Año 2015. Participantes Fran y yo.
Le teníamos muchas ganas a esta grandísima clásica, de moderada dificultad a cambio de un alto grado de compromiso y de otros factores no desdeñables. Tenía pinta de ser una enorme aventura el embarcarse a hacerla y desde luego que no nos ha defraudado... así ha sido. Una vía muy alpina, con un pedazo ambientazo que, tras un número incontable de largos (perdimos la cuenta, pero es posible que nos salieran más de los 25 largos que marca el croquis más "popular"), culmina en una emblemática cima a 3298 m de altitud. Al final si que resultó ser una tremenda aventura para nosotros, y no solo la escalada en sí.
Muchas reseñas y croquis indican que esta vía tienen 800, 850 o 900 metros, pero no es del todo correcto, ya que la cifra corresponde al denivel o distancia en vertical, es decir, a la diferencia de altitud entre el inicio de la vía y su final. Sin embargo, siempre que se habla de la longitud de una vía de escalada en cualquier sitio se refiere a la longitud de recorrido medida largo por largo. De este modo, es fácil deducir que la vía superará los 1000 metros, y especialmente cuando hay largos que suman mucha más longitud que altura como ocurre con la travesía de 60 metros del largo 18. Otra cuenta que se puede hacer es que la mayoría de los largos son de unos 40 metros, no habiendo, que recuerde, ningún largo por debajo de 30 metros y, sin embargo, sí varios claramente por encima de esos 40 metros, como el citado largo 18 de 60 metros o los largos 1, 19, 20 y 21. Simplemente considerando una longitud media de 40 metros por largo, si lo multiplicamos por los 25 largos que tiene la vía ya salen esos 1000 metros.
¿Qué le hace distinta a esta vía con respecto a otras y que hay que tener en cuenta?:
- Compromiso: una vez que sobrepasas la primera reunión, no hay forma fácil de salir de la vía que no sea por arriba. Esto se vuelve extremadamente delicado cuando hablamos de una escalada de muchísimos largos, de estar en una montaña que sobrepasa holgadamente los 3000m de altitud, y de encontrarse en un lugar en el que el tiempo puede cambiar rápidamente y encontrarte en un serio problema, ya que las tormentas en esta pared tienen fama de temibles.
- Longitud: Se trata de una vía exageradamente larga, por lo que no solo vas a tener que tener una cierta condición física sino también una considerable fortaleza mental para poder soportar tantas horas la tensión de una escalada.
- Altitud: Como ya he indicado antes, estamos en una montaña impresionante que alcanza 3298m de altitud. La escalada, por tanto se desarrolla aproximadamente entre los 2500 y los 3300 m de altitud
- Climatología: Se trata de una zona de complicada climatología: un circo pirenaico con enormes montañas de considerable altitud y orientado hacia el norte. Los cambios meteorológicos pueden producirse con gran rapidez. Además esta pared de considerables dimensiones puede convertirse en un auténtico infierno con grave peligro en caso de tormenta, incluyendo cascadas de agua y piedras, así que si la previsiones meteorológicas presentan alguna incertidumbre mejor no meterse.
- Calidad de la roca: Gran parte del recorrido presenta roca muy descompuesta, con todos los peligros y dificultades que ello conlleva, tanto para progresar como para asegurar.
- Navegación: Después de la reunión 11 la vía ya se vuelve relativamente fácil de seguir, pero hasta esa reunión, salvo el largo 1, la vía no resulta muy evidente y puedes acabar apareciendo en cualquier sitio comprometido, por lo que hay que ir muy atento.
- Acceso: Especialmente en determinadas épocas del año, como tras el verano en la que el glaciar se queda en el "chasis", el conseguir acceder a pie de vía se convierte en una auténtica odisea e incluso ha llegado a ser motivo de que algunas cordadas se den la vuelta antes de poder iniciar la vía. Esto también supone un desgaste físico y mental adicional sin todavía haber iniciado esta gigantesca escalada.
Si comparamos con la "Entorns", otra maratoniana escalada que hicimos en 2014 de 21 largos y 800 metros, la realidad es que la "Entorns" es considerablemente más dura (casi tan larga pero tremendamente mantenida en el V/V+), también de difícil navegación, e igualmente bastante comprometida desde el punto de vista de que abandonarla una vez que has avanzado un poco es casi misión imposible. De hecho la dificultad global de la "Entorns" está catalogada como MDsup (Muy Difícil Superior), mientras que la Norte del Vignemale tan solo se queda en Dsup (Difícil Superior). Sin embargo la "Entorns" goza de algunas bondades con respecto a la Norte del Vignemale, como son el tener un acceso muchísimo más rápido y fácil, una climatología muchísimo más benigna (si obviamos el problema de pasar calor) y estable, o simplemente tener cobertura de móvil para avisar ante cualquier emergencia. Realmente, a pesar de ser ambas vías muy largas, en el fondo no se parecen en nada y no resultan comparables tratándose en un caso de una vía dura y técnica pero casi al nivel del mar, y en el otro caso de una vía tremendamente alpina, con absolutamente todo lo que el término "alpino" conlleva.
Yendo ahora a nuestra caso, nuestra planificación original era la siguiente:
Cada una de las "partes" suponen varias horas, incluido el pesado viaje en coche que ronda las 7 horas desde Madrid. El día 1 y 3 son bastante llevaderos y el día duro es el segundo.
Ahora bien, sabíamos que el día 2 no era fácil completarlo en el día, por lo que íbamos preparados para dormir donde tuviéramos que dormir. Y al final los planes tuvieron que sufrir algunas modificaciones sobre la marcha, incluyendo el dormir en pared. Pero no adelantemos acontecimientos y vayamos al relato.
Viaje y subida al refugio de Oulettes de Gaube (19 de agosto de 2015)
Hemos quedado en salir hacia las 8:00 de Madrid. Con ello calculamos que conseguiremos llegar al refugio de Oulettes de Gaube con margen suficiente para buscar tranquilamente un buen lugar de vivaqueo antes de que oscurezca.
Ya metidos en Francia, por los bonitos puertos de montaña que hay, buscamos un sitio para comer. Una especie de apartadero herboso con excelentes vistas nos hace el servicio. En él también ha parado una pareja que va en un curioso coche entre antiguo y deportivo. Ahí comemos, con el pan que hemos comprado al pasar por Biescas, y aprovechamos para estirar bien las piernas y relajarnos un poquillo.
Continuamos el viaje y más tarde llegamos por fin a Pont d'Espagne, no sin antes un pequeño lío con la ruta a seguir, por unos cortes en las calles de una población que despistan un poco al navegador del coche.
En Pont d'Espagne entramos en el párking, que está llenísimo de coches; de hecho nos quedamos impresionados, pues hay cientos de coches. Aparcamos y nos acercamos a preguntar si se puede quedar el coche en el párking durante varios días y cuánto nos va a costar, no sea que nos llevemos un susto; también vamos a preguntar por el telesilla que hay, ya que si el precio es razonable y nos podemos ahorrar un esfuerzo nos puede venir bien para mañana estar más descansados. No obstante ya sé que el telesilla te ahorra tan solo un tercio de la subida al refugio, pero al fin de al cabo ese tercio es una hora de caminata de subida y unos 250 m de desnivel que te quitas (aunque yo pensaba en ese momento que eran más).
Nos enteramos no solo que el precio máximo del párking, el que se aplica en estos casos, es más que razonable, sino que al sacar el billete del telesilla, con precio también razonable, te "sellan" el tícket de párking y te sale gratis, estés el tiempo que estés. No nos lo pensamos más y compramos los billetes del telesilla y nos validan el tícket de aparcamiento para ya poder salir directamente cuando queramos. Para colmo, nos enteramos a continuación que el billete del telesilla incluye también la vuelta, con lo que nos valdrá también para el día que bajemos.
Me voy al coche a empezar a preparar las cosas mientras Fran va al servicio. En el coche un francés me vé las cosas de escalada y me pregunta. Él también va a hacer la Norte del Vignemale y me comenta que no la conoce. No le veo que vaya con nadie.
A todo esto veo que Fran tarda mucho. Me imagino que no encuentra el coche entre semejante multitud de coches, así que echo un vistazo y al final acabo viéndole despistado buscando por otra zona. Al no conducir él, no se había fijado mucho dónde había aparcado, y si a mí me había costado un poco encontrar el coche, suponía que a él más... pero había estado entretenido hablando con el francés y no había podido estar pendiente.
Después de muchas dudas sobre la ropa que finalmente nos vamos a llevar, nos despedimos del francés, que se está preparando también en las proximidades, y nos vamos hacia el telesilla. Primero tenemos que subirnos en un telecabina, que en muy poco tiempo te deja en las cercanías del telesilla. Luego andamos cinco minutillos y cogemos el telesilla, que nos sube a las proximidades de Lac de Gaube, y luego en unos 10-15 minutos de caminata llaneando nos plantamos ya en Lac de Gaube. La verdad es que ha sido muy cómodo, aunque se pierde su tiempo entre esperar una y otra cola (aunque no había mucha), los tiempos de recorrido y las pequeñas caminatas de aproximación entre el telecabina y el telesilla y la de después del telesilla.
Tras sobrepasar el lago (que se tarda un rato) y hacer un poco más de subida, vemos que nos alcanza el francés, que no ha debido de usar el telesilla. Ello nos corrobora que en tiempo no se ahorra tanto... pero también es que el tío se ve que es una auténtica máquina y enseguida nos deja tirados. Por cierto, confirmamos que va solo, y que la mochila no le abulta mucho... nos preguntamos si irá a escalarlo totalmente en libre sin cuerdas ni cacharros, lo que nos deja un tanto asombrados.
Continuamos la subida. Son más o menos dos horitas de subida desde el Lac de Gaube que se nos acaban haciendo largas, más por la distancia que por el desnivel, aunque también hay sus rampas para ir ganado desnivel, alternadas con tramos más horizontales. Cada vez que miro el altímetro me desespera lo despacio que sube. También es verdad que llevamos mucho peso en la mochila, al llevar toda la ferretería de escalada, las cuerdas e incluso unos crampones y un piolet, además de mucha comida, sacos de dormir, etc.
Finalmente alcanzamos el refugio, soltamos las mochilas y vamos en busca de un buen sitio para vivaquear. Pegado al refugio no hay gran cosa, así que vamos a la zona donde la gente planta las tiendas... me sorprende, hasta cierto punto, que no haya más gente de vivac que nosotros y que todo el mundo vaya con su tienda de campaña. Digo que me sorprende hasta cierto punto porque es una cosa que ya había observado por aquí otras veces... se ve que la gente no se fía mucho de la meteorología de aquí, jeje.
Sitios para vivaquear hay bastantes, pero basta que haya bastantes para que busques y rebusques cual es el mejor, y veas pegas en cualquier mínima cosilla. Por ello, nos cuesta bastante decidirnos, pero al final nos decantamos por uno.
Mientras nos acoplamos, nos vienen a ver otros españoles que nos ven que vamos preparados para escalar. Nos dicen que ellos iban a hacer la misma vía y también mañana, pero que se han intentado acercar al pie de vía y han visto que el glaciar está muy complicado. Todos ellos llevan crampones, pero no han traído piolets y dicen que a pesar de llevar crampones lo han visto demasiado delicado para subir sin piolet y que el glaciar está muy duro. Por ello, han desechado la idea de hacer la vía y están pensando en otra actividad para hacer en su lugar.
Esta conversación nos deja bastante preocupados. Por un lado me alegro un montón de que hayamos decidido llevar piolet y crampones. Fue algo sobre lo que pensamos mucho, aunque a mí especialmente me preocupaba precisamente que no nos pasara esto de ni siquiera poder acceder a la vía por no haberlos llevado, así que la solución "salomónica" que se me había ocurrido era llevar un único piolet para los dos y unos crampones también a compartir. Con ello ahorraríamos algo de peso pero no comprometeríamos la escalada, ya que en caso de necesitarlos veríamos la mejor forma de progresar con este mermado equipo en función de las circunstancias.
Por otro lado, la conversación nos pone alerta sobre que nos tendríamos que "pelear" con el glaciar más de lo que pensábamos. Sabemos que el acceder a la rimaya es uno de los puntos clave que puede resultar tremendamente complicados, pero no nos esperábamos que el resto del glaciar nos fuera a dar mucha guerra. Queremos no preocuparnos en exceso antes de tiempo, así que nos decimos que mañana ya iremos intentando resolver los problemas según se vayan presentando.
Antes de que se vaya la luz intento echar un último vistazo desde aquí al glaciar, por dónde hay que remontarle mañana. La verdad es que parece que está muy cerca y te vas a plantar ahí enseguida, pero sé que las distancias engañan y las reseñas hablan de entre 1,5 y 2 horas de aproximación.
Cenamos y nos preparamos para dormir. Confirmamos que nos levantaremos a las 5:15 con idea de salir andando hacia las 6:00. Sé que el tiempo es oro, pero considero que el madrugar más no nos va a resultar demasiado productivo, ya que espero llegar al glaciar cuando haya algo de luz y la oscuridad de la noche no nos dificulte pelearnos con el propio glaciar, sus grietas y su rimaya.
Vía "Norte Clásica" del Vignemale (20 y 21 de agosto de 2015)
Yendo ahora a nuestra caso, nuestra planificación original era la siguiente:
- Día 1: Viaje en coche hasta Pont d'Espagne y subida hasta el refugio de Oulettes de Gaube a vivaquear (difícil pillar plaza en el refugio con poca antelación)
- Día 2: Aproximación a pie de vía, escalada de la vía y descenso desde cima hasta el refugio de Oulettes de Gaube.
- Día 3: Descenso a Pont d'Espagne y regreso a casa en coche.
Cada una de las "partes" suponen varias horas, incluido el pesado viaje en coche que ronda las 7 horas desde Madrid. El día 1 y 3 son bastante llevaderos y el día duro es el segundo.
Ahora bien, sabíamos que el día 2 no era fácil completarlo en el día, por lo que íbamos preparados para dormir donde tuviéramos que dormir. Y al final los planes tuvieron que sufrir algunas modificaciones sobre la marcha, incluyendo el dormir en pared. Pero no adelantemos acontecimientos y vayamos al relato.
Viaje y subida al refugio de Oulettes de Gaube (19 de agosto de 2015)
Hemos quedado en salir hacia las 8:00 de Madrid. Con ello calculamos que conseguiremos llegar al refugio de Oulettes de Gaube con margen suficiente para buscar tranquilamente un buen lugar de vivaqueo antes de que oscurezca.
Ya metidos en Francia, por los bonitos puertos de montaña que hay, buscamos un sitio para comer. Una especie de apartadero herboso con excelentes vistas nos hace el servicio. En él también ha parado una pareja que va en un curioso coche entre antiguo y deportivo. Ahí comemos, con el pan que hemos comprado al pasar por Biescas, y aprovechamos para estirar bien las piernas y relajarnos un poquillo.
Continuamos el viaje y más tarde llegamos por fin a Pont d'Espagne, no sin antes un pequeño lío con la ruta a seguir, por unos cortes en las calles de una población que despistan un poco al navegador del coche.
En Pont d'Espagne entramos en el párking, que está llenísimo de coches; de hecho nos quedamos impresionados, pues hay cientos de coches. Aparcamos y nos acercamos a preguntar si se puede quedar el coche en el párking durante varios días y cuánto nos va a costar, no sea que nos llevemos un susto; también vamos a preguntar por el telesilla que hay, ya que si el precio es razonable y nos podemos ahorrar un esfuerzo nos puede venir bien para mañana estar más descansados. No obstante ya sé que el telesilla te ahorra tan solo un tercio de la subida al refugio, pero al fin de al cabo ese tercio es una hora de caminata de subida y unos 250 m de desnivel que te quitas (aunque yo pensaba en ese momento que eran más).
Nos enteramos no solo que el precio máximo del párking, el que se aplica en estos casos, es más que razonable, sino que al sacar el billete del telesilla, con precio también razonable, te "sellan" el tícket de párking y te sale gratis, estés el tiempo que estés. No nos lo pensamos más y compramos los billetes del telesilla y nos validan el tícket de aparcamiento para ya poder salir directamente cuando queramos. Para colmo, nos enteramos a continuación que el billete del telesilla incluye también la vuelta, con lo que nos valdrá también para el día que bajemos.
Me voy al coche a empezar a preparar las cosas mientras Fran va al servicio. En el coche un francés me vé las cosas de escalada y me pregunta. Él también va a hacer la Norte del Vignemale y me comenta que no la conoce. No le veo que vaya con nadie.
A todo esto veo que Fran tarda mucho. Me imagino que no encuentra el coche entre semejante multitud de coches, así que echo un vistazo y al final acabo viéndole despistado buscando por otra zona. Al no conducir él, no se había fijado mucho dónde había aparcado, y si a mí me había costado un poco encontrar el coche, suponía que a él más... pero había estado entretenido hablando con el francés y no había podido estar pendiente.
Después de muchas dudas sobre la ropa que finalmente nos vamos a llevar, nos despedimos del francés, que se está preparando también en las proximidades, y nos vamos hacia el telesilla. Primero tenemos que subirnos en un telecabina, que en muy poco tiempo te deja en las cercanías del telesilla. Luego andamos cinco minutillos y cogemos el telesilla, que nos sube a las proximidades de Lac de Gaube, y luego en unos 10-15 minutos de caminata llaneando nos plantamos ya en Lac de Gaube. La verdad es que ha sido muy cómodo, aunque se pierde su tiempo entre esperar una y otra cola (aunque no había mucha), los tiempos de recorrido y las pequeñas caminatas de aproximación entre el telecabina y el telesilla y la de después del telesilla.
Subiendo al Lac de Gaube en el telesilla |
Tras sobrepasar el lago (que se tarda un rato) y hacer un poco más de subida, vemos que nos alcanza el francés, que no ha debido de usar el telesilla. Ello nos corrobora que en tiempo no se ahorra tanto... pero también es que el tío se ve que es una auténtica máquina y enseguida nos deja tirados. Por cierto, confirmamos que va solo, y que la mochila no le abulta mucho... nos preguntamos si irá a escalarlo totalmente en libre sin cuerdas ni cacharros, lo que nos deja un tanto asombrados.
Continuamos la subida. Son más o menos dos horitas de subida desde el Lac de Gaube que se nos acaban haciendo largas, más por la distancia que por el desnivel, aunque también hay sus rampas para ir ganado desnivel, alternadas con tramos más horizontales. Cada vez que miro el altímetro me desespera lo despacio que sube. También es verdad que llevamos mucho peso en la mochila, al llevar toda la ferretería de escalada, las cuerdas e incluso unos crampones y un piolet, además de mucha comida, sacos de dormir, etc.
El refugio que nos sirvió de alojamiento en otra ocasión |
Espectacular la vista del macizo según subes por la parte alta del valle. En el centro tenemos el paredón a escalar |
Finalmente alcanzamos el refugio, soltamos las mochilas y vamos en busca de un buen sitio para vivaquear. Pegado al refugio no hay gran cosa, así que vamos a la zona donde la gente planta las tiendas... me sorprende, hasta cierto punto, que no haya más gente de vivac que nosotros y que todo el mundo vaya con su tienda de campaña. Digo que me sorprende hasta cierto punto porque es una cosa que ya había observado por aquí otras veces... se ve que la gente no se fía mucho de la meteorología de aquí, jeje.
Sitios para vivaquear hay bastantes, pero basta que haya bastantes para que busques y rebusques cual es el mejor, y veas pegas en cualquier mínima cosilla. Por ello, nos cuesta bastante decidirnos, pero al final nos decantamos por uno.
Mientras nos acoplamos, nos vienen a ver otros españoles que nos ven que vamos preparados para escalar. Nos dicen que ellos iban a hacer la misma vía y también mañana, pero que se han intentado acercar al pie de vía y han visto que el glaciar está muy complicado. Todos ellos llevan crampones, pero no han traído piolets y dicen que a pesar de llevar crampones lo han visto demasiado delicado para subir sin piolet y que el glaciar está muy duro. Por ello, han desechado la idea de hacer la vía y están pensando en otra actividad para hacer en su lugar.
Esta conversación nos deja bastante preocupados. Por un lado me alegro un montón de que hayamos decidido llevar piolet y crampones. Fue algo sobre lo que pensamos mucho, aunque a mí especialmente me preocupaba precisamente que no nos pasara esto de ni siquiera poder acceder a la vía por no haberlos llevado, así que la solución "salomónica" que se me había ocurrido era llevar un único piolet para los dos y unos crampones también a compartir. Con ello ahorraríamos algo de peso pero no comprometeríamos la escalada, ya que en caso de necesitarlos veríamos la mejor forma de progresar con este mermado equipo en función de las circunstancias.
Por otro lado, la conversación nos pone alerta sobre que nos tendríamos que "pelear" con el glaciar más de lo que pensábamos. Sabemos que el acceder a la rimaya es uno de los puntos clave que puede resultar tremendamente complicados, pero no nos esperábamos que el resto del glaciar nos fuera a dar mucha guerra. Queremos no preocuparnos en exceso antes de tiempo, así que nos decimos que mañana ya iremos intentando resolver los problemas según se vayan presentando.
Antes de que se vaya la luz intento echar un último vistazo desde aquí al glaciar, por dónde hay que remontarle mañana. La verdad es que parece que está muy cerca y te vas a plantar ahí enseguida, pero sé que las distancias engañan y las reseñas hablan de entre 1,5 y 2 horas de aproximación.
Cenamos y nos preparamos para dormir. Confirmamos que nos levantaremos a las 5:15 con idea de salir andando hacia las 6:00. Sé que el tiempo es oro, pero considero que el madrugar más no nos va a resultar demasiado productivo, ya que espero llegar al glaciar cuando haya algo de luz y la oscuridad de la noche no nos dificulte pelearnos con el propio glaciar, sus grietas y su rimaya.
Vía "Norte Clásica" del Vignemale (20 y 21 de agosto de 2015)
Datos:
Longitud de la vía: 1000m (unos 850m en desnivel). Nº largos: 25. Dificultad máxima: V
Dificultad global de la vía: Dsup (Difícil Superior)
Dificultad global de la vía: Dsup (Difícil Superior)
Características: Vía muuuyyyy larga en diversos tipos y calidades de roca. Dificultad técnica muy moderada pero la roca está muy descompuesta en la mayor parte de la vía. En general la roca son caliza y esquistos, aunque en los últimos largos en la arista Gaube la morfología de la roca recuerda un poco al granito.
Material: Para ahorrar algo de peso, yo me dejaría los fisureros (que no los usamos) a cambio de llevar al menos un par de microfriends (nos dieron mucho juego) que completen un juego normal de friends. El friend nº 4 también es totalmente prescindible. A partir de ahí se puede ahorrar algo más de peso, dejándote algún que otro friend más en función de cuánto estés dispuesto a espaciar los seguros. De cintas exprés nosotros llevamos la habitual docena que solemos llevar (salvo casos especiales) y nos sobraron; eso sí, llevarlas largas todas las que podáis. Si has leído o lees el relato verás que el no llevar los crampones y el piolet te puede impedir el acceder a la vía, especialmente si el glaciar está en el esqueleto como ocurre después del verano. Dejo claro que yo solo doy pistas, pero la decisión de qué material llevar es tuya y también dependerá de si hacéis o no tramos en ensamble o cómo los acometáis y de vuestra habilidad y fortaleza mental.
Material: Para ahorrar algo de peso, yo me dejaría los fisureros (que no los usamos) a cambio de llevar al menos un par de microfriends (nos dieron mucho juego) que completen un juego normal de friends. El friend nº 4 también es totalmente prescindible. A partir de ahí se puede ahorrar algo más de peso, dejándote algún que otro friend más en función de cuánto estés dispuesto a espaciar los seguros. De cintas exprés nosotros llevamos la habitual docena que solemos llevar (salvo casos especiales) y nos sobraron; eso sí, llevarlas largas todas las que podáis. Si has leído o lees el relato verás que el no llevar los crampones y el piolet te puede impedir el acceder a la vía, especialmente si el glaciar está en el esqueleto como ocurre después del verano. Dejo claro que yo solo doy pistas, pero la decisión de qué material llevar es tuya y también dependerá de si hacéis o no tramos en ensamble o cómo los acometáis y de vuestra habilidad y fortaleza mental.
Equipamiento: Solo algún espit y algunos clavos viejos durante el recorrido, principalmente para ubicar las reuniones que en muchos casos habrá que reforzar o hacer desde cero. El resto a equipar.
Pasos clave:
No hay ningún paso realmente complicado. Quizás la parte central del primer largo y algún que otro paso suelto de la vía, como el del largo 15 o la "fisura divertida" del 24, puedan dar algo más de "emoción", pero sin llegar a ser muy problemáticos.
Posibilidades de escape: Una vez pases de la primera reunión el abandonar es ciencia ficción. Solo parece viable escaparse bajando por la arista Gaube una vez alcances ésta, en la reunión 21.
Tiempo de escalada: Pues muy variable, dependiendo si haces muchos largos en ensamble y la cantidad de seguros que pongas, pero yo diría que lo mínimo son unas 8 horas (sale a menos de 20 minutos por largo de media) y lo más habitual rondar las 12 horas.
Tiempos de aproximación desde el refugio y regreso: La aproximación a pie de vía desde el refugio Oulettes de Gaube es de.0 1,5 a 2 horas. El regreso desde cima al refugio de Oulettes de Gaube son algo más de 3 horas.
Cimas: Pique Longe (Vignemale) 3298m.
Tiempos de aproximación desde el refugio y regreso: La aproximación a pie de vía desde el refugio Oulettes de Gaube es de.0 1,5 a 2 horas. El regreso desde cima al refugio de Oulettes de Gaube son algo más de 3 horas.
Cimas: Pique Longe (Vignemale) 3298m.
Croquis:
Una panorámica aproximada de la vía |
La vía vista desde otro ángulo y con algunas indicaciones |
Fecha: 20 y 21 de agosto de 2015
Aproximación y acceso a pie de vía
Suena
el despertador a las 5:15. He dormido bastante bien, pero todavía tengo mucho sueño y mi primer instinto es el
de intentar dormir un poco más... aunque inmediatamente soy consciente de
que hay que ser muy diligente y salta de mí un resorte que me hace
espabilarme rápidamente y avisar a Fran para que se despierte.
Desayunamos y preparamos todo, incluido el ir a cargar agua al refugio. Mi idea era estar saliendo a las 6:00, pero no conseguimos empezar a andar hasta las 6:20... ya empezamos con los retrasos. Tampoco quería madrugar más porque el glaciar resulta complicado y no vale la pena que la oscuridad de la noche te retrase en él por no tener buena visión de por dónde ir y al final le saques poco provecho del madrugón; por ello, calculaba que saliendo a las 6:00 estaríamos hacia las 7:00 que amanece peleándonos ya con las grietas del glaciar.
Echamos a andar y nada más empezar vemos un par de frontales por la zona de los seracs del glaciar (lado izquierdo según miramos)... me resulta raro pues se supone que es una zona complicada y sabemos que el glaciar hay que atacarlo por el lado contrario.
Seguimos subiendo y observando las luces... lo intentan por un lado, por otro, pero pasar por ahí por en medio de todos los seracs parece evidente que les va a resultar tremendamente complicado.
El agua del deshielo del glaciar corre por todos los lados, mientras nosotros intentamos subir como podemos por este mar de piedrecitas, con frecuentes deslizamientos de los apoyos de los pies.
Nos vamos encaminando hacia la derecha del glaciar (hablo siempre de derecha o izquierda según vemos nosotros, no según baja el glaciar que sería lo más propio pero también algo más lioso), ya que el glaciar hay que atacarlo por la derecha. El día ya empieza a clarear.
Vamos acercándonos al hielo del glaciar, cuando vemos a alguien un poco más adelante, justo donde se inicia el hielo... es el francés que va en solitario y que ha parado a ponerse los crampones y sacar el piolet. Simultáneamente vemos que los de los seracs parece que están reculando, después de perder muchísimo tiempo en los seracs.
Antes de que lleguemos a él, el francés ya ha salido disparado hacia arriba, piolet en mano y clavando las punteras delanteras de los crampones... menos mal que llevamos piolet y crampones, pero ahora veremos a ver qué tal nos apañamos con lo que tenemos.
Paramos en el mismo sitio que estaba el francés y ahí picamos algo rápido, reorganizamos la ropa y nos ponemos la pareja de crampones que tenemos... yo el izquierdo y Fran el derecho, jeje, o al revés, no me acuerdo exactamente... ¡vaya cuadro que damos!... También nos ponemos el arnés en previsión de que lo podamos necesitar.
Una vez listos tiro yo para arriba con el piolet a ver qué tal me va. Con piolet y dos crampones no daría mucho problema, pero yendo con un crampón sí y otro no tienes que tener mucho cuidado con los resbalones del pie que no lleva crampones.
Subo un tramo hasta una especie de descansillo y espero a ver qué tal le va a Fran, que usa un bastón en lugar de piolet... pero el bastón no resulta efectivo... Por ello, lo que hago es sacar la cuerda y descolgarle el piolet con la cuerda desde donde estoy. Fran coge el piolet y gracias a él puede ir subiendo, con los mismos inconvenientes del pie que no lleva crampón.
Hacemos la misma operación en uno o dos tramos más, y a continuación podemos salirnos trepando por la roca por la derecha, tras habernos quitado el crampón, especialmente porque veo unas grietas enormes en el glaciar que si no no sé cómo las vamos a sobrepasar. La rimaya en este punto es lo suficientemente estrecha para poder pasar a la roca sin problemas, aunque da miedo mirar hacia sus profundidades. A todo esto, los dos montañeros que andaban por los seracs ya han conseguido salir de allí y bordeando el glaciar por su parte inferior se está dirigiendo hacia donde estamos nosotros.
Vamos trepando en travesía por la roca de la pared junto a la rimaya y avanzando, aunque avanzamos muy lentamente. Normalmente es más o menos fácil, pero algunos puntos son más delicados, especialmente yendo con botas. Las grietas se ven enormes y muy profundas. Fran comenta que si te caes en una de ellas no sabe si te llegarás a matar pero como poco te tienen que sacar de ahí en helicóptero.
El ir trepando en travesía se va poniendo cada vez más delicado, y parece que las grietas más problemáticas y gigantescas las hemos superado. Los dos montañeros de los seracs, que resultar ser unos franceses, han conseguido sortear las grietas acercándose un poco a la rimaya pero sin necesidad de meterse en las rocas, así que nos han alcanzado y nos sobrepasan, ya que nosotros vamos muy lento al ser muy delicado por donde vamos. Entre unas cosas y otras evidentemente opto por volverme a subir al glaciar en cuanto puedo y seguir por donde los franceses que parece que no les va mal.
Donde me salgo está el glaciar relativamente horizontal, o mejor dicho con pendiente muy suave, así que continúo un poco hasta que la pendiente va tomando más y más inclinación y el glaciar sigue muy duro. Allí espero a Fran para sacar la cuerda y encordarnos, pues nos parece lo más apropiado para no escurrirnos y acabar en el fondo de una grieta, e incluso los franceses hacen lo mismo.
Tenemos ya a la vista la marcadísima veta de ofita verde que marca el primer largo de la vía. Desde luego que con semejante "marca" es imposible fallar en encontrar por dónde empieza la vía. A todo esto el francés que iba en solitario vemos que ya está metido en el primer largo de la vía.
Los franceses llegan a la rimaya donde el inicio de la vía y empiezan a estudiar cómo acceder a ella. No sé si les da alguna indicación el francés que va en solitario, porque hablan entre ellos en algún momento. A nosotros nos queda la parte más empinada del glaciar, que vemos que ya se interrumpe al internarse en el corredor de Gaube. Esta parte nos la vamos a tomar con calma, ya que de todas formas nos va a tocar esperar. Son ya más de las 9... ¡qué desastre de horario llevamos ya!... pero es que la cosa va a empeorar todavía más...
Esta parte final la tenemos que hacer, como antes, en tramos: primero subo yo y busco algún punto algo estable donde parar, normalmente el borde o el abombamiento debido a alguna pequeña grieta, y le descuelgo el piolet a Fran con la cuerda para que pueda subir él. Fran me propone que suba con los dos crampones y que luego se los descuelgue también, pero decido probar con uno sí y otro no, como íbamos hasta ahora, a ver cómo me va.
Subo, como digo, con un crampón sí y otro no. Lo que hago es aprovechar las piedras incrustadas, que han caído de la pared y se han quedado empotradas en el glaciar, para apoyar el pie sin crampón y así puedo conseguir que apoye, pues de otra forma sería prácticamente imposible en un glaciar tan duro y empinado. Aún así, tengo que traccionar muchas veces fuertemente del piolet. Intento asegurar bien cada paso, pues una caída en estas condiciones sería complicada de parar y Fran, sin piolet, no podría hacer gran cosa para detenerla.
Hemos visto antes que los franceses se han metido por una grieta que hay unos metros más arriba de la veta de ofita, así que voy hasta esa grieta, desde donde vuelvo a descolgar el piolet para que lo coja Fran y éste sube hasta mí, juntándonos en ella.
Veo que a la derecha se puede meter uno por dentro de la grieta y acceder a una especie de cueva desde donde ya se toca la roca... parece una especie de puerta falsa que pensamos inocentemente que nos va a facilitar las cosas.
Me descuelgo dentro de la cueva, asomándome y clavando en la pared en una postura rara el piolet, que me va a servir de asa para poder bajar a llegar a tocar suelo. Oigo a los franceses pero no les veo... me asomo entre el hielo y la pared y veo a un francés justo un par de metros debajo de mí asegurando en un sitio un tanto raro, y al otro en el fondo de la rimaya ya empezando a escalar... el fondo de la rimaya que está como unos 10 metros totalmente verticales por debajo del francés que está asegurando... ¡madre mía!... la verdad es que no tiene muy buena pinta, pero es lo que hay. Y son ya las 10... ¡madre de Dios!.
Me quedo yo en la cueva y Fran de momento no entra, pues hay que esperar a que los franceses nos dejen vía libre y no tiene sentido que se quede en esta especie de nevera en la que estoy. Yo aprovecho para observar a los franceses... por cierto que el que va de primero en el primer largo ha empezado con botas... ¿adónde irá a hacer un V con botas?... así que empezado el largo tiene que anclarse, y colgado quitarse la mochila, quitarse las botas, guardarlas y ponerse los pies de gato... ¡lo que faltaba para nuestro ya horrible horario!
Cuando ya se va acercando el momento de que el francés monte la primera reunión le digo a Fran que vaya bajando a la cueva para irnos preparando. También usa el piolet como asa y yo estoy pendiente de ayudarle desde abajo si hace falta. Dentro de la cueva preparamos todo el material. Dado que todo el recorrido por el glaciar la he ido encabezando yo, le digo a Fran si empieza él con el primer largo de escalada, a lo que acepta.
Miramos el reloj... son las 10:40... ¡jope!, después de madrugar parece mentira las horas que son y nosotros todavía aquí. Fran comenta fugazmente que es el momento de decidir si nos metemos en la vía o abandonamos por lo tardísimo que es... pero en el fondo ninguno quiere darse la vuelta, pues no queremos volvernos sin hacer esta vía y estamos preparados para dormir donde sea; además si abandonamos tendríamos que deshacer todo lo que nos ha costado lo suyo para llegar hasta aquí.
El francés que está debajo de mí asegurando al otro me dice que tienen puestos dos tornillos, que nos los dejan y luego ya se los daremos. Es todo un detalle por su parte, quizás motivado como compensación de todo el tiempo que nos están haciendo esperar. Finalmente el francés abandona esta reunión de la rimaya y se mete ya en roca a escalar.
Yo desciendo como puedo, en oposición entre el hielo y la roca... que no me caigo porque está estrecho... hasta llegar donde ha montado la reunión con los dos tornillos, que no es otra cosa que un bloque no excesivamente grande empotrado dentro de la rimaya y sobrevolando 10 metros por encima del fondo de la misma... ¡madre mía, qué miedo, vaya sitio!... monto rápidamente la reunión en los tornillos de hielo para conseguir algo de tranquilidad y seguridad.
Monto el reverso para asegurar o descender a Fran y éste empieza a descolgarse igualmente en oposición hacia donde estoy yo.
Como en el sitio donde estoy solo quepo yo, Fran me tiene que pasar prácticamente por encima para continuar hacia abajo. Una vez me ha sobrepasado le digo que intente destrepar porque en mi reducido espacio me resulta muy incómodo asegurar y descenderle, pero es tan vertical y tan romo que acaba resbalando y tengo que descolgarle como puedo hasta el fondo de la rimaya.
Una vez que ha llegado al fondo de la rimaya, Fran se pone los pies de gato y se dispone a empezar a escalar, mientras que a mí me va a tocar todavía estar un buen rato en este emplazamiento tan incómodo, precario y helado.
Serán ya alrededor de las 11:00... mejor no pensarlo.
Por cierto, que observo que un poco más abajo de la veta de ofita la rimaya se estrecha y es considerablemente menos profunda (solo tiene del orden de 5 metros de profundidad) con lo que posiblemente hubiera sido más fácil y rápido acceder por ahí... pero lo hecho, hecho está.
El agua del deshielo del glaciar corre por todos los lados, mientras nosotros intentamos subir como podemos por este mar de piedrecitas, con frecuentes deslizamientos de los apoyos de los pies.
Nos vamos encaminando hacia la derecha del glaciar (hablo siempre de derecha o izquierda según vemos nosotros, no según baja el glaciar que sería lo más propio pero también algo más lioso), ya que el glaciar hay que atacarlo por la derecha. El día ya empieza a clarear.
Vamos acercándonos al hielo del glaciar, cuando vemos a alguien un poco más adelante, justo donde se inicia el hielo... es el francés que va en solitario y que ha parado a ponerse los crampones y sacar el piolet. Simultáneamente vemos que los de los seracs parece que están reculando, después de perder muchísimo tiempo en los seracs.
Antes de que lleguemos a él, el francés ya ha salido disparado hacia arriba, piolet en mano y clavando las punteras delanteras de los crampones... menos mal que llevamos piolet y crampones, pero ahora veremos a ver qué tal nos apañamos con lo que tenemos.
Paramos en el mismo sitio que estaba el francés y ahí picamos algo rápido, reorganizamos la ropa y nos ponemos la pareja de crampones que tenemos... yo el izquierdo y Fran el derecho, jeje, o al revés, no me acuerdo exactamente... ¡vaya cuadro que damos!... También nos ponemos el arnés en previsión de que lo podamos necesitar.
Una vez listos tiro yo para arriba con el piolet a ver qué tal me va. Con piolet y dos crampones no daría mucho problema, pero yendo con un crampón sí y otro no tienes que tener mucho cuidado con los resbalones del pie que no lleva crampones.
Subo un tramo hasta una especie de descansillo y espero a ver qué tal le va a Fran, que usa un bastón en lugar de piolet... pero el bastón no resulta efectivo... Por ello, lo que hago es sacar la cuerda y descolgarle el piolet con la cuerda desde donde estoy. Fran coge el piolet y gracias a él puede ir subiendo, con los mismos inconvenientes del pie que no lleva crampón.
Hacemos la misma operación en uno o dos tramos más, y a continuación podemos salirnos trepando por la roca por la derecha, tras habernos quitado el crampón, especialmente porque veo unas grietas enormes en el glaciar que si no no sé cómo las vamos a sobrepasar. La rimaya en este punto es lo suficientemente estrecha para poder pasar a la roca sin problemas, aunque da miedo mirar hacia sus profundidades. A todo esto, los dos montañeros que andaban por los seracs ya han conseguido salir de allí y bordeando el glaciar por su parte inferior se está dirigiendo hacia donde estamos nosotros.
Vamos trepando en travesía por la roca de la pared junto a la rimaya y avanzando, aunque avanzamos muy lentamente. Normalmente es más o menos fácil, pero algunos puntos son más delicados, especialmente yendo con botas. Las grietas se ven enormes y muy profundas. Fran comenta que si te caes en una de ellas no sabe si te llegarás a matar pero como poco te tienen que sacar de ahí en helicóptero.
Foto sacada de internet donde se puede apreciar el terrorífico aspecto de las rimayas de este glaciar |
Foto sacada de internet donde se puede apreciar el glaciar con sus gigantescas grietas. Al fondo se aprecia la zona de seracs |
Donde me salgo está el glaciar relativamente horizontal, o mejor dicho con pendiente muy suave, así que continúo un poco hasta que la pendiente va tomando más y más inclinación y el glaciar sigue muy duro. Allí espero a Fran para sacar la cuerda y encordarnos, pues nos parece lo más apropiado para no escurrirnos y acabar en el fondo de una grieta, e incluso los franceses hacen lo mismo.
Tenemos ya a la vista la marcadísima veta de ofita verde que marca el primer largo de la vía. Desde luego que con semejante "marca" es imposible fallar en encontrar por dónde empieza la vía. A todo esto el francés que iba en solitario vemos que ya está metido en el primer largo de la vía.
Los franceses llegan a la rimaya donde el inicio de la vía y empiezan a estudiar cómo acceder a ella. No sé si les da alguna indicación el francés que va en solitario, porque hablan entre ellos en algún momento. A nosotros nos queda la parte más empinada del glaciar, que vemos que ya se interrumpe al internarse en el corredor de Gaube. Esta parte nos la vamos a tomar con calma, ya que de todas formas nos va a tocar esperar. Son ya más de las 9... ¡qué desastre de horario llevamos ya!... pero es que la cosa va a empeorar todavía más...
Esta parte final la tenemos que hacer, como antes, en tramos: primero subo yo y busco algún punto algo estable donde parar, normalmente el borde o el abombamiento debido a alguna pequeña grieta, y le descuelgo el piolet a Fran con la cuerda para que pueda subir él. Fran me propone que suba con los dos crampones y que luego se los descuelgue también, pero decido probar con uno sí y otro no, como íbamos hasta ahora, a ver cómo me va.
Subo, como digo, con un crampón sí y otro no. Lo que hago es aprovechar las piedras incrustadas, que han caído de la pared y se han quedado empotradas en el glaciar, para apoyar el pie sin crampón y así puedo conseguir que apoye, pues de otra forma sería prácticamente imposible en un glaciar tan duro y empinado. Aún así, tengo que traccionar muchas veces fuertemente del piolet. Intento asegurar bien cada paso, pues una caída en estas condiciones sería complicada de parar y Fran, sin piolet, no podría hacer gran cosa para detenerla.
El glaciar se empieza a empinar mucho |
Fran llegando a la "grieta de acceso" donde me encuentro yo. |
Cueva a la que se accede por la grieta |
Me quedo yo en la cueva y Fran de momento no entra, pues hay que esperar a que los franceses nos dejen vía libre y no tiene sentido que se quede en esta especie de nevera en la que estoy. Yo aprovecho para observar a los franceses... por cierto que el que va de primero en el primer largo ha empezado con botas... ¿adónde irá a hacer un V con botas?... así que empezado el largo tiene que anclarse, y colgado quitarse la mochila, quitarse las botas, guardarlas y ponerse los pies de gato... ¡lo que faltaba para nuestro ya horrible horario!
Cuando ya se va acercando el momento de que el francés monte la primera reunión le digo a Fran que vaya bajando a la cueva para irnos preparando. También usa el piolet como asa y yo estoy pendiente de ayudarle desde abajo si hace falta. Dentro de la cueva preparamos todo el material. Dado que todo el recorrido por el glaciar la he ido encabezando yo, le digo a Fran si empieza él con el primer largo de escalada, a lo que acepta.
Miramos el reloj... son las 10:40... ¡jope!, después de madrugar parece mentira las horas que son y nosotros todavía aquí. Fran comenta fugazmente que es el momento de decidir si nos metemos en la vía o abandonamos por lo tardísimo que es... pero en el fondo ninguno quiere darse la vuelta, pues no queremos volvernos sin hacer esta vía y estamos preparados para dormir donde sea; además si abandonamos tendríamos que deshacer todo lo que nos ha costado lo suyo para llegar hasta aquí.
El francés que está debajo de mí asegurando al otro me dice que tienen puestos dos tornillos, que nos los dejan y luego ya se los daremos. Es todo un detalle por su parte, quizás motivado como compensación de todo el tiempo que nos están haciendo esperar. Finalmente el francés abandona esta reunión de la rimaya y se mete ya en roca a escalar.
Yo desciendo como puedo, en oposición entre el hielo y la roca... que no me caigo porque está estrecho... hasta llegar donde ha montado la reunión con los dos tornillos, que no es otra cosa que un bloque no excesivamente grande empotrado dentro de la rimaya y sobrevolando 10 metros por encima del fondo de la misma... ¡madre mía, qué miedo, vaya sitio!... monto rápidamente la reunión en los tornillos de hielo para conseguir algo de tranquilidad y seguridad.
Monto el reverso para asegurar o descender a Fran y éste empieza a descolgarse igualmente en oposición hacia donde estoy yo.
Fran intentando llegar a donde estoy yo |
Una vez que ha llegado al fondo de la rimaya, Fran se pone los pies de gato y se dispone a empezar a escalar, mientras que a mí me va a tocar todavía estar un buen rato en este emplazamiento tan incómodo, precario y helado.
Vistas desde mi raquítico emplazamiento encajonado en la rimaya |
Por cierto, que observo que un poco más abajo de la veta de ofita la rimaya se estrecha y es considerablemente menos profunda (solo tiene del orden de 5 metros de profundidad) con lo que posiblemente hubiera sido más fácil y rápido acceder por ahí... pero lo hecho, hecho está.
Desarrollo de la escalada
Como he comentado antes, Fran va a encabezar los largos impares y yo los pares.
Largo 1a (V): Apretando un poquillo en el helado filón vertical
Le llamo largo "1a" porque en la situación desde la que se aborda el largo (glaciar bajo) no llegarían las cuerdas para hacer el primer largo "oficial" en un único largo. Por eso, para seguir el orden del croquis, he llamado "1a" y "1b" a nuestro primer y segundo largo, que juntos corresponden a ese primer largo "oficial".
Empieza Fran, después de que le haya descolgado hasta el fondo de la rimaya. Los primeros metros son relativamente fáciles, así que no es demasiado problema el escalar los 10 primeros metros hasta mi altura sin poner ningún seguro, tal como le he pedido. Esto es necesario porque yo tendré que salir, ya veremos si puedo en travesía o si no en péndulo, a coger la vía a la altura en la que estoy, porque Fran no podrá descolgarme desde donde estoy hasta el fondo de la rimaya.
A mi altura encuentra el primer clavo, que le digo que chape solo con una cuerda, ya que la otra tiene que asegurarse lo más arriba posible para que me sirva para hacer péndulo. Va avanzando hasta el segundo clavo, que también le digo que solo lo chape con la misma cuerda de antes. Hay un tercer clavo más arriba, que ya considero suficientemente alto como para poder salir yo luego sin un peligro exagerado, así que le indico que por mi parte ya tiene libertad de chapar como considere oportuno.
Sigue el filón de ofita verde y un poco más arriba encuentra un clavo donde parece que hay que salirse ya del filón por la derecha. Fran me dice de hacer reunión ahí y le indico que para la primera reunión todavía queda un buen trecho. No obstante, él considera que el sitio donde está no es malo y no parece que en una distancia razonable, y no queda demasiada cuerda, haya otra posibilidad mejor de hacer reunión. Le contesto que es él quien tiene el mando del largo y quien mejor lo puede valorar; por otra parte, y para controlar mi complicado inicio del largo, me conviene ¡y mucho! que me asegure más o menos en la vertical de la vía, y continuar significaría abandonar la vertical y seguir con tendencia a derechas, así que no se hable más.
Mientras está montando Fran la reunión, se le desengancha una cinta exprés que cae al fondo de la rimaya (eso da idea también de lo vertical que es este largo). ¡Me cago en todo! (lo digo para mis adentros, pues también podía haberme pasado a mí perfectamente), ahora me va a tocar bajar al fondo de la rimaya a recuperar la cinta exprés. Una vez montada del todo la reunión, Fran me avisa ya que es mi turno.
Desmonto mi reunión y me pongo los pies de gato, haciendo equilibrios en el sitio tan malo y estrecho en el que estoy. La verdad es que no veía la hora de salir de aquí, de este sitio tan incómodo y refrigerado. Le aviso a Fran para que tense, pues el ir en travesía hacia la vía parece durillo, está tremendamente romo, tengo los dedos helados y es bastante probable que me caiga... y al final efectivamente me medio caigo, pero no es mucho problema ya que entre que ya he deshecho un poco de travesía y que lo hemos tenido antes previsto al ir chapando la cuerda, pues resulta que apenas hago péndulo en la caída y puedo reincorporarme del todo a la roca.
Ahora me toca destrepar el inicio del largo hacia abajo, pues Fran tiene configurado todo el montaje para el aseguramiento de un segundo de cordada y no puede descolgarme fácilmente sino que solo puede ir dándome cuerda según destrepo. Tengo los dedos helados, pero por fin llego al fondo de la rimaya y recupero la cinta exprés.
Ya que estoy en el fondo y tengo las manos libres, intento recobrar temperatura en los dedos con el aliento, pero a pesar de insistir apenas lo consigo y tampoco puedo seguir perdiendo mucho tiempo.
Comienzo a escalar de nuevo el largo, desde el fondo de la rimaya. Es más o menos fácil hasta llegar al primer clavo, quizás IV, pero poco a poco se pone un poco más complicado, entrando, quizás al llegar al segundo clavo del que cuerda un cordino viejo y poco fiable (por lo que mejor alondrar una cinta al clavo, como ha hecho Fran), a la zona de V.
Estoy en la zona de V, que técnicamente no es que sea demasiado complicada: un agarre en pinza, equilibrio, confianza, etc; pero el problema es que tengo los dedos congelados y no es fácil escalar así. Donde el largo me lo permite, me suelto de una mano y echo el aliento a los dedos, pero apenas consigo nada, así que lo mejor es intentar continuar el largo y llegar a la reunión cuanto antes.
Así hago y enseguida me junto con Fran en la reunión. Los dedos me empiezan a doler a lo bestia, lo que es señal de que están recuperando el riego sanguíneo; mucha gente que lea esto sabrá de lo que estoy hablando. Necesito un minutillo para se pase lo más intenso del dolor de dedos y enseguida Fran me traspasa el material para el siguiente largo.
Vista hacia abajo desde la reunión "1a". Se aprecia que el largo va por todo el filón de ofita verde y que es tremendamente vertical. Al fondo se aprecia la complicada rimaya |
Largo 1b (IV+): Rematando el primer largo "oficial"
Me toca encabezar este largo. Salgo hacia arriba, con tendencia a la derecha y al rato cojo una chimenea que sube recto hacia arriba. En ella me encuentro dos clavos que podrían servir para hacer reunión, pero no está en un sitio muy acogedor y además me parece demasiado pronto, así que decido seguir. La decisión es buena, pues después consultando el croquis he podido apreciar que los clavos están reflejados en él, pero son "de paso" y no se monta reunión ahí, según el croquis. Además un poco más arriba puedo apreciar que la cosa va a aflojar y aparenta poderse montar reunión al llegar.
Efectivamente, en un momento dado la pared da un respiro y pierde un poquito de su verticalidad, habiendo un clavo cementado y relativamente nuevo donde pienso que es un sitio bastante apropiado para montar reunión, poniendo un segundo anclaje mediante un lazo a un saliente.
A todo esto, el sol ya nos ha empezado a dar en este largo y la roca deja de estar tan fría.
Aviso a Fran, que remonta el largo y nos juntamos. Asimismo, aprovechamos el sitio para quitarnos algo de ropa, ya que la temperatura mejora, y meter mis botas en la mochila, puesto que desde la incomodísima reunión de la rimaya donde me las quité no he tenido un lugar suficientemente cómodo para quitarme la mochila y meterlas dentro... bueno, realmente sí, cuando bajé al fondo de la rimaya, pero es que en ese momento estaba deseando salir de esa nevera cuanto antes y no quise perder tiempo.
Largos 2 a 11 (II/III/IV): Navegando en busca de la arista intermedia
Agrupo el relato de todos estos largos, no solo por resumir, sino porque es un buen puñado de largos de los que uno difícilmente se acuerda de los detalles de cada uno; y además porque en parte de este recorrido estuvimos "de excursión" fuera del itinerario de la vía. Por ello, hago un resumen de lo más reseñable de estos largos.
En teoría, del largo 2 al 8 se hacen en ensamble, según el croquis. No obstante, le toca empezar a Fran y acordamos que empiece en principio asegurando como un largo, a ver el panorama, y con ello decidimos si nos ponemos en "modo ensamble" o seguimos haciendo esta parte asegurando a largos.
Comienza a Fran y observa dos cosas: la primera es que los croquis marca que son III de dificultad... pero son III verticales, aéreos y algo "picantones", abundando los pasos de IV (digamos que la dificultad media es III, pero hay pasos de IV); la segunda es que la roca está bastante descompuesta y no solo te quedas con muchos agarres en la mano sino que es frecuente acabar tirando alguna piedra hacia abajo por mucho cuidado que pongas.
En base a ello, y dado que ya sabemos que no nos va a dar tiempo a acabar la vía, ya que la hemos empezado tardísimo, y vamos preparados para dormir en donde sea, decidimos apostar por la seguridad y hacerlo todo a largos. Los dos estamos de acuerdo, así que asunto zanjado. No obstante, todavía nos cabe la esperanza de llegar a cima antes de que anochezca.
Todos estos largos nos los vamos alternando Fran y yo. La roca está descompuesta y no nos fijamos mucho en el croquis, ni en la veta de ofita, ni nada, sino que simplemente vamos por donde nos parece más apropiado. De vez en cuando aparece algún clavo que sirve para confirmar que no vamos muy desorientados.
No obstante, sabemos que hay un embarque muy frecuente que es meterse en la denominada "canal de los austriacos" si sigues demasiado por la derecha, y que ese embarque supone tener que superar un 6b para poder acceder a la arista intermedia... solo nos faltaba meternos en un 6b para, como poco, empeorar el horario considerablemente, ademas de pasarlas canutas. Por ello, yo voy un poco obsesionado con no meternos en ese marrón, y a los tres o cuatro largos me empiezo a ir hacia la izquierda.
Según estoy haciendo el largo en cuestión, Fran me avisa desde la reunión que me estoy yendo demasiado a la izquierda... pero no le hago mucho caso, ya que estoy encabezonado con no ir a parar a la canal de los austriacos y sigo con fuerte tendencia a la izquierda. El resultado es que me voy demasiado hacia la izquierda perdiendo el itinerario correcto de la vía.
Esto supone ir fuera del itinerario durante varios largos, en los que ya dejamos de ver clavos y otras señales. La roca en estos largos está sumamente descompuesta, lo que provoca, además de la tensión de ir por un terreno que se va deshaciendo a tu paso, no solo que sea complicado colocar seguros sino hasta hacer una reunión decente.
En uno de estos largos incluso se me agota la cuerda antes de conseguir encontrar la forma de montar una reunión. Miro para abajo y ni siquiera soy capaz de ver donde está el anterior seguro... debe de andar a 20 o 30 metros por lo menos por debajo de mí. Ni echándole imaginación soy capaz de montar reunión en un terreno en que las grietas se abren solas al manipularlas, a la vez que los labios de las mismas se parten. Hago la única solución razonable que se me ocurre en esta situación: le digo a Fran que recoja la reunión y vamos a seguir en ensamble (separados los 60 m de cuerda), hasta que encuentre un sitio donde poder montar una reunión mínimamente fiable. Así hacemos y al cabo de unos cuantos metros acabo encontrando la posibilidad de montar reunión y podemos seguir a largos.
Después de unos largos, por fin volvemos a encontrarnos un clavo... parece que por fin recuperamos el itinerario correcto de la vía. Encuentro un espit más adelante, y como recuerdo que en el croquis estaba señalado un espit, pues lo consulto para ver si conseguimos situarnos, pues andamos bastante perdidos y no tenemos ni idea de por dónde vamos de la vía. En el croquis creo identificar (equivocadamente) dónde nos encontramos, aunque no me acaba de encajar del todo.
Durante la escalada de vez en cuando oímos rugir el glaciar, ya que se producen roturas del hielo y se ocasionan considerables desprendimientos que percibimos como unos sonoros y largos rugidos que duran varios segundos.
Asimismo, nos caen cada dos por tres piedras de arriba que se les sueltan a los franceses. Nos intentan avisar con un grito cada vez que ocurre. Suelen ser piedras y rocas de mediano tamaño pero que zumban con un ruido potente y estremecedor al pasar volando junto a nosotros, produciéndonos un cierto temor. No nos podemos quejar del todo, ya que a nosotros también se nos escapa alguna que otra, pues resulta prácticamente inevitable; todo lo que podemos hacer es cobijarnos todo lo mejor que podamos cuando oímos que caen. Por cierto que en los primeros largos ya me ha impactado una piedra en el casco tirada por nosotros mismos (posiblemente la haya tirado el movimiento de la cuerda), afortunadamente de pequeñas dimensiones.
Frecuentemente hemos intentamos alargar los largos para ganar tiempo, pero el resultado es el contrario, ya que lo único que conseguimos es que nos resulte problemático montar reunión y tardemos más en montarla que en el sitio en el que deberíamos hacerlo según los croquis, perdiendo más tiempo que el supuestamente ganado. Por ello, y encima después de lo problemático que ha sido el colocar seguros en esa macrovariante de varios largos que nos hemos marcado, decidimos que vamos a intentar respetar las reuniones y estructura de largos del croquis, y así al menos no perderemos más tiempo.
A todo esto, miramos el reloj y vemos que vamos de culo de horario. Nuestras pretensiones, esperanzas u objetivo de llegar a cima antes de que sea de noche ahora se transforman en intentar al menos llegar a la arista Gaube.
Seguimos unos largos en los que no me encaja nada comparándolo con el croquis. En un largo que encabezo yo, parece que vamos a salir al filo de la arista intermedia, y de hecho monto reunión casi en el filo, pero los siguientes largos vemos que hay que tirar por el flanco izquierdo.
No sabemos por dónde andan los franceses, pues casi desde el principio hemos perdido la visión directa de ellos, pero últimamente nos están cayendo unas rocas de tamaño más que considerable, alguna descomunal, y el temor de oírlas bajar zumbando el aire con un ruido tremendo se está convirtiendo en auténtico pánico... da la sensación de estar en el frente de una guerra y estar oyendo el zumbido de las bombas caer. Yo intento no pensarlo pero Fran está realmente preocupado por estar en plena "línea de tiro" e incluso de vez en cuando me dice que me arrime a tal o cual lado cuando ve que me estoy en algún sitio algo desprotegido; no es para menos, algunas piedras, o mejor dicho rocas, nos han pasado realmente cerca y son de considerable tamaño con lo que literalmente nos barrerían si nos dieran.
Por fin, en un largo encabezado por Fran nos montamos en el filo de la arista intermedia, en la reunión 11 del croquis. No obstante, todavía sigo despistado y me pienso que hemos llegado a la arista intermedia a la altura de la reunión 13 y que nos hemos saltado los largos 12 y 13 por el flanco izquierdo de la arista intermedia... ¡¡qué lío!!... pero todavía no descubriría dónde estamos realmente hasta al ir a empezar el largo 13.
Fran me pregunta en alguna ocasión si llevaremos ya más de la mitad de la vía, pues llevamos ya un buen puñado de largos y la sensación es de que hemos escalado ya mucho, pero le tengo que desilusionar diciéndole que no.
Largo 12 (IV): Espectacular filo rematado con un pequeño y fácil desplome
Me toca encabezar el largo 12 del croquis, aunque en nuestra cuenta particular no sé qué número de largo hará, porque hemos perdido la cuenta; lo único que sé es que sería igualmente un largo par, ya que me toca a mí encabezarlo y estamos todo el rato respetando los turnos.
El largo se intuye que va por todo el filo de la arista intermedia, que aquí se ve afilada. Comienzo el largo y éste se muestra realmente espectacular... posiblemente el mejor largo de la vía. Es un filo bastante vertical y tremendamente aéreo que se va resolviendo fácil, principalmente a base de tirar de brazos ya que los agarres son más o menos buenos. La calidad de la roca ha cambiado drásticamente y aquí es muy buena, lo que acentúa que este largo sea tan bueno. Le pego una voz a Fran diciéndole que este largo le va a gustar. El remate es el final del largo, que termina con un pequeño desplome que se supera fácilmente al haber buenos agarres. Tras el desplome, una repisa donde montar reunión gracias a dos clavos, donde estoy relativamente cómodo, lo cual contrasta con la tónica de la vía, ya que hasta aquí no habíamos podido disfrutar de ninguna reunión más o menos cómoda; solo la 1b y la 11 habían sido algo decentes, pero las demás habían sido todas en general bastante incómodas, aunque unas más que otras.
El pequeño desplome del final del largo me hace creer equivocadamente que es el marcado en el croquis llegando a la reunión 14, por lo que sigo creyendo que vamos dos largos por delante del que realmente vamos. Monto reunión y aviso a Fran para que suba.
Desde la reunión tengo una espectacular estampa en vivo de Fran escalando por el filo de esta arista tan vertical. Intento fotografiarla, pero el resultado de las fotos no se aproxima a la realidad porque aparentan una verticalidad mucho menor que la realidad, quizás por el desplome que se refleja en primer plano y que hace perder la sensación de verticalidad.
Según estoy asegurando a Fran mientras sube, voy repasando el croquis y las reseñas que traigo y me doy cuenta que el siguiente largo es el del segundo gendarme de la arista que hablan algunas reseñas. Con ello por fin acabo situándome correctamente y sabiendo que me encuentro realmente en la reunión 12.
Cuando Fran está llegando a la reunión, un helicóptero que hemos visto antes ir al refugio Bayssellance y que creíamos que se había ido, viene hacia nosotros. Vemos que se coloca en la cima del Vignemale y se dirigen en nuestra dirección sobrevolándonos, para continuar e irse. Se diría que, aprovechando que anda por aquí, el guarda del refugio de Oulettes, que luego sabríamos que estaba pendiente de nosotros, le habría dicho al helicóptero que fuera a echarnos un vistazo a ver si iba todo bien, ya que íbamos fatal de horario, y que el helicóptero al sobrevolarnos y ver que no les hacíamos señas suponían que todo estaba bien.
En esos momentos, en los que ya teníamos superclaro que nos iba a tocar dormir en pared, le pregunto a Fran lo que me preguntaría a mi mismo: evidentemente no vamos a pedir ayuda por iniciativa nuestra, pero si te ofrece el helicóptero recogerte y ahorrarte la noche que vamos a pasar... ¿qué contestarías? La respuesta es la misma que me daba yo: Por un lado es tremendamente tentador salir de aquí (pues además ya estamos empezando a estar saturados mentalmente de escalar), pero por otro hemos venido a hacer esta vía y ya que estamos aquí lo suyo es acabarla.
Fran remata el desplomillo final que todavía nos separaba y nos reunimos ya del todo.
Largo 13 (III): Esquivando el gendarme por la izquierda
Según la información que tenemos, el atacar directamente el gendarme que tenemos delante supone superar un 6a, incluso el croquis que llevamos marca directamente un A0. Desde luego que se ve durillo. Además, la Norte Clásica no ataca realmente el gendarme, sino que lo esquiva por la izquierda, y eso mismo es lo que pone la mayoría de las reseñas, y las que hablan de que lo han atacado directamente dicen que hay que apretar pero bien... no hace falta que lo juren, el aspecto que tiene es de eso.
Pues eso, por si nos quedara alguna duda el recorrido auténtico de la vía esquiva el gendarme por la izquierda y el atacarlo directamente no deja de ser una variante. Así que no hay más que hablar y vamos a por la ruta auténtica.
Para esquivar el gendarme, primero hay que destrepar unos 3 o 4 metros por la izquierda y escalar ya por el lado izquierdo del gendarme en paralelo a la arista.
Fran, que encabeza este largo, destrepa y escala por el lateral, con la vista pendiente del lado derecho para ver en qué momento debe volver a dirigirse al filo de la arista. No obstante acaba topándose con un par de clavos antes de poder encontrar el modo de recuperar el filo de la arista, así que, tal y como ya hemos hablado, no nos vamos a saltar ninguna reunión clara, y monta reunión allí. La verdad es que el croquis no marca estos dos clavos y sí marca un clavo y reunión en el filo de la arista, con lo cual el croquis aquí no nos acaba de encajar del todo y volvemos a tener algo de desconfianza en este sentido.
Me toca el turno e inicio el destrepe. Al ir de segundo lo tengo que hacer si estar asegurado, pero no es problema porque es fácil. Luego voy escalando sin mucha dificultad pero creo recordar que con algún paso de IV, como siempre, hasta que llego donde Fran.
Creo recordar que aproximadamente fue por este largo que de repente oigo el rugir del glaciar, pero esta vez, a diferencia de otras, el estruendo ya es mayúsculo y el rugido se extiende durante casi un minuto; de hecho al principio incluso llego a pensar que sería el ruido de un avión pasando por todo lo que duraba. Al mirar hacia abajo puedo ver perfectamente el enorme desprendimiento que se está produciendo, a modo de alud. Luego confirmé con gente en el refugio que allí también les impresionó mucho este desprendimiento.
Largo 14 (IV): Largo algo enrevesado
Me toca encabezar este largo y lo primero es averiguar por dónde seguir, ya que cómo he dicho antes, el croquis vuelve a no encajarnos del todo. Una chimenea sube hacia el filo de la arista y lo que pensamos es que tire por ella y a ver qué me encuentro después... mira que no me gusta nada ir tan a ciegas a ver qué pastel me encuentro, pero no queda más remedio que arriesgarse.
Iniciando el largo "1b", nuestro segundo largo. Todavía ando con las botas colgando del arnés, a la espera de algún sitio algo más cómodo para quitarme la mochila y meterlas dentro. |
Efectivamente, en un momento dado la pared da un respiro y pierde un poquito de su verticalidad, habiendo un clavo cementado y relativamente nuevo donde pienso que es un sitio bastante apropiado para montar reunión, poniendo un segundo anclaje mediante un lazo a un saliente.
A todo esto, el sol ya nos ha empezado a dar en este largo y la roca deja de estar tan fría.
Aviso a Fran, que remonta el largo y nos juntamos. Asimismo, aprovechamos el sitio para quitarnos algo de ropa, ya que la temperatura mejora, y meter mis botas en la mochila, puesto que desde la incomodísima reunión de la rimaya donde me las quité no he tenido un lugar suficientemente cómodo para quitarme la mochila y meterlas dentro... bueno, realmente sí, cuando bajé al fondo de la rimaya, pero es que en ese momento estaba deseando salir de esa nevera cuanto antes y no quise perder tiempo.
Largos 2 a 11 (II/III/IV): Navegando en busca de la arista intermedia
Agrupo el relato de todos estos largos, no solo por resumir, sino porque es un buen puñado de largos de los que uno difícilmente se acuerda de los detalles de cada uno; y además porque en parte de este recorrido estuvimos "de excursión" fuera del itinerario de la vía. Por ello, hago un resumen de lo más reseñable de estos largos.
En teoría, del largo 2 al 8 se hacen en ensamble, según el croquis. No obstante, le toca empezar a Fran y acordamos que empiece en principio asegurando como un largo, a ver el panorama, y con ello decidimos si nos ponemos en "modo ensamble" o seguimos haciendo esta parte asegurando a largos.
Comienza a Fran y observa dos cosas: la primera es que los croquis marca que son III de dificultad... pero son III verticales, aéreos y algo "picantones", abundando los pasos de IV (digamos que la dificultad media es III, pero hay pasos de IV); la segunda es que la roca está bastante descompuesta y no solo te quedas con muchos agarres en la mano sino que es frecuente acabar tirando alguna piedra hacia abajo por mucho cuidado que pongas.
En base a ello, y dado que ya sabemos que no nos va a dar tiempo a acabar la vía, ya que la hemos empezado tardísimo, y vamos preparados para dormir en donde sea, decidimos apostar por la seguridad y hacerlo todo a largos. Los dos estamos de acuerdo, así que asunto zanjado. No obstante, todavía nos cabe la esperanza de llegar a cima antes de que anochezca.
Todos estos largos nos los vamos alternando Fran y yo. La roca está descompuesta y no nos fijamos mucho en el croquis, ni en la veta de ofita, ni nada, sino que simplemente vamos por donde nos parece más apropiado. De vez en cuando aparece algún clavo que sirve para confirmar que no vamos muy desorientados.
En los largos de camino hacia la arista intermedia. Este debe ser el largo 4 (nuestro largo 5) |
Más o menos estamos en la veta de ofita, aunque está un poco menos marcada y nosotros no vamos atentos a ella. Al fondo se sigue apreciando la rimaya del glaciar |
Según estoy haciendo el largo en cuestión, Fran me avisa desde la reunión que me estoy yendo demasiado a la izquierda... pero no le hago mucho caso, ya que estoy encabezonado con no ir a parar a la canal de los austriacos y sigo con fuerte tendencia a la izquierda. El resultado es que me voy demasiado hacia la izquierda perdiendo el itinerario correcto de la vía.
Esto supone ir fuera del itinerario durante varios largos, en los que ya dejamos de ver clavos y otras señales. La roca en estos largos está sumamente descompuesta, lo que provoca, además de la tensión de ir por un terreno que se va deshaciendo a tu paso, no solo que sea complicado colocar seguros sino hasta hacer una reunión decente.
Largos de camino a la arista intermedia. |
En uno de estos largos incluso se me agota la cuerda antes de conseguir encontrar la forma de montar una reunión. Miro para abajo y ni siquiera soy capaz de ver donde está el anterior seguro... debe de andar a 20 o 30 metros por lo menos por debajo de mí. Ni echándole imaginación soy capaz de montar reunión en un terreno en que las grietas se abren solas al manipularlas, a la vez que los labios de las mismas se parten. Hago la única solución razonable que se me ocurre en esta situación: le digo a Fran que recoja la reunión y vamos a seguir en ensamble (separados los 60 m de cuerda), hasta que encuentre un sitio donde poder montar una reunión mínimamente fiable. Así hacemos y al cabo de unos cuantos metros acabo encontrando la posibilidad de montar reunión y podemos seguir a largos.
Después de unos largos, por fin volvemos a encontrarnos un clavo... parece que por fin recuperamos el itinerario correcto de la vía. Encuentro un espit más adelante, y como recuerdo que en el croquis estaba señalado un espit, pues lo consulto para ver si conseguimos situarnos, pues andamos bastante perdidos y no tenemos ni idea de por dónde vamos de la vía. En el croquis creo identificar (equivocadamente) dónde nos encontramos, aunque no me acaba de encajar del todo.
Durante la escalada de vez en cuando oímos rugir el glaciar, ya que se producen roturas del hielo y se ocasionan considerables desprendimientos que percibimos como unos sonoros y largos rugidos que duran varios segundos.
Asimismo, nos caen cada dos por tres piedras de arriba que se les sueltan a los franceses. Nos intentan avisar con un grito cada vez que ocurre. Suelen ser piedras y rocas de mediano tamaño pero que zumban con un ruido potente y estremecedor al pasar volando junto a nosotros, produciéndonos un cierto temor. No nos podemos quejar del todo, ya que a nosotros también se nos escapa alguna que otra, pues resulta prácticamente inevitable; todo lo que podemos hacer es cobijarnos todo lo mejor que podamos cuando oímos que caen. Por cierto que en los primeros largos ya me ha impactado una piedra en el casco tirada por nosotros mismos (posiblemente la haya tirado el movimiento de la cuerda), afortunadamente de pequeñas dimensiones.
Frecuentemente hemos intentamos alargar los largos para ganar tiempo, pero el resultado es el contrario, ya que lo único que conseguimos es que nos resulte problemático montar reunión y tardemos más en montarla que en el sitio en el que deberíamos hacerlo según los croquis, perdiendo más tiempo que el supuestamente ganado. Por ello, y encima después de lo problemático que ha sido el colocar seguros en esa macrovariante de varios largos que nos hemos marcado, decidimos que vamos a intentar respetar las reuniones y estructura de largos del croquis, y así al menos no perderemos más tiempo.
A todo esto, miramos el reloj y vemos que vamos de culo de horario. Nuestras pretensiones, esperanzas u objetivo de llegar a cima antes de que sea de noche ahora se transforman en intentar al menos llegar a la arista Gaube.
Seguimos unos largos en los que no me encaja nada comparándolo con el croquis. En un largo que encabezo yo, parece que vamos a salir al filo de la arista intermedia, y de hecho monto reunión casi en el filo, pero los siguientes largos vemos que hay que tirar por el flanco izquierdo.
No sabemos por dónde andan los franceses, pues casi desde el principio hemos perdido la visión directa de ellos, pero últimamente nos están cayendo unas rocas de tamaño más que considerable, alguna descomunal, y el temor de oírlas bajar zumbando el aire con un ruido tremendo se está convirtiendo en auténtico pánico... da la sensación de estar en el frente de una guerra y estar oyendo el zumbido de las bombas caer. Yo intento no pensarlo pero Fran está realmente preocupado por estar en plena "línea de tiro" e incluso de vez en cuando me dice que me arrime a tal o cual lado cuando ve que me estoy en algún sitio algo desprotegido; no es para menos, algunas piedras, o mejor dicho rocas, nos han pasado realmente cerca y son de considerable tamaño con lo que literalmente nos barrerían si nos dieran.
Por fin, en un largo encabezado por Fran nos montamos en el filo de la arista intermedia, en la reunión 11 del croquis. No obstante, todavía sigo despistado y me pienso que hemos llegado a la arista intermedia a la altura de la reunión 13 y que nos hemos saltado los largos 12 y 13 por el flanco izquierdo de la arista intermedia... ¡¡qué lío!!... pero todavía no descubriría dónde estamos realmente hasta al ir a empezar el largo 13.
Fran me pregunta en alguna ocasión si llevaremos ya más de la mitad de la vía, pues llevamos ya un buen puñado de largos y la sensación es de que hemos escalado ya mucho, pero le tengo que desilusionar diciéndole que no.
Por fin alcanzamos el filo de la arista intermedia |
Un selfie para que salgamos los dos... |
... y ahora la panorámica tan estupenda que tenemos. El refugio de Oulettes apenas se distingue |
Largo 12 (IV): Espectacular filo rematado con un pequeño y fácil desplome
Me toca encabezar el largo 12 del croquis, aunque en nuestra cuenta particular no sé qué número de largo hará, porque hemos perdido la cuenta; lo único que sé es que sería igualmente un largo par, ya que me toca a mí encabezarlo y estamos todo el rato respetando los turnos.
El largo se intuye que va por todo el filo de la arista intermedia, que aquí se ve afilada. Comienzo el largo y éste se muestra realmente espectacular... posiblemente el mejor largo de la vía. Es un filo bastante vertical y tremendamente aéreo que se va resolviendo fácil, principalmente a base de tirar de brazos ya que los agarres son más o menos buenos. La calidad de la roca ha cambiado drásticamente y aquí es muy buena, lo que acentúa que este largo sea tan bueno. Le pego una voz a Fran diciéndole que este largo le va a gustar. El remate es el final del largo, que termina con un pequeño desplome que se supera fácilmente al haber buenos agarres. Tras el desplome, una repisa donde montar reunión gracias a dos clavos, donde estoy relativamente cómodo, lo cual contrasta con la tónica de la vía, ya que hasta aquí no habíamos podido disfrutar de ninguna reunión más o menos cómoda; solo la 1b y la 11 habían sido algo decentes, pero las demás habían sido todas en general bastante incómodas, aunque unas más que otras.
Iniciando el espectacular largo 12 |
El pequeño desplome del final del largo me hace creer equivocadamente que es el marcado en el croquis llegando a la reunión 14, por lo que sigo creyendo que vamos dos largos por delante del que realmente vamos. Monto reunión y aviso a Fran para que suba.
Desde la reunión tengo una espectacular estampa en vivo de Fran escalando por el filo de esta arista tan vertical. Intento fotografiarla, pero el resultado de las fotos no se aproxima a la realidad porque aparentan una verticalidad mucho menor que la realidad, quizás por el desplome que se refleja en primer plano y que hace perder la sensación de verticalidad.
Fran remontando por el filo. El pequeño desplome en primer plano hace engañosa la foto aparentando menos verticalidad, pero puede uno fijarse en el glaciar de abajo |
Según estoy asegurando a Fran mientras sube, voy repasando el croquis y las reseñas que traigo y me doy cuenta que el siguiente largo es el del segundo gendarme de la arista que hablan algunas reseñas. Con ello por fin acabo situándome correctamente y sabiendo que me encuentro realmente en la reunión 12.
Cuando Fran está llegando a la reunión, un helicóptero que hemos visto antes ir al refugio Bayssellance y que creíamos que se había ido, viene hacia nosotros. Vemos que se coloca en la cima del Vignemale y se dirigen en nuestra dirección sobrevolándonos, para continuar e irse. Se diría que, aprovechando que anda por aquí, el guarda del refugio de Oulettes, que luego sabríamos que estaba pendiente de nosotros, le habría dicho al helicóptero que fuera a echarnos un vistazo a ver si iba todo bien, ya que íbamos fatal de horario, y que el helicóptero al sobrevolarnos y ver que no les hacíamos señas suponían que todo estaba bien.
En esos momentos, en los que ya teníamos superclaro que nos iba a tocar dormir en pared, le pregunto a Fran lo que me preguntaría a mi mismo: evidentemente no vamos a pedir ayuda por iniciativa nuestra, pero si te ofrece el helicóptero recogerte y ahorrarte la noche que vamos a pasar... ¿qué contestarías? La respuesta es la misma que me daba yo: Por un lado es tremendamente tentador salir de aquí (pues además ya estamos empezando a estar saturados mentalmente de escalar), pero por otro hemos venido a hacer esta vía y ya que estamos aquí lo suyo es acabarla.
Fran remata el desplomillo final que todavía nos separaba y nos reunimos ya del todo.
Largo 13 (III): Esquivando el gendarme por la izquierda
Según la información que tenemos, el atacar directamente el gendarme que tenemos delante supone superar un 6a, incluso el croquis que llevamos marca directamente un A0. Desde luego que se ve durillo. Además, la Norte Clásica no ataca realmente el gendarme, sino que lo esquiva por la izquierda, y eso mismo es lo que pone la mayoría de las reseñas, y las que hablan de que lo han atacado directamente dicen que hay que apretar pero bien... no hace falta que lo juren, el aspecto que tiene es de eso.
En primer plano a la derecha, el segundo gendarme de la arista intermedia |
Pues eso, por si nos quedara alguna duda el recorrido auténtico de la vía esquiva el gendarme por la izquierda y el atacarlo directamente no deja de ser una variante. Así que no hay más que hablar y vamos a por la ruta auténtica.
Para esquivar el gendarme, primero hay que destrepar unos 3 o 4 metros por la izquierda y escalar ya por el lado izquierdo del gendarme en paralelo a la arista.
Fran, que encabeza este largo, destrepa y escala por el lateral, con la vista pendiente del lado derecho para ver en qué momento debe volver a dirigirse al filo de la arista. No obstante acaba topándose con un par de clavos antes de poder encontrar el modo de recuperar el filo de la arista, así que, tal y como ya hemos hablado, no nos vamos a saltar ninguna reunión clara, y monta reunión allí. La verdad es que el croquis no marca estos dos clavos y sí marca un clavo y reunión en el filo de la arista, con lo cual el croquis aquí no nos acaba de encajar del todo y volvemos a tener algo de desconfianza en este sentido.
Dos clavos parecen evidenciar que se monta la reunión 13 aquí, aunque no encaja muy bien con el croquis |
Un buen patio desde esta reunión |
Creo recordar que aproximadamente fue por este largo que de repente oigo el rugir del glaciar, pero esta vez, a diferencia de otras, el estruendo ya es mayúsculo y el rugido se extiende durante casi un minuto; de hecho al principio incluso llego a pensar que sería el ruido de un avión pasando por todo lo que duraba. Al mirar hacia abajo puedo ver perfectamente el enorme desprendimiento que se está produciendo, a modo de alud. Luego confirmé con gente en el refugio que allí también les impresionó mucho este desprendimiento.
Largo 14 (IV): Largo algo enrevesado
Me toca encabezar este largo y lo primero es averiguar por dónde seguir, ya que cómo he dicho antes, el croquis vuelve a no encajarnos del todo. Una chimenea sube hacia el filo de la arista y lo que pensamos es que tire por ella y a ver qué me encuentro después... mira que no me gusta nada ir tan a ciegas a ver qué pastel me encuentro, pero no queda más remedio que arriesgarse.
La chimenea tiene toda la zona derecha, donde en teoría hay mejores agarres, muy descompuesta, por lo que hay que descartar muchos agarres y tener cuidado. Llego al filo de la arista... el panorama no es que se vea muy fácil pero veo que yendo ligeramente por vertiente derecha, por la que hay un patio que parece que te repele mentalmente sacar el cuerpo por ahí, parece que se puede progresar.
En la chimenea inicial del largo 14, tratando de ganar de nuevo el filo de la arista intermedia |
Voy avanzando y me encuentro un clavo y un poco más adelante otro, en una zona que incluso desploma un poco para recuperar el filo de la arista. No parece viable seguir por donde voy y además el clavo parece colocado para proteger la subida al filo. El grado por aquí es un poco más que el IV que marca el croquis, pero se hace bien.
Una vez de vuelta al filo veo que es momento de buscar dónde montar reunión. Miro el croquis y lo primero que pienso es que me he metido en el largo 15, me he ido demasiado por el lado derecho y he chapado los dos clavos que están marcados en el croquis con un claro "No"... vaya, parece que metí la pata, pienso en esos momentos. La cuerda roza muchísimo, lógico con un largo con varios cambios de dirección y pienso que el croquis pone que no los chape precisamente para evitar el roce, pero que voy por el sitio correcto.
Un pelin más arriba veo un clavo con un cordino en una chimenea y escalo hasta estar cerca de él, pero veo que es un sitio no adecuado para montar reunión. Me tiro un buen rato buscando un sitio para montar reunión, pues no está fácil meter seguros fiables, hasta que retrocediendo un par de metros por el filo de la arista desde donde había llegado a él me encuentro un par de clavos que me saben a gloria.
El sitio no es que sea muy cómodo para la reunión, pero eso no es ninguna novedad en esta vía. Monto reunión y al ir a recuperar cuerda una de las cuerdas se me acaba atascando del todo. Aviso a Fran del problema y tiene que subir asegurado por la cuerda libre y enrollándose al cuerpo la cuerda atascada según va avanzando.
Cuando está llegando a mí descubre dónde se había enganchado la cuerda, que era relativamente cerca de mí, pero en un sitio que yo no podía ver desde donde estoy.
Termina de llegar Fran y ponemos en orden las cuerdas.
Largo 15 (IV+): Inicio picantón
Nos preparamos ya los frontales en los cascos, porque vemos que la noche va a caer pronto y analizamos la situación. Evidentemente a la arista Gaube ya no llegamos de día ni por asomo. Lo suyo es buscar un sitio donde poder pasar la noche. Hasta ahora la mayoría de las reuniones no es que no se pudiera dormir, es que en muchas ni se podía estar de pie relativamente cómodo. Nos preguntamos si encontraremos alguna reunión mínimamente "habitable" para poder pasar la noche. Mirando el croquis vemos que en la reunión 17 pone "Llan ample" o algo así, que traducimos por "llanura amplia". Pues nada, hay que llegar a ella como sea. Nos imaginamos una terraza amplia y terrosa donde poder dormir sin problemas... je,je, ¡qué ilusos!
Bueno, pues hay que seguir. Le toca encabezar a Fran. Miramos el croquis y pone que este largo es IV+, pero empieza con una chimenea desplomada, donde está el clavo con el cordino para asegurar, que cuando Fran la va a atacar me dice "¿seguro que es IV+?... ¡por que parece mucho más!". Sin embargo, lo ataca y lo solventa bien, continuando largo arriba.
La luz del día se ha estado yendo muy rápidamente y cuando Fran me avisa de que ha hecho reunión y puedo subir ya no se ve un carajo. Está prácticamente a oscuras, así que tengo que encender el frontal.
A la luz del frontal, afronto la chimenea desplomada del inicio del largo, que al situarme bajo ella e ir a atacarla me llevo la misma impresión que Fran, en cuanto a que parece que hay que apretar pero bien. No obstante, a base del tan frecuentemente socorrido espatarramiento y un pelín de habillidad se acaba superando mejor de lo que aparenta.
El resto del largo ya afloja un poco, y poco a poco, con los pequeños inconvenientes de escalar con frontal, voy remontando el resto del largo hasta que me junto con Fran, a la vez que voy pensando que deberemos ser el espectáculo del refugio de Ouletes ya que verán dos frontales en la pared escalando... y no me equivocaba, como pudimos comprobar al día siguiente.
Largo 16 (III): Fácil, aunque sea a oscuras
Me toca encabezar este largo, que aparenta ser relativamente fácil. Efectivamente se va resolviendo bien y el único inconveniente es el de siempre que he escalado con frontales, que no es fácil ir iluminando para ver los apoyos para los pies ya que se hacen sombras.
El frío vuelve a hacer mella en los dedos de las manos, pues la roca empieza a estar de nuevo helada. Hay que parar de vez en cuando a echarse el aliento en los dedos y que éstos recuperen algo de temperatura.
Como digo, el largo es fácil, hasta que me topo con una pared más vertical y complicada en lo que parece ser el tercero y último gendarme de la arista intermedia. Veo que hay un clavo y le pregunto a Fran cuánta cuerda me queda, a lo que me contesta que unos 20 metros, pues hacía un ratito que había pasado la marca que tengo hecha en mitad de la cuerda (tan útil que nos ha sido muchas veces y que nos será en un rato, como se verá). Eso me hace pensar por un lado que con 40 metros de largo sí que puede ser perfectamente la reunión "oficial" donde estoy, y viendo el panorama con 20 metros de cuerda no me va a llegar para llegar a otro sitio susceptible de montar reunión, pues lo que viene ahora aparenta ser cañero y voy a necesitar más de esos 20 metros.
Se lo comento a Fran y le digo que monto reunión, y cuando está todo listo, Fran sube y se junta conmigo en la reunión.
Largo 17 (IV+): A por el último gendarme de la arista intermedia
Observando el largo que viene a continuación, no se ve fácil ni encaja con el croquis (aquí el croquis parece que hace aguas y le falta representar o al menos graduar el principio del largo, que no es III ni de coña), así que opto por revisar una reseña que llevo también y que cogí a última hora pues parecía interesante. La reseña en este punto indica lo siguiente:
Para pasar el tercero y ultimo resalte intermedio, 2 posibilidades :
Bueno, pues yo lo leo en voz alta y en ese momento dudo en atacar por el diedro que se ve por la izquierda un poco más adelante (lo que llama la reseña como alternativa) o por las fisuras de la derecha, pues estas últimas se ven cañerillas, pero cuando lo vuelve a leer Fran y lee "6b" en la alternativa dice que si estoy pirado meternos en un "6b" de noche teniendo la otra opción claramente más fácil... la verdad es que había leído lo de 6b pero no lo había procesado mentalmente, ya que estaba más pendiente de la descripción y de lo que yo visualizaba desde ahí, así que Fran me hace darme cuenta del tema y por supuestísimo que estoy de acuerdo con él.
Le toca encabezar a él el largo, así que sale y se mete por las fisuras del flanco derecho. Al principio le entretienen un poco, pero cuando las "engancha" bien se las ventila en un periquete y sigue hacia arriba.
No veo su luz por donde anda pero veo que tarda. En teoría este largo debe finalizar en el "llano amplio" que indica el croquis, pero estoy intrigado a ver qué pasa. Finalmente Fran me avisa de que está montada la reunión.
Salgo yo y el sistema de fisuras puede dar un pelín de guerra, pero me parece un IV+ algo más fácil que el IV+ de hace dos largos, así que yo diría que o el otro es V o éste es IV, pero he dejado los grados que venían en el respectivo croquis/reseña porque uno siempre duda de sus percepciones de dificultad en ciertas circunstancias, y más después de 17 largos.
Tras resolver el sistema de fisuras del flanco derecho y volver al filo de la arista intermedia, el resto del largo es fácil hasta llegar a la reunión, y ahí sí que se corresponde con el III del croquis... pero el inicio del largo claramente no.
Llego a la reunión en una repisa con dos clavos algo más cómoda que otras reuniones, pero de lo que pensamos que debe ser un "llan ample" ni rastro.
"Excursión" en busca del "llan ample"
Estamos convencidos de que el Llan ample tenía que estar donde estamos, pero en vista de que no nos lo parece, Fran decide aventurarse un poco más haciendo un largo en dirección a lo que parece una especie de lastra en forma piramidal en cuya cima pensamos que puede estar el deseado "llan ample".
Sale Fran y, tras algunas dudas de ver por dónde es más fácil, corona la pirámide sobre un terreno algo descompuesto.
Pero allí tampoco hay ni rastro de lo que pensamos que puede ser el "llan ample" y además está mucho peor que la reunión 17 donde estoy yo, así que Fran va a volver a donde estoy yo.
Compruebo, gracias a la marca de mitad de cuerda que tengo, que Fran está a unos 30 metros y que me llega para descolgarle de nuevo hasta aquí, así que coloca un par de microfriends y baja destrepando pero asegurado con la cuerda por arriba gracias a esos microfriends. La idea es que pensamos (equivocadamente) que la vía continúa por ahí y que nos pilla de paso recuperarlos mañana cuando reanudemos la escalada.
Un par de friends que había colocado de subida sí que los recupera de bajada y cuando llega de nuevo a la reunión en la que estoy yo, recuperamos la cuerda. En definitiva, se han quedado arriba un par de aliens que pensamos recuperar mañana.
Encima de la repisa donde está la reunión hay otra repisa algo más amplia, la cual al final deducimos que es a la que se refiere el croquis con "llan ample", pero está con un "suelo" muy irregular de roca y no va a resultar muy cómoda para dormir, y en la que está la reunión tampoco es que sea como para tirar cohetes pero por lo menos tenemos un respaldo para la espalda y dos clavos bien posicionados para asegurarte. Por ello, decidimos instalarnos en la repisa de la reunión.
La noche en la repisa
Moverse y organizar todo en un espacio tan reducido es un juego de "tetris". Además de los dos clavos añadimos un friend en una grieta y vamos montando todo el tenderete. Lo primero quitarnos los pies de gato y cambiarlos por las botas. Colgamos las mochilas y también organizamos un poco el material y lo colgamos. Nos tenemos que dejar puesto para dormir el arnés, lógicamente para poder estar anclados a los clavos, y el casco, principalmente por si cayera alguna piedra.
Sacamos de la mochila la ropa que llevamos, que es suficiente: polar, plumas, chubasquero cortavientos, braga y guantes. Con todo eso y la funda de vivac estimamos que no vamos a pasar frío, a pesar de que estamos a 3000 metros de altitud y que la temperatura esta noche rondará los 3 grados. También llevamos comida y agua de sobra... la verdad es que hemos cargado con demasiado peso durante la escalada, pero ahora vemos que nos va a venir todo muy bien.
Las cuerdas las extendemos en la repisa y van a servir, tanto para estar más cómodos al suavizar las irregularidades de este suelo de roca, como, lo más importante, servir de aislante ya que la roca no solo está fría ahora sino que va a estarlo mucho más a lo largo de la noche. Colocamos algo de cuerda también por los "respaldos"; por cierto que la roca que hace de respaldo no está completamente vertical sino que, además de estar bastante lisa, tiene una pequeña inclinación hacia atrás que nos va a venir muy bien para estar algo más cómodos.
Nos ponemos a cenar y charlar tranquilamente, como si estuviéramos en el salón de una casa... estamos tremendamente relajados en contra de lo que pudiera llevar a creer la situación. En cierto modo estamos disfrutando de un buen reposo después de tantas horas de escalada en las que apenas hemos parado en algún momento a beber agua, comernos algunas gominolas y frutos secos o a quitarnos o ponernos algo de ropa. Digamos que hemos escalado sin prisas pero prácticamente sin pausas, y ahora es el primer momento que tenemos una parada consistente.
Después toca sacar la funda de vivac y meterse en ella, acomodándose todo lo que pueda acomodarse uno en esta situación.
El espacio es justo, justo: tiene la anchura justa para que quepan el culo de Fran y el mío, y de largo da justo para estirar las piernas completamente; como se ve, la repisa tiene algo más de profundidad que de anchura. Yo estoy con el precipicio a mi izquierda y Fran a su derecha y, como digo, no sobra nada de anchura, pero yo tengo la suerte de tener un pequeño resaltito de roca de apenas 10 cm a la altura de mi codo pero que puedo aprovecharlo para apoyar mi codo dando más estabilidad a mi situación.
Fran comenta que una de las cosas que quería hacer alguna vez en su vida es el dormir en pared, pero que no se imaginaba que hoy iba a ser ese día.
Miramos el reloj... y son alrededor de la 1:30... ¡Dios mío, cómo pasa el tiempo aquí! Entre la excursión en busca del "llan ample" y tanta tarea que hemos tenido aquí en la repisa se ha pasado el tiempo que ni nos hemos enterado... Nos hemos quedado muy sorprendidos de la hora que es, pero comentamos que mejor que sea así, porque eso significa que falta menos para que amanezca y sabemos que en estas condiciones no vamos a poder dormir casi nada y se nos va a hacer larga la espera del amanecer.
Apagamos los frontales e intentamos dormir... pero sabiendo que si te mueves te caes es difícil relajarte. Yo he tensado bien el cabo de anclaje para estar completamente sujeto, pero aun así, si te vas para el precipicio aunque no caigas prácticamente nada de distancia pienso que el susto que te llevas debe ser de infarto. Me preocupo de estar apoyado con el codo en el saliente que he comentado antes para estar más estable.
Notamos algo de frío en los pies y, básicamente, en las piernas. En cierto modo es lógico, ya que tenemos todo muy bien protegido contra el frío menos esa parte. Fran comenta que la solución es vaciar las mochilas y meter las piernas dentro de ellas. Me hago la imagen visual de ello y no me hago a la idea de dónde narices colocar lo que tenemos dentro de la mochila, si ya tenemos un buen tenderete montado, así que le contesto que por mi parte prefiero pasar un poco de frío en las piernas porque realmente no sabría qué hacer con el contenido de la mochila. Supongo que lo acabaríamos colocando de una u otra forma, pero ahora que ya estamos más o menos colocados me da una pereza tremenda.
Intentamos dormir. El cielo está totalmente despejado y se ven millones de estrellas. Hace una noche magnífica en este sentido y nos encontramos en un sitio privilegiado, aunque hace bastante fresquete y me tengo que subir la braga del cuello para taparme la cara, gracias a lo cual estoy más a gusto. Se ven las luces de una población relativamente grande, que está muy a lo lejos pero alineada con el valle y el refugio, por lo que deduzco que será Cauterets, ya que en la misma dirección está Lourdes, que es más grande, pero me parece que está demasiado lejos como para que sea lo que estamos viendo.
La noche va pasando y no pasamos de un duermevela sin llegar a dormir del todo. A Fran le he oído resoplar en algunos momentos y pensaba que qué suerte poder echar una cabezadita, pero es posible que simplemente esté en el mismo duermevela que yo, ya que cuando hablo con él me contesta que tampoco consigue dormir. Le pregunto la hora.... son las tres... jolín, ¡qué lento pasa el tiempo ahora! Nos decimos que ya podía haber pasado así de lento cuando estábamos haciendo largos. El culo nos duele, ya que el "suelo" no es muy regular y hay que intentar levantarlo de vez en cuando para que no se te duerma el propio culo y las piernas. Como pasamos un poco de frío en las piernas, también las plegamos de vez en cuando para que estén más calentitas, pero enseguida las vuelvo a estirar para intentar estar más cómodo.
Sigue pasando la noche. Parece que ha pasado ya una eternidad. Me pregunto qué hora será, pues no tengo hora a mano, pero no quiero molestar a Fran. Aprovecho un momento en que veo que Fran está despierto y cruzamos algunas palabras... son las cuatro... ¡¿todavía?!... madre mía, sí que se va a hacer largo esto. Me consuelo con el magnífico espectáculo del cielo sembrado de millones de estrellas, con alguna que otra estrella fugaz marcando un trazo de luz en décimas de segundo.
Sigue pasando la noche. Yo ya no quiero ni preguntar la hora... prefiero no desesperarme al oírla y no pensarlo. Llega un momento en el que se empieza a oír el despertador en mi mochila, es el que puse ayer para despertarnos a las 5:15 y que no había desactivado para hoy, así que ya sé que son las 5:15. Pienso que ya va quedando poco pues sé por el día anterior que hacia las 6:30 ya empieza a clarear tímidamente.
El frío se nos mete más en las piernas. Fran ha recurrido a estar con las piernas recogidas todo el rato. Cogen mucho más calor de esta forma, y se nota mucho, pero yo soy incapaz de estar todo el rato así y de hecho cuando me pongo de esta forma no tardo mucho en estar muy incómodo y tener que estirar de nuevo las piernas. Observo el comportamiento del cuerpo y me resulta sumamente curioso: de vez en cuando me vienen unos segundos de tiritona, como si fuera un escalofrío, tras la cual noto que el cuerpo recupera calor muy eficazmente y me encuentro mucho más confortable. Nunca me había fijado tan claramente en eso y me llama poderosamente la atención lo sumamente eficaces que son esos apenas 5 o 10 segundos de tiritona para recuperar rápidamente el calor en el cuerpo. Resulta realmente sorprendente. Por ello, no me resisto en absoluto a estos segundillos de tiritona cuando llegan, porque realmente me siento muy a gusto tras ellos; también noto que a Fran le ocurre lo mismo que a mí y sufre de vez en cuando unos 5 o 10 segundos de tiritona.
En esta última parte de la noche, el duermevela se hace más intenso, de forma que en muchos momentos en mi semiinconsciencia estoy como soñando que está amaneciendo, pero en cuanto recobro la lucidez descubro que está todo tan oscuro como antes. También tengo alguna que otra vez la sensación de que me caigo en este duermevela y pego el típico respingo. Es una extraña sensación de lucha involuntaria del cuerpo y la mente entre querer dormir por necesitarlo urgentemente (en cierto modo llevamos ya más de 24 horas sin realmente dormir y con una dura jornada a cuestas) y querer estar alerta por la situación en la que nos encontramos; pero realmente tú no puedes intervenir ni para relajarte y dormir, ni para despejarte del todo, es todo totalmente involuntario.
Por fin parece que empieza a clarear ligeramente... pero parece que ese clarear no avanza ni a tiros y está todo el rato igual. Con mucha paciencia va amaneciendo. Es un espectáculo magnífico visto desde un privilegiado mirador. Sabemos que los primeros en recibir los rayos del sol vamos a ser nosotros, pues la cima del Vignemale está ubicada perfectamente para ello, pero parece que el sol remolonea lo suyo.
Realmente ya tenemos luz suficiente para ponernos en marcha, pero decidimos que no tenemos prisa en hacer los 8 largos que nos queda y da una tremenda pereza salir de las fundas de vivac, así que vamos a esperar que nos den los rayos del sol.
Cuando nos empieza a dar el sol, aún sigue dándonos pereza salir de nuestra funda de vivac, pero llega un momento en que le digo a Fran que tampoco nos podemos dormir, ya que por la tarde en teoría dan lluvias. El cielo da apariencia de estabilidad y muy buen día, pero no podemos arriesgarnos a que las lluvias previstas para la tarde se adelanten. Aquí te puede cambiar el tiempo en poco tiempo (valga la redundancia) y si nos pilla una tormenta en esta pared sí que la liamos pero bien.
Nos ponemos en marcha. Lo primero desayunar y a continuación desenredar las cuerdas, lo que nos va a servir para entrar rápidamente en calor. Luego equiparse y recoger todo lo demás.
Largo 18 (III): Travesía muy descompuesta y a tope de cuerda
Dado que ayer Fran fue el último en encabezar un largo, lo lógico es que hoy me toque a mí empezar encabezando este largo... aunque ninguno de los dos nos hemos levantado con ganas de escalar, sino todo lo contrario.
Visualizo por dónde va más o menos la vía, aunque según me vaya acercando lo veré con más claridad. Lo que está claro es que no pasa por subir a donde subió anoche Fran y se dejó dos microfriends. Por ello, hoy me toca a mí hacer la misma excursión para recuperarlos y volver y luego continuar por el verdadero itinerario del largo.
Me preparo y salgo de la reunión. Subo hasta donde están los dos microfriends y los recupero. La roca estaba un poco descompuesta y solo he podido meter un friend, pero ha sido fácil y con un poco de cuidado no hay problema... el problema es ahora que me toca destrepar con el friend que he puesto más abajo como único seguro. Igual que antes, destrepando con cuidado no tengo excesivos problemas y consigo llegar abajo, sin llegar hasta la reunión sino a donde pasaría el itinerario del largo.
Desde ese punto es una travesía horizontal de bastantes metros, subiendo un poco al final para montar reunión pegado a la izquierda del pequeño gendarme que domina nuestro horizonte cercano en esa dirección. El croquis tiene indicada esa reunión como reunión precaria y en el largo hay una indicación de que está todo muy roto ("molt trencat"). Además, desde la reunión ya daba la impresión de que estaba muy lejos como para llegar ahí en un solo largo. Pero en cualquier caso hay que aventurarse y a ver qué va pasando. Por cierto, estamos entrando en la llamativa zona de los esquistos rojos.
Tengo un friend puesto y voy avanzando por la travesía, fácil, encontrando muy cerca un espit, asi que retrocedo un poco y quito el friend de antes porque preveo que si no la cuerda me va a rozar mucho.
Continúo la travesía. Es fácil pero hay que prestar mucha atención ya que está todo muy roto. Paso por otro espit, que chapo, y más adelante un clavo que también chapo. En el resto no es fácil poner nada, porque está todo bastante suelto, pero no es muy necesario ya que es bastante fácil. La parte final es en subida y cada vez está todo más roto.
Fran me avisa de que se me está acabando la cuerda. Veo que me queda poco, y es fácil, así que intento llegar a donde está la reunión. Consigo llegar a ella, cuando veo un clavo donde montarla... pero ¡no me sobra ni un metro de cuerda!... 60 metros justos de largo. Menos mal que solo he chapado los dos espits y el clavo, porque si llego a poner algún seguro más no hubiera llegado la cuerda hasta la reunión.
El clavo es un poco cochambroso, pero tampoco desentona demasiado con respecto a otros que hemos ido encontrando en la vía. Grietas para poner seguros hay muchas... ¡pero todas se mueven! De la gran cantidad de grietas que hay, solo consigo encontrar una que no se mueva, pero me vale para meter un microfriend y reforzar la reunión. La cuerda llega tan justa que hasta me cuesta un poco montar el reverso para asegurar a Fran. Finalmente aviso a Fran y éste remonta el largo fácilmente hasta juntarse conmigo.
Largo 19 (III): Corona el gendarme y tumba
Encabeza Fran. Me pregunta por dónde seguirá el largo y le indico que hay que coronar el gendarme junto al que estamos y luego seguir más o menos en dirección hacia el collado de la arista Gaube. Fran de primeras se extraña, pues el coronar el gendarme es bastante vertical y ya hemos visto que por aquí todo está muy suelto, pero ya me he ido fijando antes al hacer el largo 18 que el bordear el gendarme era menos vertical pero tenía peor pinta. Finalmente me hace caso y sube a coronar el gendarme. Le pierdo de vista, pero al cabo de unos minutos de irle dando cuerda me avisa que ha hecho reunión.
Cuando ya me tiene asegurado inicio el largo. El tramo vertical de coronar el gendarme hay que hacerlo con mucho cuidado, ya que hay grandes bloques que se sueltan. Corono el gendarme y ya tengo a Fran a la vista. Hay que seguir una arista bastante descompuesta pero que tumba algo. Sin duda es el largo menos vertical de la vía, pero también el más descompuesto por lo que hay que ir con mucho cuidado ya no solo de no caerte sino de no tirar piedras hacia abajo.
Llego fácilmente hasta donde está Fran y nos preparamos para el siguiente largo.
Largo 20 (IV): El largo engañoso
Me toca encabezar. Se ve una especie de laja no demasiado grande a cuya izquierda brilla algún cacharro metálico. Parece que el largo es por ahí, lo cual además también concuerda con el croquis. No obstante, como no parece muy complicado, opto por ir bastante más a la derecha con idea de recortar distancia hacia nuestro destino más inmediato que es el colladito de la arista Gaube.
Salgo y, como digo, me encamino más a la derecha, con idea de hacer un recorrido más recto en lugar de describir una especie de arco de izquierda a derecha. Al principio voy bien y hasta encuentro un clavo, aunque asomándome más al patio que hay por la derecha de lo que va la vía original. Pero a mitad de largo, la pared se vuelve más vertical.
En esta segunda mitad del largo, se ven bastantes lajitas donde podría uno agarrarse, pero a pesar de que la roca aparenta ser bastante más compacta, la mayoría de las lajitas suenan a hueco al golpearlas, por lo que van a romperse si me agarro de ellas. Toda esta parte, sin ser tampoco muy difícil, me exige ir postureando a través de las pocas lajas que aparentan ser suficientemente resistentes como para usarlas para progresar. Resulta prácticamente imposible poner seguros... no lo recuerdo bien aunque supongo que algún que otro friend conseguiría poner, pero... no sé hasta qué punto consistente. El croquis indica "molt trencat" (muy roto) y "expo" (expuesto, es decir, con escasas posibilidades de poner algún seguro, habiendo mucho aleje entre ellos), descripción que encaja perfectamente por donde voy... aunque no es "roto" exactamente lo que define la roca, ya que es compacta y apenas hay grietas, sino que sería mejor decir que se rompe fácilmente, en referencia a las lajitas "explosivas".
Un poco más arriba la roca vuelve a estar muy fracturada formando bloques. Justo al llegar a esta zona me encuentro un clavo en relativamente buen estado y que compruebo que está sólidamente metido en la grieta. Como corroboro con Fran que ya no me queda mucha cuerda y que parece que va a resultar imposible montar reunión en unos cuantos metros, decido montar reunión aquí, aunque el sitio es malísimo. Me resulta imposible reforzar la reunión con algo más, ya que no hay nada estable donde poder plantar un seguro. Encima la reunión es casi colgada y estoy con los pies en un pequeño bordecillo con idea de quitarle peso al clavo, así que estoy incomodísimo.
Aviso a Fran y éste sube. Le digo que estoy muy mal colocado y que intente ser ágil para llegar pronto aquí. Además el ir recogiendo cuerda me resulta algo complicado en esta situación.
Llega Fran y me comenta que estoy teniendo mucha suerte, pues me están tocando encabezar los mejores largos. La verdad es que si nos olvidamos de lo fácilmente que se rompe todo por aquí, toda esa parte del postureo por las lajitas sí que ha sido una escalada bonita y elegante, aunque como he hecho variante realmente no sé la vía original realmente cómo será. En este clavo donde he montado reunión parece que he enlazado con el trazado original que vendría de mi izquierda.
Largo 21 (III/IV): Por bloques hacia el collado de la arista Gaube
Intentamos hacer el intercambio de material lo antes posible y Fran sale a iniciar el siguiente largo. Se trata de coger una especie de vira, o mejor dicho la intuición de una vira, escalando sobre bloques, que se dirige hacia el collado de la arista Gaube. Para "interpretar" la vira hay que echarle un poco de imaginación, así que yo visualizo una y Fran otra distinta algo más arriba.
Sale Fran y acaba descubriendo que la buena es la que ha visualizado él, así que continúa por ella. La verdad es que no parece que vaya a llegar la longitud de la cuerda para poder alcanzar el collado de la arista Gaube. Fran sigue avanzando hasta que le aviso que le queda poca cuerda. Está cerca de llegar al collado, pero con lo que le queda no va a llegar por muy poco. Entabla conversación con unos franceses que llegan por la arista Gaube y que nos animan diciéndonos que lo que queda ya es fácil.
Como no llega al collado, aunque sea por un pelo, tiene que retroceder un poco para establecerse en un lugar donde montar reunión.
En mi incomodísima reunión estoy deseando el aviso de Fran para abandonarla rápidamente, así que en cuanto me avisa salgo disparado, pues ni me había podido quitar los pies de gato, que me los he ido quitando en todas las reuniones.
El largo es sobre bloques y es fácil, teniendo algún pasito pero tampoco muy complicado.
Llego donde Fran.
Largo 21b (III): Rematando el largo 21
Como en teoría el collado ya está muy cerca, simplemente voy a pasar de largo la reunión, cogiendo alguna cosilla de material por si acaso necesito asegurar algo.
No obstante, en unos diez metros que siguen la tónica de la parte anterior del largo, me planto en el collado sin necesidad de meter ningún seguro.
En el collado hay una llanura terrosa que ya la hubiéramos querido nosotros para pasar la noche... lo primero que pienso es que aquí habríamos pasado la noche de lujo. Veo un parabolt, aunque el croquis indica que hay dos, pero interpreto que han debido de quitar uno.
Está uno de los franceses y el otro ha salido a hacer el largo que nos va a tocar a continuación. puesto que a partir de aquí el recorrido es común a nuestra vía de escalada y a la actividad de la arista Gaube desde el collado de Oulettes. No es problema que coincidamos en esta reunión, puesto que la zona es muy amplia y de hecho ellos están asegurando desde otro punto distinto a donde estoy yo.
Recojo cuerda y sube Fran enseguida.
Largo 22 (IV+): Mejora considerablemente la roca
Mi idea es encabezar este largo, pues el larguito de 10 metros que me he marcado antes consideraba que no contaba, y cuando llega Fran le indico que nos cambiemos los cabos para que no se líen las cuerdas. Fran me dice que lo deje que es más rápido que salga él a encabezar este largo. La verdad es que me da igual, así que me parece bien lo que dice Fran. La única cosa es que le digo que intentemos no perder de vista a los franceses para ver por dónde van escalando la vía.
Uno de los franceses está escalando en botas, lo que nos llama la atención, pero luego veríamos que es porque el otro está encabezando todos los largos. Además al parecer se conocen muy bien la arista.
Después de unos cuantos minutos de espera, esperando a dar suficiente ventaja a los franceses para no coincidir en las reuniones, sale Fran.
El largo visualmente parece fácil, pero alguna zona le cuesta un pelín a Fran. Me da la impresión que los franceses han ido un poco más a la derecha de donde debe ir la vía, que aparentemente debe ir con tendencia a la izquierda, pero nosotros hemos optado por seguirlos.
Cuando me toca remontar el largo entiendo las dificultades de Fran... una zona de placas de adherencia con agarres muy romos dan paso a un pequeño desplomillo/minitechillo que se alcanza en travesía hacia la derecha con algo de guerra y que luego se supera con otro paso. Tras esto se llega a la reunión.
Mirando el croquis se ve que este largo la vía original va haciendo un arco por la izquierda para evitar todo esto. Nuestra variante (... o la de los franceses, según se mire) no sé qué grado tendrá, pero es mucho más que el III que indica el croquis. Yo he puesto IV+ porque supongo que por ahí andará.
Hacemos intercambio de material rápidamente para no perder a los franceses, que están empezando a coger marcha.
Largo 23-24 (IV+): La "fisura divertida"
Me toca encabezar el siguiente largo. Como antes, copiamos a los franceses. Inicialmente sale recto con tendencia hacia la derecha, para luego ir hacia la izquierda, casi en travesía, dando un poquito de guerra... la arista Gaube me está resultando bastante más vertical y más apretada de lo que me había hecho a la idea.
Nos preparamos ya los frontales en los cascos, porque vemos que la noche va a caer pronto y analizamos la situación. Evidentemente a la arista Gaube ya no llegamos de día ni por asomo. Lo suyo es buscar un sitio donde poder pasar la noche. Hasta ahora la mayoría de las reuniones no es que no se pudiera dormir, es que en muchas ni se podía estar de pie relativamente cómodo. Nos preguntamos si encontraremos alguna reunión mínimamente "habitable" para poder pasar la noche. Mirando el croquis vemos que en la reunión 17 pone "Llan ample" o algo así, que traducimos por "llanura amplia". Pues nada, hay que llegar a ella como sea. Nos imaginamos una terraza amplia y terrosa donde poder dormir sin problemas... je,je, ¡qué ilusos!
Bueno, pues hay que seguir. Le toca encabezar a Fran. Miramos el croquis y pone que este largo es IV+, pero empieza con una chimenea desplomada, donde está el clavo con el cordino para asegurar, que cuando Fran la va a atacar me dice "¿seguro que es IV+?... ¡por que parece mucho más!". Sin embargo, lo ataca y lo solventa bien, continuando largo arriba.
La luz del día se ha estado yendo muy rápidamente y cuando Fran me avisa de que ha hecho reunión y puedo subir ya no se ve un carajo. Está prácticamente a oscuras, así que tengo que encender el frontal.
A la luz del frontal, afronto la chimenea desplomada del inicio del largo, que al situarme bajo ella e ir a atacarla me llevo la misma impresión que Fran, en cuanto a que parece que hay que apretar pero bien. No obstante, a base del tan frecuentemente socorrido espatarramiento y un pelín de habillidad se acaba superando mejor de lo que aparenta.
El resto del largo ya afloja un poco, y poco a poco, con los pequeños inconvenientes de escalar con frontal, voy remontando el resto del largo hasta que me junto con Fran, a la vez que voy pensando que deberemos ser el espectáculo del refugio de Ouletes ya que verán dos frontales en la pared escalando... y no me equivocaba, como pudimos comprobar al día siguiente.
Largo 16 (III): Fácil, aunque sea a oscuras
Me toca encabezar este largo, que aparenta ser relativamente fácil. Efectivamente se va resolviendo bien y el único inconveniente es el de siempre que he escalado con frontales, que no es fácil ir iluminando para ver los apoyos para los pies ya que se hacen sombras.
El frío vuelve a hacer mella en los dedos de las manos, pues la roca empieza a estar de nuevo helada. Hay que parar de vez en cuando a echarse el aliento en los dedos y que éstos recuperen algo de temperatura.
Como digo, el largo es fácil, hasta que me topo con una pared más vertical y complicada en lo que parece ser el tercero y último gendarme de la arista intermedia. Veo que hay un clavo y le pregunto a Fran cuánta cuerda me queda, a lo que me contesta que unos 20 metros, pues hacía un ratito que había pasado la marca que tengo hecha en mitad de la cuerda (tan útil que nos ha sido muchas veces y que nos será en un rato, como se verá). Eso me hace pensar por un lado que con 40 metros de largo sí que puede ser perfectamente la reunión "oficial" donde estoy, y viendo el panorama con 20 metros de cuerda no me va a llegar para llegar a otro sitio susceptible de montar reunión, pues lo que viene ahora aparenta ser cañero y voy a necesitar más de esos 20 metros.
Se lo comento a Fran y le digo que monto reunión, y cuando está todo listo, Fran sube y se junta conmigo en la reunión.
Largo 17 (IV+): A por el último gendarme de la arista intermedia
Observando el largo que viene a continuación, no se ve fácil ni encaja con el croquis (aquí el croquis parece que hace aguas y le falta representar o al menos graduar el principio del largo, que no es III ni de coña), así que opto por revisar una reseña que llevo también y que cogí a última hora pues parecía interesante. La reseña en este punto indica lo siguiente:
Para pasar el tercero y ultimo resalte intermedio, 2 posibilidades :
- itinerario clásico:primero todo recto, luego por el sistema de fisuras grises y verdes de derecha : 2 cortos desplomes (IV+, pitones) llevan a una buena terraza con una "lame" despegada.
- alternativa:Del pie del resalte, coger el sistema fisurado de izquierda (V+), montar la reunión y pasar un desplome (3 pitones 6b o A0) y llegar a la terraza.
Bueno, pues yo lo leo en voz alta y en ese momento dudo en atacar por el diedro que se ve por la izquierda un poco más adelante (lo que llama la reseña como alternativa) o por las fisuras de la derecha, pues estas últimas se ven cañerillas, pero cuando lo vuelve a leer Fran y lee "6b" en la alternativa dice que si estoy pirado meternos en un "6b" de noche teniendo la otra opción claramente más fácil... la verdad es que había leído lo de 6b pero no lo había procesado mentalmente, ya que estaba más pendiente de la descripción y de lo que yo visualizaba desde ahí, así que Fran me hace darme cuenta del tema y por supuestísimo que estoy de acuerdo con él.
Le toca encabezar a él el largo, así que sale y se mete por las fisuras del flanco derecho. Al principio le entretienen un poco, pero cuando las "engancha" bien se las ventila en un periquete y sigue hacia arriba.
No veo su luz por donde anda pero veo que tarda. En teoría este largo debe finalizar en el "llano amplio" que indica el croquis, pero estoy intrigado a ver qué pasa. Finalmente Fran me avisa de que está montada la reunión.
Salgo yo y el sistema de fisuras puede dar un pelín de guerra, pero me parece un IV+ algo más fácil que el IV+ de hace dos largos, así que yo diría que o el otro es V o éste es IV, pero he dejado los grados que venían en el respectivo croquis/reseña porque uno siempre duda de sus percepciones de dificultad en ciertas circunstancias, y más después de 17 largos.
Tras resolver el sistema de fisuras del flanco derecho y volver al filo de la arista intermedia, el resto del largo es fácil hasta llegar a la reunión, y ahí sí que se corresponde con el III del croquis... pero el inicio del largo claramente no.
Llego a la reunión en una repisa con dos clavos algo más cómoda que otras reuniones, pero de lo que pensamos que debe ser un "llan ample" ni rastro.
"Excursión" en busca del "llan ample"
Estamos convencidos de que el Llan ample tenía que estar donde estamos, pero en vista de que no nos lo parece, Fran decide aventurarse un poco más haciendo un largo en dirección a lo que parece una especie de lastra en forma piramidal en cuya cima pensamos que puede estar el deseado "llan ample".
Sale Fran y, tras algunas dudas de ver por dónde es más fácil, corona la pirámide sobre un terreno algo descompuesto.
Pero allí tampoco hay ni rastro de lo que pensamos que puede ser el "llan ample" y además está mucho peor que la reunión 17 donde estoy yo, así que Fran va a volver a donde estoy yo.
Compruebo, gracias a la marca de mitad de cuerda que tengo, que Fran está a unos 30 metros y que me llega para descolgarle de nuevo hasta aquí, así que coloca un par de microfriends y baja destrepando pero asegurado con la cuerda por arriba gracias a esos microfriends. La idea es que pensamos (equivocadamente) que la vía continúa por ahí y que nos pilla de paso recuperarlos mañana cuando reanudemos la escalada.
Un par de friends que había colocado de subida sí que los recupera de bajada y cuando llega de nuevo a la reunión en la que estoy yo, recuperamos la cuerda. En definitiva, se han quedado arriba un par de aliens que pensamos recuperar mañana.
Encima de la repisa donde está la reunión hay otra repisa algo más amplia, la cual al final deducimos que es a la que se refiere el croquis con "llan ample", pero está con un "suelo" muy irregular de roca y no va a resultar muy cómoda para dormir, y en la que está la reunión tampoco es que sea como para tirar cohetes pero por lo menos tenemos un respaldo para la espalda y dos clavos bien posicionados para asegurarte. Por ello, decidimos instalarnos en la repisa de la reunión.
La noche en la repisa
Moverse y organizar todo en un espacio tan reducido es un juego de "tetris". Además de los dos clavos añadimos un friend en una grieta y vamos montando todo el tenderete. Lo primero quitarnos los pies de gato y cambiarlos por las botas. Colgamos las mochilas y también organizamos un poco el material y lo colgamos. Nos tenemos que dejar puesto para dormir el arnés, lógicamente para poder estar anclados a los clavos, y el casco, principalmente por si cayera alguna piedra.
Sacamos de la mochila la ropa que llevamos, que es suficiente: polar, plumas, chubasquero cortavientos, braga y guantes. Con todo eso y la funda de vivac estimamos que no vamos a pasar frío, a pesar de que estamos a 3000 metros de altitud y que la temperatura esta noche rondará los 3 grados. También llevamos comida y agua de sobra... la verdad es que hemos cargado con demasiado peso durante la escalada, pero ahora vemos que nos va a venir todo muy bien.
Las cuerdas las extendemos en la repisa y van a servir, tanto para estar más cómodos al suavizar las irregularidades de este suelo de roca, como, lo más importante, servir de aislante ya que la roca no solo está fría ahora sino que va a estarlo mucho más a lo largo de la noche. Colocamos algo de cuerda también por los "respaldos"; por cierto que la roca que hace de respaldo no está completamente vertical sino que, además de estar bastante lisa, tiene una pequeña inclinación hacia atrás que nos va a venir muy bien para estar algo más cómodos.
Nos ponemos a cenar y charlar tranquilamente, como si estuviéramos en el salón de una casa... estamos tremendamente relajados en contra de lo que pudiera llevar a creer la situación. En cierto modo estamos disfrutando de un buen reposo después de tantas horas de escalada en las que apenas hemos parado en algún momento a beber agua, comernos algunas gominolas y frutos secos o a quitarnos o ponernos algo de ropa. Digamos que hemos escalado sin prisas pero prácticamente sin pausas, y ahora es el primer momento que tenemos una parada consistente.
Medio acoplados en nuestro reducidísimo espacio, antes de meternos en las fundas de vivac |
Después toca sacar la funda de vivac y meterse en ella, acomodándose todo lo que pueda acomodarse uno en esta situación.
El espacio es justo, justo: tiene la anchura justa para que quepan el culo de Fran y el mío, y de largo da justo para estirar las piernas completamente; como se ve, la repisa tiene algo más de profundidad que de anchura. Yo estoy con el precipicio a mi izquierda y Fran a su derecha y, como digo, no sobra nada de anchura, pero yo tengo la suerte de tener un pequeño resaltito de roca de apenas 10 cm a la altura de mi codo pero que puedo aprovecharlo para apoyar mi codo dando más estabilidad a mi situación.
Fran comenta que una de las cosas que quería hacer alguna vez en su vida es el dormir en pared, pero que no se imaginaba que hoy iba a ser ese día.
Miramos el reloj... y son alrededor de la 1:30... ¡Dios mío, cómo pasa el tiempo aquí! Entre la excursión en busca del "llan ample" y tanta tarea que hemos tenido aquí en la repisa se ha pasado el tiempo que ni nos hemos enterado... Nos hemos quedado muy sorprendidos de la hora que es, pero comentamos que mejor que sea así, porque eso significa que falta menos para que amanezca y sabemos que en estas condiciones no vamos a poder dormir casi nada y se nos va a hacer larga la espera del amanecer.
Apagamos los frontales e intentamos dormir... pero sabiendo que si te mueves te caes es difícil relajarte. Yo he tensado bien el cabo de anclaje para estar completamente sujeto, pero aun así, si te vas para el precipicio aunque no caigas prácticamente nada de distancia pienso que el susto que te llevas debe ser de infarto. Me preocupo de estar apoyado con el codo en el saliente que he comentado antes para estar más estable.
Notamos algo de frío en los pies y, básicamente, en las piernas. En cierto modo es lógico, ya que tenemos todo muy bien protegido contra el frío menos esa parte. Fran comenta que la solución es vaciar las mochilas y meter las piernas dentro de ellas. Me hago la imagen visual de ello y no me hago a la idea de dónde narices colocar lo que tenemos dentro de la mochila, si ya tenemos un buen tenderete montado, así que le contesto que por mi parte prefiero pasar un poco de frío en las piernas porque realmente no sabría qué hacer con el contenido de la mochila. Supongo que lo acabaríamos colocando de una u otra forma, pero ahora que ya estamos más o menos colocados me da una pereza tremenda.
Intentamos dormir. El cielo está totalmente despejado y se ven millones de estrellas. Hace una noche magnífica en este sentido y nos encontramos en un sitio privilegiado, aunque hace bastante fresquete y me tengo que subir la braga del cuello para taparme la cara, gracias a lo cual estoy más a gusto. Se ven las luces de una población relativamente grande, que está muy a lo lejos pero alineada con el valle y el refugio, por lo que deduzco que será Cauterets, ya que en la misma dirección está Lourdes, que es más grande, pero me parece que está demasiado lejos como para que sea lo que estamos viendo.
La noche va pasando y no pasamos de un duermevela sin llegar a dormir del todo. A Fran le he oído resoplar en algunos momentos y pensaba que qué suerte poder echar una cabezadita, pero es posible que simplemente esté en el mismo duermevela que yo, ya que cuando hablo con él me contesta que tampoco consigue dormir. Le pregunto la hora.... son las tres... jolín, ¡qué lento pasa el tiempo ahora! Nos decimos que ya podía haber pasado así de lento cuando estábamos haciendo largos. El culo nos duele, ya que el "suelo" no es muy regular y hay que intentar levantarlo de vez en cuando para que no se te duerma el propio culo y las piernas. Como pasamos un poco de frío en las piernas, también las plegamos de vez en cuando para que estén más calentitas, pero enseguida las vuelvo a estirar para intentar estar más cómodo.
Sigue pasando la noche. Parece que ha pasado ya una eternidad. Me pregunto qué hora será, pues no tengo hora a mano, pero no quiero molestar a Fran. Aprovecho un momento en que veo que Fran está despierto y cruzamos algunas palabras... son las cuatro... ¡¿todavía?!... madre mía, sí que se va a hacer largo esto. Me consuelo con el magnífico espectáculo del cielo sembrado de millones de estrellas, con alguna que otra estrella fugaz marcando un trazo de luz en décimas de segundo.
Sigue pasando la noche. Yo ya no quiero ni preguntar la hora... prefiero no desesperarme al oírla y no pensarlo. Llega un momento en el que se empieza a oír el despertador en mi mochila, es el que puse ayer para despertarnos a las 5:15 y que no había desactivado para hoy, así que ya sé que son las 5:15. Pienso que ya va quedando poco pues sé por el día anterior que hacia las 6:30 ya empieza a clarear tímidamente.
El frío se nos mete más en las piernas. Fran ha recurrido a estar con las piernas recogidas todo el rato. Cogen mucho más calor de esta forma, y se nota mucho, pero yo soy incapaz de estar todo el rato así y de hecho cuando me pongo de esta forma no tardo mucho en estar muy incómodo y tener que estirar de nuevo las piernas. Observo el comportamiento del cuerpo y me resulta sumamente curioso: de vez en cuando me vienen unos segundos de tiritona, como si fuera un escalofrío, tras la cual noto que el cuerpo recupera calor muy eficazmente y me encuentro mucho más confortable. Nunca me había fijado tan claramente en eso y me llama poderosamente la atención lo sumamente eficaces que son esos apenas 5 o 10 segundos de tiritona para recuperar rápidamente el calor en el cuerpo. Resulta realmente sorprendente. Por ello, no me resisto en absoluto a estos segundillos de tiritona cuando llegan, porque realmente me siento muy a gusto tras ellos; también noto que a Fran le ocurre lo mismo que a mí y sufre de vez en cuando unos 5 o 10 segundos de tiritona.
En esta última parte de la noche, el duermevela se hace más intenso, de forma que en muchos momentos en mi semiinconsciencia estoy como soñando que está amaneciendo, pero en cuanto recobro la lucidez descubro que está todo tan oscuro como antes. También tengo alguna que otra vez la sensación de que me caigo en este duermevela y pego el típico respingo. Es una extraña sensación de lucha involuntaria del cuerpo y la mente entre querer dormir por necesitarlo urgentemente (en cierto modo llevamos ya más de 24 horas sin realmente dormir y con una dura jornada a cuestas) y querer estar alerta por la situación en la que nos encontramos; pero realmente tú no puedes intervenir ni para relajarte y dormir, ni para despejarte del todo, es todo totalmente involuntario.
Por fin parece que empieza a clarear ligeramente... pero parece que ese clarear no avanza ni a tiros y está todo el rato igual. Con mucha paciencia va amaneciendo. Es un espectáculo magnífico visto desde un privilegiado mirador. Sabemos que los primeros en recibir los rayos del sol vamos a ser nosotros, pues la cima del Vignemale está ubicada perfectamente para ello, pero parece que el sol remolonea lo suyo.
Un amanecer desde un "mirador" privilegiado |
Realmente ya tenemos luz suficiente para ponernos en marcha, pero decidimos que no tenemos prisa en hacer los 8 largos que nos queda y da una tremenda pereza salir de las fundas de vivac, así que vamos a esperar que nos den los rayos del sol.
Cuando nos empieza a dar el sol, aún sigue dándonos pereza salir de nuestra funda de vivac, pero llega un momento en que le digo a Fran que tampoco nos podemos dormir, ya que por la tarde en teoría dan lluvias. El cielo da apariencia de estabilidad y muy buen día, pero no podemos arriesgarnos a que las lluvias previstas para la tarde se adelanten. Aquí te puede cambiar el tiempo en poco tiempo (valga la redundancia) y si nos pilla una tormenta en esta pared sí que la liamos pero bien.
Nos ponemos en marcha. Lo primero desayunar y a continuación desenredar las cuerdas, lo que nos va a servir para entrar rápidamente en calor. Luego equiparse y recoger todo lo demás.
Largo 18 (III): Travesía muy descompuesta y a tope de cuerda
Dado que ayer Fran fue el último en encabezar un largo, lo lógico es que hoy me toque a mí empezar encabezando este largo... aunque ninguno de los dos nos hemos levantado con ganas de escalar, sino todo lo contrario.
Visualizo por dónde va más o menos la vía, aunque según me vaya acercando lo veré con más claridad. Lo que está claro es que no pasa por subir a donde subió anoche Fran y se dejó dos microfriends. Por ello, hoy me toca a mí hacer la misma excursión para recuperarlos y volver y luego continuar por el verdadero itinerario del largo.
Me preparo y salgo de la reunión. Subo hasta donde están los dos microfriends y los recupero. La roca estaba un poco descompuesta y solo he podido meter un friend, pero ha sido fácil y con un poco de cuidado no hay problema... el problema es ahora que me toca destrepar con el friend que he puesto más abajo como único seguro. Igual que antes, destrepando con cuidado no tengo excesivos problemas y consigo llegar abajo, sin llegar hasta la reunión sino a donde pasaría el itinerario del largo.
Desde ese punto es una travesía horizontal de bastantes metros, subiendo un poco al final para montar reunión pegado a la izquierda del pequeño gendarme que domina nuestro horizonte cercano en esa dirección. El croquis tiene indicada esa reunión como reunión precaria y en el largo hay una indicación de que está todo muy roto ("molt trencat"). Además, desde la reunión ya daba la impresión de que estaba muy lejos como para llegar ahí en un solo largo. Pero en cualquier caso hay que aventurarse y a ver qué va pasando. Por cierto, estamos entrando en la llamativa zona de los esquistos rojos.
Tengo un friend puesto y voy avanzando por la travesía, fácil, encontrando muy cerca un espit, asi que retrocedo un poco y quito el friend de antes porque preveo que si no la cuerda me va a rozar mucho.
Continúo la travesía. Es fácil pero hay que prestar mucha atención ya que está todo muy roto. Paso por otro espit, que chapo, y más adelante un clavo que también chapo. En el resto no es fácil poner nada, porque está todo bastante suelto, pero no es muy necesario ya que es bastante fácil. La parte final es en subida y cada vez está todo más roto.
En la travesía del largo 18. Estoy más o menos a mitad de camino entre el primer y el segundo espit |
Fran me avisa de que se me está acabando la cuerda. Veo que me queda poco, y es fácil, así que intento llegar a donde está la reunión. Consigo llegar a ella, cuando veo un clavo donde montarla... pero ¡no me sobra ni un metro de cuerda!... 60 metros justos de largo. Menos mal que solo he chapado los dos espits y el clavo, porque si llego a poner algún seguro más no hubiera llegado la cuerda hasta la reunión.
El clavo es un poco cochambroso, pero tampoco desentona demasiado con respecto a otros que hemos ido encontrando en la vía. Grietas para poner seguros hay muchas... ¡pero todas se mueven! De la gran cantidad de grietas que hay, solo consigo encontrar una que no se mueva, pero me vale para meter un microfriend y reforzar la reunión. La cuerda llega tan justa que hasta me cuesta un poco montar el reverso para asegurar a Fran. Finalmente aviso a Fran y éste remonta el largo fácilmente hasta juntarse conmigo.
Desde la reunión veo a Fran iniciando la travesía del largo 18 |
Largo 19 (III): Corona el gendarme y tumba
Encabeza Fran. Me pregunta por dónde seguirá el largo y le indico que hay que coronar el gendarme junto al que estamos y luego seguir más o menos en dirección hacia el collado de la arista Gaube. Fran de primeras se extraña, pues el coronar el gendarme es bastante vertical y ya hemos visto que por aquí todo está muy suelto, pero ya me he ido fijando antes al hacer el largo 18 que el bordear el gendarme era menos vertical pero tenía peor pinta. Finalmente me hace caso y sube a coronar el gendarme. Le pierdo de vista, pero al cabo de unos minutos de irle dando cuerda me avisa que ha hecho reunión.
Cuando ya me tiene asegurado inicio el largo. El tramo vertical de coronar el gendarme hay que hacerlo con mucho cuidado, ya que hay grandes bloques que se sueltan. Corono el gendarme y ya tengo a Fran a la vista. Hay que seguir una arista bastante descompuesta pero que tumba algo. Sin duda es el largo menos vertical de la vía, pero también el más descompuesto por lo que hay que ir con mucho cuidado ya no solo de no caerte sino de no tirar piedras hacia abajo.
Yo, tras coronar el gendarme para continuar el largo |
Un zoom en el que se me ve recogiendo un seguro. Creo que Fran solo pudo poner uno o dos en el gendarme y éste. |
Rematando este largo tan descompuesto |
Largo 20 (IV): El largo engañoso
Me toca encabezar. Se ve una especie de laja no demasiado grande a cuya izquierda brilla algún cacharro metálico. Parece que el largo es por ahí, lo cual además también concuerda con el croquis. No obstante, como no parece muy complicado, opto por ir bastante más a la derecha con idea de recortar distancia hacia nuestro destino más inmediato que es el colladito de la arista Gaube.
Salgo y, como digo, me encamino más a la derecha, con idea de hacer un recorrido más recto en lugar de describir una especie de arco de izquierda a derecha. Al principio voy bien y hasta encuentro un clavo, aunque asomándome más al patio que hay por la derecha de lo que va la vía original. Pero a mitad de largo, la pared se vuelve más vertical.
Salgo con tendencia a la derecha, cuando debería haberme dirigido hacia la especie de acanaladura que hay en el centro de la foto ligeramente a la izquierda |
Sigo, orientándome más o menos hacia el collado |
Llego a roca más vertical |
Un poco más arriba la roca vuelve a estar muy fracturada formando bloques. Justo al llegar a esta zona me encuentro un clavo en relativamente buen estado y que compruebo que está sólidamente metido en la grieta. Como corroboro con Fran que ya no me queda mucha cuerda y que parece que va a resultar imposible montar reunión en unos cuantos metros, decido montar reunión aquí, aunque el sitio es malísimo. Me resulta imposible reforzar la reunión con algo más, ya que no hay nada estable donde poder plantar un seguro. Encima la reunión es casi colgada y estoy con los pies en un pequeño bordecillo con idea de quitarle peso al clavo, así que estoy incomodísimo.
Aviso a Fran y éste sube. Le digo que estoy muy mal colocado y que intente ser ágil para llegar pronto aquí. Además el ir recogiendo cuerda me resulta algo complicado en esta situación.
Llega Fran y me comenta que estoy teniendo mucha suerte, pues me están tocando encabezar los mejores largos. La verdad es que si nos olvidamos de lo fácilmente que se rompe todo por aquí, toda esa parte del postureo por las lajitas sí que ha sido una escalada bonita y elegante, aunque como he hecho variante realmente no sé la vía original realmente cómo será. En este clavo donde he montado reunión parece que he enlazado con el trazado original que vendría de mi izquierda.
Largo 21 (III/IV): Por bloques hacia el collado de la arista Gaube
Intentamos hacer el intercambio de material lo antes posible y Fran sale a iniciar el siguiente largo. Se trata de coger una especie de vira, o mejor dicho la intuición de una vira, escalando sobre bloques, que se dirige hacia el collado de la arista Gaube. Para "interpretar" la vira hay que echarle un poco de imaginación, así que yo visualizo una y Fran otra distinta algo más arriba.
Sale Fran y acaba descubriendo que la buena es la que ha visualizado él, así que continúa por ella. La verdad es que no parece que vaya a llegar la longitud de la cuerda para poder alcanzar el collado de la arista Gaube. Fran sigue avanzando hasta que le aviso que le queda poca cuerda. Está cerca de llegar al collado, pero con lo que le queda no va a llegar por muy poco. Entabla conversación con unos franceses que llegan por la arista Gaube y que nos animan diciéndonos que lo que queda ya es fácil.
Como no llega al collado, aunque sea por un pelo, tiene que retroceder un poco para establecerse en un lugar donde montar reunión.
En mi incomodísima reunión estoy deseando el aviso de Fran para abandonarla rápidamente, así que en cuanto me avisa salgo disparado, pues ni me había podido quitar los pies de gato, que me los he ido quitando en todas las reuniones.
El largo es sobre bloques y es fácil, teniendo algún pasito pero tampoco muy complicado.
Llego donde Fran.
Largo 21b (III): Rematando el largo 21
Como en teoría el collado ya está muy cerca, simplemente voy a pasar de largo la reunión, cogiendo alguna cosilla de material por si acaso necesito asegurar algo.
No obstante, en unos diez metros que siguen la tónica de la parte anterior del largo, me planto en el collado sin necesidad de meter ningún seguro.
En el collado hay una llanura terrosa que ya la hubiéramos querido nosotros para pasar la noche... lo primero que pienso es que aquí habríamos pasado la noche de lujo. Veo un parabolt, aunque el croquis indica que hay dos, pero interpreto que han debido de quitar uno.
Está uno de los franceses y el otro ha salido a hacer el largo que nos va a tocar a continuación. puesto que a partir de aquí el recorrido es común a nuestra vía de escalada y a la actividad de la arista Gaube desde el collado de Oulettes. No es problema que coincidamos en esta reunión, puesto que la zona es muy amplia y de hecho ellos están asegurando desde otro punto distinto a donde estoy yo.
Recojo cuerda y sube Fran enseguida.
Magnificas vistas desde la arista Gaube. A la izquierda asoma a lo lejos el Midi d'Ossau, y por el centro el Balaitus |
Largo 22 (IV+): Mejora considerablemente la roca
Mi idea es encabezar este largo, pues el larguito de 10 metros que me he marcado antes consideraba que no contaba, y cuando llega Fran le indico que nos cambiemos los cabos para que no se líen las cuerdas. Fran me dice que lo deje que es más rápido que salga él a encabezar este largo. La verdad es que me da igual, así que me parece bien lo que dice Fran. La única cosa es que le digo que intentemos no perder de vista a los franceses para ver por dónde van escalando la vía.
Uno de los franceses está escalando en botas, lo que nos llama la atención, pero luego veríamos que es porque el otro está encabezando todos los largos. Además al parecer se conocen muy bien la arista.
Después de unos cuantos minutos de espera, esperando a dar suficiente ventaja a los franceses para no coincidir en las reuniones, sale Fran.
El largo visualmente parece fácil, pero alguna zona le cuesta un pelín a Fran. Me da la impresión que los franceses han ido un poco más a la derecha de donde debe ir la vía, que aparentemente debe ir con tendencia a la izquierda, pero nosotros hemos optado por seguirlos.
Cuando me toca remontar el largo entiendo las dificultades de Fran... una zona de placas de adherencia con agarres muy romos dan paso a un pequeño desplomillo/minitechillo que se alcanza en travesía hacia la derecha con algo de guerra y que luego se supera con otro paso. Tras esto se llega a la reunión.
Yo, remontando este largo |
Ya acercándome a la reunión |
Hacemos intercambio de material rápidamente para no perder a los franceses, que están empezando a coger marcha.
Largo 23-24 (IV+): La "fisura divertida"
Me toca encabezar el siguiente largo. Como antes, copiamos a los franceses. Inicialmente sale recto con tendencia hacia la derecha, para luego ir hacia la izquierda, casi en travesía, dando un poquito de guerra... la arista Gaube me está resultando bastante más vertical y más apretada de lo que me había hecho a la idea.
Luego continúa subiendo otra vez con tendencia a derecha... ya me imagino que todo este zigzag me va a provocar un enorme roce de cuerda, a pesar de que intento chapar la cuerda lo mejor que puedo pensando en ello.
Aquí estoy yo en este largo, aunque el sol ha deslumbrado la foto |
Llego al pie de una laja que no parece nada fácil. Por los croquis deduzco (a posteriori) que el largo 23 finaliza justo aquí y que la laja es del siguiente largo, pero los franceses han seguido hacia arriba por una chimenea que hay a continuación de la laja, tras la cual han montado reunión. Entiendo que el montar reunión aquí no es realmente por la longitud de cuerda consumida sino más bien por el roce que vas a tener si continúas, debido al zigzagueo del principio.
Inicio la laja, que se hace en bavaresa. Resulta una bavaresa la mar de entretenida, por lo que deduzco que se trata de la "fisura divertida" de la que hablan algunas reseñas. En el croquis está señalada como "fisura maca" (fisura bonita) y no es de grado III como marca el croquis, sino más bien el IV+ que indican algunas reseñas. Se trata, como digo, de una bavaresa, que en cuanto te montas en ella es como si no tuvieras vuelta atrás y tienes que seguir más o menos rápido hacia arriba para acabarla si no quieres que se te agote la resistencia de los brazos. Resulta, cuanto menos, curiosa.
Tras la "fisura divertida" continúo por una canal-chimenea que sube hacia la izquierda hasta el punto en el que vi a los franceses, que por cierto ya no están y han desaparecido porque han debido salir ya en ensamble hacia arriba. En ese punto busco dónde montar reunión hasta que descubro un clavo bastante sólido.
Largo 24-25 (III): Buscando la salida
Le toca a Fran encabezar este largo. En teoría debe ser ya el último. A los franceses ya les perdimos de vista y no sabemos por dónde han ido, pero yo supongo que han debido salir hacia la derecha en ensamble, porque no se ve muy complicado por ahí. Así le digo a Fran y sale por ese lado.
Por donde va no es muy difícil, pero no ve posibilidades de meter seguros, así que acaba describiendo un arco hacia la izquierda para recuperar la alineación recta del largo.
Le pierdo de vista. Tras un rato en el que intenta ver por dónde se finaliza la vía, monta reunión cerca de donde intuye que es por donde hay que seguir, puesto que, si no recuerdo mal, hay un clavo que le vale para montarla.
Cuando está todo listo subo yo. Tengo que describir el arco inicial que hizo Fran para recuperar un seguro que puso, por lo que voy haciendo más o menos su mismo itinerario.
El largo son placas bastante romas y sin grietas pero más bien fáciles, aunque la ausencia de seguros supongo que no le han permitido subir a Fran con la tranquilidad que le gustaría; no obstante algún que otro seguro sí que ha podido poner.
Finalmente me junto con Fran en la reunión.
Minilargo 25b y trepada final
Fran me indica que cree que se debe continuar por la derecha, ya que se intuye que hay paso. Yo opino igual, así que salgo hacia allí, bajando inicialmente un par de metros desde la reunión, para volver hacia arriba encaminado al punto en cuestión. Cuando me asomo por ese punto veo que la vía finaliza aquí, pues ya se pueden subir los aproximadamente 60 metros que quedan hasta cima en fácil trepada.
Voy recogiendo cuerda hasta que me traigo a Fran. No he montado reunión porque he visto que no era necesario ni fácil, pero sí que he estado pendiente por si hubiera que bloquear la cuerda en un totalmente improbable hipotético resbalón o cualquier incidente de Fran.
Nos cambiamos los pies de gatos por las botas y recogemos las cuerdas, cuando un chico que está llegando a cima por la ruta normal de subida nos ve y nos pregunta si vienen detrás unos amigos suyos. Le contestamos que detrás de nosotros no viene nadie, porque es una vía en la que se tarda mucho y nosotros hemos llegado pronto porque hemos dormido en pared.
El chico al oírlo nos comenta: "Ah!, entonces ¿erais vosotros los de los frontales?"... evidentemente hemos debido de estar en todas las conversaciones de ayer noche en el refugio, lo cual era de esperar.
Tras recoger todo procedemos a subir a cima, aunque Fran se demora un poco para "ir al servicio", así que en principio subo solo, por trepadas inicialmente bastante incómodas al haber pedrera, pero que luego mejora al ser roca más compacta.
Mi horario que me había hecho mentalmente y que había comentado a Fran era que había que llegar a cima antes de las 12:00 para poder llegar al telesilla del Lac de Gaube antes de que lo cierren, aunque sea bajando bastante ligerillos. Cuando miro el reloj han pasado muy holgadamente las 12, así que esa esperanza de llegar al telesilla se desvanece, pues si a las 12 ya iríamos muy justos... Bueno, por lo menos me consuelo en que nos podemos relajar un poco, en relación al ritmo de todo lo que nos queda.
Cima
En cima veo al chico con el que he hablado y a un par de compañeros suyos. Enseguida me ofrecen comida y agua, pensando que la noche nos ha pillado sin estar preparados y debemos estar hambrientos y sedientos, pero la realidad es que tenemos agua y comida de sobra, así que solo le cojo un poco de comida por empatizar un poco y luego le ofrecería de la mía. Hablamos de la aventurilla que hemos corrido, mientras llega Fran a cima.
Nos cuentan que se nos veían muy bien las luces (Fran llevaba pilas recién puestas en el frontal y yo llevaba el frontal potente que he llevado en ocasiones como en la "Entorns" para escalar de noche, por lo que es lógico que se nos viera bien) y deducían que estábamos escalando pues las luces se separaban y se juntaban en vertical, lo que les había sorprendido un poco. Les contamos que íbamos totalmente preparados para pasar noche, aunque nuestra primera intención era al menos llegar a cima y dormir en la cueva Russel.
En la cima hace un tiempo magnífico, con buena temperatura y nada de aire. Encima está bastante despejado, algo que no debe ser demasiado habitual aquí. Llegan otros dos montañeros por la ruta normal y la conversación se anima más todavía. En un momento dado procedemos a hacernos la foto cimera, que a este paso se nos va a olvidar y no es plan volverse sin ella.
Internamente estamos sumamente satisfechos. Fran incluso es la primera vez que visita esta cima y lo ha hecho por la puerta grande. Hacemos balance y es realmente positivo: Fran ha conocido el espectacular circo de Oulettes, ha escalado una pedazo vía clásica entre las clásicas, ha tenido la experiencia que quería hacer alguna vez de dormir en pared (¡y encima a 3000m de altitud!), ha coronado un tresmil realmente emblemático y ahora va a conocer de bajada la ruta normal del Vignemale, por no hablar de conocer parajes realmente bonitos como el Lac de Gaube. En mi caso se reduce algo: a la pedazo de vía y a dormir en pared, porque lo demás ya lo conocía, pero también es un botín sumamente sustancioso. En cualquier caso ya tenemos en el bolsillo esta vía con la que tantas veces hemos soñado despiertos.
Las conversaciones siguen y siguen y disfrutamos mucho identificando entre todos las cimas lejanas que se ven con estas magníficas vistas. Sabemos que no debemos entretenernos, pero es que estamos realmente tan a gusto con estas condiciones y estas vistas, que se nos pasa el tiempo que no nos enteramos. No sé exactamente cuanto tiempo gastamos en cima, pero más de una hora seguro.
Comento con Fran las dos opciones de bajada: por la arista del Petit Vignemale, o por la ruta normal. Desde los últimos largos de la escalada ya me había fijado en la arista del Petic Vignemale y se veía un gendarme vertical y un recorrido muy aéreo. Mi opinión es que ya hemos tenido bastantes trepadas y tensiones como para meternos ahí y encima andamos muy cansados, y que lo mismo no conseguimos ahorrar nada de tiempo. Decidimos no arriesgar y bajaremos por la ruta normal.
Descenso
Llega el momento en que pienso que no podemos eternizarnos tanto y hay que bajar. Hacemos el destrepe hacia el glaciar. Algunos bajan tras nosotros y tenemos que tener cuidado con las piedras que tiran... ¡casi nos dan ganas de ponernos otra vez el casco! Voy recordando alguno de los lugares por los que destrepamos, de la otra vez que estuve por aquí... es increíble la capacidad retentiva que tiene el cerebro.
Llegamos al glaciar, que por cierto está muy bajo... de hecho la otra vez que estuve por aquí era septiembre y el glaciar estaba mucho más esplendoroso. Planteo si ponernos los crampones pero Fran comenta que de momento podemos probar sin ellos a ver qué tal nos va.
El glaciar de Ossau, a diferencia del de Oulettes, de ayer, está bastante blando y tiene una pendiente suave. No obstante, aún así está resbaladizo y bajamos casi esquiando con los pies. Y esos continuos movimientos para intentar mantener el equilibrio entre resbalón y resbalón me están matando físicamente, ya que empiezo a acusar el cansancio de no haber dormido y me está entrando un bajón.
Nos vamos encontrando con bastantes grietas que hay que ir esquivando... pero son grietas "de juguete" comparadas con las de ayer en el glaciar de Oulettes. No son demasiado profundas, y en la mayoría de los casos se trata de buscar algún punto donde se puedan saltar. Intentamos ir yendo hacia la derecha, por donde parece que hay menos.
Más abajo el glaciar se va empinando más. Fran prefiere seguir sin crampones, pues un poco más abajo ya alcanzaremos rocas por donde ir esquivando el glaciar, pero yo opto por perder un minuto en ponérmelos, ya no solo por seguridad sino también porque los continuos resbalones me están matando físicamente.
Llegamos a las rocas y me quito de nuevo los crampones. Seguimos bajando por las rocas. En esta parte me encuentro bastante flojo físicamente. Intento refrescarme mojándome cara y nuca en una de las múltiples caídas de agua que hay entre las rocas. Me voy fijando en la arista del Petit Vignemale y creo convencerme de que hemos hecho bien en no meternos en ella, aunque a la hora de escribir estas líneas no estoy tan seguro... no obstante es posible que no hubiera sido una buena opción yendo tan cansados como vamos.
Llegamos al sendero que al principio llanea y luego sube hacia el refugio de Bayssellance. Parece que, dentro de estar bastante cansado, me encuentro un poco mejor. Subiendo hacia el refugio de Bayssellance coincidimos con un grupito de españoles que están subiendo desde el lago de Ossoue, por el lado de Gavarnie al refugio de Bayssellance, para mañana hacer el Vignemale; quizás esta es la opción más cómoda de subir a este pico, aunque supone una paliza aún mayor en coche por toda la vuelta que hay que dar, razón por la cual mucha gente la desestima.
Llegamos al ramal que accede al refugio de Bayssellance. Yo tengo unos polvos energéticos de esos que me han regalado en el maratón y que se le echan al agua, y una de las cantimploras vacías en la que echar la medida de agua necesaria... pero me da una pereza enorme subir esos escasos metros para llegar al refugio y llenar la cantimplora. La otra cantimplora la tengo con el tubo de "camelback" y todavía tiene agua, pero creo que no debe quedar mucha porque cuando succiono no llega mucha agua y se mete aire; luego me daría cuenta que sí que había agua, pero que el tubo debía estar aprisionado con algo en la mochila y por eso no fluía bien. El caso es que Fran se ofrece a hacer esos metrillos para acceder al refugio y yo se lo agradezco enormemente, pues ando justillo de fuerzas.
Echo los polvillos al agua y bebo... tiene un sabor algo raro pero esperemos que hagan efecto. Le ofrezco a Fran que también bebe, pero el sabor no le acaba de convencer.
Continuamos nuestra subida hacia el collado de Ossoue ("Hourquette D'Ossoue"), con algunos zigzags y en pesada subida. Toda esta pesada subida, al refugio de Baissellance y continuando al collado de Ossoue, me está recordando la pesada subida de los Barrerones en Gredos, interminable cuando vas cansado de hacer alguna actividad, cosa que comento con Fran.
Parece que los polvillos van haciendo su efecto y me voy encontrando algo mejor. Vamos llegando al collado y veo la bajada desde el Petit Vignemale, sin poder evitar el pensar que si hubiéramos ido por la arista y bajado por ahí, nos hubiéramos ahorrado toda esta pesadísima subida.
Cruzamos el collado y empezamos la bajada hacia el refugio de Oulettes. Me encuentro con algo más de fuerzas, así que podemos avivar un poco más el ritmo. El tiempo amenaza lluvia, pero parece que aguanta; pensamos que los que se han metido hoy en la vía han arriesgado mucho. Desde aquí tenemos una buena vista de la vía que hemos escalado; se identifica muy bien entre las vetas de ofita, la arista intermedia, los esquistos rojos, etc.
La bajada es larga y con un montón de zigzags, pero como nada es infinito, al final después de mucho rato acabamos llegando al refugio de Oulettes.
En el refugio de Oulettes recuperamos las cosas que habíamos dejado en la zona de vivac (básicamente los sacos de dormir, aislantes, bastones y algo de comida) y nos sentamos en una mesa, de las que tienen fuera, a comer de una forma un poco más consistente, pues llevábamos más de día y medio alimentándonos poco y a base de frutos secos, barritas energéticas, gominolas y cosas por el estilo. La verdad es que la actividad te "cierra" el estómago y este día y medio comíamos más por obligación que por que tuviéramos realmente hambre.
Cuando saco la cantimplora del tubo del "camelback" me doy cuenta, para mi sorpresa, que realmente todavía me queda más de medio litro de agua. La renuevo y comemos... parece que el estar aquí y sentado en mesas nos abre un poco más el apetito. Por las horas es más una merienda que una comida.
Nos hemos relajado un poco y recuperado fuerzas de cara a continuar nuestra bajada hacia el coche. Partimos hacia el Lac de Gaube y vamos a un ritmo muy alto. La razón es que en teoría hoy entraríamos a España y llamaría a Victoria (mi mujer) al entrar en España ya que no puedo activar el "roaming" en mi línea y llamar desde el extranjero al estar compartida también como línea del trabajo y requerir unas gestiones algo complicadas para hacerlo, y como se está haciendo tarde y Victoria no sabe nada de nosotros desde hace más de dos días pues se va a preocupar mucho en cuanto pase cierta hora.
Fran se ha quedado atrás porque ha parado a hacer unas cosas y le he dicho que yo seguía y que él que va más rápido me alcanzaría. La cuestión es que yo estoy bajando también muy rápido y le debe estar costando alcanzarme, pues no le veo por atrás. Más adelante ya le veo a lo lejos, lo cual me deja más tranquilo, aunque el camino más o menos es fácil de seguir y no debería haber problema.
Llegando al Lac de Gaube me empiezo a notar ya súper cansado. Aflojo el ritmo para facilitar que Fran me alcance y también porque mis energías están ya muy mermadas. Es ya prácticamente de noche y hace un ratillo ya que bajamos con los frontales encendidos.
Mientras cruzamos el Lac de Gaube y veo que el bar turístico que hay al otro lado del mismo tiene luces encendidas, se me ocurre echarle morro e ir allí a ver si consigo llamar por teléfono de alguna forma, o incluso si tienen wifi poder mandar un whatsapp. No tengo muchas esperanzas, pues el sitio está a una hora de Pont de Espagne, que a su vez no es más que una especie de centro turístico ya metido en las montañas, por lo que imagino que lo más probable es que no haya cobertura aquí... pero a lo mejor por ser un sitio precisamente bastante visitado por turistas que suben andando o en telesilla, pues lo mismo han traído la cobertura móvil hasta aquí. El caso es que por probar no se pierde nada.
Me acerco al bar y está abierto a pesar de ser de noche... ¡bien!... le pregunto al francés que lo regenta y que está con una mujer, que supongo que será su esposa, cenando algo y me ofrece el móvil... ¡genial!... llamo al móvil de mi mujer, al fijo de casa, al móvil de mi hijo... ¿¡será posible que ahora no localizo a nadie, después de todo!?... el móvil de mi hija... ¡bingo!... ¡contesta! Están todos por ahí de "picos pardos", así que le dejo el recado de que le diga a Victoria que estamos bien pero que vamos a volver mañana porque se nos ha hecho tarde.
Una vez avisados en mi casa, le propongo ya a Fran quedarnos a vivaquear junto al lago y mañana por la mañana bajar como unos señores en el telesilla y volver tranquilamente a casa. Es la opción más razonable, ya que estamos muy cansados y sería una locura bajar y coger el coche para hacer semejante viaje ahora.
Aprovechando la coyuntura le pedimos al del bar un par de cañas para tomarnos allí y una botella grande de agua para luego cenar y pasar la noche. Mientras nos tomamos las cañas suena el móvil del francés, que por cierto tiene como tono de llamada unos ladridos de perro, y ve que llaman desde España con lo que me pasa el móvil... es Victoria mi mujer, que ha visto la llamada perdida y la ha devuelto sabiendo que llama a Francia y no sabe a quién, pero que evidentemente es por algo mío. Me quedo así más tranquilo de darle noticias de primera mano.
Terminadas las cañas salimos y buscamos un buen sitio para vivaquear por los alrededores. Encontramos un sitio idóneo con césped y mas o menos llano; tiene algún abombamiento pero lo acoplo para que haga la forma del cuerpo y estoy incluso más cómodo que si estuviera completamente llano. El único "pero" es que está junto al camino de subida y si hay gente madrugadora nos van a ver aquí vivaqueando, pero eso nos da igual.
Cenamos y no tardamos mucho en ponernos a dormir, pues estamos muy cansados. Al principio estamos algo preocupados, pues aunque el cielo está despejado, se aprecian los destellos de relámpagos. Hemos hablado de subir al refugio libre que hay un poco más arriba del lago y que usé la otra vez que estuve aquí, pero da mucha pereza volver a subir, aunque no sea mucho, y le he propuesto a Fran que intentemos pasar la noche aquí y si se pone a llover pues ya veremos y si acaso ya subiremos. Hemos dejado las cosas un pelín recogidas por si hubiera que salir corriendo. Finalmente nos dormimos.
Ha sido un día agotador, ya que hemos sumado unos 550 m de desnivel positivo (300 de ellos de escalada), unos 1800 m de desnivel negativo y muchas horas de actividad; y por lo menos nos hemos ahorrado los 250 m de desnivel negativo de bajar a Pont d'Espagne
Regreso a casa (22 de agosto de 2015)
Abro los ojos... es de día... yo creo que es la primera vez en mi vida que duermo de vivac de tirón. ¡Qué bien he dormido!, seguramente por lo cansados que estábamos y por el sueño atrasado que acumulábamos. Evidentemente ha aguantado toda la noche sin llover. Fran está todavía durmiendo pero no tardaría en despertarse. Veo pasar junto a nosotros algún que otro senderista madrugador y un corredor que al parecer ha subido hasta aquí corriendo y para junto al lago a descansar y hacerse algún selfie.
Se despierta Fran y comentamos que no sabemos a qué hora abren el telesilla, pero que no tenemos prisa y además cuando veamos gente venir por el sendero que lleva al telesilla y que controlamos desde aquí, sabremos que ya está abierto.
Después de remolonear un poco nos levantamos y desayunamos. Al poco ya vemos que vienen las primeras personas del telesilla. Tampoco nos damos prisa, pero ya sabemos que está abierto.
Terminamos de desayunar, recogemos todo y nos vamos de camino al telesilla, que está a unos 10-15 minutos de nuestro vivac.
Llegamos al telesilla. Como era de esperar no hay nadie para bajar, así que es llegar y subirse. Bajamos en él como dos pachás y luego cogemos la telecabina que nos lleva a Pont d'Espagne.
Entre unas cosas y otras tampoco es que se acabe ahorrando mucho tiempo, pero hay que reconocer que es una comodidad.
En Pont d'Espagne hay ya bastante gente para las horas que son, pero ni por asomo la cantidad desorbitada que había el día que llegamos. Allí vamos al coche, soltamos todo y vamos a asearnos al río.
Una vez adecentados emprendemos el viaje de vuelta a casa. Disfrutamos mucho del paisaje tan magnífico que se atraviesa por estas carreteras y cuando pasamos por el Col de Aubisque hacemos una parada para hacernos unas fotos, aprovechando para picar algo rápido.
Seguimos y pasamos cerca de nuestro viejo amigo Midi d'Ossau, entraríamos en España, haríamos una parada para comer tras pasar por Zaragoza, y finalmente llegaríamos a nuestra querida casa, con las piernas un tanto agarrotadas de tanto esfuerzo al que las hemos sometido estos días, pero con una sonrisa de oreja a oreja.
Le toca a Fran encabezar este largo. En teoría debe ser ya el último. A los franceses ya les perdimos de vista y no sabemos por dónde han ido, pero yo supongo que han debido salir hacia la derecha en ensamble, porque no se ve muy complicado por ahí. Así le digo a Fran y sale por ese lado.
Por donde va no es muy difícil, pero no ve posibilidades de meter seguros, así que acaba describiendo un arco hacia la izquierda para recuperar la alineación recta del largo.
Le pierdo de vista. Tras un rato en el que intenta ver por dónde se finaliza la vía, monta reunión cerca de donde intuye que es por donde hay que seguir, puesto que, si no recuerdo mal, hay un clavo que le vale para montarla.
Cuando está todo listo subo yo. Tengo que describir el arco inicial que hizo Fran para recuperar un seguro que puso, por lo que voy haciendo más o menos su mismo itinerario.
El largo son placas bastante romas y sin grietas pero más bien fáciles, aunque la ausencia de seguros supongo que no le han permitido subir a Fran con la tranquilidad que le gustaría; no obstante algún que otro seguro sí que ha podido poner.
Finalmente me junto con Fran en la reunión.
Minilargo 25b y trepada final
Fran me indica que cree que se debe continuar por la derecha, ya que se intuye que hay paso. Yo opino igual, así que salgo hacia allí, bajando inicialmente un par de metros desde la reunión, para volver hacia arriba encaminado al punto en cuestión. Cuando me asomo por ese punto veo que la vía finaliza aquí, pues ya se pueden subir los aproximadamente 60 metros que quedan hasta cima en fácil trepada.
Voy recogiendo cuerda hasta que me traigo a Fran. No he montado reunión porque he visto que no era necesario ni fácil, pero sí que he estado pendiente por si hubiera que bloquear la cuerda en un totalmente improbable hipotético resbalón o cualquier incidente de Fran.
Nos cambiamos los pies de gatos por las botas y recogemos las cuerdas, cuando un chico que está llegando a cima por la ruta normal de subida nos ve y nos pregunta si vienen detrás unos amigos suyos. Le contestamos que detrás de nosotros no viene nadie, porque es una vía en la que se tarda mucho y nosotros hemos llegado pronto porque hemos dormido en pared.
El chico al oírlo nos comenta: "Ah!, entonces ¿erais vosotros los de los frontales?"... evidentemente hemos debido de estar en todas las conversaciones de ayer noche en el refugio, lo cual era de esperar.
Tras recoger todo procedemos a subir a cima, aunque Fran se demora un poco para "ir al servicio", así que en principio subo solo, por trepadas inicialmente bastante incómodas al haber pedrera, pero que luego mejora al ser roca más compacta.
Mi horario que me había hecho mentalmente y que había comentado a Fran era que había que llegar a cima antes de las 12:00 para poder llegar al telesilla del Lac de Gaube antes de que lo cierren, aunque sea bajando bastante ligerillos. Cuando miro el reloj han pasado muy holgadamente las 12, así que esa esperanza de llegar al telesilla se desvanece, pues si a las 12 ya iríamos muy justos... Bueno, por lo menos me consuelo en que nos podemos relajar un poco, en relación al ritmo de todo lo que nos queda.
Cima
En cima veo al chico con el que he hablado y a un par de compañeros suyos. Enseguida me ofrecen comida y agua, pensando que la noche nos ha pillado sin estar preparados y debemos estar hambrientos y sedientos, pero la realidad es que tenemos agua y comida de sobra, así que solo le cojo un poco de comida por empatizar un poco y luego le ofrecería de la mía. Hablamos de la aventurilla que hemos corrido, mientras llega Fran a cima.
Nos cuentan que se nos veían muy bien las luces (Fran llevaba pilas recién puestas en el frontal y yo llevaba el frontal potente que he llevado en ocasiones como en la "Entorns" para escalar de noche, por lo que es lógico que se nos viera bien) y deducían que estábamos escalando pues las luces se separaban y se juntaban en vertical, lo que les había sorprendido un poco. Les contamos que íbamos totalmente preparados para pasar noche, aunque nuestra primera intención era al menos llegar a cima y dormir en la cueva Russel.
En la cima hace un tiempo magnífico, con buena temperatura y nada de aire. Encima está bastante despejado, algo que no debe ser demasiado habitual aquí. Llegan otros dos montañeros por la ruta normal y la conversación se anima más todavía. En un momento dado procedemos a hacernos la foto cimera, que a este paso se nos va a olvidar y no es plan volverse sin ella.
Foto cimera |
Internamente estamos sumamente satisfechos. Fran incluso es la primera vez que visita esta cima y lo ha hecho por la puerta grande. Hacemos balance y es realmente positivo: Fran ha conocido el espectacular circo de Oulettes, ha escalado una pedazo vía clásica entre las clásicas, ha tenido la experiencia que quería hacer alguna vez de dormir en pared (¡y encima a 3000m de altitud!), ha coronado un tresmil realmente emblemático y ahora va a conocer de bajada la ruta normal del Vignemale, por no hablar de conocer parajes realmente bonitos como el Lac de Gaube. En mi caso se reduce algo: a la pedazo de vía y a dormir en pared, porque lo demás ya lo conocía, pero también es un botín sumamente sustancioso. En cualquier caso ya tenemos en el bolsillo esta vía con la que tantas veces hemos soñado despiertos.
Las conversaciones siguen y siguen y disfrutamos mucho identificando entre todos las cimas lejanas que se ven con estas magníficas vistas. Sabemos que no debemos entretenernos, pero es que estamos realmente tan a gusto con estas condiciones y estas vistas, que se nos pasa el tiempo que no nos enteramos. No sé exactamente cuanto tiempo gastamos en cima, pero más de una hora seguro.
Comento con Fran las dos opciones de bajada: por la arista del Petit Vignemale, o por la ruta normal. Desde los últimos largos de la escalada ya me había fijado en la arista del Petic Vignemale y se veía un gendarme vertical y un recorrido muy aéreo. Mi opinión es que ya hemos tenido bastantes trepadas y tensiones como para meternos ahí y encima andamos muy cansados, y que lo mismo no conseguimos ahorrar nada de tiempo. Decidimos no arriesgar y bajaremos por la ruta normal.
Descenso
Llega el momento en que pienso que no podemos eternizarnos tanto y hay que bajar. Hacemos el destrepe hacia el glaciar. Algunos bajan tras nosotros y tenemos que tener cuidado con las piedras que tiran... ¡casi nos dan ganas de ponernos otra vez el casco! Voy recordando alguno de los lugares por los que destrepamos, de la otra vez que estuve por aquí... es increíble la capacidad retentiva que tiene el cerebro.
Llegamos al glaciar, que por cierto está muy bajo... de hecho la otra vez que estuve por aquí era septiembre y el glaciar estaba mucho más esplendoroso. Planteo si ponernos los crampones pero Fran comenta que de momento podemos probar sin ellos a ver qué tal nos va.
La aguja Cadier en primer plano |
Vista hacia la cabecera del glaciar. A la derecha se ven varias de las cuevas Russel, más accesibles cuando el glaciar esté más alto. |
Nos vamos encontrando con bastantes grietas que hay que ir esquivando... pero son grietas "de juguete" comparadas con las de ayer en el glaciar de Oulettes. No son demasiado profundas, y en la mayoría de los casos se trata de buscar algún punto donde se puedan saltar. Intentamos ir yendo hacia la derecha, por donde parece que hay menos.
Más abajo el glaciar se va empinando más. Fran prefiere seguir sin crampones, pues un poco más abajo ya alcanzaremos rocas por donde ir esquivando el glaciar, pero yo opto por perder un minuto en ponérmelos, ya no solo por seguridad sino también porque los continuos resbalones me están matando físicamente.
Bajando el glaciar |
Vista hacia Monte Perdido. A la derecha del todo se puede apreciar la Brecha de Rolando |
Llegamos al sendero que al principio llanea y luego sube hacia el refugio de Bayssellance. Parece que, dentro de estar bastante cansado, me encuentro un poco mejor. Subiendo hacia el refugio de Bayssellance coincidimos con un grupito de españoles que están subiendo desde el lago de Ossoue, por el lado de Gavarnie al refugio de Bayssellance, para mañana hacer el Vignemale; quizás esta es la opción más cómoda de subir a este pico, aunque supone una paliza aún mayor en coche por toda la vuelta que hay que dar, razón por la cual mucha gente la desestima.
Llegamos al ramal que accede al refugio de Bayssellance. Yo tengo unos polvos energéticos de esos que me han regalado en el maratón y que se le echan al agua, y una de las cantimploras vacías en la que echar la medida de agua necesaria... pero me da una pereza enorme subir esos escasos metros para llegar al refugio y llenar la cantimplora. La otra cantimplora la tengo con el tubo de "camelback" y todavía tiene agua, pero creo que no debe quedar mucha porque cuando succiono no llega mucha agua y se mete aire; luego me daría cuenta que sí que había agua, pero que el tubo debía estar aprisionado con algo en la mochila y por eso no fluía bien. El caso es que Fran se ofrece a hacer esos metrillos para acceder al refugio y yo se lo agradezco enormemente, pues ando justillo de fuerzas.
Echo los polvillos al agua y bebo... tiene un sabor algo raro pero esperemos que hagan efecto. Le ofrezco a Fran que también bebe, pero el sabor no le acaba de convencer.
Continuamos nuestra subida hacia el collado de Ossoue ("Hourquette D'Ossoue"), con algunos zigzags y en pesada subida. Toda esta pesada subida, al refugio de Baissellance y continuando al collado de Ossoue, me está recordando la pesada subida de los Barrerones en Gredos, interminable cuando vas cansado de hacer alguna actividad, cosa que comento con Fran.
Parece que los polvillos van haciendo su efecto y me voy encontrando algo mejor. Vamos llegando al collado y veo la bajada desde el Petit Vignemale, sin poder evitar el pensar que si hubiéramos ido por la arista y bajado por ahí, nos hubiéramos ahorrado toda esta pesadísima subida.
Cruzamos el collado y empezamos la bajada hacia el refugio de Oulettes. Me encuentro con algo más de fuerzas, así que podemos avivar un poco más el ritmo. El tiempo amenaza lluvia, pero parece que aguanta; pensamos que los que se han metido hoy en la vía han arriesgado mucho. Desde aquí tenemos una buena vista de la vía que hemos escalado; se identifica muy bien entre las vetas de ofita, la arista intermedia, los esquistos rojos, etc.
Vista que tenemos de la vía |
En la misma foto he señalado el recorrido aproximado de la vía |
En el refugio de Oulettes recuperamos las cosas que habíamos dejado en la zona de vivac (básicamente los sacos de dormir, aislantes, bastones y algo de comida) y nos sentamos en una mesa, de las que tienen fuera, a comer de una forma un poco más consistente, pues llevábamos más de día y medio alimentándonos poco y a base de frutos secos, barritas energéticas, gominolas y cosas por el estilo. La verdad es que la actividad te "cierra" el estómago y este día y medio comíamos más por obligación que por que tuviéramos realmente hambre.
Cuando saco la cantimplora del tubo del "camelback" me doy cuenta, para mi sorpresa, que realmente todavía me queda más de medio litro de agua. La renuevo y comemos... parece que el estar aquí y sentado en mesas nos abre un poco más el apetito. Por las horas es más una merienda que una comida.
Nos hemos relajado un poco y recuperado fuerzas de cara a continuar nuestra bajada hacia el coche. Partimos hacia el Lac de Gaube y vamos a un ritmo muy alto. La razón es que en teoría hoy entraríamos a España y llamaría a Victoria (mi mujer) al entrar en España ya que no puedo activar el "roaming" en mi línea y llamar desde el extranjero al estar compartida también como línea del trabajo y requerir unas gestiones algo complicadas para hacerlo, y como se está haciendo tarde y Victoria no sabe nada de nosotros desde hace más de dos días pues se va a preocupar mucho en cuanto pase cierta hora.
Fran se ha quedado atrás porque ha parado a hacer unas cosas y le he dicho que yo seguía y que él que va más rápido me alcanzaría. La cuestión es que yo estoy bajando también muy rápido y le debe estar costando alcanzarme, pues no le veo por atrás. Más adelante ya le veo a lo lejos, lo cual me deja más tranquilo, aunque el camino más o menos es fácil de seguir y no debería haber problema.
Llegando al Lac de Gaube me empiezo a notar ya súper cansado. Aflojo el ritmo para facilitar que Fran me alcance y también porque mis energías están ya muy mermadas. Es ya prácticamente de noche y hace un ratillo ya que bajamos con los frontales encendidos.
Mientras cruzamos el Lac de Gaube y veo que el bar turístico que hay al otro lado del mismo tiene luces encendidas, se me ocurre echarle morro e ir allí a ver si consigo llamar por teléfono de alguna forma, o incluso si tienen wifi poder mandar un whatsapp. No tengo muchas esperanzas, pues el sitio está a una hora de Pont de Espagne, que a su vez no es más que una especie de centro turístico ya metido en las montañas, por lo que imagino que lo más probable es que no haya cobertura aquí... pero a lo mejor por ser un sitio precisamente bastante visitado por turistas que suben andando o en telesilla, pues lo mismo han traído la cobertura móvil hasta aquí. El caso es que por probar no se pierde nada.
Me acerco al bar y está abierto a pesar de ser de noche... ¡bien!... le pregunto al francés que lo regenta y que está con una mujer, que supongo que será su esposa, cenando algo y me ofrece el móvil... ¡genial!... llamo al móvil de mi mujer, al fijo de casa, al móvil de mi hijo... ¿¡será posible que ahora no localizo a nadie, después de todo!?... el móvil de mi hija... ¡bingo!... ¡contesta! Están todos por ahí de "picos pardos", así que le dejo el recado de que le diga a Victoria que estamos bien pero que vamos a volver mañana porque se nos ha hecho tarde.
Una vez avisados en mi casa, le propongo ya a Fran quedarnos a vivaquear junto al lago y mañana por la mañana bajar como unos señores en el telesilla y volver tranquilamente a casa. Es la opción más razonable, ya que estamos muy cansados y sería una locura bajar y coger el coche para hacer semejante viaje ahora.
Aprovechando la coyuntura le pedimos al del bar un par de cañas para tomarnos allí y una botella grande de agua para luego cenar y pasar la noche. Mientras nos tomamos las cañas suena el móvil del francés, que por cierto tiene como tono de llamada unos ladridos de perro, y ve que llaman desde España con lo que me pasa el móvil... es Victoria mi mujer, que ha visto la llamada perdida y la ha devuelto sabiendo que llama a Francia y no sabe a quién, pero que evidentemente es por algo mío. Me quedo así más tranquilo de darle noticias de primera mano.
Terminadas las cañas salimos y buscamos un buen sitio para vivaquear por los alrededores. Encontramos un sitio idóneo con césped y mas o menos llano; tiene algún abombamiento pero lo acoplo para que haga la forma del cuerpo y estoy incluso más cómodo que si estuviera completamente llano. El único "pero" es que está junto al camino de subida y si hay gente madrugadora nos van a ver aquí vivaqueando, pero eso nos da igual.
Cenamos y no tardamos mucho en ponernos a dormir, pues estamos muy cansados. Al principio estamos algo preocupados, pues aunque el cielo está despejado, se aprecian los destellos de relámpagos. Hemos hablado de subir al refugio libre que hay un poco más arriba del lago y que usé la otra vez que estuve aquí, pero da mucha pereza volver a subir, aunque no sea mucho, y le he propuesto a Fran que intentemos pasar la noche aquí y si se pone a llover pues ya veremos y si acaso ya subiremos. Hemos dejado las cosas un pelín recogidas por si hubiera que salir corriendo. Finalmente nos dormimos.
Ha sido un día agotador, ya que hemos sumado unos 550 m de desnivel positivo (300 de ellos de escalada), unos 1800 m de desnivel negativo y muchas horas de actividad; y por lo menos nos hemos ahorrado los 250 m de desnivel negativo de bajar a Pont d'Espagne
Regreso a casa (22 de agosto de 2015)
Abro los ojos... es de día... yo creo que es la primera vez en mi vida que duermo de vivac de tirón. ¡Qué bien he dormido!, seguramente por lo cansados que estábamos y por el sueño atrasado que acumulábamos. Evidentemente ha aguantado toda la noche sin llover. Fran está todavía durmiendo pero no tardaría en despertarse. Veo pasar junto a nosotros algún que otro senderista madrugador y un corredor que al parecer ha subido hasta aquí corriendo y para junto al lago a descansar y hacerse algún selfie.
Nuestro estupendo vivac junto al Lac de Gaube |
Con buenas vistas valle arriba. A la izquierda el bar. |
Y buenas vistas valle abajo |
Después de remolonear un poco nos levantamos y desayunamos. Al poco ya vemos que vienen las primeras personas del telesilla. Tampoco nos damos prisa, pero ya sabemos que está abierto.
Terminamos de desayunar, recogemos todo y nos vamos de camino al telesilla, que está a unos 10-15 minutos de nuestro vivac.
Nos despedimos del Lac de Gaube llevándonos una imagen de él desde nuestro vivac antes de partir |
Llegamos al telesilla. Como era de esperar no hay nadie para bajar, así que es llegar y subirse. Bajamos en él como dos pachás y luego cogemos la telecabina que nos lleva a Pont d'Espagne.
Bajando en el telesilla |
Entre unas cosas y otras tampoco es que se acabe ahorrando mucho tiempo, pero hay que reconocer que es una comodidad.
En Pont d'Espagne hay ya bastante gente para las horas que son, pero ni por asomo la cantidad desorbitada que había el día que llegamos. Allí vamos al coche, soltamos todo y vamos a asearnos al río.
Una vez adecentados emprendemos el viaje de vuelta a casa. Disfrutamos mucho del paisaje tan magnífico que se atraviesa por estas carreteras y cuando pasamos por el Col de Aubisque hacemos una parada para hacernos unas fotos, aprovechando para picar algo rápido.
Seguimos y pasamos cerca de nuestro viejo amigo Midi d'Ossau, entraríamos en España, haríamos una parada para comer tras pasar por Zaragoza, y finalmente llegaríamos a nuestra querida casa, con las piernas un tanto agarrotadas de tanto esfuerzo al que las hemos sometido estos días, pero con una sonrisa de oreja a oreja.
Una gran pared....una gran via......y una gran aventura.....enhorabuena y a por la siguiente.
ResponderEliminarGracias Wimbor. Seguiremos con la extensa lista, jejejeje
EliminarLastima que mi ordenador no me dejara ver todas las fotos, pero me he leído la narración y la he disfrutado mucho.
ResponderEliminarEnhorabuena por la aventura.
Muchas gracias. Me alegro que lo hayas disfrutado. Lo de las fotos es una pena, porque creo que también aportan mucho.
EliminarSaludos
P.D.: Ya he comprobado que no es fallo de tu ordenador sino del blog. Blogger me ha jugado una mala pasada y me ha borrado unas cuantas fotos, no solo de este post sino de varios más. Espero irlos restableciendo rápido. Éste ya está prácticamente restablecido.
EliminarMe he leído todo el relato, impresionante descripción con pelos y detalles de toda la aventura, no se encuentra tanta información de la vía por la red, se agradece.
ResponderEliminarAunque yo que tenía ganas de hacer esta gran clásica después de leeros se me han quitado un poco... lo de la mala roca, los misiles cayendo, el terreno perdedor.. en fin... a ver si algún día nos animamos...
Por cierto, al final que paso con los tornillos de los franceses? se los pudisteis devolver, es que casualidad buscando información de la vía he dado con esta reseña en una pagina francesa y al final comentan lo de los tornillos que os dejaron: http://www.camptocamp.org/outings/666324/fr/vignemale-pique-longue-face-n-classique
Lo dicho, que muchas gracias por el relato tan detallado y felicidades por la vía
Saludos
Hola, la vía es fácil en cuanto a dificultad técnica de escalada, pero tiene los problemas que comento en el artículo. Es tan fácil que se os diera bien y vaya todo rodado como que os surja cualquier problema y debáis saber solventarlo. Por eso es conveniente tener algo de rodaje en grandes paredes en las que hayas tenido que salir de situaciones como embarques, enganches de cuerdas u otros problemas, y en saber seguir un itinerario de este tipo. Si este es vuestro caso os animo a hacerla, siempre con todas las precauciones posibles, porque es muy larga y requiere un cierto fondo físico y mental, pero tampoco es un ogro. Lo de los tornillos, pues no pudimos devolvérselos y eso que además de preguntar en el refugio estuvimos durante más de un mes después buscando por internet a ver si les conseguíamos localizar, así que tu enlace es una gran noticia para nosotros, pues nos quedó muy mal sabor de boca encima que nos dejan los tornillos no poder devolvérselos. Me pondré en contacto con mi compañero para juntarlos y nos pondremos en contacto con los franceses para enviárselos. Mil gracias.
EliminarSaludos y muchas gracias por todo
Muy buen relato, un pequeño detalle simpatico que no se si algun catalan te ha explicado... "llan ample".. . Realmente en la reseña pone "llom ample" que signfica "lomo ancho", un repecho, un cambio de pendiente, pero llano seguro que no... llano en catalan se dice "pla", hubieran escrito "replà ample" si hubiera sido el caso de una buena repisa.
ResponderEliminarJajajajaja, muchas gracias Lluis por tan buena y oportuna aclaración... ¡eso me aclara muchísimo las cosas!
EliminarSaludos y mil gracias!
Q bien detallado y explicada la ruta. Esa ruta la hice hace muchos años y he revivido aquella experiencia con tu descripción y las fotos. Nosotros optamos por ir MUCHO más ligeros( sin apenas comida, ropa ni casi nada para no hacer vivac...) ( no recuerdo eso de llan ample . Ezso sí nosotros hicimos más de media ruta ensemble para abreviar y no eternizarnos en ese paredón
ResponderEliminarGracias Mikeldi. Muy probablemente tu planteamiento de ir muy ligero de peso y en ensamble es el planteamiento más correcto y el que adopta casi todo el mundo que se enfrenta a este paredón. Pero nosotros siempre hemos sido enemigos de las prisas y pecado en prudencia en consecuencia. Son simplemente dos planteamientos distintos y lo que nosotros ganamos en seguridad al ir mejor equipados y preparados para todo, lo perdemos al estar más horas en pared y en consecuencia expuestos a riesgos. Creo que al final una cosa y otra se acaban compensando. Nosotros elegimos el planteamiento "lento y pesado" porque simplemente nos sentimos más cómodos y adaptados a él. El "Llom" (no llan, como me aclararon en un comentario anterior) "ample" en teoría es el final de la arista intermedia, pero sinceramente no lo identifico físicamente con nada claro.
EliminarSaludos y gracias por el comentario!
Se me ha olvidado comentar, que ese día que hicimos la pared sabemos que otras cordadas se quedaron sin subir por las dificultades que presentaba el glaciar previo, de forma que sin piolet y crampones era como poco muy difícil y arriesgado llegar a pie de pared. A nosotros nos costó un montón de horas llegar a pie de pared, pero si no llegar a ser por esa pareja de crampones y el piolet que llevambamos posiblemente ni hubiéramos podido entrar en pared. En este caso nuestra previsión de material nos posibilitó la escalada, mientras que los que optaron por ir muy ligeros tuvieron que cambiar de planes. También es verdad que en ese sentido las fechas escogidas no fueron muy acertadas: finales de agosto, cuando el glaciar está ya en el "chasis", aflorando el duro hielo fósil y complicando mucho las cosas.
EliminarEso es, nosotros no llevamos ni crampones ni piolet. Sólo el material de roca, y un poco de comida y agua ( creo que, de haber subido hasta arriba crampones y piolo o mejor hubiera sido bajar por Ledomeur( muy directo) para no dar la vuelta eterna hacia baiselance....
ResponderEliminarPero sí, como dices vustro plan era otro rollo ( más romántico por aquello de dormir bajo las estrellas en la pared
ResponderEliminarHola,curioseando por la Red, llegué a tu blog. Buena ascensión parece bonita, laaaaaarga y peligrosa, quizá la lectura un poco extensa y densa pero bueno, leyéndola en dos o tres días va bien.
ResponderEliminarTengo una curiosidad, conseguisteis poneros en contacto y mandar los clavos a la cordada francesa?
Lo dicho, enhorabuena por la escalada.
Saludos.
Tu ironía da un poco por culo! Entra en la pared y luego me cuentas!
EliminarHola, has vuelto a repetir la vía?
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