Año 2014. Doble visita. Participantes: Victoria y yo (1ª) y Miguel Ángel y yo (2ª)
Año 2015. Participantes: Laura y yo
Ese verano (2014) me decidí a probar lo de las vías ferratas (hasta el momento no había hecho ninguna), ya que venía con la familia a tierras alicantinas como de costumbre y cabía la posibilidad de involucrar en esta actividad a mi mujer y a mis hijos, pensando que podría gustarles. Además, las vías ferratas no necesitan de un compañero de cordada, con lo que es una actividad interesante para esos días de verano.
La primera elegida fue una ferrata próxima, fácil y "doble", es decir dos ferratas con un tramo alternativo y el resto del recorrido común. Se puede hacer al completo deshaciendo mediante rápel uno de los tramos una vez hecho, para continuar por el otro; y así hicimos.
La primera elegida fue una ferrata próxima, fácil y "doble", es decir dos ferratas con un tramo alternativo y el resto del recorrido común. Se puede hacer al completo deshaciendo mediante rápel uno de los tramos una vez hecho, para continuar por el otro; y así hicimos.
La primera "víctima" para acompañarme fue Victoria, pero al día siguiente volví de nuevo a hacer la ferrata con Miguel Ángel. A ambos les tuve que dar previamente un cursillo rápido de rápel, para lo cual usamos un muro de la finca, además de estar pendiente de ellos allí en el momento de la ferrata en esta tan fácil como delicada maniobra.
En la escala Hüsler, que va del K1 al K6, esta ferrata tiene una dificultad K2 (creo que equivale al PD [Poco Difícil] del sistema francés), por lo que es una ferrata fácil e incluso apta para niños (se entiende dentro de una edad mínima y olvidándose del tema de rapelar).
Relataré la primera visita a la ferrata con más detalle y luego lo más destacable de la segunda, para no repetirme mucho. Posteriormente he hecho una tercera visita a esta ferrata en 2015 con mi hija Laura, en la que he descubierto que hay un recorrido "abreviado" de vuelta en el que no hay que pegarse tanta caminata para bajar. También comento lo más destacable de esta tercera visita y , por supuesto, ese retorno mucho más corto.
Empezamos (pincha sobre las fotos para verlas a mayor tamaño):
Datos
Dificultad: K2 en la escala Hüsler (K1 a K6)
Características: Vía ferrata fácil y bien equipada. Bastante segura. Apta para niños y no iniciados en ferratas. No tiene puntos especialmente complicados. Cuenta con un puente nepalí y otro tibetano, cortitos pero que le dan su "toquecillo" de entretenimiento.
Material adicional: Si optas por combinar los dos recorridos mediante un rápel deberás añadir a tu equipo la cuerda y el sistema descensor para rapelar.
Equipamiento: Abundante y en buen estado. Línea de vida y grapas en casi todo el recorrido.
Pasos clave: No hay ningún punto de especial dificultad.
Posibilidades de escape: La verdad es que no lo miré muy bien, pero creo recordar que uno se puede salir de la ferrata fácilmente en varios puntos.
Tiempo de recorrido: Alrededor de media hora si se hace el recorrido largo. Si se opta por combinar ambos recorridos mediante el rápel el tiempo se alargará por esta maniobra hasta rondar la hora.
Tiempos de aproximación y regreso: Unos 40 minutos de aproximación y otros tantos de regreso por el recorrido largo andando, aunque yo con mi hijo fuimos muy rápido y dejamos ambos tiempos en la mitad. En mi última visita descubrí que hay un recorrido "abreviado" de regreso con algunos fáciles destrepes que nos permitió volver al coche en 16 minutos.
Cimas: Sierra de la Villa (779m)
Tiempos de aproximación y regreso: Unos 40 minutos de aproximación y otros tantos de regreso por el recorrido largo andando, aunque yo con mi hijo fuimos muy rápido y dejamos ambos tiempos en la mitad. En mi última visita descubrí que hay un recorrido "abreviado" de regreso con algunos fáciles destrepes que nos permitió volver al coche en 16 minutos.
Cimas: Sierra de la Villa (779m)
Croquis:
Se llega al collado donde empieza el pasamanos en la izquierda de la imagen y se recorre el pasamanos hasta el inicio de la ferrata que se quiera: la larga (azul), la corta (roja) o combinando ambas |
Con retorno largo (el que usamos en 2014):
Grabado "in situ", filtrado y depurado (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).
Con retorno corto o abreviado (el que usamos en 2015):
Grabado "in situ" y filtrado (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).
Fecha: 13 de agosto de 2014
El primer día optamos por madrugar Victoria y yo, para intentar pillar el fresco mañanero y a continuación de hacer la ferrata poder realizar compras en Villena, así aprovechamos el viaje.
Pronto estamos en el párking de Las Cruces que es donde se deja el coche, casi pegados al casco urbano de Villena, que hay que atravesar para llegar hasta aquí. Cogemos las cosas y empezamos el sendero de subida, que está señalizado con un pequeño cartel junto al párking.
Un inicio empinadillo da paso, tras un giro a la izquierda, a un tramo de pendiente más suave que se recorre entre los árboles. Cuando se llega a un minicolladito donde parece que se acaban los árboles hay que girar 90 grados a la derecha para subir al collado que tenemos justo arriba, el collado del Castillo de Salvatierra; creo recordar que este punto está señalizado.
La subida al collado del Castillo de Salvatierra es tremendamente empinada. Hay algún punto verde en las rocas que indica el camino, pero no hay pérdida: todo para arriba. En algunos momentos hay que usar incluso las manos para subir.
Una vez coronamos el collado del Castillo de Salvatierra ya vemos a mano izquierda el cable que constituye el pasamanos que nos va a llevar al pie de las ferratas propiamente dichas. Nos situamos al inicio del pasamanos y nos ponemos el correspondiente equipo: casco, arnés y disipador.
El recorrido del pasamanos es en ligero descenso y francamente fácil... de hecho yo creo que es innecesario para alguien que se haya movido mínimamente en montaña. Pero ya que está, y para que cunda el ejemplo, lo usamos.
Voy yo por delante y Victoria me sigue. Tras escasos minutillos de recorrido se ve a la izquierda una pared equipada con grapas; evidentemente es la primera de las ferratas, la del Castillo de Salvatierra.
Vamos a hacer el tramo de esta ferrata hasta que confluye con la de la Sierra de la Villa y luego rapelar para volver aquí mismo y continuar hasta el inicio de la otra ferrata. Empezamos yendo yo primero, para ir viendo lo que va viniendo, y a continuación me sigue Victoria. Los dos nos estrenamos en esto de las vías ferratas, pero no resulta nada complicado remontar esta ferrata.
Este tramo se compone de un tramo vertical que rondará los 20 metros, una pequeña repisa de unos cinco metros en horizontal hacia la izquierda, y un segundo tramo vertical de unos 5 metros.
Tras el corto segundo tramo vertical ya vemos llegar el cable de línea de vida de la otra ferrata, así que habrá que ir pensando ya en rapelar. La verdad es que ha sido bastante corto.
Mi idea es rapelar yo primero y luego Victoria, ya que así yo puedo controlar con las cuerdas el descenso de Victoria desde abajo. La única cuestión es que Victoria se tiene que poner sola el Reverso para rapelar.
Aunque no se si con un rápel ya llegaríamos al suelo, creo mejor hacerlo dividido en los dos tramos. De esta forma el tramo corto de arriba sirve de entrenamiento y control, ya que al no ser muy alto desde abajo puedo controlar que Victoria va haciendo todo bien y no va a tener problema en el rápel largo. Monto el rápel en un anclaje químico que hay y tras de mí rapela Victoria sin ningún problema.
Llega el turno del rápel largo. A la subida ya había visto que a la derecha de la repisa había una instalación de rápel con argollas, así que allí me dirijo y monto el rápel. A Victoria le impresiona un poco la altura y verticalidad del rápel que le toca ahora, pero ya la he dicho que cuando empiece verá que no es para tanto y que se hace muy bien. Ya he visto que antes Victoria lo ha hecho perfectamente y lo tiene controlado así que rapelo con la tranquilidad adicional de que si le surgiera alguna duda ella me avisa y yo vuelvo a subir si hace falta. A continuación rapela Victoria perfectamente, como si hubiera rapelado ya un montón de veces; ha superado la prueba con muy buena nota.
Una vez estamos los dos ya abajo recojo la cuerda, la meto en la mochila y nos disponemos a seguir.
La verdad es que si uno no quiere complicarse con el rápel puede directamente destrepar el tramo de ferrata, pues éste es muy fácil (el único inconveniente es el interferir con gente que suba, pero ésta no está muy concurrida) o directamente saltarse este tramo pues en la ferrata de Sierra de la Villa se va a encontrar tramos iguales o mejores que éste y por tanto no se va a perder nada del otro mundo.
Continuamos. Nos volvemos a "enganchar" al recorrido del pasamanos y lo seguimos recorriendo otro tramo, también descendente, quizás un pelín más abrupto que el de antes, pero también muy fácil. El pasamanos finaliza a escasos metros del inicio de la ferrata Sierra de la Villa, la ferrata larga.
El inicio de la ferrata es muy vertical, con un a pinta similar o incluso mejor que el de la otra ferrata; eso me hace insistir en que no vale mucho la pena liarse en el tramo no común de la otra ferrata, ya que parece más un simple atajo para hacer mucho más corta la ferrata Sierra de la Villa que el intentar ser otra ferrata.
Iniciamos ya la ferrata Sierra de la Villa de la misma forma que antes: yo voy primero viendo qué nos vamos encontrando y Victoria me sigue. Remontamos este tramo vertical y vamos entrando en ambientillo. Victoria ya domina la mecánica de todo.
Llegamos a una zona en fácil travesía horizontal hacia la izquierda que recorremos hasta otro tramo muy vertical también con muy buena pinta
Recorremos este segundo tramo de grapas, muy vertical; incluso da impresión de desplomar ligeramente en su inicio, pero no tanto como para suponer un esfuerzo físico extra.
El tramo vertical finaliza y la ferrata sigue en horizontal hacia la izquierda. La tónica general de la ferrata es así; tramos verticales y tramos en horizontal hacia la izquierda que se van alternando.
En los tramos en horizontal, unas veces se va prácticamente andando y otras son en tramos algo más aéreos sobre grapas o sobre la propia roca, pero siempre relativamente fáciles y bien protegidos por el cable de línea de vida.
Llegamos a uno de los puentes; el nepalí. Este tipo de puentes están constituidos por un cable sobre el que vas andando, otro para agarrarse con las manos y ayudar al equilibrio, y el tercer cable que es el de línea de vida. Este puente no supone ninguna dificultad pasarlo pero le da un toquecillo adicional de diversión a la ferrata.
Tras pasar el puente nepalí sigue otro tramo de grapas y luego otro tramo horizontal. Enseguida llegamos al punto donde se juntan las ferratas, por lo que si optas por hacer solo la de Castillo de Salvatierra te perderías todo lo que hemos recorrido hasta aquí, incluido el puente nepalí.
Un poco más adelante llegamos al segundo de los puentes, el puente tibetano. Este tipo de puente se diferencia del nepalí en los cables para las manos: mientras el nepalí tiene solo un cable que va por encima de la cabeza, el tibetano tiene dos cables laterales más o menos a la altura de los codos. Ninguno de los dos puentes de esta ferrata son difíciles de pasar, pero en este es más fácil todavía mantener el equilibrio
Tras el puente tibetano ya queda poco para finalizar la ferrata: un tramo de grapas en el que se observa una protuberancia en su recorrido. El tramo es fácil y la protuberancia da mucha menos guerra de la que aparenta.
Tras pasar la protuberancia apenas quedan unos pasitos para finalizar la ferrata. Empieza a picar algo el calor... bueno ya había empezado a picar hace unos minutos; menos mal que hemos madrugado.
Nos hacemos la fotillo en la coronación de la ferrata y aparentemente de esta montañita, aunque luego sabría que tiene un vértice geodésico relativamente cerca que no llegué a divisar. Detrás tenemos unas aparatosas antenas, a unos 300 metros más o menos en horizontal.
La información que tengo indica que para bajar hay que dirigirse a las antenas y luego recorrer unos senderos que la verdad es que dan un poco de vuelta. Luego he sabido que, por lo visto, desde el final de la ferrata se puede destrepar fácil hasta el collado del Castillo de Salvatierra, donde se inicia el pasamanos y luego descender por donde habíamos subido.
Pero como lo del destrepe al collado en ese momento no lo sabía, tiramos por el camino de descenso largo, que es el que recomienda la publicidad informativa de la ferrata. Bajamos por el camino asfaltado que sube a las antenas y llegado un momento hay que salirse hacia la izquierda en dirección norte bajando a un collado, el collado de la Minica de los Colores. Pero antes de bajar al collado de la Minica de los Colores vemos unos árboles en el sendero que nos sirven para parar a la sombra, beber y quitarnos el arnés y demás cosas que no nos habíamos entretenido a quitarnos porque picaba el sol.
Seguimos y llegamos al collado de la Minica de los Colores, donde hay que hacer un giro de casi 150 grados para seguir otro sendero que se dirige desde este collado hasta Villena, concretamente al punto donde tenemos el coche. El giro es tan brusco porque para llegar al collado de la Minica de los Colores íbamos casi en dirección contraria.
El sendero que baja desde el collado se mete entre los árboles en muchos tramos y es agradable, aunque en otros quedas expuesto al sol.
Con todo el rodeo que da esta bajada, yendo un buen rato en dirección contraria para luego tener que volver, al final se acaba haciendo un pelín pesada, a pesar de no ser excesivamente larga. En un mapa se puede comprobar todo lo que nos hubiéramos ahorrado si hubiéramos sabido lo del destrepe hasta el collado del Castillo de Salvatierra.
Llegando al coche veo tres cruces colocadas, cerca de párking; la zona es una especie de área recreativa y ya me resulta obvio el por qué se llama "Las Cruces".
Finalmente llegamos al coche y tras adecentarnos un poco nos metemos en Villena para hacer nuestras compras.
Fecha: 14 de agosto de 2014
Hacemos la misma operación que hice con Victoria, primero el rápel corto para ensayar y controlar y luego ya el largo. El rápel corto lo hace bien. Pero en este caso, ya se sabe con los hijos y sus contestaciones... "que sí papá, que no seas pesado, que me he enterado", y luego realmente descubres que no se han enterado, así que para el segundo rápel, el alto, que no puedo controlar si pone bien el reverso opto por dejarle preparado el reverso en la cuerda y que cuando vaya a bajar simplemente solo tenga que enganchar el mosquetón al anillo ventral de su arnés.
Con esta solución ya no hay temores ni problemas para hacer el segundo rápel, que como a Victoria también le sorprende su altura y verticalidad. Este segundo rápel aunque con una postura del cuerpo un tanto extraña, ligeramente girado, lo hace bien; me dice que era porque la cuerda le escupía a la izquierda y también para mirar hacia abajo. Le ha fallado bajar con las piernas un poco más abiertas, lo cual te permite tanto mejorar la estabilidad como mirar entre ellas.
Tras llegar abajo recojo la cuerda, lo que me lleva un poco más de tiempo del previsto ya que no he tenido cuidado y se me ha liado un poco.
Seguimos por el pasamanos y llegamos a la otra ferrata. A partir de aquí no hay gran diferencia con respecto al recorrido de ayer con Victoria, salvo que estamos en sombra, hace airecillo, se está fresquito y estamos amenizados por un concierto de rock.
Terminamos el recorrido de la ferrata. Miguel Ángel ha disfrutado, aunque él no es muy apasionado de la montaña que digamos. Nos hacemos la foto del final de la ferrata y allí ya nos quitamos el equipo y lo guardo en la mochila.
El descenso lo hacemos por el mismo recorrido que ayer con Victoria.
Está a punto de empezar a anochecer y además nos apetece bajar rápido, así que le damos ritmillo a la bajada y en escasos veinte minutos nos plantamos en el coche... justo al anochecer. Me había traído los frontales por si acaso, pero no nos han hecho falta por los pelos.
Antes de irnos hago una fotillo al castillo de Villena, que está iluminado. Todavía no es muy de noche, pero con esta cámara compacta la foto sale que parece que sea ya muy de noche.
Miguel Ángel me dice ya en el coche que le ha gustado bastante, pero le gusta como actividad para hacer muy de vez en cuando. Supongo que en parte es porque lo que menos le mola son las aproximaciones y regresos...
Fecha: 11 de agosto de 2015
Este año visito la ferrata con Laura, ya que es la única que no la había recorrido. Victoria y Miguel Ángel no están por Alicante, así que vamos Laura y yo solos. En realidad Laura ya se estrenó en esto de las ferratas en nuestra visita de hace relativamente poco a Guara, donde hicimos dos veces la ferrata de Peñas Juntas. Por ello, en estos escasos días que pasamos en la provincia de Alicante le he dicho de hacer algunas de las ferratas de aquí.
Como la segunda vez del año pasado, veo que la mejor opción es ir a última hora de la tarde, para evitar el calor y porque da sombra. La única pega es que hay un poco de amenaza de tormenta y si se desata desde luego que hay que huir de la ferrata urgentemente. No obstante según llegamos voy viendo que las posibilidades de tormenta se van diluyendo poco a poco.
Hacemos la aproximación y no tardamos demasiado en llegar al collado donde empieza el pasamanos, ya que Laura está en forma y sube muy rápido. De hecho he comprobado que tardamos solo 14 minutos.
Nos equipamos y seguimos. Este año ni siquiera uso el pasamanos... el recorrido es tan sumamente fácil que ya me parece absurdo si se pasa con un pelín de cuidado, aunque a Laura sí que le digo que lo use, por precaución.
Hacemos el recorrido del pasamanos hasta el inicio de la primera ferrata. Hay una familia en la que el padre esa rapelando, pero se le ve un poco torpe, con muy poco "rodaje" en el tema. Cuando nos dejan libre podemos empezar la ferrata.
Como en anteriores veces, subimos la primera ferrata hasta el punto de confluencia de las dos ferratas. Ahora toca rapelar para volver a bajarse e ir en busca de la ferrata larga, pero el tramo superior no lo rapelamos, porque es muy corto y en esta ocasión Laura no necesita practicar rápel ya que hace poco en barrancos ha rapelado y muy bien. Cogemos el segundo tramo, el largo, monto el rápel y rapelamos, primero yo y luego Laura a la que controlo con las cuerdas desde abajo, aunque la tía rapela realmente bien.
Recojo la cuerda y continuamos a por la otra ferrata. Los dos vamos recorriendo toda la ferrata y sus dos puentes sin nada reseñable que comentar. Oímos que hay otras personas en la ferrata y las vamos alcanzando poco a poco, pero llegando al final de la ferrata ellos salen antes de que les alcancemos.
Había leído que había una forma rápida de bajar destrepando desde el final de la ferrata hacia el collado donde empieza el pasamanos. A los que casi alcanzamos les veo que bajan en esa dirección, y veo más o menos por donde van. Nosotros intentamos copiarles y empiezo a descender por el mismo sitio, aunque enseguida veo puntos verdes que indican esta ruta de bajada, así que no va a ser necesario fijarse en los que iban delante.
Por este "atajo", la verdad es que el descenso es mucho más rápido y solo hay algún destrepe que otro bastante fácil y que se hace sin ningún tipo de problema.
Tardamos solo 16 minutos en llegar al coche. Y con él a regresar, aunque haciendo previamente una breve parada en Villena para que Laura se tome un Nestea (y yo una cerveza), ya que a pesar de haber llevado agua tiene bastante sed.
Un inicio empinadillo da paso, tras un giro a la izquierda, a un tramo de pendiente más suave que se recorre entre los árboles. Cuando se llega a un minicolladito donde parece que se acaban los árboles hay que girar 90 grados a la derecha para subir al collado que tenemos justo arriba, el collado del Castillo de Salvatierra; creo recordar que este punto está señalizado.
La subida al collado del Castillo de Salvatierra es tremendamente empinada. Hay algún punto verde en las rocas que indica el camino, pero no hay pérdida: todo para arriba. En algunos momentos hay que usar incluso las manos para subir.
Llegando al collado |
Una vez coronamos el collado del Castillo de Salvatierra ya vemos a mano izquierda el cable que constituye el pasamanos que nos va a llevar al pie de las ferratas propiamente dichas. Nos situamos al inicio del pasamanos y nos ponemos el correspondiente equipo: casco, arnés y disipador.
Victoria en el inicio del pasamanos |
El recorrido del pasamanos es en ligero descenso y francamente fácil... de hecho yo creo que es innecesario para alguien que se haya movido mínimamente en montaña. Pero ya que está, y para que cunda el ejemplo, lo usamos.
Voy yo por delante y Victoria me sigue. Tras escasos minutillos de recorrido se ve a la izquierda una pared equipada con grapas; evidentemente es la primera de las ferratas, la del Castillo de Salvatierra.
Inicio de la vía ferrata del Castillo de Salvatierra |
Vamos a hacer el tramo de esta ferrata hasta que confluye con la de la Sierra de la Villa y luego rapelar para volver aquí mismo y continuar hasta el inicio de la otra ferrata. Empezamos yendo yo primero, para ir viendo lo que va viniendo, y a continuación me sigue Victoria. Los dos nos estrenamos en esto de las vías ferratas, pero no resulta nada complicado remontar esta ferrata.
Este tramo se compone de un tramo vertical que rondará los 20 metros, una pequeña repisa de unos cinco metros en horizontal hacia la izquierda, y un segundo tramo vertical de unos 5 metros.
Victoria en el primer tramo vertical |
Mi idea es rapelar yo primero y luego Victoria, ya que así yo puedo controlar con las cuerdas el descenso de Victoria desde abajo. La única cuestión es que Victoria se tiene que poner sola el Reverso para rapelar.
Aunque no se si con un rápel ya llegaríamos al suelo, creo mejor hacerlo dividido en los dos tramos. De esta forma el tramo corto de arriba sirve de entrenamiento y control, ya que al no ser muy alto desde abajo puedo controlar que Victoria va haciendo todo bien y no va a tener problema en el rápel largo. Monto el rápel en un anclaje químico que hay y tras de mí rapela Victoria sin ningún problema.
Victoria rapelando el tramo corto |
Llega el turno del rápel largo. A la subida ya había visto que a la derecha de la repisa había una instalación de rápel con argollas, así que allí me dirijo y monto el rápel. A Victoria le impresiona un poco la altura y verticalidad del rápel que le toca ahora, pero ya la he dicho que cuando empiece verá que no es para tanto y que se hace muy bien. Ya he visto que antes Victoria lo ha hecho perfectamente y lo tiene controlado así que rapelo con la tranquilidad adicional de que si le surgiera alguna duda ella me avisa y yo vuelvo a subir si hace falta. A continuación rapela Victoria perfectamente, como si hubiera rapelado ya un montón de veces; ha superado la prueba con muy buena nota.
Victoria en el rápel alto |
Ya un poco más abajo |
Una vez estamos los dos ya abajo recojo la cuerda, la meto en la mochila y nos disponemos a seguir.
La verdad es que si uno no quiere complicarse con el rápel puede directamente destrepar el tramo de ferrata, pues éste es muy fácil (el único inconveniente es el interferir con gente que suba, pero ésta no está muy concurrida) o directamente saltarse este tramo pues en la ferrata de Sierra de la Villa se va a encontrar tramos iguales o mejores que éste y por tanto no se va a perder nada del otro mundo.
Continuamos. Nos volvemos a "enganchar" al recorrido del pasamanos y lo seguimos recorriendo otro tramo, también descendente, quizás un pelín más abrupto que el de antes, pero también muy fácil. El pasamanos finaliza a escasos metros del inicio de la ferrata Sierra de la Villa, la ferrata larga.
El inicio de la ferrata es muy vertical, con un a pinta similar o incluso mejor que el de la otra ferrata; eso me hace insistir en que no vale mucho la pena liarse en el tramo no común de la otra ferrata, ya que parece más un simple atajo para hacer mucho más corta la ferrata Sierra de la Villa que el intentar ser otra ferrata.
Vista vertical hacia arriba de inicio de la ferrata Sierra de la Villa |
Iniciamos ya la ferrata Sierra de la Villa de la misma forma que antes: yo voy primero viendo qué nos vamos encontrando y Victoria me sigue. Remontamos este tramo vertical y vamos entrando en ambientillo. Victoria ya domina la mecánica de todo.
Subiendo el primer tramo de |
Llegamos a una zona en fácil travesía horizontal hacia la izquierda que recorremos hasta otro tramo muy vertical también con muy buena pinta
El tramo siguiente a mis espaldas |
Victoria empezando este tramo en travesía |
Recorremos el tramo en travesía |
El siguiente tramo tiene muy buena pinta |
Vista hacia arriba |
Recorremos este segundo tramo de grapas, muy vertical; incluso da impresión de desplomar ligeramente en su inicio, pero no tanto como para suponer un esfuerzo físico extra.
En este segundo tramo vertical |
El tramo vertical finaliza y la ferrata sigue en horizontal hacia la izquierda. La tónica general de la ferrata es así; tramos verticales y tramos en horizontal hacia la izquierda que se van alternando.
Victoria terminando este tramo vertical |
En los tramos en horizontal, unas veces se va prácticamente andando y otras son en tramos algo más aéreos sobre grapas o sobre la propia roca, pero siempre relativamente fáciles y bien protegidos por el cable de línea de vida.
Victoria en una travesía sobre grapas |
Y un tramo de travesía por la roca... ¡Eh, no vale agarrarse del cable! |
Llegamos a uno de los puentes; el nepalí. Este tipo de puentes están constituidos por un cable sobre el que vas andando, otro para agarrarse con las manos y ayudar al equilibrio, y el tercer cable que es el de línea de vida. Este puente no supone ninguna dificultad pasarlo pero le da un toquecillo adicional de diversión a la ferrata.
Victoria en el puente nepalí |
Tras pasar el puente nepalí sigue otro tramo de grapas y luego otro tramo horizontal. Enseguida llegamos al punto donde se juntan las ferratas, por lo que si optas por hacer solo la de Castillo de Salvatierra te perderías todo lo que hemos recorrido hasta aquí, incluido el puente nepalí.
Tramo de grapas tras el puente nepalí |
Vista de la continuación de la ferrata |
Un poco más adelante llegamos al segundo de los puentes, el puente tibetano. Este tipo de puente se diferencia del nepalí en los cables para las manos: mientras el nepalí tiene solo un cable que va por encima de la cabeza, el tibetano tiene dos cables laterales más o menos a la altura de los codos. Ninguno de los dos puentes de esta ferrata son difíciles de pasar, pero en este es más fácil todavía mantener el equilibrio
Cruzando el puente tibetano |
Victoria cruzando el puente tibetano. |
Tras el puente tibetano ya queda poco para finalizar la ferrata: un tramo de grapas en el que se observa una protuberancia en su recorrido. El tramo es fácil y la protuberancia da mucha menos guerra de la que aparenta.
Vista de la parte final de la ferrata. La visión queda interrumpida por la protuberancia |
Victoria a punto de pasar la protuberancia |
Tras pasar la protuberancia apenas quedan unos pasitos para finalizar la ferrata. Empieza a picar algo el calor... bueno ya había empezado a picar hace unos minutos; menos mal que hemos madrugado.
Nos hacemos la fotillo en la coronación de la ferrata y aparentemente de esta montañita, aunque luego sabría que tiene un vértice geodésico relativamente cerca que no llegué a divisar. Detrás tenemos unas aparatosas antenas, a unos 300 metros más o menos en horizontal.
Foto de finalización de la ferrata |
La información que tengo indica que para bajar hay que dirigirse a las antenas y luego recorrer unos senderos que la verdad es que dan un poco de vuelta. Luego he sabido que, por lo visto, desde el final de la ferrata se puede destrepar fácil hasta el collado del Castillo de Salvatierra, donde se inicia el pasamanos y luego descender por donde habíamos subido.
Pero como lo del destrepe al collado en ese momento no lo sabía, tiramos por el camino de descenso largo, que es el que recomienda la publicidad informativa de la ferrata. Bajamos por el camino asfaltado que sube a las antenas y llegado un momento hay que salirse hacia la izquierda en dirección norte bajando a un collado, el collado de la Minica de los Colores. Pero antes de bajar al collado de la Minica de los Colores vemos unos árboles en el sendero que nos sirven para parar a la sombra, beber y quitarnos el arnés y demás cosas que no nos habíamos entretenido a quitarnos porque picaba el sol.
Seguimos y llegamos al collado de la Minica de los Colores, donde hay que hacer un giro de casi 150 grados para seguir otro sendero que se dirige desde este collado hasta Villena, concretamente al punto donde tenemos el coche. El giro es tan brusco porque para llegar al collado de la Minica de los Colores íbamos casi en dirección contraria.
El sendero que baja desde el collado se mete entre los árboles en muchos tramos y es agradable, aunque en otros quedas expuesto al sol.
Bajando por el sendero desde el collado |
Con todo el rodeo que da esta bajada, yendo un buen rato en dirección contraria para luego tener que volver, al final se acaba haciendo un pelín pesada, a pesar de no ser excesivamente larga. En un mapa se puede comprobar todo lo que nos hubiéramos ahorrado si hubiéramos sabido lo del destrepe hasta el collado del Castillo de Salvatierra.
En este rodeo nos hemos alejado bastante de Villena y ahora estamos de vuelta |
Llegando al coche veo tres cruces colocadas, cerca de párking; la zona es una especie de área recreativa y ya me resulta obvio el por qué se llama "Las Cruces".
Finalmente llegamos al coche y tras adecentarnos un poco nos metemos en Villena para hacer nuestras compras.
Fecha: 14 de agosto de 2014
Hoy me toca volver de nuevo con Miguel Ángel, después del agradecido recorrido de ayer de la ferrata con Victoria. Es repetir lo mismo que ayer, pero no me importa en absoluto pues la actividad resulta entretenida.
Con respecto a ayer, lo primero que cambio es el horario, por dos motivos: el primero porque hacer madrugar a Miguel Ángel se me antoja misión imposible. El segundo es que ya ayer aprecié que la orientación de la ferrata, hacia el este, propicia que por la mañana dé el solazo y por la tarde dé la sombra. Por ello, y dado que ya sé cuánto nos puede llevar hacer la ferrata, decido ir a última hora de la tarde, calculando el llegar al coche al anochecer.
Cuando nos plantamos con el coche el el párking me doy cuenta del pequeño fallo que tienen este horario: la subida al collado del Castillo de Salvatierra tiene orientación oeste y ahí sí que nos va a picar el sol... Bueno, no todo iba a ser perfecto.
Tras coger las cosas iniciamos la subida. Aprovechando que Miguel Ángel es muy deportista hacemos la subida a toda pastilla, por lo que la aproximación apenas nos lleva 20 minutos, la mitad de lo estimado.
En el collado del Castillo de Salvatierra, tras superarlo nos metemos en sombra y allí nos equipamos y nos anclamos al pasamanos. Abajo se oye música y mucho jaleo... miramos y vemos una multitud de gente, es un concierto de rock; esta vez nos toca hacer la ferrata al ritmo de música rock, jejeje.
Hacemos el recorrido del pasamanos hasta el inicio de la primera ferrata. Subimos la primera ferrata hasta el punto de confluencia de las dos ferratas. Ahora toca rapelar para volver a bajarse e ir en busca de la ferrata larga.
Con respecto a ayer, lo primero que cambio es el horario, por dos motivos: el primero porque hacer madrugar a Miguel Ángel se me antoja misión imposible. El segundo es que ya ayer aprecié que la orientación de la ferrata, hacia el este, propicia que por la mañana dé el solazo y por la tarde dé la sombra. Por ello, y dado que ya sé cuánto nos puede llevar hacer la ferrata, decido ir a última hora de la tarde, calculando el llegar al coche al anochecer.
Cuando nos plantamos con el coche el el párking me doy cuenta del pequeño fallo que tienen este horario: la subida al collado del Castillo de Salvatierra tiene orientación oeste y ahí sí que nos va a picar el sol... Bueno, no todo iba a ser perfecto.
Tras coger las cosas iniciamos la subida. Aprovechando que Miguel Ángel es muy deportista hacemos la subida a toda pastilla, por lo que la aproximación apenas nos lleva 20 minutos, la mitad de lo estimado.
En el collado del Castillo de Salvatierra, tras superarlo nos metemos en sombra y allí nos equipamos y nos anclamos al pasamanos. Abajo se oye música y mucho jaleo... miramos y vemos una multitud de gente, es un concierto de rock; esta vez nos toca hacer la ferrata al ritmo de música rock, jejeje.
Hacemos el recorrido del pasamanos hasta el inicio de la primera ferrata. Subimos la primera ferrata hasta el punto de confluencia de las dos ferratas. Ahora toca rapelar para volver a bajarse e ir en busca de la ferrata larga.
Por el pasamanos, ya en sombra |
Iniciando la primera ferrata |
Finalizado el primer tramo vertical. Enfrente de Miguel Ángel (no se ve) está la instalación de rápel para el rápel largo |
Hacemos la misma operación que hice con Victoria, primero el rápel corto para ensayar y controlar y luego ya el largo. El rápel corto lo hace bien. Pero en este caso, ya se sabe con los hijos y sus contestaciones... "que sí papá, que no seas pesado, que me he enterado", y luego realmente descubres que no se han enterado, así que para el segundo rápel, el alto, que no puedo controlar si pone bien el reverso opto por dejarle preparado el reverso en la cuerda y que cuando vaya a bajar simplemente solo tenga que enganchar el mosquetón al anillo ventral de su arnés.
Miguel Ángel en el rápel cortito |
Con esta solución ya no hay temores ni problemas para hacer el segundo rápel, que como a Victoria también le sorprende su altura y verticalidad. Este segundo rápel aunque con una postura del cuerpo un tanto extraña, ligeramente girado, lo hace bien; me dice que era porque la cuerda le escupía a la izquierda y también para mirar hacia abajo. Le ha fallado bajar con las piernas un poco más abiertas, lo cual te permite tanto mejorar la estabilidad como mirar entre ellas.
Miguel Ángel en el rápel alto |
Un poco más abajo |
Tras llegar abajo recojo la cuerda, lo que me lleva un poco más de tiempo del previsto ya que no he tenido cuidado y se me ha liado un poco.
Seguimos por el pasamanos y llegamos a la otra ferrata. A partir de aquí no hay gran diferencia con respecto al recorrido de ayer con Victoria, salvo que estamos en sombra, hace airecillo, se está fresquito y estamos amenizados por un concierto de rock.
En la ferrata de la Sierra de la Villa |
Primer tramo en travesía |
Siguiente tramo vertical |
Una travesía |
Tramo de travesía sobre grapas |
Pasando los mosquetones |
En en puente nepalí |
En el puente nepalí |
Tramo tras el puente nepalí |
En el puente tibetano |
Tramo final de la ferrata |
Foto de final de la ferrata |
El descenso lo hacemos por el mismo recorrido que ayer con Victoria.
Está a punto de empezar a anochecer y además nos apetece bajar rápido, así que le damos ritmillo a la bajada y en escasos veinte minutos nos plantamos en el coche... justo al anochecer. Me había traído los frontales por si acaso, pero no nos han hecho falta por los pelos.
Antes de irnos hago una fotillo al castillo de Villena, que está iluminado. Todavía no es muy de noche, pero con esta cámara compacta la foto sale que parece que sea ya muy de noche.
El Castillo de Villena |
Miguel Ángel me dice ya en el coche que le ha gustado bastante, pero le gusta como actividad para hacer muy de vez en cuando. Supongo que en parte es porque lo que menos le mola son las aproximaciones y regresos...
Fecha: 11 de agosto de 2015
Este año visito la ferrata con Laura, ya que es la única que no la había recorrido. Victoria y Miguel Ángel no están por Alicante, así que vamos Laura y yo solos. En realidad Laura ya se estrenó en esto de las ferratas en nuestra visita de hace relativamente poco a Guara, donde hicimos dos veces la ferrata de Peñas Juntas. Por ello, en estos escasos días que pasamos en la provincia de Alicante le he dicho de hacer algunas de las ferratas de aquí.
Como la segunda vez del año pasado, veo que la mejor opción es ir a última hora de la tarde, para evitar el calor y porque da sombra. La única pega es que hay un poco de amenaza de tormenta y si se desata desde luego que hay que huir de la ferrata urgentemente. No obstante según llegamos voy viendo que las posibilidades de tormenta se van diluyendo poco a poco.
Hacemos la aproximación y no tardamos demasiado en llegar al collado donde empieza el pasamanos, ya que Laura está en forma y sube muy rápido. De hecho he comprobado que tardamos solo 14 minutos.
Nos equipamos y seguimos. Este año ni siquiera uso el pasamanos... el recorrido es tan sumamente fácil que ya me parece absurdo si se pasa con un pelín de cuidado, aunque a Laura sí que le digo que lo use, por precaución.
Hacemos el recorrido del pasamanos hasta el inicio de la primera ferrata. Hay una familia en la que el padre esa rapelando, pero se le ve un poco torpe, con muy poco "rodaje" en el tema. Cuando nos dejan libre podemos empezar la ferrata.
Como en anteriores veces, subimos la primera ferrata hasta el punto de confluencia de las dos ferratas. Ahora toca rapelar para volver a bajarse e ir en busca de la ferrata larga, pero el tramo superior no lo rapelamos, porque es muy corto y en esta ocasión Laura no necesita practicar rápel ya que hace poco en barrancos ha rapelado y muy bien. Cogemos el segundo tramo, el largo, monto el rápel y rapelamos, primero yo y luego Laura a la que controlo con las cuerdas desde abajo, aunque la tía rapela realmente bien.
Subiendo el ramal de la primera ferrata |
Asomando tras el primer tramo |
Laura rapelando el ramal |
Recojo la cuerda y continuamos a por la otra ferrata. Los dos vamos recorriendo toda la ferrata y sus dos puentes sin nada reseñable que comentar. Oímos que hay otras personas en la ferrata y las vamos alcanzando poco a poco, pero llegando al final de la ferrata ellos salen antes de que les alcancemos.
Iniciando ya la ferrata larga |
Una primera coronación |
Siguientes tramos verticales |
Coronando otro tramo vertical |
Travesía |
Primer puente |
Primer puente |
Segundo puente |
Segundo puente |
En los tramos finales |
Finalizando la ferrata |
Había leído que había una forma rápida de bajar destrepando desde el final de la ferrata hacia el collado donde empieza el pasamanos. A los que casi alcanzamos les veo que bajan en esa dirección, y veo más o menos por donde van. Nosotros intentamos copiarles y empiezo a descender por el mismo sitio, aunque enseguida veo puntos verdes que indican esta ruta de bajada, así que no va a ser necesario fijarse en los que iban delante.
Por este "atajo", la verdad es que el descenso es mucho más rápido y solo hay algún destrepe que otro bastante fácil y que se hace sin ningún tipo de problema.
Tardamos solo 16 minutos en llegar al coche. Y con él a regresar, aunque haciendo previamente una breve parada en Villena para que Laura se tome un Nestea (y yo una cerveza), ya que a pesar de haber llevado agua tiene bastante sed.
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