Había echado el ojo hace tiempo a esta ruta, que prometía bonitos
parajes, así que me bajé el track de internet a la espera de poder
hacerla, con idea de hacer las modificaciones en el recorrido que,
llegado el caso, se adaptaran a la situación y condicionantes del
momento.
(pincha en las imágenes para verlas más grandes)
Track: Grabado in situ (pincha aquí para acceder al track en wikiloc)
Fecha: 15 de marzo de 2014
El día en cuestión no lo tenía nada claro. Por un lado seguía convaleciente de mi rodilla tras la caída en la Patones Xtrem (pincha aquí para ver) y la seguía teniendo algo hinchada y con líquido. Por otro lado tenía una horquilla de tiempo bastante limitada pues mi mujer comía fuera y, aunque la comida estaba más o menos preparada, tenía que llegar con antelación para terminar de prepararla y comer con mis hijos.
Luego pensé que el no disponer de mucho tiempo era una buena ocasión para no darle mucha caña a la rodilla, y se me ocurrió que podía hacer esta ruta del Ecce Homo que además era posible recortar en kilometraje.
Por último, de donde me había descargado la ruta ponía que ésta tenía unos 40 km, así que pensé que si la recortaba, evitando el paso por Villalbilla, se quedaría en treinta y pocos kilómetros y a lo mejor se me iba a quedar demasiado corta, así que finalmente decidí hacer la ruta más o menos tal cual figuraba en donde me la descargué. También pensé, de cara a mi rodilla, que esta actividad, en la que estaría constantemente plegando y desplegando la rodilla al pedalear, me podría incluso beneficiar para ir desalojando el líquido de la rodilla; y en cualquier caso si me fuera mal me daría la vuelta y punto.
Al final unas cosas fueron mejor que otras, pero como resumen antes de pasar a describir la ruta diré que al llegar mi cuentakilómetros marcaba 52 km (50 km el GPS), lejos de los 40 que ponía en la web de donde saqué la ruta; que me pasé un pelín de hora pero llegué a una hora razonable a cumplir mis obligaciones y eso que el fuerte aire incordió lo suyo; y que mi rodilla no me dio apenas guerra y además noté una reducción de líquido en la misma tras acabar la ruta, así que la jugada en este sentido salió bien. Lo peor es que iba con la idea mental de que la ruta iba a ser corta y solo llevé una barrita como avituallamiento que además pensaba que ni me la iba a comer.
Paso a describir la ruta. La salida de Torrejón la hago por el sitio habitual: por el Parque Europa y el cementerio. Me dirijo hacia Torres de la Alameda por los caminos que habitualmente empleo para ello, pero al aproximarme a la colina tras la cual se cruza las vías del AVE, en lugar de subir por el camino que cruza la carretera y sube por la derecha, cojo el que sube por la izquierda de la carretera (km 10 del track).
No me encuentro al 100% físicamente, así que me lo tomo con calma; también calculo que tengo margen horario suficiente para no tener que apretar. Me pasa un ciclista con sus ruedas de 29 pulgadas... en ese momento me da una cierta envidia de lo bien que ruedan las bicis de 29 pulgadas en condiciones normales.
Llegado a la urbanización Mariblanca (km 12,3 del track) la ruta se mete unos metrillos por la carretera M-300 para cruzar el AVE sobre su puente y se sale inmediatamente a unos caminos que hay al otro lado. Como hay varios caminos juntos, me equivoco y empiezo a bajar por el que no es, pero rápidamente me doy cuenta, remonto hasta el punto correcto y tomo el camino adecuado.
El camino, aunque pasando de un lado al otro de vez en cuando, va junto a las vías del AVE hasta llegar a las proximidades de Los Hueros, donde la ruta se desvía más hacia el sur para dirigirse hacia Villalbilla. Ahí me empiezo a dar cuenta que la ruta da un buen rodeo de más, pero como el entorno es agradable continúo siguiéndola.
Llego a la M-204, donde sufro también una pequeña equivocación para finalmente coger un sendero que va junto a la carretera y en el que hay que armarse de equilibrio para pasar sobre unos tablones que salvan las cunetas de una carretera que llega por la izquierda y que hay que cruzar. Tras ese cruce se llegan a las primeras viviendas de Villalbilla y enseguida hay un párking donde hay que girar 90 grados a la izquierda, cruzar la carretera, y girar otros 90 grados a la izquierda, con lo cual ahora se va en dirección contraria a antes, pero por un camino al otro lado de la carretera que pasa un cementerio y ya se adentra en el campo.
Veo bastantes caminos interesantes, pero no me puedo dedicar a investigarlos, así que sigo la ruta, que llega a un pequeño alto donde hay que girar 90 grados a la izquierda para seguir por otro camino. Inicialmente me paso este cruce y retorno para volver al alto y coger el camino que marca la ruta, aunque luego me doy cuenta que podría haber seguido siguiendo una alternativa que tenía incluso mejor pinta.
Cruzo bajo las vías del AVE y posteriormente llego a caminos ya conocidos, concretamente al cruce con la carretera M-213; para llegar hasta aquí he dado un rodeo impresionante, cuando de forma más directa hubiera llegado aquí muchísimo antes.
Continúo por el camino que usé en otra ocasión para ir hacia Anchuelo, pero al llegar cerca de un alto, en lugar de desviarme a la izquierda hay que seguir recto en una pendiente muy fuerte para coronar el alto. Hoy no me encuentro pletórico de fuerzas, así que me lanzo para subir todo lo que pueda y los últimos metros los hago ya descabalgado.
Pienso que la ruta sigue por la arista y voy subiendo por el sendero que va sobre ella, pero enseguida me doy cuenta que la ruta no va por ahí y retorno al alto. En las proximidades del alto hay un hito de hormigón donde decido ir para visualizar la continuación de la ruta, a la vez que darme un respiro, contemplar las vistas y hacerme alguna foto; estamos ya en el kilómetro 25,6 del track.
Foto en un alto en el que hago una breve parada |
Tengo ya identificado el camino por el que hay que seguir, así que me meto ya en vertiente norte y desciendo por una zona que enseguida se mete entre pinos. Hay algunos resaltes de roca y alguna zona muy empinada que me obliga a tocar con un pie en el suelo.
Cuando el sendero recupera horizontalidad, va culebreando por lo que es el encajonado cauce de un arroyo por el que no discurre agua. El entorno resulta un tanto insólito, pero espectacular. El sendero va tan encajonado y culebrea tanto que parece una pista de bobsleigh. Resulta muy divertido transitar con la bici por aquí.
Bonitas formaciones en el sendero |
El sendero se va encajonando muchísimo |
En algún punto apenas caben los pedales y te encuentras un importante escalón que obliga a bajarse de la bici |
En alguna curva hay huellas de bici que delatan que han ido literalmente subiéndose por las paredes, al más puro estilo bobsleigh... ¡se lo han tenido que pasar en grande!
Al rato el sendero llega a una pista de tierra más ancha. Muy arriba veo un alto donde parece que hay alguien con una camiseta roja... se ve muy alto y muy vertical, así que intuyo que es la cima del Ecce Homo y ya veo que va a ser duro llegar ahí arriba. La verdad es que la visión me sobrecoge un poco.
Sigo a pista que comienza a subir con fuerte inclinación, luego la suaviza y posteriormente baja hacia el punto bajo del valle. Desde ese punto bajo ya empieza lo bueno... Se sube por sendero con fuerte pendiente de forma directa (¡ni zigzags ni leches!) hasta llegar a un collado. En el collado se gira 90 grados a la izquierda y se sigue subiendo con muy fuerte inclinación y terreno bastante roto. Llevo las piernas al borde del colapso y hoy no estoy en plena forma, así que antes de forzar más de la cuenta descabalgo para remontar los últimos metros hasta llegar a una zona donde la inclinación se vuelve más moderada. En esa zona vuelvo a montar y recorro unos metros, pero más adelante llega una fortísima pendiente que me resulta inabordable, así que cojo carrerilla para subirla lo máximo posible y luego continúo subiéndola a pie. Resulta ser la pendiente máxima de ascenso del track. Luego me doy cuenta que previamente salía un sendero por la izquierda que remonta al mismo sitio haciendo algo de zigzag para moderar un poco la pendiente, pero que no había cogido por no saber a dónde se dirigía.
Mirada atrás en el punto de máxima pendiente de ascenso... la foto no le hace justicia |
En la intersección del cuestón con el sendero zigzageante abandono el cuestón y continúo por el sedero zigzageante, ya montado en la bici después de haber reposado unos instantes para recuperar. Un último empinado repecho me obliga a poner los pies en el suelo cuando ya lo estaba coronando, y es que las fuerzas ya van tocadas. Tras ese último repecho corono el Ecce Homo. Hago una parada en el vértice geodésico para hacerme la correspondiente foto.
Vértice geodésico del Ecce Homo |
A continuación me asomo por el borde del precipicio de la cara norte para contemplar el paisaje y admirar las magníficas vistas; los edificios de Alcalá de Henares se ven bien pequeños desde aquí arriba.
Vistas hacia el norte desde el Ecce Homo |
Vistas hacia el oeste desde el Ecce Homo. Al fondo a la izquierda se ve el cerro de El Viso |
Hay un par de grupillos de gente por la cima. Es normal, pues parece una buena excursión subir hasta aquí andando y hoy hace un día estupendo para ello.
Comienzo el descenso por la cara norte. Es muy vertiginoso, con una pendiente muy fuerte y muchas rocas, así que en algunos puntos tengo que descabalgar, pues incluso andando tienes riesgo de llevarte un leñazo. En este descenso el track registra la pendiente máxima de descenso. En este tramo me acuerdo de mis pensamientos de hace unos cuantos kilómetros sobre las bicis de 29 pulgadas y pienso que no me gustaría vérmelas aquí con una bici de 29 pulgadas.
Tras un buen tramo de pendientes exageradas, el sendero se horizontaliza un poco según llega a un collado. En ese collado se coge otro sendero que sale en perpendicular por la izquierda y va haciendo ondulaciones.
El sendero va haciendo muchas ondulaciones tanto en planta como en perfil. |
Empiezan a aparecer precipicios por el lado derecho que rondan los 50 metros en vertical y se sitúan en el borde del sendero, así que aquí no puedes tener un despiste o te la juegas. Tras un tramo con pendientes de bajada más suaves, el sendero abandona el hombro por el que discurre y se tira cuesta abajo por el flanco izquierdo.
Sobre el hombro antes de que el sendero tire cuesta abajo por la izquierda. Abajo se ve la continuación del sendero |
A pesar de ser algo vertiginosa, esta bajada se puede hacer en todo momento montado, con algo de cuidado. Tras esta bajada el sendero constituye una auténtica montaña rusa de pequeñas pero empinadas subidas y bajadas, horquillas cerradas, etc, apareciendo frecuentemente precipicios verticales por el lado derecho.
Tras un buen rato con esta tónica, se llega a zonas algo más tranquilas ya cerca de unas ruinas que ya se divisaban desde la cima del Ecce Homo. En un moderado descenso pronto se pasa junto a las ruinas dejándolas a la derecha.
Llegando a zonas un poco más tranquilas con las ruinas enfrente |
Pasando junto a las ruinas |
El sendero continúa largo rato, acercándose primeramente al río Henares en bonitos parajes. Más adelante se va cruzando con otros caminos y senderos y va apareciendo mas gente haciendo senderismo por esta zona. Toda esta parte es bonita, pero se me acaba haciendo un poco larga e interminable, en parte porque se me ha metido en la cabeza la idea de que la excursión va acabándose y ya voy mirando un poco el reloj.
En esta zona el sendero va paralelo al río Henares |
Tras un buen rato que se echa por esta zona llego a la zona del cruce con la M-300, en las proximidades del Cementerio Jardín. Voy por senderos, evitando la carretera, hasta el punto de cruce que es el de la carretera que sube a la urbanización Zulema.
Cojo la carretera que sube a la urbanización Zulema y empiezo a subir el empinado recorrido que recuerda a un puerto de montaña. La verdad es que se me hace un poco pesado, pues tenía en la cabeza que iban a ser unas cuestecillas y ya está y resulta algo más de lo que pensaba; esto se une a que las fuerzas ya no van intactas ni mucho menos y acuso una pequeña pájara por no haber desayunado fuerte ni apenas haberme echado algo para el cuerpo posteriormente.
Tras subir con paciencia y pedaleo constante a la urbanización Zulema, cojo la carreterilla que sube hacia el Cerro de El Viso y me desvío por el camino que enlaza con el de retorno a Torrejón, que es por el que he pasado también a la ida en sentido contrario. Siguiendo mis rutas habituales finalmente llego al punto de partida.
Cojo la carretera que sube a la urbanización Zulema y empiezo a subir el empinado recorrido que recuerda a un puerto de montaña. La verdad es que se me hace un poco pesado, pues tenía en la cabeza que iban a ser unas cuestecillas y ya está y resulta algo más de lo que pensaba; esto se une a que las fuerzas ya no van intactas ni mucho menos y acuso una pequeña pájara por no haber desayunado fuerte ni apenas haberme echado algo para el cuerpo posteriormente.
Tras subir con paciencia y pedaleo constante a la urbanización Zulema, cojo la carreterilla que sube hacia el Cerro de El Viso y me desvío por el camino que enlaza con el de retorno a Torrejón, que es por el que he pasado también a la ida en sentido contrario. Siguiendo mis rutas habituales finalmente llego al punto de partida.
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