Año 2016. Participantes: Victoria, Gabi y yo.
Excelente ferrata abierta en 2015 en la provincia de Cuenca, cercana a la población de Priego. Su espectacular desplome de 10 metros al poco de empezar la ferrata y algunos curiosos pasos desplomados más hacen de ésta una ferrata exigente físicamente y mentalmente.
Este artículo es continuación del del Barranco de la Hoz Somera.
Este artículo es continuación del del Barranco de la Hoz Somera.
La ferrata finaliza en el mismo punto que la ferrata vecina "Estrecho de Priego" (K3), por lo que es relativamente frecuente, si no hay mucha gente, una vez finalizada la de "Las Buitreras", empalmar ambas ferratas descendiendo por la de "Estrecho de Priego" (que, obviamente se hace en sentido contrario, descendente), aunque desde ese punto final de ambas existe el descenso correcto, por las denominadas pasarelas, para no cruzarse con los que suben por la de "Estrecho de Priego". En nuestro caso mis compañeros descendieron por el regreso "oficial" de las pasarelas mientras que yo, aprovechando que no había nadie, descendí por la ferrata de "Estrecho de Priego".
Datos:
Dificultad: K4 (pero exigente física y mentalmente, según mi opinión) en la escala Hüsler (K1 a K6)
Croquis:
No disponible, por el momento
Dificultad: K4 (pero exigente física y mentalmente, según mi opinión) en la escala Hüsler (K1 a K6)
Características: Vía
ferrata totalmente equipada con grapas. Muy vertical y aérea. Bastante exigente física y mentalmente por los desplomes, especialmente por el de 10 metros.
Material adicional: No es obligatorio pero es muy recomendable llevar una cuerda o un cordino por si alguien se ve en apuros en el desplome, cosa que puede pasar fácilmente.
Equipamiento: Grapas y línea de vida durante toda la ferrata. Puentes de cable y colgantes de tablillas.
Pasos clave: Sin duda el gran desplome de 10 metros, aunque también hay un par de "esquinazos" con desplome que dan algo de guerra.
Tiempo de recorrido: Aproximadamente 1 hora.
Tiempos de aproximación y regreso: La aproximación son menos de 5 minutos. El descenso depende de si lo haces por la ferrata o por las pasarelas, pero en cualquier caso son aproximadamente 15 min.
Cimas: Ninguna.
Tiempos de aproximación y regreso: La aproximación son menos de 5 minutos. El descenso depende de si lo haces por la ferrata o por las pasarelas, pero en cualquier caso son aproximadamente 15 min.
Cimas: Ninguna.
Croquis:
No disponible, por el momento
Fecha: 25 de junio de 2016
Este artículo es continuación del del Barranco de a Hoz Somera.
Recordemos que habíamos hecho el barranco por la mañana y habíamos comido en Priego, y que por la tarde la mayoría decide volverse a descansar a la casa rural y solo optamos por ir a la ferrata Alba, Victoria, Gabi, Júcar y yo.
Aparcamos los coches en un apartadero que hay en la carretera, entre las dos ferratas, justo bajo el gran puente colgante de tablillas. Bajamos del coche, nos equipamos y nos dirigimos por el arcen de la carretera hacia Priego, donde pronto sale un senderillo por el que hay varias vías de escalada y enseguida te encuentras las grapas de inicio de la vía ferrata.
Como yo soy el que va asegurar en el desplomazo a los que lo requieran y además llevo la cuerda y el material para asegurar, empiezo yo primero. Tras unas primeras grapas "normales" al poco ya te plantas al inicio del desplome. El desplome son como unos 10 metros. Nada más empezar el desplome ya noto cómo tira el cuerpo para atrás con fuerza... va a ser cuestión de pasarlo todo del tirón sin entretenerse mucho, si no quieres petar. Está muy desplomado y en algún momento incluso hay que darse un pequeño impulso con las piernas para lanzar un poco el peso del cuerpo hacia arriba y poder alcanzar la siguiente grapa. El tramo es fuertecillo. Al finalizar esos 10 metros vuelves a la vertical... muy muy vertical, pero después de lo anterior es hasta un descanso. Subo tres o cuatro peldaños más para permitir a los demás salir del desplome sin estorbarles y monto una reunión para asegurar a los demás.
Descuelgo la cuerda con un mosquetón en su extremo para que se puedan anclar a él. Dado que el desplome es muy acusado hay que ir balanceando la cuerda cada vez más y más hasta que mis compañeros de abajo consiguen alcanzar el extremo de la cuerda con el mosquetón. El mosquetón además de para poder atarse rápidamente a quien le toque, también posibilita con su peso esa maniobra de balanceo.
La primera después de mí es Alba, pero tras tantear el inicio del desplome no lo ve claro y decide bajarse. Júcar, que ya ha hecho esta ferrata, se ofrece a bajarse con ella. De este modo sólo quedamos Victoria, Gabi y yo.
Se prepara para subir Victoria, atándose a la cuerda mediante el mosquetón. Además del anclaje de reposo que lleva con el disipador, le he puesto una cinta exprés para que se pueda anclar más rápidamente en caso de emergencia, pues el mosquetón del anclaje de reposo lleva sistema de seguridad y es más lento de poner y si te están fallando las fuerzas agradeces ganar unas décimas de segundo.
Victoria sube poco a poco, le cuesta, pero se va anclando cada dos por tres para ir descansando. El llevarla yo asegurada con la cuerda le aporta mucha seguridad. Al rato ya la veo asomar por la salida del desplome y pronto la tengo junto a mí.
Le toca el turno a Gabi. Le digo a Victoria que siga avanzando si quiere mientras espero a Gabi. Le ofrezco también la cuerda, pero él prefiere hacerlo sin asegurar; no obstante me quedo recogiendo cuerda y renunión y pendiente por si acaso me necesitara mientras afronta el desplome. Al rato también asoma por la salida del desplome, así que yo ya tiro para arriba.
Alcanzo a Victoria y la adelanto en un pequeño "descanso" en este tramo tan vertical, pues lo ideal es que Victoria vaya entre Gabi y yo, por si necesitara ayuda. Gabi, por su parte, sigue avanzando un poco más abajo.
El calor unido al esfuerzo hace que estemos chorreando continuamente goterones de sudor, cuando pienso en voz alta: ¡¡mierda!!... ¡el agua la llevaba Júcar y ahora estamos sin agua!... Pero Gabi me aclara que afortunadamente se han dado cuenta en su momento y cuando se ha bajado Júcar le ha pasado el agua a Gabi y la lleva consigo. ¡Genial!
La ferrata inicialmente sube directa desde el principio hasta cerca de 100 metros de altura y luego va a ir toda más o menos en travesía en torno a esa altura, que es ya prácticamente el final de la pared, con algunos sube y baja. Termino esa subida inicial y toca desplazarse hacia la derecha llegando a una especie de pequeña arista vertical que hay que cruzar en horizontal y llegar a un curioso balcón alargado... pero para ello prácticamente hay que dar un pequeño saltito en este ambiente para poder posar el pie sobre ese balcón, agarrado a una grapa en vertical. Allí les espero y enseguida van llegando Victoria y Gabi.
En la esquina del balcón hace sombrita, así que no podemos remediar dedicar unos minutillos a beber agua y permanecer en la sombra a resguardo del sol, en este sitio tan peculiar. Pero pasado un rato tengo que insistir a mis compañeros para que no nos durmamos y continuemos, inconsciente en ese momento de que Gabi no se encontraba muy bien. Nos ponemos en marcha Victoria y yo cuando veo que Gabi, que parecía que remoloneaba, se pone a vomitar el agua que había bebido. Ya estaba pensando cómo narices podría sacar a Gabi de aquí, cuando nos comenta que no nos preocupemos, que después de eso ya se encuentra mejor y puede continuar.
Después de la repisa empieza un tramo de bajada, luego travesía y así va todo el rato: bajada, travesía, subida, travesía, etc, intentando avanzar en travesía, pero bajando y subiendo para enlazar esos tramos de travesía. Todo ello en un recorrido bastante aéreo y disfrutón.
En algún sitio veo que la travesía llega a un "esquinazo" tras el cual no se ven grapas de continuación... me estiro para asomarme y sí que las hay, pero continúa unos metrillos en travesía aérea y desplomada, que da su guerra. Además en muchos sitios hay pasos muy largos que requieren que pongas pies en la roca porque las grapas están algo separadas. Como se ve la ferrata tiene más zonas que dan su guerra y no deja de sorprenderte.
Otra zona curiosa y vistosa es otra terraza alargada pero con forma de cueva, es decir, atechada.
Bajadas, subidas y también aparece algún tramito de andar. También pasamos por uno o dos puentes tibetanos, pero muy cortitos.
Pronto veo asomar el llamativo puente colgante de tablillas. También veo que han venido Alba y Júcar, que han subido por las pasarelas de descenso de las ferratas. Espero un poco a Victoria y a Gabi para reagruparnos un poco. Júcar está impaciente por que le demos agua, pero lo cierto es que solo podemos ofrecerle el trago final ya que tampoco llevábamos mucha agua y prácticamente no queda nada.
Cruzo el puente de tablillas. La verdad es que da mucha más sensación de vacío de la que me esperaba. Además pasa justo encima de nuestros coches, de forma que si se te cae algo le atizas al techo, pero muchísimo más altos. Pensaba que este puente iba a ser más de trámite pero lo cierto es que se disfruta bastante.
Una vez cruzado el puente de tablillas ya está la salida a la bajada por las pasarelas, perfectamente indicada. Victoria y Gabi dicen que ya han tenido bastante ferrata por hoy, así que una vez cruzan el puente se juntan con Alba y Júcar y descienden por las pasarelas. Yo decido bajar por la ferrata de Estrecho de Priego, aprovechando que parece que no va nadie por ella con la que cruzarme.
En la ferrata de Estrecho de Priego voy avanzando un buen rato en travesía horizontal y aérea recorriendo las paredes. Se nota el cambio de ferrata en que las grapas aquí son más abundantes. Aprovechando que voy solo avanzo rápido por la ferrata. Mis compañeros van por arriba casi al unísono. Llego al punto donde ya se desciende directamente al suelo. Está bastante alto, así que te pegas un pequeño atracón de bajar grapas, pero finalmente acabas llegando al suelo, al arcén de la carretera. Júcar, que se ve que se ha quedado con ganas de ferrata, se ha unido a mí en esta bajada por algún atajo.
Llegamos al suelo claramente antes que Victoria y Gabi por las pasarelas, dado que por la ferrata la bajada es directamente vertical hacia abajo y encima Júcar y yo hemos bajado deprisilla.
Al poco llegan Victoria y Gabi por las pasarelas, que son tablones adosados a la pared de roca por los que andas sin barandilla ni nada, pero con un cable de línea de vida. La verdad es que resulta vistoso, al estilo del famoso Caminito del Rey de Málaga, así que pienso si no me habré equivocado y habría disfrutado más bajando por la pasarela... no puedo resistirme a subir por ella y recorrerla un poco, pero compruebo que realmente es más vistoso verla desde "fuera" que recorrerla, así que parece que no me he equivocado.
Nos quitamos los arnés y nos subimos en el coche en dirección a nuestro alojamiento en Poyatos, pero hacemos una parada en un pueblo de camino para comprar algunas cosas pendientes para la cena y por supuesto agua y latas de cerveza frías para mitigar allí mismo la sed.
Nos juntamos con los demás y pasamos la noche animada con una barbacoa. Mañana toca la última parte del fin de semana: el barranco de Poyatos.
Recordemos que habíamos hecho el barranco por la mañana y habíamos comido en Priego, y que por la tarde la mayoría decide volverse a descansar a la casa rural y solo optamos por ir a la ferrata Alba, Victoria, Gabi, Júcar y yo.
Aparcamos los coches en un apartadero que hay en la carretera, entre las dos ferratas, justo bajo el gran puente colgante de tablillas. Bajamos del coche, nos equipamos y nos dirigimos por el arcen de la carretera hacia Priego, donde pronto sale un senderillo por el que hay varias vías de escalada y enseguida te encuentras las grapas de inicio de la vía ferrata.
Como yo soy el que va asegurar en el desplomazo a los que lo requieran y además llevo la cuerda y el material para asegurar, empiezo yo primero. Tras unas primeras grapas "normales" al poco ya te plantas al inicio del desplome. El desplome son como unos 10 metros. Nada más empezar el desplome ya noto cómo tira el cuerpo para atrás con fuerza... va a ser cuestión de pasarlo todo del tirón sin entretenerse mucho, si no quieres petar. Está muy desplomado y en algún momento incluso hay que darse un pequeño impulso con las piernas para lanzar un poco el peso del cuerpo hacia arriba y poder alcanzar la siguiente grapa. El tramo es fuertecillo. Al finalizar esos 10 metros vuelves a la vertical... muy muy vertical, pero después de lo anterior es hasta un descanso. Subo tres o cuatro peldaños más para permitir a los demás salir del desplome sin estorbarles y monto una reunión para asegurar a los demás.
Empezando el desplome |
Descuelgo la cuerda con un mosquetón en su extremo para que se puedan anclar a él. Dado que el desplome es muy acusado hay que ir balanceando la cuerda cada vez más y más hasta que mis compañeros de abajo consiguen alcanzar el extremo de la cuerda con el mosquetón. El mosquetón además de para poder atarse rápidamente a quien le toque, también posibilita con su peso esa maniobra de balanceo.
La primera después de mí es Alba, pero tras tantear el inicio del desplome no lo ve claro y decide bajarse. Júcar, que ya ha hecho esta ferrata, se ofrece a bajarse con ella. De este modo sólo quedamos Victoria, Gabi y yo.
Se prepara para subir Victoria, atándose a la cuerda mediante el mosquetón. Además del anclaje de reposo que lleva con el disipador, le he puesto una cinta exprés para que se pueda anclar más rápidamente en caso de emergencia, pues el mosquetón del anclaje de reposo lleva sistema de seguridad y es más lento de poner y si te están fallando las fuerzas agradeces ganar unas décimas de segundo.
Victoria sube poco a poco, le cuesta, pero se va anclando cada dos por tres para ir descansando. El llevarla yo asegurada con la cuerda le aporta mucha seguridad. Al rato ya la veo asomar por la salida del desplome y pronto la tengo junto a mí.
Vitoria asomando en la salida del desplome |
Le toca el turno a Gabi. Le digo a Victoria que siga avanzando si quiere mientras espero a Gabi. Le ofrezco también la cuerda, pero él prefiere hacerlo sin asegurar; no obstante me quedo recogiendo cuerda y renunión y pendiente por si acaso me necesitara mientras afronta el desplome. Al rato también asoma por la salida del desplome, así que yo ya tiro para arriba.
Alcanzo a Victoria y la adelanto en un pequeño "descanso" en este tramo tan vertical, pues lo ideal es que Victoria vaya entre Gabi y yo, por si necesitara ayuda. Gabi, por su parte, sigue avanzando un poco más abajo.
Gabi por debajo, cuando yo ya estoy alcanzando a Victoria |
El calor unido al esfuerzo hace que estemos chorreando continuamente goterones de sudor, cuando pienso en voz alta: ¡¡mierda!!... ¡el agua la llevaba Júcar y ahora estamos sin agua!... Pero Gabi me aclara que afortunadamente se han dado cuenta en su momento y cuando se ha bajado Júcar le ha pasado el agua a Gabi y la lleva consigo. ¡Genial!
La ferrata inicialmente sube directa desde el principio hasta cerca de 100 metros de altura y luego va a ir toda más o menos en travesía en torno a esa altura, que es ya prácticamente el final de la pared, con algunos sube y baja. Termino esa subida inicial y toca desplazarse hacia la derecha llegando a una especie de pequeña arista vertical que hay que cruzar en horizontal y llegar a un curioso balcón alargado... pero para ello prácticamente hay que dar un pequeño saltito en este ambiente para poder posar el pie sobre ese balcón, agarrado a una grapa en vertical. Allí les espero y enseguida van llegando Victoria y Gabi.
Victoria llegando a la terraza. Ya ha conseguido posar el pie derecho sobre ella |
Esta es la curiosa terraza alargada, al final de la cual empieza un tramo de bajada |
¿Seguimos o qué?... |
...Victoria y Gabi acomodados en la sombrita |
En la esquina del balcón hace sombrita, así que no podemos remediar dedicar unos minutillos a beber agua y permanecer en la sombra a resguardo del sol, en este sitio tan peculiar. Pero pasado un rato tengo que insistir a mis compañeros para que no nos durmamos y continuemos, inconsciente en ese momento de que Gabi no se encontraba muy bien. Nos ponemos en marcha Victoria y yo cuando veo que Gabi, que parecía que remoloneaba, se pone a vomitar el agua que había bebido. Ya estaba pensando cómo narices podría sacar a Gabi de aquí, cuando nos comenta que no nos preocupemos, que después de eso ya se encuentra mejor y puede continuar.
Después de la repisa empieza un tramo de bajada, luego travesía y así va todo el rato: bajada, travesía, subida, travesía, etc, intentando avanzar en travesía, pero bajando y subiendo para enlazar esos tramos de travesía. Todo ello en un recorrido bastante aéreo y disfrutón.
En algún sitio veo que la travesía llega a un "esquinazo" tras el cual no se ven grapas de continuación... me estiro para asomarme y sí que las hay, pero continúa unos metrillos en travesía aérea y desplomada, que da su guerra. Además en muchos sitios hay pasos muy largos que requieren que pongas pies en la roca porque las grapas están algo separadas. Como se ve la ferrata tiene más zonas que dan su guerra y no deja de sorprenderte.
Victoria terminando una travesía desplomada.. |
... y ahora para arriba |
Gabi doblando la esquina en la travesía desplomada... |
... que da su guerra |
Otra zona curiosa y vistosa es otra terraza alargada pero con forma de cueva, es decir, atechada.
Gabi llegando a la repisa atechada |
Bajadas, subidas y también aparece algún tramito de andar. También pasamos por uno o dos puentes tibetanos, pero muy cortitos.
Victoria y Gabi descendiendo por un tramo de bajada... |
... siempre con un ambiente magnífico |
Pronto veo asomar el llamativo puente colgante de tablillas. También veo que han venido Alba y Júcar, que han subido por las pasarelas de descenso de las ferratas. Espero un poco a Victoria y a Gabi para reagruparnos un poco. Júcar está impaciente por que le demos agua, pero lo cierto es que solo podemos ofrecerle el trago final ya que tampoco llevábamos mucha agua y prácticamente no queda nada.
Ya veo el puente colgante de tablillas |
Cruzo el puente de tablillas. La verdad es que da mucha más sensación de vacío de la que me esperaba. Además pasa justo encima de nuestros coches, de forma que si se te cae algo le atizas al techo, pero muchísimo más altos. Pensaba que este puente iba a ser más de trámite pero lo cierto es que se disfruta bastante.
Vista atrás en el puente colgante de tablillas. Victoria preparándose para cruzarlo y Gabi llegando por detrás |
Victoria cruzando el puente y Gabi detrás preparándose. |
Sorprende lo aéreo que es este puente |
Una vez cruzado el puente de tablillas ya está la salida a la bajada por las pasarelas, perfectamente indicada. Victoria y Gabi dicen que ya han tenido bastante ferrata por hoy, así que una vez cruzan el puente se juntan con Alba y Júcar y descienden por las pasarelas. Yo decido bajar por la ferrata de Estrecho de Priego, aprovechando que parece que no va nadie por ella con la que cruzarme.
En la ferrata de Estrecho de Priego voy avanzando un buen rato en travesía horizontal y aérea recorriendo las paredes. Se nota el cambio de ferrata en que las grapas aquí son más abundantes. Aprovechando que voy solo avanzo rápido por la ferrata. Mis compañeros van por arriba casi al unísono. Llego al punto donde ya se desciende directamente al suelo. Está bastante alto, así que te pegas un pequeño atracón de bajar grapas, pero finalmente acabas llegando al suelo, al arcén de la carretera. Júcar, que se ve que se ha quedado con ganas de ferrata, se ha unido a mí en esta bajada por algún atajo.
Llegamos al suelo claramente antes que Victoria y Gabi por las pasarelas, dado que por la ferrata la bajada es directamente vertical hacia abajo y encima Júcar y yo hemos bajado deprisilla.
Al poco llegan Victoria y Gabi por las pasarelas, que son tablones adosados a la pared de roca por los que andas sin barandilla ni nada, pero con un cable de línea de vida. La verdad es que resulta vistoso, al estilo del famoso Caminito del Rey de Málaga, así que pienso si no me habré equivocado y habría disfrutado más bajando por la pasarela... no puedo resistirme a subir por ella y recorrerla un poco, pero compruebo que realmente es más vistoso verla desde "fuera" que recorrerla, así que parece que no me he equivocado.
Victoria y Gabi bajando por las pasarelas |
Nos quitamos los arnés y nos subimos en el coche en dirección a nuestro alojamiento en Poyatos, pero hacemos una parada en un pueblo de camino para comprar algunas cosas pendientes para la cena y por supuesto agua y latas de cerveza frías para mitigar allí mismo la sed.
Nos juntamos con los demás y pasamos la noche animada con una barbacoa. Mañana toca la última parte del fin de semana: el barranco de Poyatos.
Bonita experiencia, sí señor. La próxima barranquismo, aunque seguro que ya lo habéis probado. Por cierto si no conocéis el Valle de Valdeón abrieron este verano una vía ferrata, os la recomiendo también.
ResponderEliminarGracias.