Año 2015. Participantes: Fran y Yo.
Tras haber hecho el Espolón de los Franceses a Peña Vieja el día anterior, para hoy habíamos decidido día "tranquilo" haciendo algunas vías ferratas de la zona. La primera elegida era la de Camaleño, una vía ferrata corta pero que tenía pinta de muy espectacular a tenor de la información y las fotografías que había podido consultar. Y vaya que si ha sido espectacular... ¡no me ha defraudado en absoluto!
Se trata de una vía ferrata cercana a Fuente Dé, por lo que se presta perfectamente como actividad complementaria de otra u otras actividades que vayamos a hacer o hayamos hecho en la zona.
La ferrata está calificada con una dificultad K3, pero ya quisieran algunas ferratas K4 (aunque es posible que muchas de ellas realmente deberían ser K3 como mucho) tener las sensaciones de ésta. Quizás influya que sea corta y de un fácil acceso y descenso. En cualquier caso, me parece correcto considerarla K3 y lo que posiblemente habría que revisar son las otras.
Datos:
Dificultad: K3 en la escala Hüsler (K1 a K6)
Croquis:
Datos:
Dificultad: K3 en la escala Hüsler (K1 a K6)
Características: Vía
ferrata corta pero intensa. Consta de tres tramos, los dos primeros de "calentamiento" y el tercero el principal y más grande. El espectacular puente tibetano en este tercer tramo es un grandísimo atractivo.
Material adicional: No es necesario.
Equipamiento: Grapas durante toda la ferrata. Linea de vida y resto de equipamiento en perfecto estado.
Pasos clave: No hay ningún punto que destaque por su complicación. Quizás lo que más impresiona es el puente tibetano, pero por lo aéreo y "bailongo" que es, y no por su dificultad.
Posibilidades de escape: Se puede escapar fácilmente entre cada uno de los tres tramos. Asimismo, llegando al
puente tibetano hay una alternativa que sigue recto hacia arriba para escaquearse del puente y de la parte final.
Tiempo de recorrido: El recorrido de la ferrata en sí haciéndolo tranquilamente te lleva algo más de media hora.
Tiempos de aproximación y regreso: La aproximación son escasísimos 5 minutos. El descenso se hace en menos de media hora.
Cimas: Simplemente se corona el peñón en el que está ubicada la vía ferrata. Eso sí, esta cima está provista de un mirador con excelentes vistas hacia el Macizo Oriental de Picos de Europa.
Tiempos de aproximación y regreso: La aproximación son escasísimos 5 minutos. El descenso se hace en menos de media hora.
Cimas: Simplemente se corona el peñón en el que está ubicada la vía ferrata. Eso sí, esta cima está provista de un mirador con excelentes vistas hacia el Macizo Oriental de Picos de Europa.
Croquis:
Fecha: 20 de septiembre de 2015
Como ya he comentado, el día anterior habíamos realizado el Espolón de los Franceses a Peña Vieja
y como primer plan para hoy teníamos previsto hacer esta vía ferrata. Desde Fuente Dé tardamos muy poco en llegar con el coche a la población de Los Llanos. Enseguida identificamos en una margen de la carretera el párking y la caseta de información y alquiler de material.
Entablamos una pequeña conversación con el de la caseta. Allí además de informar alquilan también material para el que lo necesite. Nos explica que la ferrata son tres tramos, y que en el tercero antes del puente hay una variante para evitar tanto el puente como el tramo posterior en el que hay tres desplomes según nos indica.
Nos equipamos y nos acercamos al inicio de la ferrata. Es un sendero que sale de la propia carretera y sube llevándote a pie de ferrata en 5 minutos, si es que llega. Aunque la ferrata es corta, he optado por llevar una mochila pequeña con agua, y en previsión de quitarnos el polar y poderlo guardar puesto que ahora hace fresquete pero ya se ve que en breve nos va a sobrar.
Comenzamos la ferrata en este primer tramo, vertical pero sin dificultades reseñables. Es un tramo fácil, ideal para los que necesiten ir calentando motores poco a poco.
Una vez coronado el primer tramo, toca seguir unos metros un senderillo que desciende hacia la izquierda, llevándonos ya cerca de la vertical del gran techo característico que domina el peñón donde está ubicada la ferrata.
El segundo tramo es también fácil aunque tenga alguna pequeña pancita que haya que superar.
Terminamos el segundo tramo y enseguida está el tercer y último tramo, donde está realmente toda la "chicha" de la vía ferrata.
La primera parte de este tercer tramo es la de subir hacia el techo. Se empieza recto, pero enseguida hay que irse un poco a la derecha y luego seguir otra vez recto hacia arriba.
Conforme se sube se empieza a notar muchísimo ambiente, pues el tramo es tremendamente vertical sobre una pared lisa. Tanto es así, que según subo me pregunto quién narices tomará el "escaqueo" que hay un poco más arriba, pues el que llegue a él ya tiene que ir curado de espanto, al menos en cuanto a sensaciones.
Voy llegando a la altura del puente. En ese punto es donde debes decidir si te escaqueas siguiendo recto hacia arriba por el recorrido que esquiva el gran techo por la derecha o si te desvías a la izquierda hacia el puente. Nosotros lo tenemos muy claro, pues a eso hemos venido. Pero creo que el que sea miedoso, o no llega hasta aquí arriba, o si ha llegado ya le vale la pena hacerlo completo y no salirse por el "escaqueo". En definitiva, que no la veo una escapatoria muy útil, salvo que alguien se meta a hacer el puente, se cague vivo y opte por recular y salirse por la escapatoria.
Enseguida estamos en el puente. Tiene 15 metros, en horizontal, sobre un patiazo que quita el hipo. Pero eso no es todo, pues según te metes notas que se mueve una barbaridad, dando unas emociones muy fuertes al juntarse con el estar junto a una pared tan vertical y tener ese patiazo tan impresionante bajo tus pies. Al parecer el puente está tan destensado no para dar emoción, sino simplemente para evitar que los grandes cambios de temperatura que hay aquí pudieran llegar a romper el puente. Pero gracias a ello, aunque sea de rebote, se ha conseguido que las emociones salten a flor de piel al cruzarle.
Para remate, el puente no finaliza en una pared perpendicular a él, sino que la pared de roca está sensiblemente alineada con el puente, con lo que resulta un poco más aparatoso (y vertiginoso) de lo normal salir de él e incorporarse a las grapas de la pared.
Una vez te encuentras de nuevo en la pared, hay escasos metros hacia la izquierda y luego tirar directo hacia arriba. En este tramo es donde nos había dicho el chico de la caseta de información que había tres desplomes. También tiene fama de ser un tramo de mucho ambiente... y, sí, es verdad que tiene ambiente, pero después de lo del puente, este ambiente es ya un tanto relativo. Sí que es verdad que en esta parte final miras hacia abajo y llama la atención ver bajo ti la carretera tan pequeñita, al estar nosotros tan alto en vertical, y los coches circulando por ella como si fuera una maqueta y unos coches de juguete.
Tiramos para arriba en esta tirada final de unos cuantos metros. Vamos encontrando los tres desplomes que decía el chico... pero realmente son simplemente tres panzas que tampoco dan mucha guerra.
Unos minutos después estamos finalizando la ferrata coronando el peñón. Me sorprende lo acondicionado que tienen todo aquí arriba, en plan turístico, con barandillas de madera y tipo mirador, con incluso un panel-leyenda que indica los nombres de los picos del Macizo Oriental que se ven en el horizonte. Las vistas realmente son espectaculares y dan ganas de quedarse un rato aquí a picotear algo y observar o a lo que sea.
Siendo el final de la ferrata tan agradable y con unas vistas magníficas acentuadas además por el magnífico día que nos hace, no podemos evitar echar unos minutos aquí. Pero hoy queremos hacer más cosas y volver a Madrid no muy tarde, así que llega un momento en el que hay que despertar y comenzar a bajar.
Se baja por detrás, por donde se ve un sendero que enseguida tuerce hacia la izquierda y comienza a bajar. El sendero va serpenteando ladera abajo con una pendiente muy pronunciada, por lo que hay que tener mucho cuidado con los resbalones, y más si, como es el caso, el suelo todavía está húmedo del rocío mañanero. Por ello no se puede bajar tampoco muy deprisa.
Al rato el sendero se va yendo hacia la izquierda y pierde pendiente, empezando a cruzar por delante las paredes del peñón. Un cable de acero nos permite ir asegurados en gran parte de este enorme cruce de lado a lado que nos lleva unos cuantos minutos. Realmente no parece muy necesario anclarse al cable de acero, ya que el sendero no es muy complicado, y enseguida dejo de hacerlo para ganar rapidez.
Cruzamos la ferrata y al poco llegamos a un punto que nos suena... porque es donde acaba el primer tramo. Aquí hacemos el recorrido que ya conocemos que iba del final del primer tramo al inicio del segundo, y desde ahí ya vemos un sendero que desciende al inicio de la ferrata. Una vez en el inicio de la ferrata solo queda deshacer la corta aproximación.
Tras refrescarnos un poco, soltamos todas las cosas en el maletero del coche y nos encaminamos hacia nuestra siguiente etapa de hoy: la vía ferrata de la Hermida (próximamente).
Entablamos una pequeña conversación con el de la caseta. Allí además de informar alquilan también material para el que lo necesite. Nos explica que la ferrata son tres tramos, y que en el tercero antes del puente hay una variante para evitar tanto el puente como el tramo posterior en el que hay tres desplomes según nos indica.
Nos equipamos y nos acercamos al inicio de la ferrata. Es un sendero que sale de la propia carretera y sube llevándote a pie de ferrata en 5 minutos, si es que llega. Aunque la ferrata es corta, he optado por llevar una mochila pequeña con agua, y en previsión de quitarnos el polar y poderlo guardar puesto que ahora hace fresquete pero ya se ve que en breve nos va a sobrar.
Corta aproximación al pie de ferrata |
Comenzamos la ferrata en este primer tramo, vertical pero sin dificultades reseñables. Es un tramo fácil, ideal para los que necesiten ir calentando motores poco a poco.
Los primeros compases de la vía ferrata |
En el primer tramo |
Vista de donde está el párking y la caseta de información y alquiler de material |
El segundo tramo es también fácil aunque tenga alguna pequeña pancita que haya que superar.
Segundo tramo |
Una pancita en el segundo tramo. El polar ya ha ido a la mochila |
La primera parte de este tercer tramo es la de subir hacia el techo. Se empieza recto, pero enseguida hay que irse un poco a la derecha y luego seguir otra vez recto hacia arriba.
En el tercer tramo, de camino al gran techo. Arriba se intuyen los cables del puente |
Conforme se sube se empieza a notar muchísimo ambiente, pues el tramo es tremendamente vertical sobre una pared lisa. Tanto es así, que según subo me pregunto quién narices tomará el "escaqueo" que hay un poco más arriba, pues el que llegue a él ya tiene que ir curado de espanto, al menos en cuanto a sensaciones.
Fran en el tercer tramo |
Aquí hay que irse un poco a la derecha y luego seguir subiendo |
Enseguida estamos en el puente. Tiene 15 metros, en horizontal, sobre un patiazo que quita el hipo. Pero eso no es todo, pues según te metes notas que se mueve una barbaridad, dando unas emociones muy fuertes al juntarse con el estar junto a una pared tan vertical y tener ese patiazo tan impresionante bajo tus pies. Al parecer el puente está tan destensado no para dar emoción, sino simplemente para evitar que los grandes cambios de temperatura que hay aquí pudieran llegar a romper el puente. Pero gracias a ello, aunque sea de rebote, se ha conseguido que las emociones salten a flor de piel al cruzarle.
Cruzando el flácido y espectacular puente tibetano, con una enorme sensación de vacío. La carretera de abajo parece de juguete |
Para remate, el puente no finaliza en una pared perpendicular a él, sino que la pared de roca está sensiblemente alineada con el puente, con lo que resulta un poco más aparatoso (y vertiginoso) de lo normal salir de él e incorporarse a las grapas de la pared.
La pared donde finaliza el puente es casi paralela al mismo |
Fran, preparándose para cruzar el puente, con un enorme vacío bajo los pies |
Y ya en plena faena |
Tiramos para arriba en esta tirada final de unos cuantos metros. Vamos encontrando los tres desplomes que decía el chico... pero realmente son simplemente tres panzas que tampoco dan mucha guerra.
Superando una de las panzas |
El párking, los coches y la caseta de información se ven ya minúsculos |
Otra de las panzas. Algún saliente te hace más cómodo el cambio de alineación de las grapas |
Tercera panza. Ninguna da mucha guerra y son muy fáciles de superar |
Abajo, la carretera parece una maqueta y los coches de juguete |
Un selfie cimero con el Macizo Oriental de Picos a nuestras espaldas. Por la izquierda asoma Morra de Lechugales |
Siendo el final de la ferrata tan agradable y con unas vistas magníficas acentuadas además por el magnífico día que nos hace, no podemos evitar echar unos minutos aquí. Pero hoy queremos hacer más cosas y volver a Madrid no muy tarde, así que llega un momento en el que hay que despertar y comenzar a bajar.
Se baja por detrás, por donde se ve un sendero que enseguida tuerce hacia la izquierda y comienza a bajar. El sendero va serpenteando ladera abajo con una pendiente muy pronunciada, por lo que hay que tener mucho cuidado con los resbalones, y más si, como es el caso, el suelo todavía está húmedo del rocío mañanero. Por ello no se puede bajar tampoco muy deprisa.
Al principio el descenso es un empinadísimo sendero de bajada en el que es fácil escurrirse |
Al rato el sendero se va yendo hacia la izquierda y pierde pendiente, empezando a cruzar por delante las paredes del peñón. Un cable de acero nos permite ir asegurados en gran parte de este enorme cruce de lado a lado que nos lleva unos cuantos minutos. Realmente no parece muy necesario anclarse al cable de acero, ya que el sendero no es muy complicado, y enseguida dejo de hacerlo para ganar rapidez.
El gran cruce por delante de las paredes es fácil, pero tiene una línea de vida para el que prefiera asegurarse a ella |
Cruzamos la ferrata y al poco llegamos a un punto que nos suena... porque es donde acaba el primer tramo. Aquí hacemos el recorrido que ya conocemos que iba del final del primer tramo al inicio del segundo, y desde ahí ya vemos un sendero que desciende al inicio de la ferrata. Una vez en el inicio de la ferrata solo queda deshacer la corta aproximación.
Tras refrescarnos un poco, soltamos todas las cosas en el maletero del coche y nos encaminamos hacia nuestra siguiente etapa de hoy: la vía ferrata de la Hermida (próximamente).
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