domingo, 14 de septiembre de 2014

Peña Santa. Vía Sur Directa (680 m, 12 largos, V)

Peña Santa. Vía Sur Directa (680 m, 12 largos, V)
Año 2014. Participantes: Fran y yo.
  
Después de andar detrás de hacer esta magnífica vía desde hace unos años, que parece que la teníamos gafada y siempre surgía algún problema que nos impedía ir, por fin llegó el momento de desquitarse y pudimos meternos en ella. La ventaja es que después de haber hecho pocos meses antes la larguísima y muchísimo más complicada y mantenida "Entorns" (ver Puig Campana. Vía "Entorns" (800 m, 21 largos, V+)), esta vía nos resultó casi un paseo a pesar de su longitud. Y digo "casi" porque la pesada aproximación con mochilones, el complicado y larguísimo descenso, así como el calor que nos hizo, se encargaron de que tenga que matizar con ese "casi". Es una vía en la que la escalada en sí es solo una parte.

Como digo, llevaba intentando hacer esta vía desde hace unos años, cuando hacía cordada habitual con José. Pero la época para poderla hacer en condiciones es reducida y no conseguíamos conjugar las condiciones necesarias, con nuestra disponibilidad y la meteorología... siempre fallaba algo.

Para hacer la vía en condiciones se tiene que dar una serie de circunstancias:
  • Que el nevero colgado (y otros más, pero principalmente éste) esté algo retraído para poder sortearlo (si no quieres escalar con piolet y crampones en la mochila).
  • Que en Vega Huerta se pueda obtener agua
  • Tener tres días disponibles
  • Que al menos el día de la escalada no llueva
El hecho de poder sortear el nevero colgado ya reduce las fechas adecuadas para hacer esta vía, limitándolas al período entre julio y octubre aproximadamente, siempre que, como he apuntado antes, quieras evitar cargar con piolet y crampones en tus espaldas durante la escalada. Y el problema del agua en Vega Huerta depende de los años y su climatología, pero normalmente cuanto más tarde peor, siendo frecuente que en agosto ya haya problemas en este sentido, reduciendo mucho más el abanico de fechas. Las fechas que uno tiene comprometidas para las vacaciones en familia, el contar con tres días, y la habitualmente complicada meteorología de Picos de Europa se encargan de terminar de dificultar el encontrar el momento adecuado.

Pero este año por fin ha sido el elegido, a pesar de los frecuentes titubeos de la meteorología que pensábamos que nos iban a imposibilitar otro año más. En cuanto al tema del agua en Vega Huerta no conocíamos la situación e íbamos a la aventura con esta cuestión, simplemente con un sexto sentido que me hacía intuir que la complicada meteorología de este verano (bajas temperaturas y frecuentes lluvias en Picos de Europa) nos podría haber venido bien en este sentido... y, efectivamente, tuvimos mucha suerte en este aspecto, aunque estábamos dispuestos a ir de todas formas y solventar el problema del agua de una u otra forma, aunque fuera cargando como un burro y ayudándonos de los neveros.

Se trata de una vía en la que, como he dicho en el primer párrafo, la escalada en sí es solo una parte, y hay que contar también con una aproximación bastante fatigosa con mochilones, y un descenso de cima bastante enrevesado, expuesto y muy largo. Además hay que cargar con bastante agua en la escalada, pues entre unas cosas y otras la jornada es muy larga, y si encima te pega el sol como a nosotros la vía es un torradero (cara sur). A pesar de ello, un día despejado es ideal para disfrutar de unas vistas impresionantes durante todo el día.

A pesar de que mis planes de hace unos años partían desde Soto de Valdeón, al final optamos por partir desde Soto de Sajambre. Yo he hecho ambas subidas, para otras actividades, pero a pesar de ello no tengo claro cual de las dos aproximaciones es mejor en sentido práctico y tengo mis dudas (quizás recuerdo un pelín más llevadera desde Soto de Valdeón, y sin embargo la mayor parte de la gente opta por subir desde Soto de Sajambre). Pero desde el punto de vista estético es más bonita la de Soto de Sajambre.

Como curiosidad y reportaje entretenido, podéis ver el programa de Jesús Calleja "desafío extremo" (pincha para ver) dedicado íntegramente a la escalada de esta vía... aunque el programa finaliza al hacer cumbre y, por tanto, se saltan el laborioso e interesante descenso, así que me huelo que los muy cucos se bajaron de allí en helicóptero para ahorrarse el fregao... 


Empezamos (podéis pinchar en las fotos para verlas más grandes):


Subida a Vega Huerta desde Soto de Sajambre (29 de agosto de 2014)

Datos: 
Actividad: Montañismo;      Zona: Picos de Europa
Cimas: ninguna
Dificultad: Larga subida cuya única dificultad es lo larga y cansada que resulta con mochilones. No es nada complicada de seguir, aunque tras el refugio de Vega Baño puede haber algún punto donde se borra un poco el sendero y te puedes salir de él si no estás atento. 
Características: Terreno boscoso en su primera mitad (donde se pasa por el curioso "Roblón"), dando paso a una zona de vegetación baja y posterior pedrera, para realizar el último tramo en zona rocosa.
Longitud total: 9,6 km;     Desnivel acumulado positivo:  1000 m;     Desnivel acumulado negativo: 250 m 
Tiempo: 4 horas aproximadamente.

Track: 
Grabado "in situ", filtrado y depurado (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).


Fecha:  29 de agosto de 2014

Salimos en coche desde Torrejón de Ardoz, a una hora no muy temprana. Nos vale con llegar a la hora de comer a Soto de Sajambre, comer allí y luego tener toda la tarde para subir a Vega Huerta.

Llegamos a Soto de Sajambre y cargamos las cantimploras en una fuente. Localizamos la pista que sube a Vegabaño y que nos permite subir en coche hasta la barrera, ahorrando bastante camino hacia el refugio. La pista está inicialmente algo estropeada, incluso nos entran algunas dudas si nos hemos equivocado de camino, pero confirmamos que es la correcta. Simplemente iremos con cierto cuidado para evitar dar en el suelo con los bajos de mi coche, que es de carrocería algo baja. Afortunadamente la pista mejora un poco más adelante, y vemos una excavadora aparcada en un lado... deben estar rehabilitando la pista.
    
Llegamos a la barrera, aparcamos en el pequeño párking que hay ahí, y nos ponemos a comer a la sombra de los árboles. Se está muy bien y fresquito... pero tampoco queremos dormirnos demasiado para poder llegar pronto a Vega Huerta e instalarnos tranquilamente y acostarnos temprano. Calculamos que hay cuatro horas de subida hasta Vega Huerta, aunque Fran internamente piensa que exagero.

Terminamos de comer recomponemos las mochilas y nos ponemos en marcha. Las mochilas pesan un huevo, y encima a estas horas hace un calor de narices. Está claro que no va a ser un paseo. Además hemos comido demasiado, y habíamos estado antes picoteando, por lo que tenemos los dos una incomodísima sensación de empacho. Tenemos todos los ingredientes para que las próximas cuatro horas de subida no sean precisamente cómodas.

Enseguida llegamos al refugio de Vegabaño. Está relativamente cerca de donde hemos dejado el coche, pueden ser alrededor de 15 minutos. Allí entro a preguntar al guarda sobre si corre agua en la fuente de Vega Huerta y me contesta que corre bien el agua (bueno, allí correr bien significa simplemente tardar "solo" 1 minuto en llenar la cantimplora). ¡Bingo! ¡Qué suerte tenemos!
 
De camino al refugio de Vegabaño

También le pregunto por el nevero de la Forcadona (que tendremos que cruzar para volver a Vega Huerta si descendemos de la cima por la Canal Estrecha, ruta de descenso habitual, ya que la Canal Estrecha baja por la vertiente norte y el collado de la Forcadona te permite pasar a la vertiente sur) y la posibilidad de bajar de la cima de Peña Santa por la vía de los Llastrales. Me contesta que el nevero de la Forcadona se puede pasar (lógicamente estamos hablando de pasar sin crampones ni piolet) pero que está muy delicado; mientras lo dice usa un gesto como si no le gustase mucho. Bueno... yo ya contaba con que sería un paso delicado, así que realmente no es ninguna novedad.

De la pregunta acerca de la vía de los Llastrales el guarda se hace el sueco... como si no lo hubiera oído... Captamos el mensaje. Se trata de una bajada que tiene fama de ser bastante delicada y de la que apenas se encuentra nada de información. Todo el mundo baja por la Canal Estrecha, ruta de bajada que te lleva 4 horas hasta llegar a Vega Huerta, y se supone que por la vía de los Llastrales se tarda la mitad, por lo que es realmente tentador, pero si nadie la usa y tiene esa fama en un sitio tan salvaje como éste por algo será. Al parecer es un descenso delicado y por grandes precipicios, en el que es fácil embarcarse y meterse en un buen marrón... de hecho de las pocas referencias que tengo de él es de unos que se embarcaron y al final tardaron 5 horas, es decir 1 hora más que por la Canal Estrecha-Forcadona, por lo que les salió el tiro por la culata además de arriesgar más el pellejo. Decidimos que la posibilidad de bajar por los Llastrales la veremos sobre la marcha, pero en principio nos inclinamos más por no arriesgar y bajar por la ruta convencional.

El guarda nos avisa de que hay más gente en Vega Huerta, más que nada porque el refugio libre solo tiene 4 plazas, pero eso no es problema pues parece que hace buen tiempo para vivaquear. Además conozco una cueva por la zona donde podríamos refugiarnos en caso de necesidad.

A continuación se produciría lo que sería la anécdota de la jornada. Salimos del refugio a cargar agua en su fuente, la que hay en el exterior del refugio. Fran sin darse cuenta se apoya sobre ella y yo me sitúo junto a él mientras revisamos con la vista minuciosamente los alrededores y comentamos "¿Dónde narices estará la dichosa fuente?"... ¡¡¡cuando estábamos justo apoyados sobre ella!!! Al no localizarla nos metemos en el refugio y rellenamos las cantimploras en el baño, y cuando salimos del refugio de repente nos damos cuenta que antes habíamos estado buscando la fuente precisamente apoyados sobre la mismísima fuente... El colmo del despiste. Increíble pero cierto. 

Una ver bien provistos de agua reanudamos la marcha, iniciando unos metros por sendero equivocado, pero rápidamente me doy cuenta y damos la vuelta para coger el sendero correcto. Aunque ya tenemos medio identificado el camino correcto y nos dirigimos hacia él, una persona junto a la puerta del refugio nos indica amablemente por dónde debemos ir; ello nos ayuda a confirmar que ahora vamos bien encaminados.

El sendero inicialmente lleva un recorrido prácticamente horizontal, solo roto por algunos pequeñitos repechos y descensos. Hay mucho barro. El agua y la naturaleza ha hecho su trabajo y en algunos puntos cuesta seguir el "sendero" que ha sido prácticamente borrado. En una de esas nos damos cuenta que nos hemos salido de la ruta y con ayuda del GPS y unos pocos metrillos de campo a través recuperamos rápidamente el sendero.

Más adelante nos adentramos en zona boscosa. El sendero está muy marcado y no tiene pérdida, y empiezan las rampas de subida. La subida es continua, pero no son rampas excesivamente empinadas; no obstante, el tremendo calor del día y de estas horas, y la humedad del bosque hace que subamos sofocados. Yo, que no soy de mucho sudar, voy soltando goterones de sudor por el camino y aunque no me puedo ver en un espejo me imagino que hasta debo llevar cara de sofoco... cualquiera que me vea en esos momentos podría pensar que no he subido una cuesta en mi vida.

Empezando la zona boscosa

Vemos una pareja mayor haciéndose fotos... imaginamos que están en el famoso "Roblón". Llegamos hasta ellos y lo confirmamos. El "Roblón" es un enorme y llamativo roble, al parecer milenario. Entablamos conversación con la pareja y nos piden el favor de que les hagamos una foto y les pedimos que nos devuelvan el favor haciéndonos ellos una a nosotros. Echamos unos minutillos de charla con ellos que nos vienen bien como descanso. Nos cuentan la gente que han visto en Vega Huerta y los que se han encontrado de camino... parece que aquello va a estar concurrido. También nos dice que todavía nos queda un huevo para llegar... lo primero que pienso en ese momento es "ya lo sé, pero lo último que me apetecía ahora es que me lo recordaras". Nos despedimos de ellos y continuamos la marcha.

Foto junto al "Roblón"

El bosque, en continua cuesta arriba y cada vez un poco más trabajosa, parece que nunca se termina. Como los árboles no dejan visión no tienes ninguna referencia para guiarte de cuánto te queda o por dónde vas. Solo aprecio en algún momento el color del cielo entre las ramas y un amago de que la pendiente va a suavizar, pero no son más que falsos indicios y todo continúa igual.

La mochila me incomoda mucho, es una "ultralight" del Decathlon que tengo desde hace unos años y que es muy ligera... pero a costa de ser incómoda, por lo que muchas veces pienso que es mejor cargar con una mochila que tengo que pesa un kilo más pero es mucho más cómoda. El problema de la que llevo es que no sujeta nada bien por la cintura y encima en los hombros es estrecha y con poco acolchado y se clava horriblemente (en ambos sitios han ahorrado material para ahorrar el peso), y para colmo la correa pectoral se desajusta sola continuamente; el resultado es que cuando llevas mucho peso con el tiempo la mochila se va volviendo inaguantable... ya sufrí muchísimo con ella en el descenso de la Cara Norte del Monte Perdido pero no escarmiento y acabo siempre por picar en ahorrar un kilo de peso a costa de comodidad... o mejor dicho de soportar una auténtica tortura. Está claro que desgraciadamente esta mochila no es nada útil cuando tienes que llevar algo de peso.

Por fin llegamos al final del bosque. Nos encontramos con más gente que baja, con los que intercambiamos pequeñas conversaciones. Justo antes de salir del bosque y exponernos a pleno sol le propongo a Fran hacer una parada algo larga para descansar un poco y con la esperanza de que el tiempo juegue a nuestro favor y baje un poco la intensidad del sol. Lo único malo es que las moscas están un poco pesadas

Continuamos. El ratillo que hemos estado parados apenas ha servido para nada en cuanto a que baje la intensidad del sol, lo cual es de cajón ya que por unos minutillos más tan poco va a cambiar mucho la cosa, pero aunque solo sea por refrescar un poco el cuerpo antes de meternos en la solana vale la pena. La subida ahora es por vegetación baja y sigue con una cierta pendiente que no cesa.

Llegamos a un colladito desde donde se ve el refugio del Frade y a lo lejos el cruce de la pedrera que tenemos que hacer y la subida de la Canal del Perro, pero antes tenemos que volver otra vez a la vertiente derecha y seguir subiendo por ella.
 
Desde el colladito vemos el refugio del Frade y a lo lejos el cruce de la pedrera y la subida de la Canal del Perro

Una vez arriba, el sendero llanea un pelín antes de volver a subir un poco hacia los Moledizos y girar hacia la izquierda. Aquí ya nos juntamos con el sendero por el que vendríamos si hubiéramos partido de Soto de Valdeón, pasando por la Vega de Llos.
 
Un tramito de llaneo antes de seguir subiendo
De camino a la pedrera

Una zona de descenso nos lleva a cruzar la pedrera y empezar a subir por la Canal del Perro. Tenemos fichadas ya desde lejos un par de sombras que hace la roca en la Canal del Perro, así que Fran aprieta un poco el ritmo para llegar pronto a la primera; yo no tengo pilas para subir tan rápido como él y prefiero seguir a mi ritmo. Fran llega a la sombra y yo tengo que esperar tres o cuatro minutos más para llegar y hacer lo mismo que él: quitarme la mochila, quitarme la camiseta y ponerla a secar... está todo empapado en sudor.

Comemos unas barritas y nos relajamos un poco. Las vistas ya son magníficas. Se está estupendo aquí en la sombra, pero tenemos que continuar antes de que nos dé más pereza. Nos ponemos de nuevo las camisetas, que apenas se han secado, cargamos con las mochilas y continuamos.

Cuando parece que vas a coronar la Canal del Perro te encuentras con un tramito de llaneo y luego vuelta a subir... uff, ya no me acordaba de esto... no es mucho más y la pendiente ya es algo más suave, pero es un pequeño golpe psicológico.

Finalmente llegamos al Collado del Burro, que es el punto más alto de nuestro trayecto a Vega Huerta. Tenemos ya a la vista la majestuosa pared sur de Peña Santa. Todavía nos queda casi una hora hasta Vega Huerta y hay otro tanto desde Vega Huerta hasta el pie de pared, pero la pared es tan inmensa que parece que la tienes al lado.
 
Hemos pasado ya el collado del Burro y tenemos la pared sur de Peña Santa ante nosotros, a lo lejos

El recorrido desde aquí hasta Vega Huerta es un poco tipo "montaña rusa" con ondulaciones de sube y baja, y tendencia global de ligera bajada. Al principio es más o menos cómodo, pero enseguida te metes en territorio rocoso y ya no es tan cómodo.

En pleno terreno rocoso nos cruzamos con unos escaladores. Me llaman la atención porque van un poco cabizbajos y creo recordar que con cacharros de escalada todavía colgando. Tenía intención de informarme con la gente que bajara de escalar del estado del nevero de la Forcadona y de si por casualidad alguno había bajado por la vía de los Llastrales para que me contara, así que no pierdo ocasión y empiezo a entablar conversación con ellos, pero apenas se paran y me comentan que vienen de la Canal del Pájaro Negro y que habían tenido que abandonar por un pequeño accidente... efectivamente uno de ellos cojea, pero en ese momento no me percato del alcance de su problema: luego sabría que tardarían nada menos que ocho horas en llegar a Vegabaño. En cierto modo me ha despistado su actitud de seguir sin apenas parar, pareciendo cabreados por no haber podido haber culminado la escalada pero sin aparentar necesitar ayuda.

Llegamos a un punto en el que el sendero, tras bordear las Torres de Cotalbín por la izquierda, gira a la derecha directos hacia Vega Huerta, cuyo pequeño refugio libre tenemos a la vista desde ese momento. Toca ya solo unos pocos minutillos de descenso atravesando una pedrera y unos metros por prados para llegar a Vega Huerta.
 
Llegando a Vega Huerta

Por fin llegamos. Hemos tardado cuatro horas y media, pero es porque hemos gastado una hora, prácticamente clavada, entre las tres paradas largas que hemos hecho (la del refugio de Vega Baño, la de la salida del bosque y la de la Canal del Perro.

En el primer vivac que nos parece bien, junto al refugio soltamos las mochilas... ¡Qué alivio! Lo siguiente es sacar las cantimploras, bajar a la fuente, situada a unos metrillos del refugio, e hincharnos a agua... ¡¡Qué buena!! Fresquísima y riquísima.
 
No podemos evitar fotografiarnos enseguida con la pared que vamos a escalar mañana, situada a algo más de 1 km de aquí

El refugio libre tiene solo 4 plazas, y no sabemos si están ocupadas o no, pues hay un poco lío de mochilas en el interior que no se sabe de quién son, pero en cualquier caso parece que va a hacer buena noche y el hacer vivac parece la mejor opción, especialmente para no arriesgarte a que te toque al lado alguien que ronque.

Junto al refugio encontramos un hombre con una niña, que han venido con su tienda de campaña a disfrutar del entorno, una cordada de dos segovianos que acaban de llegar de escalar la Sur (uno de ellos anda un poco cabreado por la "guerra" que les ha dado el descenso), y otros dos escaladores que tienen previsto hacer la Sur mañana, como nosotros.

El segoviano comenta que el paso del nevero de la Forcadona ha sido una odisea, escalando en travesía por las paredes de la rimaya y con sus ciertos riesgos. También habla de la travesía del último largo de la propia escalada de la Sur, diciendo que se inicia con un buen tramo complicado sin ningún seguro y que eso le ha creado muchísima tensión y no le ha molado nada. En ese momento prefiero retirarme a hacer otras cosas y no seguir oyendo para que no me influya para la escalada de mañana.

El ocaso del sol nos proporciona unas imágenes bien bonitas con el sol escondiéndose y el clásico mar de nubes de Picos de Europa.



Al rato entablamos conversación con los dos que van a hacer mañana la Sur, como nosotros. Al principio bien, pero enseguida veo que uno de ellos es un poco "charlatán" y se ve que le gusta presumir de haber hecho ciertas vías y muchas otras cosas. Al planificar la vía dicen que ellos con estar a pie de vía a las 10 de la mañana les vale, pues van a tardar cuatro horas de escalada y no sé si dijeron dos horas o menos de descenso. Les corrijo y les digo que cuenten con cuatro horas de descenso, que es muy largo y enrevesado... contestan que de cualquier forma con 4 horas de escalada + 4 horas de descenso, si están a pie de vía a las 10:00 a las 18 horas ya estarían en el refugio... incluso se llegan a plantear si llevar o no los frontales... Yo les digo que fácilmente tardarán más de cuatro horas en la escalada, pero acabo por no insistir mucho pues han hablado de haber hecho tal grado, tal vía difícil, etc... y tampoco quiero yo pasarme de listo por si acaso realmente son unos máquinas. Luego se verá que las cosas no les fueron nada bien e incluso dos días más tarde han llegado a tener un grave accidente. En la conversación, vuelven a la carga a presumir de escaladas y hazañas (realmente solo era uno de ellos), así que como tampoco nos sobra el tiempo rápidamente corto la conversación y le digo a Fran que nos pongamos a cenar que tenemos que descansar.

Cenamos. Me alegro de haberme subido el plumas, pues no es que haga un frío excesivo, pero sí el suficiente como para que se agradezca haber cargado con él. Una vez hemos cenado, acordamos despertarnos a las 6:30, a ver si conseguimos salir hacia pie de vía a las 7:00 y estar listos para empezar a escalar a las 8:00. Tampoco quiero levantarnos más temprano pues necesito algo de luz del día para localizar y saber llegar bien al pie de vía. Se tardan más de tres cuartos de hora desde el refugio hasta pie de vía, aunque visualmente parezca que esté ahí mismo.

Corre airecillo fresco pero no parece necesaria la funda de vivac. Fran, por si acaso, usa la manta de supervivencia sobre el saco para protegerse del airecillo. Enseguida tengo que abrir un poco el saco por el calor... realmente hace menos frío del que parece. Nos dormimos... ZzZzZzZzZ.


Escalada vía Sur Directa(29 de agosto de 2014)

NOTA: en el número de largos no cuento el recorrido del nevero colgado, que se hace andando, ni tampoco la posterior trepada hasta una cueva, trepada que tiene algún paso delicado y algunas cordadas resuelven en ensamble o incluso haciendo un largo adicional. Por otra parte, tal y como lo hicimos nosotros todos los largos superan los 30 metros, por lo que no parece factible empalmar dos de ellos para reducir su número, al menos sin hacer cosas raras.
 
Datos
Longitud de la vía: 680 m.  Nº largos: 12.     Dificultad máxima: V
Dificultad global de la vía:  MD- (Muy Difícil Inferior)
Características: Vía relativamente fácil en cuanto al grado de dificultad de sus largos, pero bastante larga y comprometida en su conjunto. Caliza de gran adherencia y presencia abundante de canalizos. Descenso algo complicado y muy largo.
Material: Juego de fisureros y juego de friends. Algunos anillos de cordino o cinta para puentes roca y/o reforzar reuniones.
Equipamiento: Solo uno o dos parabolts en todo el recorrido. Algunos clavos viejos, en algunos casos en mal estado. Las reuniones son en puentes roca y clavos viejos y en casi todos los casos conviene reforzarlas, especialmente por tener cintas y cordinos bastante pasados. 
Pasos clave: En el sexto largo (el de después del nevero y la trepada), a mitad de la travesía desde la chimenea al espolón hay un paso bastante técnico pero que está protegido y pensando un poco se resuelve bien. En el largo 12 (el último), tras la travesía inicial la vía tira directa hacia arriba en un paso no muy fácil, delicado, aéreo y un pelín expuesto que puede asustar un poco.
Posibilidades de escape: Muy difíciles. Prácticamente la única posibilidad que veo es por la propia vía y abandonando material. Lógicamente cuanto más arriba más se complica la cosa. Deshacer el largo 8, que sube y baja, puede resultar un cierto problema.
Tiempo de escalada: Un tiempo de escalada normal se sitúa entre 7 y 8 horas. Nosotros nos acercamos hacia las 8 horas yendo bastante tranquilos, con una parada larga a comer en la sombra en el nevero colgado y con un problemilla de "navegación" en uno de los largos que nos hizo perder algo de tiempo.
Tiempos de aproximación y regreso: Hay que contar con que en la aproximación se nos irá casi una hora, posiblemente incluso algo más si contamos con la trepada inicial y todos los preparativos hasta estar listos para iniciar la escalada. El descenso y retorno al refugio es muy laborioso, delicado y sobre todo largo. Hay que contar con unas 4 horas. Nosotros tardamos un pelín menos de cuatro horas, pues el inicio del descenso nos consumió bastantes minutos en ver por dónde iba (de hecho fuimos algo "fuera de ruta") pero luego el nevero de la Forcadona lo afrontamos bastante bien y nos cundió.
Cimas: Peña Santa (2596 m).
 
Track: 
Grabado "in situ" el descenso y regreso; en la aproximación se me olvidó encenderlo, así que esta parte está generada sobre mapa con ayuda de otros tracks. Filtrado y depurado. (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).


Croquis: 





Aproximación a pie de vía

Suena el despertador... he dormido muy bien, aunque a partir de cierta hora me he despertado un montón de veces. Da pereza moverse... ¡cómo mola remolonear!... pero me autoconvenzo pensando que cuanto antes salgamos menos probabilidades de problemas habrá. Aviso a Fran... hay que espabilar.

Nos vestimos, desayunamos, cargamos agua en la fuente y preparamos el material. Por mucho que medio prepares las cosas la noche anterior siempre hay todavía cosas que preparar antes de salir. El resultado es que se nos han hecho las 7:30, media hora más tarde de lo previsto, cuando estamos listos para partir. Hace escasos minutillos que ha amanecido, así que por lo menor haremos la aproximación ya sin necesidad de frontales. Yo me voy a llevar la mochila grande, ya que por problemas de espacio no me he traído la mochila de ataque, pero comprimiendo su grosor con las correas queda apañada. Llevamos 4 litros de agua, 2 por cabeza, con idea de recargar en algún nevero según veamos necesario. Es una vía en la que hay que ir bien provisto de agua.

La cordada que va a hacer hoy también la Sur se ha despertado y ya andan levantados, probablemente fruto de la luz del amanecer y/o porque nos han oído. En parte me resulta un cierto alivio ya que me parecía que iban a meterse en la vía un poco tarde y me preocupaba; parece que van a empezar a prepararse.

Iniciamos la aproximación a pie de vía. Al avanzar un poco el terreno se vuelve un poco caótico e intento seguir los hitos que hay de vez en cuando, pero hay pocos y cuesta un poco divisarlos, por lo que acabo yendo más o menos por donde me parece mejor. Vamos hacia un saliente con el objetivo de evitar en lo posible subir por mitad de la pedrera. Coronamos el saliente, situado un poco a la derecha del inicio de vía, y estamos a pie de pared. Ahora toca buscar por dónde hacer la trepada para encaramarse al inicio de la vía, situado en una repisa colgada.
 
En la pedrera cerca del pie de pared. Por encima de Fran se ve la chimenea que más o menos siguen los dos primeros largos. Nosotros empezamos a trepar ya saliéndonos de la foto por la derecha

Pero antes Fran me pide el "papel de rapelar", como llamamos en broma al papel higiénico, y se queda haciendo sus preparativos y organizando sus cosas. Mientras yo me pongo el arnés, para no tenérmelo que poner luego en la repisilla y empiezo la trepada por donde me parece un poco más fácil.  Aun así, por donde subo trepando resulta algo delicado en zapatillas, quizás un III.
 
Trepando hacia el inicio de vía... pero desviados unos 15-20 metros a la derecha

Llego a la altura del inicio de vía, pero éste está como unos 15 o 20 metros a la izquierda, con lo que me toca hacer una, en teoría, fácil travesía pero con un tramito en el que caen chorreras de agua... pufff... menos mal que con un buen espatarramiento se consigue ir cruzándolo. Fran también se ha puesto el arnés y ha empezado a trepar por donde yo. Cuando llego al inicio de vía compruebo que tendría que haber trepado por otro sitio más fácil y que va a parar directamente al pie de vía... ¡qué se le va a hacer!... cosas que pasan.
 

Desarrollo de la escalada

Llego a pie de vía. La terracita es más o menos amplia pero inclinada... no mola mucho pues estamos ya a unos cuantos metros del suelo, así que hay que buscar un punto de anclaje. Como Fran está todavía trepando, lo que hago es prepararme para iniciar yo el primer largo, con idea de ir ganando tiempo. No hemos hablado del reparto de los largos, y de hecho ni siquiera sabemos en cuántos largos haremos la vía, pues la información es algo confusa: que si esto a lo mejor se puede hacer en ensamble, que si a lo mejor estos dos largos se pueden empalmar... En vías tan largas y que no conoces al final nunca sabes cuántos largos te van a salir hasta que las haces. Cuando llega Fran le comento que para ganar tiempo he ido preparándome para salir primero y a él le parece bien. He colocado un fisurero a pie de vía para tener algún seguro, pues no sé por qué tenía la idea de que había un clavo pero por más que he buscado y rebuscado no he encontrado nada ni que se le parezca. Fran me pasa el resto de material que tenía él y me dispongo a salir cuando deben ser alrededor de las 9 de la mañana...una hora más tarde de lo que había previsto, pero es que se nos ha ido yendo el tiempo entre unas cosas y otras.

Antes de iniciar la vía vemos a la otra cordada que ya se están acercando a la pedrera previa a la trepada. Me quedo pensando que si van tan rápidos como decían ayer tendremos que dejarles adelantarnos en algún momento... pienso que si conseguimos llevarles la delantera hasta el nevero colgado, allí puede ser un buen sitio, pero nosotros iremos a nuestro ritmo y punto.


Largo 1 (IV/IV+): Chimenea y espolón vertical

Empiezo yo. Subo por la chimenea, relativamente fácil al principio pero un poco más arriba se empieza a complicar algo. Fran me avisa desde abajo que el espolón de mi derecha parece bastante más fácil... ¡cómo no se me ha ocurrido, a mí que siempre tengo tendencia a salirme a los espolones!... Pero donde estoy no es nada fácil pasarse al espolón, así que tengo que bajar unos pasitos hasta encontrar un punto de paso por donde salirme.
 
Iniciando la vía, por la chimenea

Una vez montado en el espolón la cosa es relativamente más fácil y voy progresando bien.

Este largo es bastante vertical, pero según vas llegando a la reunión va tumbando un poco. En ese momento ya intuyes dónde está la reunión porque se va viendo que hacia la derecha se adivina una amplia terraza-nicho. El tramito final ya es muy fácil.

Hay como tres puentes-roca equipados con cordinos, muy seguidos, uno detrás de otro; lo suyo es montar la reunión en el último, que como es la tónica general de esta vía, será conveniente reforzar debido al estado de los cordinos o montar reunión pasando de ellos. No insistiré más en este tema de reforzar reuniones, pues conviene hacerlo prácticamente en todas.

Aviso a Fran y sube, juntándonos en la reunión... ya hemos roto el hielo con la vía.

Por abajo oímos a la otra cordada, pero no vemos exactamente dónde están.


Largo 2 (V): Espolón con tres clavos... que vienen muy bien.

En el siguiente largo las reseñas marcan tres posibles alternativas:
  • Un poco por la derecha, un muro o diedro muy abierto V+ que a mitad de largo afloja.
  • Justo encima o ligeramente a la izquierda un espolón de V y tres clavos.
  • Haciendo un poco de travesía hacia la izquierda se conecta con una chimenea de IV+.

Ya había estudiado en casa las tres alternativas y sacado mis conclusiones: la alternativa V+ es más complicada de proteger, cosa que no mola mucho, mientras que la de V tiene tres clavos para protegerte bastante bien ubicados; por otra parte la alternativa de IV+ por lo visto es un poco más enrevesada y considero que no vale la pena. Para mí está claro que la mejor alternativa es la del grado V, con sus tres clavos y tengo la impresión que además es la más repetida.

Le toca a Fran de primero y se fía de mi criterio, así que tira para arriba por la alternativa de V, que empieza también muy vertical.
 
Fran iniciando el segundo largo

Pronto llega al primer paso de V y primer clavo. Fran dice que el clavo está muy bien puesto ahí y viene genial para pasar el pasito con seguridad y que no sobra. Enseguida está el segundo clavo que también viene muy bien. Un poco más arriba está el tercer clavo, en pasos ya un poco más fáciles. Al igual que en el largo anterior, llegando a la reunión la pared tumba un poco y se intuye el emplazamiento de la reunión.
 
Un poco más arriba

Fran me avisa cuando ya me tiene asegurado y tiro para arriba, juntándonos en la segunda reunión. En este largo ha habido que apretar un poquitín más que en el anterior, pero también se hace bien y sobre todo con la seguridad de los tres clavos que hay en el recorrido.
 
Remontando el largo, ya con un buen patiazo a pesar de ser solo el segundo largo
Un poquito más arriba
Fran esperándome en la reunión


Largo 3 (III): Más tumbado y descompuesto, con algún resalte.

El siguiente largo es muy fácil. Muchas cordadas lo hacen en ensamble, pero yo considero que es más rápido seguir la mecánica y hacer un largo que se hace bastante rápido porque prácticamente puedes hacerlo sin poner ningún seguro.
 
Preparando los cacharros para el siguiente largo... aunque no van a ser muy útiles

Tiro para arriba. Fácil con un par de resaltillos que te frenan unos segundos, pero el resto es avanzar y avanzar. A mitad de largo creo recordar que puse un seguro porque me encontré algo muy a huevo, pero no resulta muy necesario. Enseguida me planto en la reunión y aviso a Fran que sube rápidamente. Si hubiéramos optado por ir en ensamble yo creo que habríamos tardado más entre ponernos en "modo ensamble", hacerlo y volvernos a poner en "modo largo"; el ir en ensamble creo que solo es rentable cuando vas a avanzar más de los 60 metros máximos de un largo.

En el largo 3

Seguimos oyendo a la otra cordada. Intuimos que han debido empezar la vía, pero no les vemos.


Largo 4 (IV+): Fácil hasta una chimenea... ¡qué apreturas!

Le toca a Fran de primero. Había leído en algún sitio que era posible empalmar este largo con el siguiente (aunque luego comprobaríamos que no es cierto), cosa que se lo digo a Fran para que lo sepa, pero que a no ser que lo vea muy claro no se complique y monte reunión al finalizar este largo.

Un buen patio y buenas vistas desde la amplia reunión 3

Fran sube ligeramente por la izquierda. A mitad de largo ya no veo a Fran, pero le oigo maldecir... ¿qué pasará?... Al cabo de un rato Fran me informa: hay una chimenea muy estrecha y ha tenido que quitarse la mochila para pasarla. Tras haber pasado la chimenea llega fácilmente a la reunión.
 
Fran en el primer tramo del largo 4

Me avisa para que suba y tiro para arriba. La primera mitad se resuelve sin problemas por pasos más o menos fáciles que deben ser de IV, hasta que llego a la chimenea. Me avisa Fran para que haga una foto a la chimenea, de recuerdo.

La dichosa chimenea... a empotrar el cuerpo para subir

Me meto al inicio de la chimenea y, haciendo caso a Fran, me quito la mochila y me la cuelgo del anillo ventral. En la chimenea (IV+) se progresa a base de empotramientos del cuerpo, con lo cual el hecho de haberse quitado la mochila facilita las cosas.

Una vez superada la chimenea me vuelvo a poner la mochila y continúo ya por terreno fácil hasta la  reunión, que tengo a la vista, un poco a la izquierda, y Fran en ella.
 
Tras salir de la chimenea ya veo a Fran en la reunión

El largo ha superado holgadamente los 30 metros (tengo marcada la mitad de la cuerda, así que controlo fácilmente cuando se llegan a esos 30 metros), por lo que veo que no parecía factible empalmarlo con el siguiente (y menos al conocer el siguiente como se verá a continuación). 


Largo 5 (IV+/V): En busca del nevero colgado

Me toca de primero. El empiece no es muy difícil, pero veo un momento en el que por encima se complica y que el trazado lógico del largo va por mi derecha. Tengo que hacer un paso en travesía algo delicado y estirándose bien, que rozará el V.
 
Poniendo el primer seguro en el largo 5

Continúo ya un poco más fácil por donde veo más lógico, prácticamente recto hacia arriba, hasta que llego a un punto en el la verticalidad afloja un poco y las paredes de la aguja José del Prado te empiezan a empujar ligeramente hacia la derecha. Quizás la posibilidad de empalmar este largo con el anterior pasa por montar reunión aquí, pero me parece absurdo porque en primer lugar la cuerda no sé ni siquiera si llegaría hasta aquí (si llega sería realmente justo), en segundo lugar tampoco parece un sitio "cómodo" para una reunión y en tercer lugar todavía queda un buen tramo hasta llegar al nevero colgado que habría que hacer como mínimo en ensamble.

A partir de aquí veo que hay que subir con tendencia hacia la derecha, despegándose un poco de la aguja José del Prado, para encaminarme hacia donde parece la salida más lógica a la terraza del nevero colgado. Por cierto, he pasado por un clavo cochambroso que dudo que resistiera mucho, aunque estas cosas siempre dan la satisfacción de ver que aparentemente vas bien encaminado (...aunque no siempre quiere decir eso, ya que podría tratarse de un clavo puesto para salir de un marrón o perteneciente a otra vía; pero aquí no es el caso).

Voy subiendo por terreno más o menos fácil, supongo que IV o incluso menos, y cuando voy llegando arriba veo un cordino que detecto por lo llamativo de su color... está claro dónde hay que montar reunión. Cuando voy llegando Fran me avisa que va quedando poca cuerda, por lo que este largo finalmente rondará los 50 metros... ¡como para empalmarlo con el anterior!

Aviso a Fran, que remonta el largo hasta juntarnos.


Terraza del nevero colgado (tramo andando)

Desde la reunión solo queda un pequeño escaloncito para la amplísima terraza del nevero colgado, así que Fran ya se sube ese escaloncito y se desata, pues el siguiente tramo es andando, y mientras tanto yo voy desmontando la reunión. Subo el escaloncito, me desato y recogemos las cuerdas. Pero antes hemos cambiado los pies de gato por las zapatillas, para andar por la pedrera que nos toca ahora.

En la terraza del nevero colgado el espectáculo es alucinante, con enormes paredes de canalizos que suben verticales hacia arriba... Te quedas embobado mirando. Entre otros, tenemos a la vista los espectaculares cuatro últimos largos de canalizos con los que termina la vía. A la derecha se encuentra el nevero, grande pero bastante reducido (para lo que debe ser su tamaño en otros momentos) y partido en dos, pues en la parte alta de esta inmensa terraza inclinada hay un buen trozo de él.
 
Llegada a la terraza del nevero colgado. Inmensas paredes de canalizos nos rodean


Aquí existe la posibilidad de recargar agua con la nieve del nevero, pero hasta aquí hemos gastado tan poca que consideramos que no nos vale la pena. Por otro lado, seguimos oyendo las voces de la otra cordada, pero seguimos sin ver por dónde van. Parece que se oyen relativamente cerca, pero puede ser engañoso por la acústica que hay aquí.

Tras haber hecho unas fotos y estar listos empezamos a remontar la pedrera de esta terraza. Nos encaminamos con tendencia a las paredes de la izquierda; pegado a ellas es por donde se sube cuando el nevero está crecido. Pero en esta ocasión nos dirigimos a ellas en busca de un punto de sombra que hemos localizado.
 
Remontando la terraza. El nevero muy mermado

En la sombra soltamos las mochilas y nos sentamos para hacer una parada larga. Al lado nuestro hay unas pequeñas plataformas horizontales que recuerdo haber oído hablar de ellas como sitios donde hacer vivac. De hecho, en mis planteamientos de otros años contemplaba empezar a escalar por la tarde, dormir aquí y a la mañana siguiente terminar la escalada, pasando, según me han dicho otros que lo han hecho, una entrañable noche en pared. Pero luego deseché esa idea por diversos motivos, pero sobre todo por evitar escalar con más peso (sacos, esterillas, comida y ropa de abrigo, ya que eso es una nevera) y también evitar la posibilidad de llevarse la desagradable sorpresa de que al levantarse al día siguiente haga mal tiempo.

Volviendo al relato, allí comemos frutos secos, barritas, golosinas, bebemos agua y descansamos... sobre todo del sol que nos está pegando toda la mañana. Seguimos oyendo a la otra cordada, que parece que la tenemos al lado, pero por más que miro no veo llegar a nadie a la terraza del nevero.

Se está muy bien, sobre todo con el fresquito que proporciona el nevero, pero hay que continuar. Solo nos quedan unos metrillos para llegar a la trepada que viene a continuación, para cuyo cuyo comienzo nos ubicamos en lo que sería la rimaya superior de la parte superior del nevero, que hace como un toldo, pero hay un hueco amplio entre nevero y pared.

Trozo superior del nevero. Nos meteríamos por el hueco entre nevero y roca para acceder a la trepada siguiente

En total habremos andado en este tramo del orden de 100 metros más o menos.


Trepada tras la terraza del nevero (III+)

Es una trepada cuya dificultad rondará el III+ en algún que otro punto o incluso puede que se roce el IV tal y como indica alguna reseña (la de "viaclasica.com", por ejemplo) por lo que no es de extrañar que algunas cordadas opten por ir en ensamble y/o calzarse los pies de gato antes.

Nosotros nos aventuramos en zapatillas y llevando guardadas las cuerdas, pues de primeras tampoco nos parece excesivamente complicada, pero algún pasito tiene, y la caída no es menospreciable.

Finalizamos la trepada saliendo hacia la derecha, donde hay una plataforma bajo una chimenea, y tras la plataforma hay una cueva. La cueva está claramente excavada por los fenómenos kársticos; me asomo y resulta curiosa, habiendo una especie de "desague" gordo que tira para abajo... ¡a saber a dónde vas a parar si te tiras por ahí!

En la plataforma nos preparamos, ya que es donde empieza el siguiente largo.


Largo 6 (V): Paso técnico para cambiar de tercio

Después de esta interrupción en la escalada y según los turnos que llevamos, Fran los pares y yo los impares, le toca a Fran de primero. La información que tengo dice que hay que subir por la chimenea, pero a la altura del clavo se sale uno en una travesía hacia la derecha llegando a una chapa donde está el paso técnico de este largo y a continuación salir hacia el espolón donde se cambia de tercio y se continúa por él hasta la reunión.

Sube Fran hasta el clavo (bueno, ahora no recuerdo si era clavo o chapa, pero el importante es el otro), sin problemas, y empieza la travesía, con cuidado hasta que llega a la chapa. En la chapa está el paso técnico, donde Fran tiene que echar algo más de tiempo; yo le intento indicar cómo lo veo desde abajo, pero al final acaba resolviéndolo bien y sale al espolón, no sin antes decirme que no vaya de segundo como un autómata e intente pensar el paso.
 
Fran a punto de llegar al paso técnico
Superado el paso técnico, Fran alcanza el espolón

Una vez pasa al espolón le pierdo de vista, salvo cuando hace por asomarse. Tengo la idea de que por el espolón ya es fácil, por lo que me espero que me diga "¡reunión!" pronto, pero tarda un poco más de lo que me esperaba. Finalmente llega a la reunión y con ello el momento de mi turno.

Empiezo por la chimenea, fácil, llego al clavo e inicio la travesía, que hay que hacer con más cuidado pero si llegar a ser complicada, y llego a la famosa chapa que protege el paso en cuestión. El paso se ve duro: malas manos y pies casi inexistentes... Pero como dice Fran, hay que pensar... veamos... un pequeño bidedo invertido para la mano izquierda, avanzo pies como puedo, pues la pared está lisa y no ha más que ligeros relieves y con la mano derecha un agarre maluco... tiene mala pinta la cosa, pero en ese momento pienso "si es un V tampoco puede ser tan complicado", así que: creo que tengo bien colocados los pies, aunque sean en relieves casi inexistentes, tiro del agarre maluco de la mano derecha y suelto el bidedo invertido para ir hacia otro agarre con pinte de maluco que está más arriba y... ¡¡tachán!!... efectivamente cuando al echar mano del agarre maluco de arriba noto con placer que se me cuelan los dedos por detrás y que realmente aunque estuviera "camuflado" es un buen cazo... Problema resuelto.

Me encaramo al espolón. El espolón me sorprende, en primer lugar porque es muy afilado y aéreo, ¡vaya largo más chulo!, y en segundo lugar porque tampoco es un paseo hasta la reunión. Vamos, tampoco es que sea cañero, será IV+, pero contrasta con la idea que tenía en la cabeza de que el largo una vez en el espolón ya era un paseo. Desde el espolón tengo una espectacular vista de los famosos largos de canalizos, los últimos cuatro largos de la vía.

Desde el espolón hay una impresionante vista de los largos finales de canalizos

Tras ir resolviendo el espolón llego a la reunión.
 
Llegando ya a la reunión
Fran en la reunión, desde mi punto de visión

Este largo finalmente ha resultado bien bonito. De hecho se va a disputar con el último largo de la vía el honor de ser el largo más bonito de toda la escalada; aunque realmente son dos largos tan distintos que no son fácilmente comparables... ni quizás conviene hacerlo. Pero no adelantemos acontecimientos y sigamos.


Largo 7 (III): Espolón de transición

Me toca de primero... me toca comerme otro de los fáciles. Empiezo el largo, que consiste en recorrer un espolón bastante tumbado que te va encaminando hacia los famosos largos de canalizos, hasta que se acaba el espolón. Allí veo un cordino donde monto reunión para afrontar el siguiente largo.
 

Iniciando el fácil largo 7, con paredes de canalizos por todos los lados
 
Este largo lo he hecho sin poner ningún seguro, de reunión a reunión, lo que indica lo fácil que es. Al igual que en el largo 3, se podría plantear ir en ensamble, pero no lo considero interesante: un largo fácil y sin necesidad de seguros intermedios se hace bastante rápido. Por otro lado, si la reunión de partida se monta un poco más arriba, quizás sea posible empalmar este largo con el siguiente, ya que ambos rondan los 30 metros (cada uno), pero yo creo que no es nada aconsejable, ya que el largo siguiente es muy raro y entre los dos hacen muchos requiebros, por lo que  la cuerda deberá rozar muchísimo, quizás hasta hacerla inmanejable.

Aviso a Fran, que rápidamente remonta el largo y se planta en la reunión.


Largo 8 (IV) Corto y fácil, pero entretenido

A Fran también le toca uno de los fáciles... aunque bastante más divertido que el mío anterior.

Estamos junto a un enorme bloque, a modo de pequeña aguja, adosado a la pared. Justo al otro lado se encuentran los famosos largos de canalizos, así que este largo consiste en escalar esta pequeña aguja adosada a la pared y bajarla por el otro lado, quedando a la misma altura, o incluso algo más bajos, al otro lado.

Empieza Fran que inicialmente se sube por el espolón del bloque adosado, pero yo le indico que me parece que se hace por el interior de la chimenea que se forma entre el bloque adosado y la pared, escalando en "X". Se mete en la chimenea y le pierdo de vista, pero me vocea que efectivamente se escala muy bien por dentro y en "X".

Fran en el espolón del bloque adosado

A Fran le he dicho que por el otro lado llegará a la famosa "rampa de canalizos" y allí tendrá que mirar bien para ver dónde montar la reunión. Al cabo de un rato me avisa de que ha hecho reunión.

Empiezo a remontar el largo. Me meto dentro de la chimenea y efectivamente se escala muy bien en "X". Resulta fácil a la par que divertida. Enseguida corono la aguja y ahora toca bajar por el otro lado; es un destrepe fácil, aunque Fran me avisa que hay mucha piedra suelta y que baje con cuidado, ya que él está justo debajo. Así hago y enseguida estoy junto a Fran, que ha encontrado perfectamente la reunión identificada por un viejo cordino en un puente roca.

Entre el bloque adosado y la pared se escala bien en vertical en "X"


Largo 9 (IV): Empiezan los largos de canalizos

Me toca de primero, ¡a estrenar los largos de canalizos! Tenemos por encima de nosotros la famosa "rampa de canalizos", que no sé por qué llaman "rampa" porque es bastante más vertical de lo que la palabra "rampa" podría dar a entender. De hecho me sorprende un poco la gran verticalidad de estos largos ya que me los esperaba un pelín más tendidos. Realmente son como grandes resaltes, habiendo como unos tres en cada largo, unidos por cortos y pequeños "descansillos" en los que la pendiente suaviza. Me refiero a este y al siguiente largo dado que en los dos últimos la cosa cambia un poco.

Comienzo. En el primer "resalte" apenas hay canalizos todavía. Me tengo que meter un poco a la izquierda para poder poner un primer seguro.

Superado el primer tramo del largo 9

En el segundo "resalte" es cuando realmente empiezo a progresar por los canalizos plenamente. Es una gozada, pues son bastante verticales pero tienen una adherencia increíble y se progresa muy bien sobre ellos. En alguna reseña dan este largo de V, pero a mi me pareció relativamente fácil, concretamente no creo que pasara de IV. Los canalizos dan mucho juego para los pies: empotre, oposición entre distintos canalizos... Las manos... casi siempre en pinza vertical. Pero la enorme adherencia se encarga de que no resulte muy complicado avanzar.

Un poco más arriba

Intuyo el "descansillo" en el que debe situarse la reunión... y efectivamente al llegar a él puedo observar un cordino que la delata.

Aviso a Fran, que sube también sin problemas hasta que se reúne conmigo.

Fran remontando el largo


Largo 10 (IV+): Más canalizos... usa los que más te gusten

Le toca a Fran de primero. En el siguiente largo ya ves que tienes varias posibles rutas de canalizos para subir. No se ve nada claro cuáles deben ser más o menos fáciles, así que deliberamos un poco Fran y yo al respecto. Fran tira por una de las posibilidades, la que a priori pensábamos que podría dar más juego para progresar. Poco a poco va superando el largo, hasta que llega a una reunión y me avisa.

Fran en el largo 10. Varias posibles rutas de canalizos

Me toca el turno. El primer tramo de este largo es tremendamente vertical y la ruta de canalizos escogida no resulta tan fácil como aparentaba desde la reunión, y sobre todo por el sabor de boca fácil que nos había dado el largo anterior, así que hay que apretar un poquillo más... IV+ o incluso V-. Supongo que si coges otra de las posibles rutas de canalizos la dificultad puede variar un poco.

El resto del largo es ya ligeramente más fácil aunque sin llegar a serlo como el largo anterior. Voy remontándolo sin problemas, hasta que llego a la reunión donde está Fran


Llegando a la reunión


Largo 11 (IV/IV+): Un largo fácil que se me convierte en el largo "tonto"

Me toca de primero el que sería un largo fácil, pero que las circunstancias hacen que se me complique un pelín, al menos psicológicamente, como se va a ver.

Inicio el largo. Viene un tramo que tampoco es que resulte complicado, quizás IV+, pero la primera cosa es que, confiado en la increíble adherencia de la roca uno ya sube de cualquier forma sin pensar y pasa que... fiiiuuu!!... se me va un pie. A Fran le he dado un pequeño sobresalto, pues he estado a punto de "irme", pero afortunadamente las manos estaban sujetas y no ha pasado de ser simplemente un pequeño sobresalto.

En el primer tramo del largo 11

Según acabo este primer "resalte" veo una amplia repisa con dos puentes roca... ¡¡maldición!!, la reunión no era ahí abajo, sino aquí arriba. Fran al ver abajo creo que un par de clavos había dado por supuesto que esa era la reunión, y yo hubiera hecho lo mismo. En resumidas cuentas, este tramo que acabo de hacer creo que pertenece realmente al largo 10 (por eso he puesto en dificultad de este largo IV/IV+, ya que el IV+ corresponde a este primer tramo que corresponde al anterior largo, y el resto del largo es de IV).

El problema es el siguiente: el largo que estoy haciendo, según la información que tengo, es de 50 metros, así que si he empezado más abajo cabe la posibilidad que no me llegue la cuerda hasta la reunión, y precisamente la siguiente reunión es relativamente importante situarla bien para acometer el último largo por dos razones, la primera por encarar bien la travesía de inicio de ese largo y la segunda porque ese largo también es de 50 metros y colocar más lejos la reunión significaría quedarse corto en ese último largo. Calculo que habré avanzado menos de 10 metros, quizás 7 u 8, así que confío en que me lleguen las cuerdas; por otro lado me resulta un tanto absurdo el trasladar ahora la reunión aquí arriba. Por ello continúo en la confianza de que me llegarán las cuerdas... o si no habrá que inventar algo.

Continúo el largo 11

Tras otro tramito más fácil, llega un tramo en el que la roca pierde un poquitín de verticalidad... como si cogiera carrerilla para al final ponerse bien recta hacia arriba. Este tramo voy rápido, parando únicamente para poner algún seguro de vez en cuando.
 
Veo algún puente roca con cordino que me indica que voy por el buen camino, pero no es la reunión, porque no parece un sitio de reunión y además la reunión en cuestión, según la descripción que tengo, está equipada con tres viejos clavos.

Llevo mucho largo, así que consulto a Fran por el walkie y me avisa que ya me va quedando poca cuerda. Me encamino hacia un hueco donde sospecho que puede estar la reunión. Con las estimaciones de longitud de cuerda que queda que me ha dado Fran no está muy claro que llegue, pero hay que subir a ver... El terreno aquí ya ha ido recuperando verticalidad. Cuando puedo ver algo, me doy cuenta que ahí no puede estar la reunión, y lo peor es que me he metido por sitio equivocado, más a la izquierda de por donde debería haber ido y ahora no puedo hacer travesía a la derecha. Por tanto, me toca destrepar un tramo... ¡jolín con el largo fácil, la guerra que está dando!

Destrepo todo lo necesario para encontrar un sitio por donde pasarme a la derecha en una corta travesía... ¡ya está!... ahora otra vez para arriba, por este otro itinerario que tiene un pelín de tendencia hacia la derecha, a ver qué nos encontramos... A todo esto, la cuerda me tira un montonazo y me dificulta bastante la escalada, eso a pesar de ser un largo bastante recto, haber puesto muy pocos seguros y haber puesto en todos ellos cintas largas.

Al subir un poco empiezo a intuir una posible repisa... a ver si hay suerte... sí, eso parece... ¡bingo!... los tres clavos... y la cuerda ha llegado un poco justa, pero ha llegado.

Pero no todo acaba ahí. La reunión es incómoda de narices, y los tres clavos no inspiran mucha confianza, aunque uno de ellos parece un poco más moderno y puesto para ayudar al que está junto a él que está bastante envejecido. Bueno... pienso que entre los tres clavos la reunión es más o menos segura (el sitio no es cómodo para andar reforzando reuniones, así que si parece que es suficiente...), aunque algo en la cabeza me impide colgarme del todo de ella, así que estoy sentado en una roca inclinada con el culo escurriéndoseme y sujetándome con la parte delantera del pie como puedo.

Dado que debe quedar escasísima cuerda y debido a lo incómodo que estoy, ni siquiera recojo cuerda antes de poner el asegurador, por intentar simplificar las maniobras todo lo que puedo, y empiezo a recoger cuerda con el asegurador ya puesto... efectivamente quedaba muy poca cuerda, así que no ha sido mala idea.

Quizás hubiera sido interesante hacer algún tinglado en la reunión para hacerla más cómoda y más segura, pero en ese momento andaba un poco espeso del coco por toda la historia del largo y además el margen de cuerda que tenía era muy escaso.

Aviso a Fran para que remonte el largo y en unos minutos llega a la reunión.

Mi cabeza asoma en esta incómoda reunión. Como se aprecia, la roca se va volviendo bruscamente vertical
Fran llegando a la reunión. Se ve el pie con el que me sujeto, pues la roca está más inclinada de lo que aparenta en la foto

Para suerte de Fran, tiene una repisilla bastante más cómoda a la derecha de la reunión, donde se coloca. Hacemos el traspaso de material para el siguiente largo con cierta rapidez, pues estoy deseando salir pronto de esta reunión.



Largo 12 (V): Travesía con patiazo y directo hacia arriba apretando un poco

Le toca a Fran este magnífico último largo. Le indico a Fran que mire bien por donde hay que ir pues primero hay un tramo en travesía a la derecha y luego ya hay que tirar para arriba. Pierdo a Fran de vista nada más salir de la reunión.

Fran iniciando este último largo, con una bonita imagen de fondo

Mientras Fran va resolviendo el largo, oigo de nuevo a la otra cordada. La hemos estado oyendo durante gran parte de la escalada y Fran y yo nos decíamos en tono de broma: "mira, los que iban a hacer la vía en cuatro horas"; pero ahora miro para abajo y por fin los veo... ¡van por el largo 6!, el de después de la terraza del nevero, es decir, 6 largos por debajo de nosotros... pufff, ¡van fatal de tiempo!

Me dedico a contemplar el paisaje mientras ya no sé cómo poner el cuerpo en esta "M" de reunión en la que constantemente me estoy escurriendo hacia abajo... Bueno, también es verdad que nos hemos malacostumbrado, ya que todas las demás reuniones de esta vía son bastante cómodas, lo cual es muy, muy de agradecer.

Vista de Torre Bermeja desde la reunión 11

Al cabo de un buen rato Fran me avisa de que ha llegado arriba, que va a montar reunión y a continuación tire para arriba.

Cuando me dice que está todo listo salgo, ¡por fin!, de la reunión... ¡qué alivio!

Veo la travesía... un poco más larga de lo que me esperaba, pero no parece tan difícil ni tan "cagante" como la pintan en algunos sitios; de hecho resulta bastante fácil y encima hay algún puente roca donde poder asegurar.

Termino la travesía sin ningún problema... la cuerda llega a un nichillo donde creo recordar que hay un clavo o un puente roca donde asegurar, y pega un brusco quiebro hacia arriba, yendo un poco a la izquierda de este nicho. Miro para arriba y la verdad es que el panorama asusta un poco... no hay prácticamente nada donde agarrarse y la pared yo diría que incluso desploma ligeramente. Puff, le ha echado un "par" Fran subiendo por aquí. Un poco más arriba ha colocado un friend para intentar proteger estos pasos y ahora entiendo que cuando me ha avisado antes que estuviera muy al loro es porque estaba resolviendo esto.

Subo pies todo lo que puedo, pero no veo ni por dónde atacar el paso. No hay nada más que una especie de nervadura vertical muy fina un poco más arriba... Me resulta muy complicado y de hecho yo creo que me tiro casi dos minutos mirándolo y estudiándolo a ver cómo lo ataco. Finalmente me decido a atacarlo como mejor pienso que puedo resolverlo: me subo todo lo que puedo con ayuda del nicho, salgo del nicho espatarrándome bien y poniendo los pies medio en oposición en los minúsculos relieves que puedo localizar en la roca y con las manos haciendo pinza cojo la nervadura... voy tirando para arriba y enseguida engancho con una mano un buen agarre... al final no ha resultado tan complicado, pero está claro que los V's de esta vía son más técnicos y psicológicos, de confiar sobre todo en la adherencia, que físicos como suele ser habitual en roca caliza. Cuando intercambiamos al día siguiente impresiones con los de la otra cordada nos contarían que a ellos también les sorprendería este paso pareciéndoles un poco complicado y que lo resolverían haciendo una especie de bavaresa con la nervadura... otra curiosa posibilidad.

Pasado este punto el largo sigue totalmente hacia arriba siendo todavía muy vertical y algo potente, pero va aflojando poco a poco. Por fin llego a donde está Fran. Se ven unos tornillos cortados donde debería haber estado alguna reunión, pero ahora no hay nada y ha tenido que montar Fran su reunión; la otra cordada nos diría que ellos pasarían al otro lado de la cresta donde al parecer hay un cordino para rapelar y montarían reunión en él.

Se me ha olvidado comentar que este largo también es bastante largo, rondando los 50 metros. La mayoría de los largos de esta vía han rondado los 45 metros, excepto los 7 y 8 que han sido un poco más cortos superando por poco los 30 metros, y los 5, 11 y 12 que han sido los más largos y han debido superar los 50 metros.


Cima

Desde donde acaba la vía apenas hay unos 10 o 15 metros hasta el vértice geodésico, así que en vez de pararme donde Fran, continúo hasta el vértice geodésico y desde allí voy recuperando la cuerda hasta que me traigo a Fran.

Lo primero es soltar las mochilas y lo segundo cambiar los pies de gatos por las zapatillas... ¡qué gusto! Tras felicitarnos mutuamente nos hacemos la correspondiente foto cimera.  


Cima de Peña Santa

En cima estamos genial, hace un día espléndido, una temperatura muy agradable, y las vistas... ¡guau!... sin palabras... espléndidas mires por donde mires. ¡Qué suerte hemos tenido con este día tan despejado! Hacemos un montón de fotos, unas con nosotros, otras solo al paisaje; pongo solo algunas de muestra:


Nos entretenemos un buen rato comiendo, o mejor dicho picoteando, y bebiendo. Ya le hemos dado un buen "tiento" al agua, pero confío en que en el nevero de la Forcadona podamos reponer algo de agua si nos hace falta. Miro el reloj... son las 17:15 (más o menos, no me acuerdo de la hora exacta), hay que pensar en ponerse en marcha, ya que las horas de luz que nos quedan nos van a llegar un poco justas para llegar a Vega Huerta.

Nos vamos poniendo en marcha y aún tardamos algunos minutos en echar alguna foto más y recoger todo. Oímos a la otra cordada; con la acústica tan particular de aquí parece que están aquí al lado, pero como ya les vi antes por el largo 6 sé que les tiene que quedar unos cuantos largos todavía para hacer cima.


El complicado y largo descenso

Yo estoy listo un poco antes que Fran, así que me pongo en marcha a ver por dónde narices se baja de aquí, ya que solo se ven interminables precipicios por todos los lados. Según sé, hay que irse un poco hacia el este y seguir las macas amarillas que hay en las rocas. Paso una canal, que parece un buen sitio para iniciar el descenso, que va por la cara norte, pero veo más allá una mancha amarilla, aunque bastante borrada por el paso del tiempo... mi intuición me diría de bajar por la canal, pero parece lógico seguir las manchas amarillas que para eso se suponen que están... aunque esta está prácticamente borrada y la he visto de casualidad. No se ven más manchas amarillas de continuación.

Ufff vaya destrepe más expuesto. Fran ya ha terminado de recoger y se viene a donde estoy yo. Hablamos. ¡Jolines qué mala pinta tiene este destrepe!, pero ahí abajo se intuye un hito... bueno, no  estoy muy convencido, pero vamos para abajo... Con mucho cuidado vamos destrepando hasta llegar a una vira que nos lleva hacia el oeste. Por la vira se va un poco mejor y acabas pasando por la desembocadura de la canal que había visto antes... ¡Vaya gilipollez que hemos hecho, exponiéndonos tanto por aquí en lugar de haber tirado para abajo directamente por la canal! Fran ya subió a Peña Santa por la Canal Estrecha hace un par de años, más o menos, pero no recuerda muy bien los puntos de paso; quizás fue también con algo de niebla. Luego hemos sabido también que al parecer hay unos cordinos para rapelar por donde acaba la vía Sur, al otro lado de la arista, y rapelando por ahí te ahorras todos estos fregados iniciales.
 
Destrepando por la cara norte de Peña Santa

Seguimos un poco con nuestras trepadas y destrepes, por donde nos parece que debe ser la ruta de descenso y pronto llegamos a una llambria (una llambria es una roca lisa y con una notable inclinación hacia el vacío, resultando complicado pasar). Es un tramo de unos cuantos pasos. Se ve un poco heavy, pero a Fran sí que le suena de su otra visita a Peña Santa y además más adelante se intuye que la ruta sí que va por ahí, así que me meto en ella con sumo tiento, ya que vamos en zapatillas. Voy avanzando por la parte baja de la llambria, más que nada en busca de una grieta donde conseguir algo de apoyo, pero según voy por la mitad me dice Fran: "Espérame ahí,  para portearme por si me caigo, ya que voy a pasar rápidamente" ¡Qué cachondo! Antes de que consiga explicarle que si se cae no tengo ningún apoyo mínimamente decente para portearle en condiciones, ya que yo estoy muy en precario, y que es posible que nos fuéramos los dos para abajo, Fran pasa con paso ligero por la llambria por encima de mí hasta llegar a la zona de grietas donde uno ya se sujeta algo mejor, Quizás hubiera sido más seguro haber sacado alguna cuerda, pero luego he sabido que este tramo directamente no se pasa por la llambria, sino que se sube momentáneamente a la arista para volver a bajar de nuevo una vez superado este tramo.

Un poco más adelante ya vemos una marca amarilla en condiciones. Es un círculo amarillo y parece que no lleva hecho mucho tiempo ya que está en muy buenas condiciones; la única otra mancha amarilla que había visto era la del principio y era rectangular y estaba prácticamente borrada supuestamente por el paso del tiempo. Bueno, eso es muy buena señal y nos tranquiliza un poco, pues hasta aquí habíamos llegado un poco a la aventura y observando e intentando encadenar las posibles rutas mínimamente transitables sobre esta pared de roca.

Llegado a un punto, el reflejo del sol sobre unas plantas me hace confundirlo con una mancha amarilla. Al meterno por ahí, Fran se da cuenta de que eso no le suena y además tiene mala pinta, así que no debe ser por ahí. Toca recular y volver a subir un poco, para pasar a la cara sur en lugar de la cara norte por donde iba este recorrido equivocado. Una mancha amarilla al poco de enganchar este recorrido de la cara sur nos tranquiliza en cuanto a ir por el camino correcto. Además a lo lejos se vé una flecha amarilla  que indica el inicio de la Canal Estrecha... ¡bien!, la cosa ya parece encarrilada. Aunque aún nos toca antes un buen destrepe.

En un punto del descenso en el que estamos en la arista
Ya llegando a la Canal Estrecha, se ve bajar por la cara Sur una canal medianamente transitable, aunque ya sé que luego se vuelve salvajemente vertical, pues lo observé ayer desde el refugio... se me pasa por la cabeza si por ahí se llega a la vía de los Llastrales... y menos mal que no se me ocurrió tirar por ahí, ya que según creo por ahí se va a parar a la Canal del Pájaro Negro, un sitio que se pone con buenos desplomes y nada adecuado para bajar por él (y por supuesto, rapelando continuamente).

Por fn llegamos a la Canal Estrecha. Yo nunca he estado en ella, pero Fran la reconoce. Además hay una mancha amarilla un poco más abajo. No se hable más... a destrepar por ella (porque lo que es andar, andar, se anda poco por ella).

Enseguida encontramos el primer rápel. Fran recuerda que había solo dos, pero nos vamos encontrando hasta cuatro y perfectamente equipados. Además son todos de 30 metros, pensados para usar únicamente una cuerda de 60 metros, y cada uno acaba a pocos metros del siguiente; vamos, ¡todo un lujo! Fran y yo cogemos una mecánica operativa perfecta que nos hace ventilarnos los cuatro rápeles en relativamente poco tiempo. Nos hemos compenetrado y organizado muy bien. Fran ha cogido una práctica increíble en sus prácticas de Técnico Deportivo de barrancos, así que da mucha envidia verle rapelar tan rápido y con tanta soltura... aunque claro, que servidor ha bajado previamente deshaciendo todos los "enganches" y dejándole la cuerda perfectamente desenredada y estirada.
 
Un punto un poco más abierto de la Canal Estrecha. Abajo se ve el nevero de la Forcadona.
Uno de los rápeles. A veces alternan tramos verticales con otros no tan verticales. Al fondo el nevero de la Forcadona
Fran en otro de los rápeles
Este creo que fue el último rápel


Al fondo vamos viendo el nevero de la Forcadona. Llega un momento que se acaban los rápeles y aún queda algún destrepe; en concreto recuerdo llegar a uno bastante vertical en el que hubiera venido también muy bien un rápel... pero busco y no hay nada, así que toca destrepar con cuidado.

Finalmente salimos de la Canal Estrecha. Vemos el nevero de la Forcadona en todo su esplendor. Es bastante grande, enorme diría yo... me lo esperaba bastante más pequeño. Nos queda bajar al fondo del valle, al nevero... pero el terreno está cortado en vertical y hay que seguir bajando hacia el norte, hacia el Jou Santu, en dirección contraria a donde queremos ir. Al ir bajando en dirección de bajada del valle eso también nos supondrá alcanzar el fondo de éste en un punto bastante más bajo del deseado, con lo cual luego tendremos que remontar más desnivel hasta el collado de la Forcadona, y encima también pillaremos mucho más nevero... pero es lo que hay.
 
Tenemos el collado de la Forcadona casi a nuestra altura, pero nos va a tocar bajar bastante y en dirección contraria para evitar los cortados verticales
El nevero de la Forcadona se ve inmenso. Los cortados verticales no nos dejan bajar a él así que seguimos descendiendo hacia el norte

Como digo, vamos bajando hacia el norte, pues los cortados no nos dejan acceder al fondo del valle, por unas incómodas pedreras. Nos toca ir bastante hacia el norte hasta que una amplia canal nos deja bajar al fondo del valle.
 
Vistas hacia el norte: el Jou Santu. Ya va faltando menos para poder bajar al fondo del valle

Al llegar al fondo del valle le digo a Fran que necesito parar, tengo las plantas de los pies al rojo vivo; quizás es el problema de ir por estos sitios tan complicados en zapatillas, por muy de montaña que sean, pero no hay que olvidar que eso también nos ha permitido evitar cargar con botas durante la escalada. La parada también está justificada porque apenas nos queda una gotilla de agua a cada uno en las cantimploras (en el camelback en el caso de Fran) y estamos en el borde del nevero, o mejor dicho el el borde de un segundo nevero ubicado más abajo, el que sube del Jou Santu.

Nos quitamos, por tanto, las mochilas, comemos y descansamos un poco y rematamos la gotilla de agua que nos queda a cada uno y que tan celosamente guardábamos. Excavo en el nevero para acceder a nieve limpia y cargo la cantimplora de nieve. Fran hace lo mismo. En mi caso soy tan merluzo que no me doy cuenta de quitarle el protector térmico a la cantimplora para que se deshaga la nieve antes.

La continuación ya es empezar a subir por los neveros, así que nos ponemos las mochilas y lo primero que hacemos es cogernos cada uno nuestro sacafisureros por si nos escurrimos para intentar hacer autodetención. Hemos decidido que la mejor opción es subir por pleno centro del nevero, pues las pendientes no son muy acusadas y la nieve a estas horas ya no está tan dura... más arriba ya iremos viendo.

Empezamos a andar y se va subiendo bien y sin problemas este primer nevero. Se nos da bien y enseguida lo acabamos y estamos en un tramo de rocas que es ya la salida del Jou Santu.

Remontamos este tramito de rocas y pronto llegamos al Nevero con mayúsculas, el que ya lleva hasta el collado de la Forcadona. La pendiente inicialmente es suave, similar al anterior nevero, pero más arriba va aumentando y la parte final... bueno, ya veremos. De momento la mejor opción sigue siendo progresar por pleno centro del nevero.

De un pequeño saltito pasamos de las rocas al nevero y empezamos a remontarlo. Va bien la cosa, pero hay que ir pisando con mucho cuidado. De vez en cuando se resbala algún pie y eso nos obliga a poner una mano en el nevero para sujetarnos.
 
Fran avanzando por el centro del nevero
Yo voy un pelín más rezagado... es complicado seguir a Fran cuando está deseando llegar a un sitio.

De vez en cuando oímos a los de la otra cordada. Suena cerca y parece que hayan salido ya de la Canal Estrecha tras acabarla, pero luego sabríamos que era un efecto acústico y que realmente todavía andaban por la cima de Peña Santa. Increíble el efecto acústico; nos llamó mucho la atención.

Cuando vamos llegando a la parte del nevero que se inclina un poco más cada uno intenta buscar sus estrategias para intentar "suavizar" la pendiente y progresar bien, buscando los puntos de paso de menor pendiente y pisando un poco lateralmente para mejorar el apoyo de los pies, haciendo un poco de zigzag por comodidad. Si hay algún resbaloncillo o si lo necesitas, una pequeña clavada de sacafisureros en la nieve se encarga de equilibrarte, pero con cuidado prácticamente no tenemos que recurrir a eso.

Mirada hacia atrás

Vamos llegando a donde se estrecha el nevero. Allí asoma un saliente de roca suelta por la derecha hacia el que nos encaminamos, ya que la pendiente se va poniendo cada vez más complicada para progresar en el nevero. Llegamos a las rocas y progresamos unos cuantos metros por ellas.

Pero un pelín más arriba ya no es roca suelta sino que son paredes de roca. Esto supone complicadas rimayas que nos van a dificultar pasar de la roca al nevero. Son bastante altas. Meterse en ellas para progresar por su fondo no parece viable. La otra opción es el ir por la pared de roca escalando en travesía, quizás metidos en las rimayas, como decían que habían hecho los segovianos... tampoco lo vemos. Tenemos claro que la mejor opción es seguir por el centro del nevero aunque tengamos que ayudarnos de los sacafisureros para progresar, y luego ya veremos cómo saltamos la rimaya para salir de él.

En consecuencia, antes de que las rimayas nos lo impidan nos volvemos a meter en el centro del nevero.

Fran va como un tiro y llega al collado. A mí me queda poco, no se ha ido mal hasta aquí, pero me queda lo más peliagudo:  llegando ya al collado el nevero hace una pronunciada rampa con la que nos las tendremos que ver, aunque veo que Fran ya lo ha resuelto. Cuando llego a ella ya sí que hay que ayudarse con el sacafisureros, con el que no hay problema, y además en un tramo algún alma caritativa ha puesto unas piedras en el nevero que hacen como de escalones y nos vienen muy bien.

En esta zona los bordes del nevero ya son paredes y por tanto hay importantes rimayas. Por aquí de momento no vamos muy mal, pero veremos al llegar a esa cuesta...
Usando el sacafisureros como si fuera un piolet de bolsillo

Llego al final del nevero y ahora queda salvar la rimaya para bajarse de él. También hay que tener cuidado de que los bordes del nevero no se rompan y puedas tener un accidente cayéndote en la rimaya.

Pero Fran ya ha encontrado la mejor forma: sentarse  en un punto del borde del nevero y dejar el culo deslizarse, con las piernas estiradas para conseguir alcanzar la pared con los pies. Una vez cogido apoyo de pies en la pared te pegas un pequeño empujoncito para coger equilibrio en la pared y despegarse del nevero. Dicho y hecho, ya nos encontramos los dos fuera del nevero, en pleno collado de la Forcadona: ¡prueba superada! 

Llegando al final del nevero
"Saltando" la rimaya para salir del nevero

Continuamos. El descenso del collado de la Forcadona por la cara sur es inicialmente un destrepe... estamos ya hasta los mismísimos de destrepar, pero lo afrontamos con la equivocada idea de que por fin ya este iba a ser el último destrepe.

Destrepando desde el collado de la Forcadona, por su cara sur
Tras el destrepe llega una penosa y empinada pedrera, ¡y bastante larga por cierto!, o por lo menos a mí se me hizo larga. Es de esas que vas deslizándote junto con un buen puñado de piedras... ¡que pena no habernos traído los bastones, que se han quedado en Vega Huerta!, en cuyo caso hubiera practicado el socorrido "esquí de pedreras"... aunque el hecho de ir en zapatillas tampoco ayuda... si no quieres acabar con la zapatilla llena de piedras cada pocos metros... En fin, esto parece una cámara de torturas: neveros, rimayas, destrepes, pedreras... una prueba tras otra.

Vista atrás de las interminables pedreras y al fondo el collado de la Forcadona
 
Llegamos a una zona de las pedreras sensiblemente horizontal... ¡qué alivio! Un sendero sube hacia la izquierda, lo miro en el mapa y veo que por el otro lado habrá precipicios, así que no sirve para atajar aunque sea a costa de un tramo de subida. Hay que bordear la cima conocida como El Gato, para lo cual se puede ir por donde vamos, todavía bastante alto, o más abajo, pero el sendero de abajo no lo localizo bien y creo que luego tocaría subir, así que seguimos por donde vamos... y al empezar a bordear y "doblar una esquina"... ¡no puede ser!, ¡otro destrepe! ¡Esto parece una carrera de obstáculos! El sendero se ve que pasa por abajo, a nuestros pies; es un sendero que ya conozco por haber pasado por allí hace dos o tres años en una larga ruta que bordeaba la aguja Corpus Christi.  

Vamos destrepando con resignación, poco a poco, hasta que por fin "tocamos suelo" y enlazamos con este sendero que ya me resulta familiar, aunque tampoco es que lo recuerde con mucho detalle.

Una vez en el sendero toca subir un repecho, con la confianza de poder ver ya el refugio de Vega Huerta a lo lejos al coronarlo... pero cuando coronas el repecho y ves un valle que no es el que da a Vega Huerta, sino que es el siguiente, se te cae el alma a los pies... ¡Joder, esto es interminable! Bueno, seguiremos andando, ¡qué remedio!... yo ya ando sin pensar... casi ni me acuerdo que aquí veníamos a escalar... ¡si hasta parece que la escalada fue ayer y no hoy!

De vez en cuando aspiro por el tubo de hidratación, pero la nieve de la Forcadona sigue sin deshacerse. Fran, por el contrario sí que ha podido beber algo. Es cuando me doy cuenta del fallo de no haberle quitado la protección térmica a la cantimplora.

Vamos pasando el valle que nos toca ahora, por pedreras ¡cómo no!, aunque yendo más o menos en horizontal por lo que tampoco se va tan mal. Además el valle al final lo acabamos pasando antes de lo que pensábamos y no se nos hace muy largo.

Intentando llegar de una puñetera vez a Vega Huerta

Cuando terminamos de pasar el valle y llegamos al siguiente, ya vemos Vega Huerta. Está todavía lejos, pero el hecho de ya tenerlo a la vista es un gran consuelo. Caminando y caminando al final vamos llegando (¡toma pareado!).

Por fin llegamos a Vega Huerta. Está empezando a irse la luz del día, así que no hemos tenido que sacar los frontales, pero por los pelos.


En Vega Huerta... la otra cordada no llega

En Vega Huerta ya se han ido los que conocimos ayer, incluido el hombre con la niña y su tienda de campaña, y ahora solo hay un grupo de tres que van a escalar la Sur mañana y que nos empiezan a preguntar. También nos preguntan por las mochilas que hay en el refugio, ya que alguno quiere dormir dentro. Parte de lo que hay es nuestro, pero les decimos que por detrás nuestro viene otra cordada pero que estimamos que todavía les queda como mínimo una hora para llegar.

Este grupo de tres parece bastante responsable, nos preguntan muchos detalles de la escalada y parecen dispuestos a pegarse un buen madrugón levantándose a las 5 o 5:30 de la mañana, para evitar todos los problemas posibles.

Nos pegamos un buen atracón de agua en la fuente y nos ponemos a cenar... anochece del todo, el tiempo pasa y la otra cordada no viene. Lo que me escama es que ni siquiera se ven frontales a lo lejos en el camino de regreso.

Cuando estamos ya preparándonos para meternos en el saco veo una luz por la cima de Peña Santa: "Oye, Fran, hay un frontal por la cima de Peña Santa. ¡Mira!", "Javi, yo creo que es una estrella", "Pues yo creo que es un frontal"... al rato... "Mira Fran, otro frontal, son dos"... "Mira, se están juntando, es evidente que no son estrellas, estos son los de la otra cordada que se han quedado en la cima".

No creemos que se hayan quedado aposta, pues el día anterior hablaron de la bajada y además no iban con equipo para vivaquear. Fran se queda con el "runrun" en la cabeza de si teníamos que haberles esperado en la cima, a pesar de que intento convencerle de que aunque sus voces sonaban cerca les había visto muchos largos más abajo. Además no tendríamos que saber que no sabrían bajar. El esperarles con todo los que les faltaba podría haber resultado en que en vez de dos frontales ahora hubiera cuatro.

Intentamos observar de vez en cuando por si hacen señales de que necesiten ayuda, pero lo que se les ve es que se están moviendo por una pequeña zona de la arista

Nos metemos en el saco intentando dormir, aunque ambos tenemos cierta preocupación por la otra cordada, lo que no nos deja dormir a gusto.

Después de una cabezada, Fran me avisa diciéndome que las luces se ven un poquito más abajo. Yo no puedo verlo ya que me quité las lentillas para dormir, pero por lo que me cuenta parece evidente que han empezado a rapelar la cara sur, suponemos que por la vía que hemos escalado al resultar lo más lógico sobre todo por ya saber lo que te vas a ir encontrando.

Hacia las 5 de la mañana oigo ruidos y veo a alguien meterse con el frontal en el refugio. Pienso que es uno de los de la cordada que se había quedado "pillada" en la cima, y me preocupo muchísimo al pensar por qué solo ha llegado uno. Pero a los pocos minutos me doy cuenta que es uno de los del grupo de 3 que va a escalar hoy; se están levantando ya. Les oigo hablar entre ellos de que ven luces de frontales en la pared; se ve que anoche no se dieron cuenta porque se fueron a dormir pronto. Están constantemente hablando de ellos, y yo ando intrigado, así que cuando pasa uno cerca le llamo para contarle un poco lo que pasó anoche y preguntarle puesto que sin ponerme las lentillas no podría ver los frontales en la montaña. Me cuenta que los frontales ya se ven a la altura de los primeros largos. Puff, vaya nochecita que tienen que estar pasando.


Amanece... y más historias

A mí ya me cuesta conciliar el sueño. El grupo de tres parte hacia el inicio de vía. Al poco empieza a amanecer. Yo ya no puedo resistir más en el saco y me levanto; aprovechando que ya luce el día me subo a un punto alto para ver si les veo o puedo ver algo. Oigo voces que ya no se si son los de la cordada de ayer o de la de hoy.

Foto desde el punto alto del refugio y de nuestro vivac, donde todavía duerme Fran

Un poco más tarde veo a la cordada de tres que inician la vía. Desde tan lejos apenas se ven y si no fuera por los resplandores del brillo del metal que se ve de vez en cuanto sería casi imposible adivinar por dónde van.

Al cabo de un rato me parece oír a la cordada de ayer... sí, parece que vienen a lo lejos. ¡Vaya alivio! Bajo a avisar a Fran, aunque parece que todavía anda durmiendo.

En pocos minutos llegan a Vega Huerta y lógicamente les preguntamos. Llegaron muy tarde a la cima, casi a la hora de anochecer y no supieron encontrar el camino de bajada, por lo que se les echó la noche arriba. Intentando bajar fueron a parar a la Canal del Pájaro Negro por la que tiraron hacia abajo sin saber muy bien dónde se metían, aunque supusieron que era una vía de escalada al ver cordinos. Se han tirado toda la noche rapelando, por unos desplomes impresionantes y teniendo que abandonar algo de material, básicamente varios mosquetones y cintas dyneema. Han conseguido tocar suelo ya de día y de hecho se han cruzado con la cordada que salía hoy. Cuentan también que habían llevado tres litros de agua y encima se les cayó una botella con uno, con lo que han pasado más de 24 horas solo con 1 litro de agua por cabeza; llevan los labios totalmente agrietados por la deshidratación. En cuanto al frío, solo han pasado algo de frío en algunos momentos de espera, pues al estar haciendo actividad entraban en calor.

Nos tiramos un buen rato charlando, haciendo algunas fotos con los cuatro. También hemos desayunando. De vez en cuando me asomo por curiosidad a un punto alto para ver por dónde va la cordada de tres que se ha metido hoy en la Sur... No van mal, ya van por el segundo largo.

Pero según estamos contando batallitas de repente oímos que llega el helicóptero de rescate... joder, ¿qué pasará ahora? Vuelvo al punto alto y observo. Me resulta impresionante ver lo minúsculo que se ve el helicóptero con este pedazo de paredón detrás... casi ni se ve el helicóptero.
 
¡A ver quién tiene suficiente vista para ver el helicóptero en esta foto! ¡Se ve minúsculo comparado con la pared!
Un zoom para facilitar la búsqueda del helicóptero en la foto

El helicoptero se sitúa cerca del pie de vía y se bajan de él dos personas, supuestamente del GREIM. Pensamos que la cordada que se ha metido hoy en la sur ha debido tener un accidente. El helicóptero se va y las dos personas del equipo de rescate trepan al pie de vía y empiezan a escalar. ¡Madre mía cómo les cunde! Apenas se les ve a esta distancia, pero avanzan a toda pastilla.

Luego hemos sabido que la cordada de tres no ha tenido ningún contratiempo y que los dos GREIM simplemente hicieron también la vía; es posible que fuera un entrenamiento.

Nosotros estamos muy a gusto, pero tampoco podemos dormirnos en los laureles, ya que queremos estar para comer en Soto de Sajambre y nos queda una buena tirada, así que empezamos a preparar las mochilas y nos despedimos de los otros dos intercambiándonos los correos para mandarnos fotos. Ellos nos dicen que aprovechando el buen tiempo se van a quedar un par de días por aquí escalando... luego sabríamos que a los dos días tendrían un grave accidente en el que por lo visto se han caído con reunión y todo. Al enterarme por otros medios de ese accidente ya sospechaba que podrían ser ellos los implicados, lo que me confirmó uno de ellos al contestarme a un correo mío en el que le enviaba las fotos. En ese correo me daba las gracias por las fotos pero me decía que no tenía buenas noticias ya que habían tenido un grave accidente en pared; contaba que él había salido mejor parado y esperaba que en unos días ya le dieran el alta médica pero decía que su compañero estaba muy "machacado" (la palabra exacta usada por él). Por ello, he preferido no poner en este post fotos en las que salen ellos, por cuestiones de elegancia e intimidad.
 
 
Descenso a Soto de Sajambre (31 de agosto de 2014)

Datos: 
Actividad: Montañismo;      Zona: Picos de Europa
Cimas: ninguna
Dificultad: Ninguna. 
Características: Son las mismas comentadas en el camino de ida, pero lógicamente en sentido inverso. La únicas diferencias es que de bajada es más fácil seguir el sendero y por tanto no nos desviamos en ningún momento, y que pasamos de largo el refugio de Vegabaño sin acercarnos a él.
Longitud total: 8,5 km;     Desnivel acumulado positivo:  990 m;     Desnivel acumulado negativo: 240 m 
Tiempo: 3 horas aproximadamente.

Track: 
Grabado "in situ", filtrado y depurado (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).


Fecha:  31 de agosto de 2014

Iniciamos el desdenso hacia Soto de Sajambre, descenso que se inicia con un tramo de ascenso. Realmente es tendencia general de ascenso hasta el collado del Burro, ubicado a 2 kilómetros como se puede ver en el perfil.

Al llegar al collado del Burro nos hacemos unas fotos de despedida de la pared sur de Peña Santa, pues a partir de ahí la perderemos de vista.

Despidiéndonos de la pared sur de Peña Santa

Tras eso iniciamos el descenso hacia la canal del Perro, al principio relativamente suave, antes de llegar a la canal propiamente dicha donde ya se convierte en un descenso más pronunciado.

Descendiendo hacia la Canal del Perro

Habiendo descendido gran parte de la Canal del Perro, me fijo en que a lo lejos se ve el claro del bosque donde se ubica el refugio de Vegabaño, aunque lógicamente está a tomar por saco de lejos. Pienso que evidentemente ocurrirá a la inversa, que desde el claro del refugio de Vegabaño se verá la parte donde estamos ahora.

Descendiendo de la Canal del Perro, al fondo vemos el claro del bosque donde está Vegabaño... ¡pero anda que no queda!

Hacemos todo el descenso, que también se hace pesado. Fran va embalado con ganas de llegar, pero yo no puedo ir tan rápido. Normalmente suelo ser de bajar rápido, pero tengo las plantas de los pies escocidas, convalecientes de ayer y de hoy, y soy incapaz de dar pasos muy grandes de forma continua. Por ello mientras yo bajo más despacio pero sin parar Fran va haciendo algunas paradas que aprovecha para beber (lleva agua en una cantimplora mía en lugar de su camelback) y así se compaginan un poco nuestros diferentes ritmos.

Hace mucho calor, a pesar de habernos metido ya en la zona boscosa, así que en cuanto me acerco al río sumerjo mi gorra en el agua y me la pongo chorreando agua... ¡Qué gusto! La experiencia es tan agradable, que cada vez que paso por el río o cerca de él gasto unos segundos en acercarme al agua, sumergir la gorra y volvérmela a poner.

Por fin llegamos al claro de Vegabaño. Fran me está esperando, ya que ha llegado antes. Me hace gestos de si nos acercamos para algo al refugio y le contesto que no, que mejor tiramos ya para el coche. Nos volvemos a juntar y ya hacemos este tramo final hasta el coche juntos, aunque no sin antes pararnos unos momentos a observar que efectivamente desde aquí se ven los Moledizos, la pedrera y la Canal del Perro.

Desde el claro de Vegabaño se ve la Canal del Perro (en el centro de la imagen)
Un zoom

Por fin llegamos al coche, hacia las 14:00 y enseguida nos cambiamos y nos metemos para bajar el tramo de pista hasta Soto de Sajambre. En Soto de Sajambre llenamos de agua las cantimploras y es muy buena hora, pero de momento no tenemos hambre. Quedamos en tomarnos una cervecilla ya en Oseja de Sajambre y así hacemos.

Después de la cerveza, partimos hacia Madrid con idea de parar a comer cuando nos entre algo más de hambre, lo que ocurre ya bien avanzado el viaje, y continuar finalmente hasta casa. 

3 comentarios:

  1. EEYY..chicos...muy buena actividad, en una escalada de ese tipo las incognitas a resolver no son solo las de la propia escalada, sino tambien hay que tener en cuenta el acercamiento y sobre todo la bajada, todo esto si no se prepara como debiera tal vez y solo tal vez, sea la causa de tantos incidentes o accidentes.......en cualquier caso, para vosotros, enhorabuena y a seguir......

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  2. Me ha encantado. La Sur de Peña Santa siempre será una bonita aventura, exigente, pero que deja muy buén sabor de boca. Leyendo esto lo he revivido.
    Permitidme una precisión: La Canal del Pájaro Negro va al este de la directa, por lo que no se pasa por ella al bajar. Creo que os referís a la Sol- Ruiz Villar, que comparte algún tramo con la Sur Directa y sale a la arista cerca de La Estrecha.

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