Año 2019. Participantes: Ángel MP, Alfonso, Goyo y yo
Tenía muchas ganas de hacer esta ruta que me habían hablado muy bien de ella, tanto desde el aspecto paisajístico como desde el de la diversión sobre la bici, así que al final era cuestión de tiempo el que acabara cuajando en el grupillo el hacerla... y la verdad es que no me defraudó.
Track: Grabado in situ (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).
Índice IBP: 85
Fecha: 27 de enero de 2019
Nos juntamos con Alfonso en la zona de la Penosilla, sitio habitual donde dejar el coche. Es un lugar donde suele hacer frío, y por estas fechas más, así que vamos bien equipados. Además el día está un poco amenazante.
Una vez preparados iniciamos la marcha, subiendo por la pista asfaltada de la Penosilla, que pronto empieza a trazar zetas. No obstante, al poco de empezar me doy cuenta de que me he olvidado las gafas o los guantes, así que bajo de nuevo al coche a por ellos y retorno lo más pronto que puedo con mis compañeros.
Pasamos el primer desvío y seguimos subiendo por las zetas "de verdad", jajaja. Vamos rebotando a un lado y a otro casi en silencio por el esfuerzo que lleva en algunos tramos, cada uno marcando su ritmo, e intentando agrandar el radio de giro en las horquillas para suavizar en lo posible la pendiente.
Las zetas parece que no terminan nunca... para un lado, vuelta para el otro... pero finalmente llegamos a un punto donde la pendiente de repente casi desaparece. Este tramo se agracece un montón puesto que permite tomarse un buen descanso (aunque sea muy relativo) intermedio antes de acometer la segunda parte de la subida. Esta zona de descanso tiene algunos kilómetros y muy buenas vistas.
Pasamos junto al Centro de Educación Ambiental Arboreto Luis Ceballos, con sus banderas ondeantes, lugar donde hacemos una breve parada y continuamos.
Un poquito más adelante trazamos una horquilla para dirigirnos a la parte final de la subida al Puerto de Malagón. Al principio es subida suave, pero pronto se empieza a poner picante. En la parte dura las pendientes rondan el 15-20 %, así que vamos dosificando y subiendo a nuestro ritmo, con cuidado de no meter demasiada fuerza a las pedaladas para evitar que la rueda de detrás derrape al intentar traccionar.
Un pelín antes de coronar el puerto hacemos una parada estratégica... la cuestión es que en cuanto asomemos las narices por él nos vamos a encontrar con un viento y frío de narices. Por ello, yo por ejemplo opto por ponerme el chubasquero, y también aprovechamos para echar alguna meadilla antes de seguir.
Efectivamente, en cuanto estamos a punto de coronar el puerto hace un aire de narices. Pasamos el puerto y de seguido continuamos, porque no hay quien pare ahí en esas condiciones. En esta continuación lo que hacemos es subir por la vertiente norte del Cerro de la Cabeza. Hay neverillos invadiendo el camino, que vamos traspasando con cuidado, ya que tienen una mezcla de nieve durilla pero a la vez con poca consistencia.
Subiendo con malas condiciones tras haber pasado el Puerto de Malagón |
Vamos bien abrigados y protegidos contra el viento |
La pinta que tiene mirando hacia delante no es muy esperanzadora |
Pasamos cerca de la cumbre del Cerro de la Cabeza, pero unos 80 metros más abajo, y enseguida alcanzamos el punto de mayor altitud de la ruta (1600 m) y el final de este atracón inicial de subidas.
Iniciamos ahora un vertiginoso descenso por pista de tierra, con una parada incluida al poco de iniciarlo porque hemos visto un corzo o algo parecido. Este descenso nos acaba desembocando en la carretera M-535 en las proximidades de Robledondo, pero abandonamos casi inmediatamente la carretera por un sendero ya con un toquecillo trialero que nos acaba llevando hasta el Puerto de la Cruz Verde.
En el puerto de la cruz verde dudamos si hacer una parada para comer algo, que hemos ido dejando para más adelante debido a las malas condiciones. Finalmente la parada es breve y decidimos continuar ya que más adelante podremos estar más a gusto.
Desde el Puerto de la Cruz Verde bajamos por la carretera M-535 durante aproximadamente 1 kilómetro y enseguida nos salimos por el exterior de una curva proninciada, de donde parte un camino que baja.
Bajamos por este camino, por momentos muy roto y algo trialero. Una bajada en la que intentamos hacer una parada pero no nos acaba de convencer y también se convierte en una parada corta y seguimos bajando. Llegamos a un cruce de caminos, donde pegamos un giro de casi 180 grados y cogemos un divertido sendero por el que nos dirigimos en dirección Zarzalejo. En este sendero estamos en vertiente sur, bastante más bajos y también calienta el sol, con lo que el frío ya deja de ser un problema.
Alfonso bajando por el sendero que nos encamina a Zarzalejo |
Tenemos Zarzalejo delante de nuestras narices, pero nos hemos desviado por un ramal, así que atajamos para recuperar la ruta correcta. Cruzamos el arroyo y emprendemos una potente subida que enseguida nos acaba adentrando en el casco urbano de Zarzalejo. Lo atravesamos y continuamos hasta la Estación de Zarzalejo, donde ya saliendo, paramos a mano izquierda en un parquecito con fuente. Allí por fin hacemos la parada larga que tanto se ha estado haciendo de rogar.
Por fin la parada grande de hoy. Ángel en la fuente |
Una foto de grupo en el lugar de la parada |
Después de esta parada más larga, reanudamos la marcha y cogemos los caminos que nos llevan hacia la Silla de Felipe II, ya con agradable sol y charlando entre nosotros. De esta forma, acabamos llegando a la famosa Silla de Felipe II.
En este magnífico paraje paramos de nuevo. Hay bastantes visitantes, pero nosotros también queremos aprovechar para visitar la "silla" y contemplar desde aquí las magníficas vistas del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y sus alrededores. También brujuleamos un poco por la zona haciendo alguna que otra foto.
Autofoto desde la Silla de Felipe II, con el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial de fondo (por la derecha) |
Ángel haciendo fotos por los rincones |
Unos momentos de relax junto a la Silla de Felipe II |
Continuamos. Ahora nos dirigimos hacia el citado monasterio, pero para bajar hacia él usamos unas divertidas trialeras por las que disfrutamos mucho descendiendo. Ya en las proximidades, y con algún titubeo sobre el recorrido a seguir, llegamos al monasterio.
Junto al monasterio hay algún tira y afloja entre Ángel y Alfonso sobre incluir un añadido a la ruta antes de dirigirnos hacia el coche. Como a Goyo y a mí casi siempre nos "engañan" para hacer lo que sea, nos mantenemos al margen... en el fondo nos gusta que nos engañen, jajajaja. Finalmente vence la opción de dirigirnos ya hacia el coche... el poder de la cerveza con la opción de dedicar el tiempo adicional a disfrutarla amenizada con buenas conversaciones tiene la culpa.
Paradita junto al monasterio, para decidir cómo rematar la ruta |
Atravesamos los patios exteriores del monasterio, donde también cae alguna foto, y ya cogemos la red viaria del casco urbano para dirigirnos hacia el coche. Salimos del casco urbano y en cuanto podemos cogemos el senderillo que transcurre paralelo a la carretera M-600 que nos lleva directos al coche.
Autofoto en los patios exteriores del monasterio |
Una vez en el coche nos cambiamos y nos acercamos al bar de al lado a por las codiciadas cervezas.
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