Año 2019. Participantes: Elena, Marta, Pauline, Antonio, Jesús, Júcar, Julio, Raúl y yo.
Un clásico de la Sierra de Gredos, que en condiciones invernales cambia drásticamente para ser una ascensión con cierto nivel compromiso y exigencia técnica; variable dependiendo de las condiciones. Es por ello que esta actividad se vuelve muchísimo más interesante en invierno.
En estas condiciones no vas a encontrar un tráfico de montañeros tan
intenso como en verano y además, por lo general, éstos van a tener un nivel menos básico.
Se trata de una salida oficial de fin de semana del Club Nemus. Yo soy el promotor y encargado de dirigir la actividad, con el principal objetivo de subir el Pico Almanzor en invernal por la Portilla del Crampón. Adicionalmente, para completar el fin de semana también ascenderemos al Morezón. El plan es salir el sábado desde la Plataforma para ascender el Morezón y continuar hasta el refugio de Laguna Grande, y el domingo ascender el Almanzor y retornar a la Plataforma y a casa.
Optamos por el madrugón y viaje en coche el sábado en lugar de salir el viernes tarde de Madrid, para ahorrarnos una noche fuera, cosa que hacemos con cierta frecuencia cuando vamos a Gredos de fin de semana y en la actividad del sábado podemos encajar el viaje en coche y la aproximación o lo que queramos hacer.
Plataforma-Morezón-Laguna Grande (2 de marzo de 2019)
Se trata de una salida oficial de fin de semana del Club Nemus. Yo soy el promotor y encargado de dirigir la actividad, con el principal objetivo de subir el Pico Almanzor en invernal por la Portilla del Crampón. Adicionalmente, para completar el fin de semana también ascenderemos al Morezón. El plan es salir el sábado desde la Plataforma para ascender el Morezón y continuar hasta el refugio de Laguna Grande, y el domingo ascender el Almanzor y retornar a la Plataforma y a casa.
Optamos por el madrugón y viaje en coche el sábado en lugar de salir el viernes tarde de Madrid, para ahorrarnos una noche fuera, cosa que hacemos con cierta frecuencia cuando vamos a Gredos de fin de semana y en la actividad del sábado podemos encajar el viaje en coche y la aproximación o lo que queramos hacer.
Plataforma-Morezón-Laguna Grande (2 de marzo de 2019)
Datos:
Actividad: Alpinismo; Zona: Sierra de Gredos
Cimas: Morezón (2389 m)
Dificultades: No presenta dificultades reseñables
Longitud total: 9,2 km; Desnivel acumulado positivo: 700 m; Desnivel acumulado negativo: 490 mTiempos:
Nuestros tiempos, incluyendo paradas y a ritmos de grupo sin muchas prisas, fueron aproximadamente los siguientes:
- Plataforma-Cima Morezón: aproximadamente 2 h 25 min
- Estancia en cima Morezón: aproximadamente 30 min
- Cima Morezón-Laguna Grande: aproximadamente 1 h 45 min
Track:
Generado sobre mapa (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).
Índice IBP: 83
Fecha: 2 de marzo de 2019
Generado sobre mapa (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).
Índice IBP: 83
Fecha: 2 de marzo de 2019
Madrugón y carretera para dirigirnos en coche hasta Hoyos del Espino. Allí como habiltualmente nos vamos juntando en la cafetería, donde a pesar de las horas tempranas, solemos acompañar muchas veces el café con un bocata, que entra bien porque hace ya unas horas que estamos despiertos y "circulando".
Terminado nuestro pequeño homenaje cogemos de nuevo los coches y nos dirigimos hacia la plataforma. A las horas que llegamos normalmente otras veces no hay nadie en la barrera que controla el acceso al aparcamiento y podemos pasar sin pagar, pero en esta ocasión ya estan los "guardas" y toca sacar el ticket. Se ve que han visto que si no se levantan temprano cuando llegan ya tienen medio aparcamiento lleno y han debido optar últimamente por adelantar el horario de "apertura".
Llegamos al aparcamiento de la plataforma y allí nos preparamos. También reparto algo del material común con los demás para intentar repartir el peso entre todos.
Iniciamos la marcha. De momento no hay ni gota de nieve ni hielo en el camino. Me pregunto cómo estará el tema por arriba y confío en que tenga suficiente nieve para que no nos lo complique más de la cuenta.
Alcanzamos la zona del Prado de las Pozas, donde hay que desviarse hacia el Morezón antes de encaminarnos hacia el puente que cruza el río. Localizado el sendero donde hay que desviarse, giramos a la izquierda al alcanzarlo. Por allí continuamos subiendo con pendiente muy moderada y charlando en grupillos.
Vamos alcanzando zonas de nieve, hasta llegar a un punto en el que se une que la nieve ya es contínua y está algo dura y con pendiente lateral, así que parece el punto adecuado para pararse y ponerse los crampones.
Reanudamos la marcha y continuamos subiendo hasta llegar a un punto en el que veo que el sendero (bajo la nieve, se entiende) parece que va por la izquierda, pero por la derecha hay una canal más o menos amplia y aparentemente sin dificultades que sube más directo al cordal desde donde el Morezón ya está a tiro. Rápidamente decido tirar por la canal, por donde se va subiendo bien y el grupo me sigue sin problemas. La pendiente por aquí puede que sea algo más alta, pero muy poco y desde luego no presenta ningún problema más allá de que cueste físicamente un poco más.
Alcanzado el cordal, la cima del Morezón la tengo a la izquierda, así que toca recorrer los metros finales por el cordal hasta alcamzar la cumbre. Aunque hemos hecho previamente una pequeña parada de reagrupamiento casi acabando la canal, en la cima nos acabamos de reagrupar ya del todo.
Las vistas desde la cima del Morezón son magníficas, y más un día tan estupendo como hoy. Allí echamos un buen rato, puesto el día y las vistas lo merecen y además hoy tenemos mucho margen horario. También nos hacemos fotos, picoteamos, e incluso, vaya detalle, uno de los integrantes del grupo saca por sorpresa de su mochila seis latas de cerveza que compartimos gustosamente entre todos.
Después de un buen rato de esparcimiento, decidimos reanudar la marcha. Mi idea es seguir el cordal en dirección hacia los Barrerones, hasta un punto ya cerca de alcanzarlos en el que se puede bajar en diagonal por la izquierda y enlazar con el sendero que va de la Plataforma a la Laguna Grande.
Con esa idea vamos avanzando por el cordal hasta que en un momento dado vemos por nuestra izquierda una pendiente de nieve tremendamente empinada y uno del grupo me propone que bajemos por ahí para ir acostumbrando a todos a las pendientes que nos vamos a encontrar mañana. Me parece una buena idea así que, despues de observar que aparentemente podremos alcanzar el sendero que lleva a Laguna Grande, opto por que bajemos por ahí .
El tramo inicial es tan vertical que alguno de los integrantes menos experimentados se queda algo preocupados, pero después de abrir huella y ver que vamos bajando bien, siempre que se baje con cuidado, esos reparos van desapareciendo. No obstante, previamente había preguntado si todos saben hacer autoretención, por si acaso. La idea finalmente ha sido buena puesto que a algunos les ha resultado muy útil hacer esta bajada. Nos reagrupamos abajo.
Tras esta primera bajada tan empinada, hay que seguir bajando hacia el sendero, ya de forma menos inclinada, pero con un recorrido menos evidente que antes. Así, voy viendo los mejores puntos de paso para ir bajando y por ahí voy. En algunos puntos encontramos rocas o algo de hielo, que nos hace emplearnos un poco más para bajar, pero nada que nos resulte realmente complicado.
Más abajo desaparece la nieve, nos quitamos los crampones, y ya enseguida alcanzamos el sendero. Por el sendero seguimos bajando charlando animadamente hasta que llegamos a la laguna.
La laguna en invierno se suele atravesar por en medio para atajar hacia el refugio, ya que suele estar helada e incluso con una buena capa de nieve. En este caso no hay nieve sino que directamente está el hielo. El calor y la apariencia de lo que vemos no da muchas garantías para pasar por encima de la laguna, pero como vemos que hay huella y que la gente cruzando por ella decidimos hacer lo mismo.
En los bordes, emerge agua que ondulea al ritmo de nuestros pasos... da la impresión de que a la cosa le queda poco y se puede ir por aquí encima por los pelos... y de hecho posteriormente tendría noticia de que a un montañero menos de una semana después le cedería el hielo por su peso, sin consecuencias pero llevándose un buen susto; aparte de que no debe ser nada agradable que te pase.
Llegamos al refugio, tomamos posesión de la reserva y compramos unas latas de cerveza, para irnos a las cercanías y comer al sol, dado el buen día que hace.
Después de unos cuantos viajes para coger cervezas del bar del refugio, seguimos allí un buen rato tomando el sol, contando aventuras, consultando el mapa, observando los alrededores y, por supuesto, entre otras cosas también bromeando lo suyo para reirnos un poco; y es que especialmente con varios de los integrantes del grupo se puede decir que las risas estaban aseguradas. Una de las cosas que nos lleva cierta discusión es la identificación desde aquí de dónde está la cima del Morezón, y es que no nos resulta del todo evidente
Ya por la tarde y teniendo tiempo libre, decido que vamos a hacer unas prácticas de rápel que mañana nos irán bien. El caso es que entre los requisitos que había puesto para apuntarse a la excursión, uno de ellos era estar familiarizado con las técnicas de rápel, ya que mañana habrá que montar uno para bajar de la cima. Pero viendo la gente que se había apuntado, todos conocidos, ya había visto que no me habían hecho mucho caso en este aspecto. De hecho más de uno no había rapelado nunca y algún otro lo había hecho casi testimonialmente alguna vez. Por ello, parecía casi indispensable hacer estas prácticas en un entorno y situación más tranquilos.
Por los alrededores del refugio busco una pared apropiada para ello y allí monto un rápel. Rapelo yo primero, en primer lugar para dar las explicaciones pertinentes y en segundo para que la gente se quede tranquila de que la instalación de rápel que he montado, en grietas, es suficientemente segura. Me quedo abajo asegurando, y un compañero arriba comprobando que los demás lo hacen correctamente, y así van todos bajando. Algunos repiten más veces, supongo que ya más por gusto que por necesidad, pero nunca viene mal. Estas prácticas nos van a venir genial para mañana.
Una vez que todo el mundo se ha quedado satisfecho con las prácticas de rápel, recogemos todo y volvemos al refugio. Allí terminamos de pasar la tarde, cenamos, hacemos algo de sobremesa, fijamos una hora para salir mañana y nos acostamos.
Laguna Grande-Almanzor-Laguna Grande-Plataforma (3 de marzo de 2019)
Datos:
Actividad: Alpinismo; Zona: Sierra de Gredos
Cimas: Almanzor (2592 m)
Tiempos:
Nuestros tiempos, incluyendo paradas y a ritmos tranquilos, fueron aproximadamente los siguientes:
Terminado nuestro pequeño homenaje cogemos de nuevo los coches y nos dirigimos hacia la plataforma. A las horas que llegamos normalmente otras veces no hay nadie en la barrera que controla el acceso al aparcamiento y podemos pasar sin pagar, pero en esta ocasión ya estan los "guardas" y toca sacar el ticket. Se ve que han visto que si no se levantan temprano cuando llegan ya tienen medio aparcamiento lleno y han debido optar últimamente por adelantar el horario de "apertura".
Llegamos al aparcamiento de la plataforma y allí nos preparamos. También reparto algo del material común con los demás para intentar repartir el peso entre todos.
Iniciamos la marcha. De momento no hay ni gota de nieve ni hielo en el camino. Me pregunto cómo estará el tema por arriba y confío en que tenga suficiente nieve para que no nos lo complique más de la cuenta.
Jesús subiendo hacia el Prado de las Pozas |
Alcanzamos la zona del Prado de las Pozas, donde hay que desviarse hacia el Morezón antes de encaminarnos hacia el puente que cruza el río. Localizado el sendero donde hay que desviarse, giramos a la izquierda al alcanzarlo. Por allí continuamos subiendo con pendiente muy moderada y charlando en grupillos.
De momento vamos subiendo sin nieve |
Vamos en dirección al Morezón |
Vamos alcanzando zonas de nieve, hasta llegar a un punto en el que se une que la nieve ya es contínua y está algo dura y con pendiente lateral, así que parece el punto adecuado para pararse y ponerse los crampones.
Reanudamos la marcha y continuamos subiendo hasta llegar a un punto en el que veo que el sendero (bajo la nieve, se entiende) parece que va por la izquierda, pero por la derecha hay una canal más o menos amplia y aparentemente sin dificultades que sube más directo al cordal desde donde el Morezón ya está a tiro. Rápidamente decido tirar por la canal, por donde se va subiendo bien y el grupo me sigue sin problemas. La pendiente por aquí puede que sea algo más alta, pero muy poco y desde luego no presenta ningún problema más allá de que cueste físicamente un poco más.
Parte baja de la canal |
Marta y yo llegando a la parte alta |
Vista atrás |
Alcanzado el cordal, la cima del Morezón la tengo a la izquierda, así que toca recorrer los metros finales por el cordal hasta alcamzar la cumbre. Aunque hemos hecho previamente una pequeña parada de reagrupamiento casi acabando la canal, en la cima nos acabamos de reagrupar ya del todo.
Las vistas desde la cima del Morezón son magníficas, y más un día tan estupendo como hoy. Allí echamos un buen rato, puesto el día y las vistas lo merecen y además hoy tenemos mucho margen horario. También nos hacemos fotos, picoteamos, e incluso, vaya detalle, uno de los integrantes del grupo saca por sorpresa de su mochila seis latas de cerveza que compartimos gustosamente entre todos.
Foto del grupo en la cima del Morezón |
Al fondo el Almanzor |
Un zoom del Almanzor |
Pauline, Raul, Julio y yo, posando con el Almanzor de fondo |
Pauline fotografía a Antonio y Raul charlando. De fondo la Galana a la izquierda y el Cervulnal a la derecha |
Después de un buen rato de esparcimiento, decidimos reanudar la marcha. Mi idea es seguir el cordal en dirección hacia los Barrerones, hasta un punto ya cerca de alcanzarlos en el que se puede bajar en diagonal por la izquierda y enlazar con el sendero que va de la Plataforma a la Laguna Grande.
Con esa idea vamos avanzando por el cordal hasta que en un momento dado vemos por nuestra izquierda una pendiente de nieve tremendamente empinada y uno del grupo me propone que bajemos por ahí para ir acostumbrando a todos a las pendientes que nos vamos a encontrar mañana. Me parece una buena idea así que, despues de observar que aparentemente podremos alcanzar el sendero que lleva a Laguna Grande, opto por que bajemos por ahí .
El tramo inicial es tan vertical que alguno de los integrantes menos experimentados se queda algo preocupados, pero después de abrir huella y ver que vamos bajando bien, siempre que se baje con cuidado, esos reparos van desapareciendo. No obstante, previamente había preguntado si todos saben hacer autoretención, por si acaso. La idea finalmente ha sido buena puesto que a algunos les ha resultado muy útil hacer esta bajada. Nos reagrupamos abajo.
El grupo bajando por la bajada, visto desde arriba |
Antonio, en una vista atrás |
Vista atrás desde donde nos reagrupamos |
El punto de reagrupamiento |
Tras esta primera bajada tan empinada, hay que seguir bajando hacia el sendero, ya de forma menos inclinada, pero con un recorrido menos evidente que antes. Así, voy viendo los mejores puntos de paso para ir bajando y por ahí voy. En algunos puntos encontramos rocas o algo de hielo, que nos hace emplearnos un poco más para bajar, pero nada que nos resulte realmente complicado.
Más abajo desaparece la nieve, nos quitamos los crampones, y ya enseguida alcanzamos el sendero. Por el sendero seguimos bajando charlando animadamente hasta que llegamos a la laguna.
La laguna en invierno se suele atravesar por en medio para atajar hacia el refugio, ya que suele estar helada e incluso con una buena capa de nieve. En este caso no hay nieve sino que directamente está el hielo. El calor y la apariencia de lo que vemos no da muchas garantías para pasar por encima de la laguna, pero como vemos que hay huella y que la gente cruzando por ella decidimos hacer lo mismo.
Es estado de la capa de hielo de la laguna tampoco es que dé muchas garantías... |
...pero como se ve huella allá que vamos |
En los bordes, emerge agua que ondulea al ritmo de nuestros pasos... da la impresión de que a la cosa le queda poco y se puede ir por aquí encima por los pelos... y de hecho posteriormente tendría noticia de que a un montañero menos de una semana después le cedería el hielo por su peso, sin consecuencias pero llevándose un buen susto; aparte de que no debe ser nada agradable que te pase.
Transitando sobre la laguna |
Llegando al refugio |
Llegamos al refugio, tomamos posesión de la reserva y compramos unas latas de cerveza, para irnos a las cercanías y comer al sol, dado el buen día que hace.
Después de unos cuantos viajes para coger cervezas del bar del refugio, seguimos allí un buen rato tomando el sol, contando aventuras, consultando el mapa, observando los alrededores y, por supuesto, entre otras cosas también bromeando lo suyo para reirnos un poco; y es que especialmente con varios de los integrantes del grupo se puede decir que las risas estaban aseguradas. Una de las cosas que nos lleva cierta discusión es la identificación desde aquí de dónde está la cima del Morezón, y es que no nos resulta del todo evidente
De picnic en las proximidades del refugio |
Y descansando con este sol tan agradable |
Y con estas vistas tan chulas |
Momento medio-siesta |
Otros trasteamos con el mapa |
Ya por la tarde y teniendo tiempo libre, decido que vamos a hacer unas prácticas de rápel que mañana nos irán bien. El caso es que entre los requisitos que había puesto para apuntarse a la excursión, uno de ellos era estar familiarizado con las técnicas de rápel, ya que mañana habrá que montar uno para bajar de la cima. Pero viendo la gente que se había apuntado, todos conocidos, ya había visto que no me habían hecho mucho caso en este aspecto. De hecho más de uno no había rapelado nunca y algún otro lo había hecho casi testimonialmente alguna vez. Por ello, parecía casi indispensable hacer estas prácticas en un entorno y situación más tranquilos.
Por los alrededores del refugio busco una pared apropiada para ello y allí monto un rápel. Rapelo yo primero, en primer lugar para dar las explicaciones pertinentes y en segundo para que la gente se quede tranquila de que la instalación de rápel que he montado, en grietas, es suficientemente segura. Me quedo abajo asegurando, y un compañero arriba comprobando que los demás lo hacen correctamente, y así van todos bajando. Algunos repiten más veces, supongo que ya más por gusto que por necesidad, pero nunca viene mal. Estas prácticas nos van a venir genial para mañana.
Sitio en el que he montado la instalación de rápel |
Julio rapelando por ella |
Una vez que todo el mundo se ha quedado satisfecho con las prácticas de rápel, recogemos todo y volvemos al refugio. Allí terminamos de pasar la tarde, cenamos, hacemos algo de sobremesa, fijamos una hora para salir mañana y nos acostamos.
Laguna Grande-Almanzor-Laguna Grande-Plataforma (3 de marzo de 2019)
Datos:
Actividad: Alpinismo; Zona: Sierra de Gredos
Cimas: Almanzor (2592 m)
Dificultades: Desde la portilla del Crampón el tramo a...
Longitud total: 15,3 km; Desnivel acumulado positivo: 1040 m; Desnivel acumulado negativo: 1230 mTiempos:
Nuestros tiempos, incluyendo paradas y a ritmos tranquilos, fueron aproximadamente los siguientes:
- Laguna Grande-Cima Almanzor: 2 h 30 min
- Estancia Cima Almanzor: aproximadamente 1 h 10 min (es la mía, que incluye el asegurar a todos los del grupo para que suban y luego que rapelen todos y yo baje el último)
- Cima Almanzor-Laguna Grande: aproximadamente 2 h 20 min
- Estancia Laguna Grande: algo más de 1 hora
- Laguna Grande-Plataforma: algo menos de 2 horas
Track:
Generado sobre mapa (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).
Índice IBP: 117
Fecha: 3 de marzo de 2019
Generado sobre mapa (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).
Índice IBP: 117
Fecha: 3 de marzo de 2019
Nos
despertamos y vamos desayunando y preparando las mochilas, dejando en las taquillas lo que no vamos a necesitar por ahora. Hay cierto trasiego en el refugio porque es la hora en la que empiezan a servir los desayunos y, por tanto, la que mucha gente elige para bajar a desayunar.
Fuera del refugio nos acabamos de preparar y cuando estamos listos iniciamos la marcha. No recuerdo exactamente si nos pusimos los crampones ya desde el inicio o nos lo pusimos al poco de salir, el caso es que pronto andamos con ellos puestos.
Al principio siempre es un poco de lío de senderos, porque se ven muchas variantes, especialmente para ir hacia un sitio u otro, pero yo voy por la zona de más a la derecha que es la que me va pareciendo mejor. En general en este principio la nieve cubre todo, pero en algún sitio que otro la roca aflora y procuramos pisarla lo menos posible para no despuntar los crampones.
Cuando ya hemos subido un trechillo hacemos la típica parada de quitarnos ropa los que no se la han quitado antes, ya que al principio sale uno frío, pero pronto empieza uno a generar calor con el ejercicio y le empieza a sobrar la ropa.
Continuamos y empezamos a subir por la canal que lleva hacia la Portilla Bermeja. Por esta canal la pendiente es más acusada y el grupo se estira algo, así que nos reagrupamos en el pequeño plató que hay justo bajo la Portilla Bermeja.
Desde ese plató hay que girar a la derecha y subir por la canal que culmina en la Portilla del Crampón. Aquí la pendiente empieza a elevarse. Una de los integrantes que sufre vértigo no lo ve muy claro, y además notamos que ya es necesario echarse algo de energía al cuerpo, así que al poco de empezar a subir me salgo por la derecha de la canal a unas rocas donde poder parar a comer algo.
En esta parada picoteamos y bebemos, dándonos un respiro. Al integrante que no lo tiene claro le propongo que suba encordado a mí hasta la portilla del Carmpón y cuando lleguemos allí volvemos a valorar la situación... la verdad es que no me hace mucha gracia que se quede aquí esperando sola y en la portilla del Carmpón si se queda allí nos esperará menos tiempo y en un sitio no muy amplio pero horizontal y algo más cómodo que donde estamos ahora. Le parece bien la propuesta.
Continuamos y empezamos a adentrarnos en la canal que nos sube a la Portilla del Carmpón. La pendiente es cada vez más elevada, pero el integrante que sube encordado conmigo va tranquilo gracias a esa ayuda, más psicológica que otra cosa, pues realmente no lo necesitaría. Asimismo, la nieve está en un estado perfecto, con la dureza justa para que entren bien los piolets pero tenga bastante compacidad.
De esta forma alcanzamos la Portilla del Carmpón. Como era esperable hace mucho viento. Desde aquí vemos a varios grupos subiendo hacia cima todos con cuerdas montadas. El integrante que ha subido encordado conmigo decide quedarse ya aquí, y los demás nos disponemos a continuar.
Empiezo a subir. Viendo que los piolets clavan bien considero que no es necesario montar cuerdas. Eso sí, hay que ir esquivando las cuerdas que tienen montadas los otros grupos para no pisárselas ni enredarse con ellas... vaya tenderete que tienen montado. No obstante le digo a Júcar que si alguien necesita cuerda que me lo diga y se monta.
Nadie se queja así que voy tirando para arriba, pero de todas forma estoy pendiente y voy preguntando en alguna que otra ocasión. Mientras estoy pendiente del grupo Julio me adelanta y llega hasta un gran escalón que hay casi al final, pues no ve claro cómo hay que seguir. Enseguida llego yo y me ve que hay que trepar con las puntas de los crampones bien asentadas en la roca. No obstante monto la cuerda en la instalación que hay arriba del escalón y así aseguro a Julio y a todos los demás que van viniendo, para que suban el escalón sin riesgos.
Dado que no hemos montado previamente cuerdas hemos adelantado a todos los grupos que van "enredados" con ellas y hemos llegado a cima solos... perfecto, puesto que tenemos la cima para nosotros solos mientras llegan los otros grupos, y como sé que luego se suele formar cola para rapelar en el descenso pues lo que hago es dejar puesta la cuerda para luego bajar y así no tenemos problemas.
Según va llegando mi grupo y superando el escalón, les mando para cima para que la hoyen, disfruten de la cima y las vistas y se hagan las fotos que consideren.
Para llegar a cima hay que hacer un pequeño flanqueo para situarte haya el Este y luego hacer una trepada para alcanzar el vértice geodésico. A un par de los integrantes les da un poco de vértigo este remate final, algo aéreo, y se dan por satisfechos con haber llegado hasta aquí. Cuando todos han superado el escalón, yo también me hago mi escapadita rápida para hacerme la foto de cima y volver a la instalación de rápel antes de que lleguen los otros grupos.
Empezamos el descenso. Júcar rapela el primero para asegurar a los demás desde abajo, y yo me quedo arriba en la instalación supervisando que todos se coloquen los descensores correctamente y bajen sin incidencias. A algunos les cuesta un pelín coger la posición para empezar a rapelar el escalon vertical que hay al principio, pero en cuanto lo superan descienden el resto sin problemas. Júcar los va recibiendo abajo y si no tienen problema para seguir les va mandando hacia la Portilla del Crampón.
El resto de los grupos va llegando a cima, y aunque algunos se ve que no tienen gran destreza nos vamos apañando para irnos cruzando sin montar líos ni poner a nadie en peligro. Cuando van llegando los otros grupos nosotros ya casi hemos bajado todos. Baja Antonio el penúltimo y ya solo quedo yo, así que la cosa ha ido perfecta. Rapelo y me junto con Júcar, recupero cuerda y entre los dos la recogemos y la metemos en la mochila.
Hacemos el resto del descenso con cuidado y pronto nos encontramos ya todo el grupo en la Portilla del Crampón. Me ha sorprendido que nadie pidiera la ayuda de cuerda ni en la subida ni en la bajada en este tramo por encima de la Portilla del Crampón hasta el escalón final, así que, aunque luego he sabido que algunos pasaron algo de miedo o tensión (pero no lo dijeron en el momento y la aguantaron), la verdad es que todos se han portado como unos campeones.
El grupo empieza a descender de la Portilla del Crampón, menos el integrante que por vértigo subió encordado a mí y se quedó aquí, ya que ahora prefiere bajar también ayudado de la cuerda. Y no me extraña puesto que para cualquier persona no muy acostumbrada el inicio de la bajada con nieve tiene una pendiente notable y no se le ve el final. Raúl se queda también para ayudar. Monto la instalación de rápel y el integrante empieza a descender asegurado con la cuerda que le voy dando desde aquí arriba. Raul le acompaña.
Cuando se acaban los 60 metros de cuerda, Raúl recupera la cuerda y monta otra instalación en unas rocas. Yo desciendo desde la Portilla del crampón hasta donde está Raúl y cuando el integrante está asegurado por Raúl, bajamos juntos otros 60 metros hasta que se acaba la cuerda. Allí monto una estaca de nieve y volvemos a hacer la misma operación, yo asegurando desde la estaca, para bajar otros 60 metros, donde ya el terreno se suaviza algo y allí nos están esperando el resto de compañeros. La verdad es que la coordinación con Raúl ha sido magnífica y a pesar de las maniobras hemos podido bajar razonablemente rápido.
Ya con todo el grupo, recogemos la cuerda y cacharros y picoteamos algo. El sol pega y la nieve se encuentra ya algo blanda, pero ya hemos salvado la parte más complicada.
Reanudamos la marcha y bajamos hasta el plató bajo la Portilla de la Bermeja, donde volvemos a reagruparnos y aprovechamos para hacernos unas fotos.
Continuamos el descenso con el siguiente tramo, donde a Antonio se le hunde completamente la pierna en la nieve y protagoniza uno de los ratos humorísticos del día. Ya sin incidencias, continuamos hasta alcanzar el refugio de Laguna Grande.
En el refugio recogíamos las cosas que nos habíamos dejado en las taquillas y nos despedimos de los guardias. Cruzamos de nuevo la Laguna Grande, otra vez por en medio, y emprendemos la siempre pesada subida de vuelta hacia los Barrerones.
Mi tobillo averiado se ha portado bastante decentemente este fin de semana, pero ya de bajada de los Barrerores empieza a molestarme mucho como si se quejara de la tralla que se ha llevado estos dos días, así que este tramo me resulta una auténtica tortura y no veo la hora de llegar a la Plataforma.
Cuando llegamos a la Plataforma, los compañeros más diligentes ya han tomado sitio en las sillas del quiosco que hay montado allí y que está abierto, así que aprovechamos allí para tomar un par de cervezas y disfrutar de unos momentos de charla y risas antes de irnos. Finalmente montamos todo en los coches y partimos a Madrid.
Fuera del refugio nos acabamos de preparar y cuando estamos listos iniciamos la marcha. No recuerdo exactamente si nos pusimos los crampones ya desde el inicio o nos lo pusimos al poco de salir, el caso es que pronto andamos con ellos puestos.
Al principio siempre es un poco de lío de senderos, porque se ven muchas variantes, especialmente para ir hacia un sitio u otro, pero yo voy por la zona de más a la derecha que es la que me va pareciendo mejor. En general en este principio la nieve cubre todo, pero en algún sitio que otro la roca aflora y procuramos pisarla lo menos posible para no despuntar los crampones.
Cuando ya hemos subido un trechillo hacemos la típica parada de quitarnos ropa los que no se la han quitado antes, ya que al principio sale uno frío, pero pronto empieza uno a generar calor con el ejercicio y le empieza a sobrar la ropa.
Avanzando. Algunos ya se han quitado parte de la ropa |
Paradita con el Almanzor de fondo |
Continuamos y empezamos a subir por la canal que lleva hacia la Portilla Bermeja. Por esta canal la pendiente es más acusada y el grupo se estira algo, así que nos reagrupamos en el pequeño plató que hay justo bajo la Portilla Bermeja.
Vista atrás, subiendo hacia Portilla Bermeja |
Reagrupamiento en el plató bajo Portilla Bermeja |
Desde ese plató hay que girar a la derecha y subir por la canal que culmina en la Portilla del Crampón. Aquí la pendiente empieza a elevarse. Una de los integrantes que sufre vértigo no lo ve muy claro, y además notamos que ya es necesario echarse algo de energía al cuerpo, así que al poco de empezar a subir me salgo por la derecha de la canal a unas rocas donde poder parar a comer algo.
En esta parada picoteamos y bebemos, dándonos un respiro. Al integrante que no lo tiene claro le propongo que suba encordado a mí hasta la portilla del Carmpón y cuando lleguemos allí volvemos a valorar la situación... la verdad es que no me hace mucha gracia que se quede aquí esperando sola y en la portilla del Carmpón si se queda allí nos esperará menos tiempo y en un sitio no muy amplio pero horizontal y algo más cómodo que donde estamos ahora. Le parece bien la propuesta.
Parada a un lado de la canal |
Continuamos y empezamos a adentrarnos en la canal que nos sube a la Portilla del Carmpón. La pendiente es cada vez más elevada, pero el integrante que sube encordado conmigo va tranquilo gracias a esa ayuda, más psicológica que otra cosa, pues realmente no lo necesitaría. Asimismo, la nieve está en un estado perfecto, con la dureza justa para que entren bien los piolets pero tenga bastante compacidad.
Un integrante sube encordado a mí |
La canal se va estrechando y empinando más según subes |
Ya va quedando poco para llegar arriba |
De esta forma alcanzamos la Portilla del Carmpón. Como era esperable hace mucho viento. Desde aquí vemos a varios grupos subiendo hacia cima todos con cuerdas montadas. El integrante que ha subido encordado conmigo decide quedarse ya aquí, y los demás nos disponemos a continuar.
Empiezo a subir. Viendo que los piolets clavan bien considero que no es necesario montar cuerdas. Eso sí, hay que ir esquivando las cuerdas que tienen montadas los otros grupos para no pisárselas ni enredarse con ellas... vaya tenderete que tienen montado. No obstante le digo a Júcar que si alguien necesita cuerda que me lo diga y se monta.
Nadie se queja así que voy tirando para arriba, pero de todas forma estoy pendiente y voy preguntando en alguna que otra ocasión. Mientras estoy pendiente del grupo Julio me adelanta y llega hasta un gran escalón que hay casi al final, pues no ve claro cómo hay que seguir. Enseguida llego yo y me ve que hay que trepar con las puntas de los crampones bien asentadas en la roca. No obstante monto la cuerda en la instalación que hay arriba del escalón y así aseguro a Julio y a todos los demás que van viniendo, para que suban el escalón sin riesgos.
Dado que no hemos montado previamente cuerdas hemos adelantado a todos los grupos que van "enredados" con ellas y hemos llegado a cima solos... perfecto, puesto que tenemos la cima para nosotros solos mientras llegan los otros grupos, y como sé que luego se suele formar cola para rapelar en el descenso pues lo que hago es dejar puesta la cuerda para luego bajar y así no tenemos problemas.
Según va llegando mi grupo y superando el escalón, les mando para cima para que la hoyen, disfruten de la cima y las vistas y se hagan las fotos que consideren.
Para llegar a cima hay que hacer un pequeño flanqueo para situarte haya el Este y luego hacer una trepada para alcanzar el vértice geodésico. A un par de los integrantes les da un poco de vértigo este remate final, algo aéreo, y se dan por satisfechos con haber llegado hasta aquí. Cuando todos han superado el escalón, yo también me hago mi escapadita rápida para hacerme la foto de cima y volver a la instalación de rápel antes de que lleguen los otros grupos.
Antonio, Raúl y Marta en el flanqueo |
Elena y Raúl al final del flanqueo... |
... y en la cima |
Júcar y Jesús en la cima |
Y yo también en la cima |
Empezamos el descenso. Júcar rapela el primero para asegurar a los demás desde abajo, y yo me quedo arriba en la instalación supervisando que todos se coloquen los descensores correctamente y bajen sin incidencias. A algunos les cuesta un pelín coger la posición para empezar a rapelar el escalon vertical que hay al principio, pero en cuanto lo superan descienden el resto sin problemas. Júcar los va recibiendo abajo y si no tienen problema para seguir les va mandando hacia la Portilla del Crampón.
Marta rapelando ya bajo el escalón, mientras van acercándose los otros grupos que suben aegurados con cuerdas |
El resto de los grupos va llegando a cima, y aunque algunos se ve que no tienen gran destreza nos vamos apañando para irnos cruzando sin montar líos ni poner a nadie en peligro. Cuando van llegando los otros grupos nosotros ya casi hemos bajado todos. Baja Antonio el penúltimo y ya solo quedo yo, así que la cosa ha ido perfecta. Rapelo y me junto con Júcar, recupero cuerda y entre los dos la recogemos y la metemos en la mochila.
Antonio rapelando el escalón |
Hacemos el resto del descenso con cuidado y pronto nos encontramos ya todo el grupo en la Portilla del Crampón. Me ha sorprendido que nadie pidiera la ayuda de cuerda ni en la subida ni en la bajada en este tramo por encima de la Portilla del Crampón hasta el escalón final, así que, aunque luego he sabido que algunos pasaron algo de miedo o tensión (pero no lo dijeron en el momento y la aguantaron), la verdad es que todos se han portado como unos campeones.
El grupo empieza a descender de la Portilla del Crampón, menos el integrante que por vértigo subió encordado a mí y se quedó aquí, ya que ahora prefiere bajar también ayudado de la cuerda. Y no me extraña puesto que para cualquier persona no muy acostumbrada el inicio de la bajada con nieve tiene una pendiente notable y no se le ve el final. Raúl se queda también para ayudar. Monto la instalación de rápel y el integrante empieza a descender asegurado con la cuerda que le voy dando desde aquí arriba. Raul le acompaña.
Al fondo, viendo para preparar la instalación para asegurar |
Mientras el resto del grupo va bajando normalmente |
Cuando se acaban los 60 metros de cuerda, Raúl recupera la cuerda y monta otra instalación en unas rocas. Yo desciendo desde la Portilla del crampón hasta donde está Raúl y cuando el integrante está asegurado por Raúl, bajamos juntos otros 60 metros hasta que se acaba la cuerda. Allí monto una estaca de nieve y volvemos a hacer la misma operación, yo asegurando desde la estaca, para bajar otros 60 metros, donde ya el terreno se suaviza algo y allí nos están esperando el resto de compañeros. La verdad es que la coordinación con Raúl ha sido magnífica y a pesar de las maniobras hemos podido bajar razonablemente rápido.
El grupo ya en la parte de más abajo |
Júcar "recoge" al integrante que baja encordado... |
... y tras soltarle va recogiendo cuerda, mientras Raúl y yo bajamos |
Raúl y yo llegando a donde está el grupo... |
Ya con todo el grupo, recogemos la cuerda y cacharros y picoteamos algo. El sol pega y la nieve se encuentra ya algo blanda, pero ya hemos salvado la parte más complicada.
Aquí apartados a un lado, aprovechamos para picotear algo rápido |
Reanudamos la marcha y bajamos hasta el plató bajo la Portilla de la Bermeja, donde volvemos a reagruparnos y aprovechamos para hacernos unas fotos.
Foto del grupo en el descenso |
Continuamos el descenso con el siguiente tramo, donde a Antonio se le hunde completamente la pierna en la nieve y protagoniza uno de los ratos humorísticos del día. Ya sin incidencias, continuamos hasta alcanzar el refugio de Laguna Grande.
Continuando el descenso |
A Antonio se le hunde completamente una pierna en la nieve |
Un posado, con las cumbres de los Tres Hermanitos y El Perro Que Fuma arriba a la derecha |
Uno de los parajes que cruzamos ya cerca del refugio |
En el refugio recogíamos las cosas que nos habíamos dejado en las taquillas y nos despedimos de los guardias. Cruzamos de nuevo la Laguna Grande, otra vez por en medio, y emprendemos la siempre pesada subida de vuelta hacia los Barrerones.
De vuelta por en medio de la laguna, con el Cuchillar de las Navajas y el Almanzor de fondo |
Mi tobillo averiado se ha portado bastante decentemente este fin de semana, pero ya de bajada de los Barrerores empieza a molestarme mucho como si se quejara de la tralla que se ha llevado estos dos días, así que este tramo me resulta una auténtica tortura y no veo la hora de llegar a la Plataforma.
Cuando llegamos a la Plataforma, los compañeros más diligentes ya han tomado sitio en las sillas del quiosco que hay montado allí y que está abierto, así que aprovechamos allí para tomar un par de cervezas y disfrutar de unos momentos de charla y risas antes de irnos. Finalmente montamos todo en los coches y partimos a Madrid.
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