalación del rápel hay que llegar por el cauce del agua, pero hay un pasamanos para hacerlo de forma segura, que no sobra si el caudal va un poco fuerte. Rober, Gaby y yo hemos llegado los últimos ya que fuimos los últimos en llegar a la Covona y encima nos entretuvimos un poco con las fotos, así que cuando llegamos al rápel no solo ya está todo montado sino que incluso ya han empezado a bajar.
Llegando a la cascada de 30 metros, con un pasamanos por el lado derecho |
Tal y como nos organizamos, bajo yo el antepenúltimo. La verdad es que la instacación de rápel está tremendamente aérea, y con la corriente de agua que nos empuja, pues tenemos un buen caudal, no deja de dar cierto vértigo llegar a ella.
La fuerte corriente de agua que tenemos no facilita las cosas en este sitio tan aéreo |
Me preparo e inicio el rápel. Se trata de un rápel muy espectacular y bonito, de 30 metros y volado, y encima aderezado con todo el caudal que nos cae directamente encima mientras bajamos, notablemente más caudal que el que se ve en los vídeos que he puesto, como se puede apreciar en las fotos... de hecho sacamos bastantes fotos pero en la mayoría no se ve a la persona que está rapelando al estar metida en todo el mogollón de agua, así que en este artículo solo he puesto dos en las que salimos un poco más abajo y se nos puede distinguir.
Con tanta agua cayendo ni se nos ve hasta que no hemos bajado bastante. Éste soy yo |
Y éste AJ, cerrando el grupo |
Seguimos río abajo, aunque a algún compañero le despista que pueda salirse por la izquierda, pero le corrijo porque de lo que sí que me acuerdo es que tenemos otro rápel más adelante y por tanto debemos seguir por el barranco. Efectivamente un poco más adelante está el otro rápel.
El último rápel también es bonito, ya que es un rápel de 17 metros sobre una pared totalmente vertical, que es llamativamente lisa por una de sus partes. Voy montando el rápel mientras llegan los demás, pero como hay dos instalaciones de rápel, cuando llegan mis compañeros con otra cuerda montan una segunda cuerda, que no se estorba con la primera. Así nos ventilamos este rápel el doble de rápido, jeje.
El último rápel visto desde abajo |
Pasado este rápel ya solo queda seguir el sendero que va río abajo junto al cauce, por el lado derecho. Este sendero te lleva al río Torío y se sube un poco por este lado derecho para ir a parar a un cable para cruzar el río con una tirolina.
Nosotros hemos ido a la tirolina, pero otros compañeros que venían por detrás se han bajado a cruzar el río normalmente con el neopreno. Yo llevo una polea de escalada, que no es para tirolinas pero nos puede hacer el apaño, pero antes de que pueda decirlo ya está Gaby cruzando el cable en forma "manual" asegurado con un mosquetéon.
Gaby cruzando por el cable de la tirolina en "modo manual" |
Preparo la polea, a la que ato un cabo de cuerda para volverla a retornar de nuevo una vez pase cada uno y empiezan a bajar las niñas. La verdad es que la polea no corre mucho y se frena, así que en principio es un medio fracaso; no obstante cuando me tiro yo el último la verdad es que sí coge velocidad y estoy a punto de tener un aterrizaje algo "forzoso" en la otra orilla... la clave ha sido que la cuerda para retornar la polea frenaba a ésta por su peso, a pesar de no llevarla tensa, y como en el último viaje ya no había cuerda pues la polea ha corrido más libremente... aprendido para otra vez, que la cuerda de retorno hay que colocarla de otra forma, o anclarla a otro punto para que no entorpezca la orientación de la polea o lo que fuera.
Hada, a punto de tirarse por la tirolina... |
La pena es que tal y como he puesto la cuerda de recuperación la polea se frena a mitad del río...tenía que haberla atado de otra forma |
Desde la otra orilla del río el coche está allí mismo, a menos de 1 minuto. Cuando llegamos a él ninguno tenemos ni una idea aproximada de qué hora será, pues dentro de la cueva hemos perdido totalmente la noción del tiempo. Cuando sacamos y miramos el reloj vemos que son casi las siete de la tarde, así que teniendo en cuenta que cuando entramos eran prácticamente las 12 del mediodía, al final hemos tardado unas 7 horas de coche a coche. Como digo al principio del artículo, se puede hacer en mucho menos tiempo si el grupo es más pequeño. si la geste está experimentada, si se conoce perfectamente la cueva, si el caudal no es muy alto, si no se entretiene mucho la gente contemplando las maravillas de la cueva..., pero es una actividad que tampoco es para echar carreras sino todo lo contrario, es para disfrutarla con tranquilidad; por ello lo que hemos tardado nosotros al final creo que es una buena referencia, e incluso hay que llevar más tiempo de margen por si acaso.
Vamos los conductores a recuperar los otros dos coches que están en el aparcamiento de la Atalaya y volvemos a por los demás, trasladándonos todos de nuevo al camping. Allí ponemos todo a secar, nos duchamos, descansamos y cenamos, yendo posteriormente andando al pueblo a tomar alguna copilla y volviendo tranquilamente andando de nuevo al cámping a dormir.
Vuelvo a recordar los dos vídeos que he puesto al principio, que creo que vale la pena ver y con los que vais a poder ver mejor algunas cosas como la sala del lago o el bonito primer rápel en el exterior tras salir de la Covona. Pongo de nuevo el enlace del reportaje muy interesante de toda esta actividad, bastante bien hecho y currado, que muestra y explica de forma muy resumida pero bastante bien esta actividad. Y el del video mucho mas extenso y detallado de la actividad, con algunas explicaciones en subtítulos.
Fecha: 3 de junio de 2018
Nos levantamos, desayunamos y vamos recogiendo todo el tenderete que tenemos montado de cosas secándose. Hoy tenemos previsto escalar en las hoces de Vegacervera. SIn embargo varios de los integrantes se han levandado sin muchas ganas de escalar, así que al final solo nos vamos a escalar María, Mónica, AJ, Júcar y yo. Quedamos con los demás en vernos más tarde para tomar unas cervezas, comer y ya retornar a Madrid.
Para mí esta mañana de escalada es muy importante, ya que es la primera vez que voy a escalar en roca desde mi accidente. Si bien llevo varios meses entrenando en rocódromo, lo cierto es que hasta ahora no había escalado en roca debido a que todavía tengo alguna avería sin solucionar (principalmente el tendón peroneo corto roto en longitudinal) y bastantes secuelas como dolores, algo de falta de movilidad lateral, algo de falta de fuerza en el pie accidentado y la propiocepción o sentido del equilibrio del pie malo también afectado. Parece lógico que hasta ahora haya tenido reparos en escalar en roca a la espera de una mejor recuperación, pero hoy parece una buena ocasión para ir probando y romper el hielo.
Nos plantamos en las hoces y dejamos los coches en un apartadero, subiendo andando hasta las paredes. No tenemos nigún croquis, así que miramos así a ojo hasta buscar una zona que no se vea excesivamente cañera y ahí nos metemos a hacer tres o cuatro vías de escalada deportiva. La verdad es que la cosa se me da mejor de lo que me esperaba y eso me servirá para volver a casa con una buena dosis de moral positiva.
Júcar, en una de las vías |
Nuestros compañeros nos avisan por el móvil que cancelamos las cañas de después ya que deciden comer pronto y tirar ya para Madrid. Eso nos permite estar menos pendiente del reloj y de que se nos haga tarde. De todas formas tampoco tardamos mucho en darnos por satisfechos y bajar, pensando en que todavía tenemos que comer y hacer el viaje a Madrid.
La comida la hacemos en unos merenderos que hay cerca de Vegacervera, ya que nos sobra comida de la que hemos traído y además es un pelín tarde para andar buscado un sitio interesante donde nos den de comer. Tras comer emprendemos el viaje de vuelta después de un fin de semana del que me vuelvo con dos días muy positivos.
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