miércoles, 24 de febrero de 2016

Valle de Ansó. Chinebral de Gamueta e intento al Petrechema

Valle de Ansó. Chinebral de Gamueta e intento al Petrechema
Año 2008. Participantes: Julia, Miriam,Vero, Ángel, Gabi, Jesús, Jorge, José, Pedro y yo.

Salida del puente de diciembre de 2008 del club Nemus, con idea de hacer algunas ascensiones en el Valle de Ansó, usando como base el refugio de Linza. Inicialmente estaba previsto ascender entre otros el Mesa de los Tres Reyes, pero la gran cantidad de nieve, la climatología y otras circunstancias nos obligaron a ir retocando los planes. La excursión estaba prevista para realizarla con esquís de travesía o raquetas según las preferencias y habilidades de cada uno.

En mi caso, y dado que yo no practico esquí, me uno al grupo de los que vamos con raquetas. En total somos un grupo de 10 de los que 5 irían con esquís y 5 con raquetas.

El punto de encuentro fijado es el viernes 5 de diciembre por la noche en el propio refugio de Linza, ya que se puede llegar hasta él en coche. Cada uno tiene sus propias obligaciones que le impiden salir antes de una cierta hora, por lo que cada coche sale a una hora distinta. En nuestro coche no han estado disponibles todos los componentes hasta que ha sido un poco tarde. Además, hay bastante tráfico por la carretera A-2 debido a toda la gente que va a esquiar en el puente, así que irremediablemente llegamos en torno a la 1 de la madrugada al refugio.

En los últimos kilómetros ya habíamos comprobado la gran cantidad de nieve que había, lo que incluso nos había hecho dudar si parar a poner las cadenas al coche.

Dado que se llega en coche hasta el mismo refugio, llevamos buena cantidad de víveres y caprichos que otras veces no se llevan por su peso, ya que no hay que cargar con ellos en la mochila.
 
Una vez acoplados en el refugio intentamos apurar las horas que nos quedan para dormir.


Chinebral de Gamueta (6 de diciembre de 2008)

Datos: 
Actividad: Montañismo/esquí de travesía;      Zona: Pirineos
Cimas: Chinebral de Gamueta (2329 m)
Dificultad: Técnicamente no reviste dificultad.
Características: Terreno fácil discurriendo en su totalidad por abundante nieve. Pendientes muy moderadas. Conviene prestar atención a la nivología.
Longitud total: 10,5 km;     Desnivel acumulado positivo:  1120 m;     Desnivel acumulado negativo: 1120 m

Tiempos:
  • unas 3,5 horas de subida con raquetas hasta la cima en condiciones de mucha nieve y baja visibilidad
  • unas 2,5 horas de descenso con raquetas en las mismas condiciones
Los tiempos son aproximados e incluyen paradas, verificaciones de recorrido y otros tiempos muertos.  

Track: 
Obtenido de internet (pincha aquí para acceder al track en wikiloc). Filtrado y corregido para obtener el perfil.



Fecha:  6 de diciembre de 2008

Nos levantamos, desayunamos y vamos preparando el material para la ascensión de ese día. Afuera en el aparcamiento vamos discutiendo la situación: es muy tarde (ciertamente, hemos remoloneado para levantarnos y ponernos en marcha) y hay una gran cantidad de nieve que va a ralentizar la marcha. Finalmente se propone cambiar la ascensión a la Mesa de los Tres Reyes inicialmente prevista, ya que llevaría mucho tiempo con tanta nieve y saliendo tan tarde se nos acabarían las horas de luz. En su lugar se propone subir al Chinebral de Gamueta, un pico de 2329 m algo más cercano.

Se llega en coche hasta el propio refugio... pero no olvidéis las cadenas
Ultimando los preparativos
Momentos de diálogo

Cuando conseguimos ponernos en marcha son casi las 11h, así que el cambio parece más que acertado. Jesús se estrena en esto del esquí de travesía y tiene ganas de empezar.

Cruzamos el río y abordamos una subida bastante empinada que nos lleva hasta un punto conocido como “Paso de Caballo”. Al ser una pendiente muy empinada los de las raquetas cogemos algo de ventaja a los de los esquís, ya que entre otras cosas les frena mucho hacer los cambios de dirección al ir haciendo “zetas”. Finalmente nos esperamos y nos vamos juntando todos en el "Paso del Caballo", que no es otra cosa que un pequeño collado.

Subiendo hacia el Paso del Caballo. Los esquiadores tienen que zigzaguear mientras que con las raquetas se puede subir de forma más directa
Bonito paisaje desde el Paso del Caballo
Los de los esquís van llegando también al Paso del Caballo...
...donde nos vamos juntando
También falta por llegar alguno de los de las raquetas

Tras el "Paso de Caballo" una pequeña bajada permite a los de los esquís resarcirse y darnos envidia a los de las raquetas.

Tras el Paso del Caballo un pequeño descenso permite sacar ventaja a los de los esquís...
... frente a los que vamos con raquetas

Nos adentramos en zona boscosa. Hay tal cantidad de nieve que en muchos puntos te hundes hasta las rodillas a pesar de llevar raquetas. En estas circunstancias los de los esquís juegan con ventaja ya que no se hunden tanto. Por esta zona boscosa, de vez en cuando nos cae una buena descarga de nieve desde las ramas de los árboles.

Entrando en la zona boscosa

Miriam nota que se cansa mucho en estas condiciones y no lo ve claro, así que decide darse la vuelta antes de alejarnos más del refugio. Gabi amablemente se ofrece a acompañarla y quedarse ya en el refugio con ella, así que el grupo queda reducido a 8 personas: 5 con esquís y 3 con raquetas.
 
Vamos subiendo y alcanzamos otra zona conocida como "Paso del Oso". Allí nos volvemos a reagrupar y hacer unas fotos. También es momento de beber y picotear algo aprovechando esta breve parada, así como de observar el entorno.

Llegada al Paso del Oso, con palas de nieve que muestran desprendimientos
Consultando el mapa
Y aprovechando para posar en las fotos

El día está un poco feo, pero de momento parece que aguanta. No obstante vemos otro problema: delante tenemos unas palas de nieve que tienen señales de desprendimientos de nieve. Ante el riesgo de que nos alcance una avalancha los que van con esquís se reparten los equipos de localización y acuerdan ir bien separados entre ellos para que una hipotética avalancha afecte a los menos posibles, mientras que los de las raquetas optamos por subir a la parte alta de las palas de nieve y continuar por todo lo alto ya a salvo de avalanchas.

Los de los esquís prosiguen el camino adoptando medidas de seguridad frente a avalanchas

Mientras continúan por el otro lado los de los esquís, nosotros tres (Vero, José y yo, que somos los de las raquetas) subimos poco a poco la fuerte pendiente de las palas y ya continuamos por todo lo alto. Conseguimos juntarnos de nuevo con los de los esquís, aproximadamente una hora después de habernos separado, y ya seguimos todos más o menos juntos.

Nosotros optamos por subir a lo alto de las palas de nieve
Desde lo alto de las palas hay (de momento) buena vista. Se ve incluso el refugio.

Tras habernos juntado el tiempo empeora; empieza a hacer ventisca y la niebla se espesa mucho. A esto se añade en mi caso que se me van congelando los cristales de mis gafas y no veo nada. La niebla hace que apenas nos veamos de uno al otro... tenemos que tener cuidado de al menos no perdernos entre nosotros, ya que con la ventisca tampoco podríamos localizarnos o avisarnos a gritos. En algunos momentos la niebla deja de estar tan espesa y deja ver unos metros más allá, pero son pocos instantes.

Uno de los momentos que nos deja algo de visibilidad
Mirando atrás en una zona de pendientes más suaves. Creo que esta zona se conoce como Plana de Diego

Vamos metidos en esa espesa niebla y no se ve absolutamente nada. De repente nos cruzamos con otros montañeros que bajan y que nos confirman no solo que vamos bien encaminados sino que la cima está ya muy cerca. Unos cuantos minutos más subiendo totalmente a ciegas dentro de esta niebla y alcanzamos la cima.

Foto cimera, un tanto desorganizada por las circunstancias

En la cima estamos lo imprescindible, porque hace mucha ventisca, no se ve nada, no se está a gusto y lo mejor es bajarse en cuanto nos hayamos hecho algunas fotos y vuelto a cubrir con nuestros guantes, gafas y demás.

Hay que equiparse hasta con las útiles para estas ocasiones gafas de ventisca

Una vez listos emprendemos el descenso, descenso que estaban ya deseando los que llevan esquís. Pero nada más empezar el descenso y debido a la niebla, Pedro empieza a bajar un poco por la izquierda en lugar de por todo lo alto y se mete a media ladera en una ladera que se vuelve tremendamente vertical. Menos mal que iba más bien despacio y eso le permite pararse inmediatamente... pero se queda de tal forma y tan precario que no se puede mover ni a coger su piolet pues un movimiento en falso le precipitaría hacia abajo junto a la nieve que lo sujeta. Yo he visto todo, pues ha ocurrido justo por debajo de mí, así que viendo el problema le descuelgo mi piolet desde arriba hasta que puede cogerlo y salir de ahí con su ayuda.

Continuamos. Los de los esquís nos rebasan a los tres que vamos con raquetas y evidentemente nos dejan tirados rápidamente por la enorme diferencia de bajar de una forma u otra. Nosotros tres nos lo tomamos con filosofía y vamos descendiendo poco a poco.

En el descenso los de los esquís nos dejan rápidamente atrás

José empieza a encontrarse mal. Le ha empezado a doler mucho la tripa. Eso nos obliga a hacer alguna paradita que otra pues necesita ponerse en cuclillas para aliviar los fuertes pinchazos que nota en el estómago. No obstante intenta no retrasarnos mucho, ya que en estas fechas anochece pronto, en torno a las 17:30, y vamos bien de hora, pero tampoco podemos dormirnos en los laureles.

Al fondo en cuclillas José intenta aplacar los pinchazos en el estómago poniéndose de cuclillas

Llegados a la zona del Paso del Oso, en una paradita que hacemos  observamos que sobresalen tras el horizonte de nieve los extremos de dos esquís en vertical que van avanzando... No se ve nada más que la punta de los esquís avanzando, que se supone que debe de ir porteándolos alguien pero no se le ve...   ¡vaya intriga!... Tras una pequeña espera confirmamos lo que ya empezábamos a sospechar: Jesús había optado por bajar a pie, con los esquís en la espalda, dado que no se sentía muy seguro por su poca experiencia con ellos. En ese momento nos damos cuenta que efectivamente al iniciar el descenso nos habían adelantado todos los de los esquís excepto Jesús.

Continuamos, ya con Jesús, y nos metemos de nuevo en la zona boscosa. Hay sitios de tanta nieve y blanda que en un momento dado se me hunde el bastón completamente llegando hasta el mango y me caigo hacia adelante haciéndome incluso dar una pequeña voltereta al irme de cabeza. Afortunadamente no ha sido nada pero, aparte de la cómica situación, se me ha metido nieve por todos los recovecos, no solo de la ropa sino también del cuerpo como los oídos. Ha sido un buen revolcón en la nieve.

La zona boscosa

Salimos de la zona boscosa , subimos la pequeña pendiente hasta el Paso de Caballo y ya solo queda descender hacia el refugio. Justo cuando estamos en el refugio ya empieza a anochecer, así que no llegamos muy sobrados. Los demás compañeros ya estaban empezando a preocuparse por la tardanza, más todavía porque a ellos la bajada les había cundido muchísimo y hacía muchísimo tiempo que ya estaban en el refugio.

En el refugio nos podemos incluso duchar y nos cambiamos. Ponemos a secar todo lo que lo necesita, que con tanta nieve, tanto trajín y tanto incidente son unas cuantas cosas.

Entre charla y charla llega la hora de cenar, y después no podemos resistirnos a dar cuenta de alguna que otra botella de licor... También circula alguna botella de vino, todo ello producto de las ventajas de tener los coches a mano. Afortunadamente somos muchos a repartir y además conseguimos parar la situación antes de que pase del "contentillo" al desfasarse y arruinarnos la jornada del día siguiente. Así que con ese "contentillo" y quizás algo tarde nos vamos finalmente a dormir.


Intento fallido al Petrechema (7 de diciembre de 2008)

Datos (de nuestro intento): 
Actividad: Montañismo/esquí de travesía;      Zona: Pirineos
Cimas: El objetivo era el Petrechema (2329 m), pero tuvimos que  abandonar en el colladito previo a la cima, a 1,1 km de distancia y menos de 300 m de desnivel.
Dificultad: En condiciones normales no hay dificultades técnicas reseñables.
Características: Terreno fácil en general discurriendo en su totalidad por abundante nieve. Pendientes muy moderadas, salvo la que abordamos para llegar al collado previo a la cima. Conviene prestar atención a la nivología.
Longitud total: 11 km (unos 13,2 km haciendo cima);     Desnivel acumulado positivo:  770 m (unos 1050 m haciendo cima);     Desnivel acumulado negativo: 770 m (unos 1050 m haciendo cima)

Tiempos: 

En unas 3 horas alcanzaríamos el colladito donde tuvimos que abandonar. Nos quedarían aproximadamente 30-40 min hasta la cima. El descenso desde ese punto no llevó unas 2 horas. Todo ello en las condiciones de ese día.

Los tiempos son aproximados e incluyen paradas, verificaciones de recorrido y otros tiempos muertos.  

Track: 
Generado sobre mapa (pincha aquí para acceder al track en wikiloc). Desde el punto de abandono quedan 1,1 km de longitud y menos de 300 m de desnivel que son fáciles de seguir sin perderse.



Fecha:  7 de diciembre de 2008

Hoy nos levantamos algo más temprano y somos más diligentes que ayer. Hay 3 integrantes del grupo que tienen diversas molestias de ayer y deciden quedarse en el refugio. Jesús, por su parte, prefiere hacer prácticas de esquí en un sitio tranquilo en lugar de venirse con nosotros. En definitiva, hoy nos juntamos solo 6 para hacer la actividad Julia, Ángel y Jorge con esquís y Gabi, José y yo con raquetas.

A las 9:25 empezamos ya a andar, afortunadamente muchísimo más pronto que ayer. Vamos más o menos a la par los de los esquís y los de las raquetas, aunque en grupos distintos porque hay tramos en los que les cunde algo más a unos y otros a otros. Hay mucha nieve y blanda, así que nos hundimos bastante aun llevando raquetas; en estos puntos los de los esquís llevan ventaja porque no se hunden tanto.

Ultimando los detalles antes de partir, afortunadamente mucho más pronto que ayer
Vamos más o menos a la par pero en grupos distintos por el distinto ritmo de las raquetas y los esquís en cada tramo

El día está cubierto, pero de momento en estos compases iniciales no tenemos niebla y podemos disfrutar algo de las vistas. A nuestra derecha tenemos todo el rato el barranco de Petrechema, al otro lado del cual tenemos el Chinebral de Gamueta y la ruta que hicimos ayer.

Vista hacia atrás del barranco de Petrechema, que tenemos a nuestra derecha
Y vista hacia adelante del mismo barranco

Vamos ganando altura y empieza a aparecer la niebla, aunque no tan espesa como ayer y además sin ventisca, lo que se agradece enormemente. Sin embargo sí que hay mucha humedad. También vamos encontrando mucha gente que sigue la misma ruta.

Empieza a aparecer la niebla
Nos vamos juntando con más gente

Tras bastante rato de subida no demasiado empinada pero tremendamente continua, llegamos al Collado de Linza. Desde allí se puede optar por encaminarse hacia la Mesa de los Tres Reyes o hacia el Petrechema, pero nuestro objetivo de hoy es el Petrechema.

Desde el Collado de Linza la huella nos lleva a media ladera. Nuestro grupo de esquiadores van un poco más por debajo. La pendiente de la media ladera se va haciendo cada vez más acusada y resulta realmente incómodo andar con las raquetas por ella, pero necesitamos seguir usando las raquetas. Por su parte, la niebla se va cerrando y la visibilidad empieza a reducirse mucho, aunque no llegue a los extremos de ayer.

Por esa media ladera vamos un montón de gente que nos hemos ido acumulando, ya que al irse complicando el recorrido la gente se va frenando. Vamos en fila india y clavando el piolet ya que la verticalidad cada vez es mayor. En algunos pasos incluso van pasando de uno en uno... hasta que llega un momento que se forma una especie de fondo de saco ya que la cosa se complica tanto que muchos optan por darse la vuelta.

La situación es un tanto surrealista. Hasta un par de montañeros se van ladera abajo (no juntos, sino en momentos distintos) y tienen que hacer autodetención, afortunadamente sin consecuencias aunque unos cuantos metros más abajo. Otro esquiador pasa y ocasiona el peligroso desprendimiento de una gran placa de nieve dura. Y todo esto metidos en la neblina. Está todo caótico y nadie sabe qué hacer ni para donde tirar. José Gabi y yo nos aventuramos a intentar coronar directamente la ladera e intentar librarnos de este caos llegando al collado por arriba, para lo cual tenemos que quitarnos las raquetas como podemos bien agarrados a los piolets y subir con sumo cuidado para no irnos ladera abajo.

Mientras tanto, nuestro grupo de esquiadores están llegando al collado por abajo, más abajo que todo este caos, pero viendo que la situación está delicada y encima no se ve mucho con la niebla, así que deciden darse la vuelta y volver al refugio y así nos lo hacen saber a gritos.

A su vez, nosotros estamos ya coronando la ladera, pero no se ve nada con la niebla y vamos un tanto a ciegas... ello junto con la decisión del otro grupo de volverse al refugio hace que nosotros acabemos adoptando la misma decisión. Sospechamos que el que abrió huella se debió de ir más alto en esta media ladera que la ruta normal, quizás intentando evitar el riesgo de avalanchas y eso también ha podido ocasionar que la gente, siguiendo la huella, fuera a parar a ese sitio tan delicado. No es que fuera especialmente difícil, pero si la gente que va por aquí normalmente espera un recorrido para raquetas sin más complicaciones y se encuentra esas dificultades es normal que se acabe formando el caos que había.

Bajamos de nuevo con cuidado al recorrido por donde va todo el mundo, aunque acortamos enlazándolo un poco más atrás, en parte por llegar a él ya fuera de la zona del caos. Recorremos toda esta zona a la inversa y finalmente acabamos llegando de nuevo al Collado de Linza.

En el Collado de Linza de repente abre el día... ¡no me lo puedo creer!... dan unas enormes ganas de volver a encaminarse de nuevo hacia el Petrechema, que ahora sí podemos contemplar a lo lejos... Creo que llegamos a planteárnoslo, pero eso implica volver a hacer de nuevo todo el recorrido hasta el lugar del caos y luego continuar hasta la cima... seguramente más tiempo del que disponemos o al menos un poco justo; además todas estas historias también han mermado algo nuestras energías y ya no vamos tan frescos.

El paisaje está tan nevado que parece rociado con abundante nata
El Petrechema se deja ver cuando hemos regresado al Collado de Linza
Enorme cantidad de nieve, se mire por el lado que se mire

Los de los esquís ya han tirado hace rato hacia el refugio pero Gabi, José y yo nos vamos reagrupando en el Collado de Linza, donde dedicamos unos minutos a beber y contemplar el paisaje. Desde ahí, aparte de las magníficas vistas del Petrechema, tenemos una buena estampa del Mesa de los Tres Reyes.

Gabi llegando al collado con el Petrechema de fondo
El Mesa de los Tres Reyes, también muy nevado
Pero ahora toca volver a bajar de nuevo por aquí

Reemprendemos la bajada. Vamos disfrutando del recorrido, puesto que el día ha abierto completamente y hasta hace sol. Nos tomamos la bajada con calma, aprovechando el buen día y el ya no tener excesiva prisa. Hacemos algunas paraditas para picotear algunas gominolas, hacernos fotos, etc.

Bajando del Collado de Linza
Una parada de picoteo y de cotilleo del mapa
Ahora podemos contemplar el paisaje tan nevado que no pudimos contemplar a la subida

En uno de esos momentos fotográficos le gasto a José la típica broma a alguien que lleva raquetas: al posar para la foto le digo que de un pasito para atrás para que salga mejor la foto... y en ese pasito para atrás con raquetas y tanta nieve el traspiés está prácticamente asegurado, jajaja... Por supuesto, y más estando cámara en mano, la foto es inevitable... que me perdone José, jejejeje.

Momento de poses fotográficas. Primero poso yo...
... luego Gabi...
... y la broma a José
Ahora sí va en serio

Llega el momento de que ya nos vamos cansando de la ruta y nos dejamos ya de tanta parada cogiendo algo más de ritmo. Estamos deseando llegar ya al refugio.

Empezamos ya a tener ganas de llegar al refugio
Un arroyo lucha por destaparse entre tanta nieve
Vista atrás de nuestro trayecto de bajada

Las últimas zonas acercándote al refugio donde te hundes hasta las rodillas con raquetas se hacen un poco de rogar, pero finalmente alcanzamos el refugio.

Una vez en el refugio nos juntamos con nuestros compañeros y allí hacemos la comida. Como tiene grifo de cerveza, es inevitable que circulen los "tanques" de cerveza que entran de miedo en el cuerpo tras la caminata de hoy.

Pasamos la tarde tranquila en el refugio, y como el día anterior ponemos cosas a secar, nos duchamos y hacemos tertulia contando batallitas. Finalmente cenamos y a dormir.


De vuelta a casa (8 de diciembre de 2008)

Al día siguiente hay diversidad de opiniones. Gran parte decidimos volver a Madrid tras desayunar y recoger. Una buena parte de esta decisión se debe a no encontrarnos los atascos de tráfico que previsiblemente se formarían por el regreso del puente. Así, la mayor parte volvemos a Madrid en coche, mientras que Julia, Ángel y Jesús prefieren aprovechar la mañana por los alrededores antes de volver a casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario