sábado, 2 de agosto de 2014

Sierra de Guara. Barranco del Mascún

Sierra de Guara. Barranco del Mascún
Año 2009. Participantes: varios integrantes del Club Nemus, yo incluido.

La sierra de Guara, en el prepirineo, es famosa por sus formidables barrancos. El barranco del Mascún, es uno de los barrancos más famosos de esta sierra. Se dice que es el más espectacular junto con el de Gorjas Negras. Se trata de un barranco muy técnico y cargado de adrenalina.

Por ello, a pesar de su larga aproximación el barranco del Mascún es uno de los que despierta más interés porque luego vas a disfrutar de una buena longitud de barranco plagado de saltos, rápeles e incluso una larga zona que discurre en caverna.

La actividad del fin de semana estaba programada por el club de montaña, estando previsto viajar el viernes por la tarde a Rodellar, el sábado hacer el barranco del Mascún y el domingo otro barranco más tranquilo y volver a Madrid. Adicionalmente, y al ser Rodellar un lugar privilegiado también para la escalada deportiva, estaba para el que tuviera ganas la posibilidad de practicar un poco de escalada deportiva en los huecos libres.

Las fotos del interior del barranco están hechas con una cámara desechable, así que la calidad no es todo lo buena que hubiera deseado; pero mejor eso que nada.

Empezamos (pincha sobre las fotos para verlas a mayor tamaño):


Datos: 
Actividad: Barranquismo;      Zona: Sierra de Guara
Cimas: Ninguna.
Dificultad: Barranco de dificultad Alta (nivel 3)
Características: Barranco con bastante adrenalina, especialmente si te gustan los saltos, aunque hay instalaciones para rapelar en todos los saltos comprometidos. El barranco es largo por lo que requiere una mínima forma física y llevar suficiente alimento y bebida. Es comprometido; en caso de repentina tormenta puede convertirse en una trampa, así que hay que afrontarlo con conocimientos y precaución.


Croquis:



Tiempos:
No me acuerdo muy bien lo que tardamos nosotros. Los tiempos dependerán de muchas cosas, empezando por la cantidad de gente que componga el grupo y su nivel físico y técnico. Un orden de magnitud de tiempos podría ser la siguiente:
  • Aproximación al inicio del barranco desde Rodellar: 3 horas
  • Descenso del Barranco: 5 horas
  • Regreso a Rodellar: 2 horas


Track: 
Ajeno, de internet (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).





Fecha:  20 de junio de 2009


Vamos llegando la noche anterior todos los coches a Rodellar. Nos alojamos en unas cabañas de un camping que hay cerca de la población. Allí vamos tomando posesión de nuestro alojamiento, así como del alquiler de trajes de neopreno ya que hay que tener todo preparado para intentar salir a la mañana siguiente a una hora aceptable, pues el barranco, entre aproximación, descenso y regreso, se va a llevar unas cuantas horas.

Tenemos que organizar todo, así que tenemos bastante trajín llevando cosas de una caseta a otra.

Tengo mal los tendones de los cuadríceps en las rodillas. Hace pocos días que jugué dos partidos de fútbol seguidos e intensos (ya se sabe... padres contra hijos... y más vale mantener la honrilla, así que hay que esforzarse a tope cueste lo que cueste), y uno no está acostumbrado a ese tipo de deportes, así que tengo ambos tendones con fuertes dolores. En el trajín de llevar cosas de un sitio a otro en el camping me pego un traspiés que me da un enorme latigazo de dolor en el tendón de la pierna con la que me he tropezado. El dolor es tan intenso que lo primero que pienso es que me he roto algo por ahí dentro. Intento no pensarlo y esperar a ver qué pasa mañana.

 Cenamos y nos metemos a dormir.
 
Alojados en las cabañas de un camping cercano a Rodellar

Suenan los despertadores. Nos levantamos y nos ponemos en marcha. Desayunamos, preparamos el equipo y cogemos los coches. Vamos al barranco 12 personas; realmente a Rodellar han venido más personas de nuestro grupo, pero algunos no han venido con la intención de hacer barrancos sino de hacer otras cosas mientras estamos en los barrancos y estar todos juntos el resto del tiempo.

Aparcamos antes de llegar al pueblo, en una zona que se puede aparcar bien, en el lado izquierdo de la carretera. No hemos podido aparcar más cerca del pueblo ya que los "sitios" estaban ya cogidos. Vamos preparando todo y antes de partir nos hacemos alguna foto de grupo. Nos distribuimos las cosas entre todos para llevar las cosas repartidas en cuanto a pesos. A mí me toca cargar con unas cuantas cantimploras llenas de agua, así que tengo la sensación que no he salido muy bien parado en el reparto.
 
Aparcamos antes de llegar al pueblo
Foto de grupo
Terminando de prepararnos para partir

Iniciamos la marcha, aunque este inicio es un poco progresivo ya que somos muchos y unos están listos antes que otros y van iniciando la marcha mientras terminan los otros. Al haber aparcado antes de llegar al pueblo, todavía queda un poco de distancia hasta llegar hasta él.

Iniciamos la marcha. Al fondo se ve el pueblo de Rodellar

Una vez pasado el pueblo la ruta desciende hacia el fondo del cauce del río, en el que apenas hay agua.

Descendiendo hacia el fondo del cauce
Vamos dejando atrás Rodellar.
Llegando ya al fondo del cauce

Seguimos un buen rato transitando por el fondo del cauce. Alcanzamos la formación conocida como el "delfín", que no es otra cosa que un enorme agujero en la roca, quedando por encima como si fuera un puente esculpido en la roca. Dentro del agujero queda un techo que los más maquinones escalan: suben por un lado del interior del agujero, recorren el techo y bajan por el otro lado. Se llama el delfín, porque el agujero tiene forma de delfín. Desde donde lo ves por primera vez no se aprecia esa forma de delfín, pero cuando sigues avanzando un rato y das media vuelta se aprecia una forma perfecta de delfín.

Desde este punto se aprecia perfectamente la curiosa forma de delfín del contorno interior del agujero

Un poco más adelante hay que abandonar el cauce por nuestra izquierda. El sendero coge pendiente y toca subir y subir un ratillo. El sol pega ya, haciendo más pesada la subida...  y encima el subir con los neoprenos puestos en la espalda no ayuda a aliviar mucho el recalentón precisamente.

En la subida se pasa por un bonito paisaje de barranco y agujas, destacando la famosa aguja conocida como la Cuca Bellostas. Es una afiladísima aguja de unos 60-80 metros de altura que parece que desafía las leyes de la gravedad. En esta aguja hay algunas vías de escalada que te llevan a su afiladísima cima; una de las opciones de descenso es un rápel volado de 60 metros.


La Cuca Bellostas es la afilada aguja de la derecha, de unos 60-80 metros de altura
Croquis de una de las vías de escalada en la Cuca Bellostas

Recomiendo que no os lo perdáis y que veáis este enlace (http://www.abaco-digital.es/virtual.php?src=helico_rodellar) si queréis ver una imagen espectacular de la Cuca Bellostas. Se trata de una fotografía de 360 grados que se puede orientar como se quiera y es realmente espectacular. Ahí se aprecia bien lo afilada que es esta aguja y lo minúsculo de su cima.

Seguimos. El cuestón que nos hemos metido para el cuerpo por fin se acaba, no sin hacerse un poco de rogar. A partir de ahora el panorama cambia radicalmente, ya que nos vamos alejando un poco del cauce y el terreno es muy llano y compuesto de prados y tierra. Aquí hacemos una pequeña parada de reagrupamiento e hidratación y a continuación seguimos con nuestra marcha

Tras coronar el cuestón, el panorama cambia radicalmente

Continuamos por este tramo, más agradecido en cuanto a la comodidad de andar. Al fondo tenemos a lo lejos la bonita estampa del macizo de las Tres Sorores: Cilindro de Marboré, Monte Perdido y Añisclo. Estamos muy lejos de ellos pero se ven y se reconocen perfectamente y tienen bastante nieve. Es una imagen de fondo realmente bonita.

Pasamos por el pueblo abandonado de Otín, en cuyas proximidades hay una fuente.

Seguimos andando muuucho... así que no os voy a aburrir con la aproximación, que se acaba haciendo un poco interminable y creo que ronda los 11 km.

Por fin llegamos a la entrada al barranco. Hasta ahora los tendones de los cuadríceps solo me han molestado un poco en las bajadas, así que la cosa de momento va, pero me preocupa un poco.

Hay mucha gente en la entrada al barranco. Nosotros todavía tenemos que prepararnos y ponernos los neoprenos, así que pedimos la vez y nos ponemos a ello. Cuando estamos preparados ya ha ido desfilando bastante gente barranco abajo, así que no nos toca esperar excesivamente, pero esos minutos pegando el sol y con el neopreno puesto no son muy agradables, así que esperamos impacientes.

Mucha gente a la entrada del barranco. Afortunadamente va saliendo rápido

Finalmente nos llega el turno. El barranco empieza con un respetable salto de unos 7 u 8 metros, así que aquí no hay precalentamiento y la adrenalina viene de sopetón. La ventaja de esto es que sirve como chequeo para ver si realmente estás medianamente preparado para este barranco, antes de meterte en todo el fregado. Este salto es bastante delicado y hay que dejarse caer con un pasito para adelante y sin nada de impulso si no quieres estamparte con la pared de enfrente, pues con esa altura de salto a nada que te impulses avanzas una buena distancia antes de tocar el agua. No obstante, para los que no se sientan seguros o no quieran jugársela existe la opción de rapelar. La poza bajo este salto es muy profunda, así que lógicamente no se toca fondo a pesar de la altura del salto.

Salto inicial del barranco
Vero en su salto inicial vista desde abajo. Parece que está en trance y levitando

En dos brazadas sales por el rebosadero de la poza para caer a otra poza dos metros más abajo. Este pequeño salto prácticamente es sentarse en el borde y dejarse caer.

Jesús, nadando en la poza tras el primer salto
Ángel a punto de saltar a la segunda poza. José asomado mirando
José cayendo a la segunda poza
A continuación vienen un rápel de casi 20 metros. Hay dos posibilidades de rápel, uno más fácil y más habitual por la derecha (según se desciende) y otro más irregular y delicado y con el chorro de agua cayéndote encima por la izquierda. Como el de la derecha estaba ocupado por el grupo que iba delante de nosotros, que va un poco lento, ni nos pensamos el coger el de la izquierda, y así aprovechamos para adelantarles.

Nosotros, al igual que hace alguna gente, en lugar de rapelar hasta el agua rapelamos hasta una especie de cornisilla para luego desde ahí saltar los 5 o 6 metros que faltan para llegar al agua. Este último salto es sobre una lagunilla más amplia y es fácil tocar suelo. En nuestro caso no había demasiado caudal en el barranco, así que cuando salté me llevé la sorpresa de tocar sobradamente fondo (por el doble efecto de que aumenta la altura del salto y además disminuye el espesor de agua), aunque el fondo de la lagunilla es terroso y por tanto "inocuo".
 
Fran en la variante izquierda del rápel de 15 - 20 metros
En esta variante del rápel te llevas un atracón de agua
El grupo del rápel de la derecha (cuerda amarilla) desciende con cuerda hasta el agua, mientras que nosotros (que hemos rapelado por el lado derecho de la foto) nos quedamos en la repisilla y vamos saltando al agua los 5 o 6 metros que quedan. Como se aprecia, el nivel del agua está un poco bajo

Toda esta parte inicial (salto de 8 metros, salto de 2 metros, rápel de 15 metros y salto de 5 metros) va totalmente seguido, sin ningún respiro entre una cosa y otra y es conocida como el "Saltador de las Lañas".

Según avanzo por la lagunilla para salir de ella noto que me duelen los tendones de los cuadriceps y me doy cuenta de que realmente cuando trabajan no es cuando impulsas el cuerpo al andar normal, sino cuando impulsas la pierna para avanzar un paso al andar bajo el agua. Ello me preocupa, así que decido ir un poco por delante del grueso del grupo por si por este problema me voy quedando atrás. Al final me molestaría para avanzar en el agua pero tampoco supondría una ralentización de mi marcha.

Goyo ha ido por delante y vamos Julia y yo avanzando mientras los demás todavía están atrás. Hay una poza con un buen salto. Goyo ya ha saltado antes de que llegáramos Julia y yo. El problema del salto es que la poza de abajo no está en la vertical sino un poco desplazada hacia delante; por tanto la dificultad es el calcular el impulso necesario para "avanzar" en la caída hacia la poza y a la vez no pasarte, pues la poza es pequeña. La altura es de unos 7 metros (las reseñas varían entre 5 y 7 metros, pero estando bajo de caudal la altura sería más bien de 7 metros; y esa impresión visual tenía yo también. Además con caudal alto la poza se vería también un pelín más grande de lo que se veía en esta ocasión).

Goyo desde abajo no para de decirme que salte, insistentemente. Yo, desde el borde, no paro de pensar: "estoy al 99% de seguro que atino a caer en la poza... pero si fallo...". Julia me dice que si montamos un rápel; Goyo me hace dudar mucho, pero tras un par de minutos de darle vueltas me parece más razonable rapelar, así que le digo a Julia que sí. Por otro lado me daba un poco de rabia, al ver que había saltado Goyo, el pensar que luego iban a llegar el resto de los del club e iban a acabar saltando todos menos yo (llevaba poco tiempo en el club y todavía no tenía calibrados sus "niveles de riesgo"). Por este último pensamiento, y a pesar de haber empezado Julia a montar el rápel, en un arrebato de valentía, inconsciencia o como se le quiera llamar, voy y salto, cayendo sin problemas en el centro de la poza. Julia también opta por saltar y nos juntamos los tres. Pero... a todo esto va llegando el resto del grupo y cuando veo que según llegan en lugar de saltar montan el rápel y empiezan a bajar todos rapelando... ¡¡me tiro de los pelos!!

De esa poza se baja a otra que hay seguida y saliendo de esta segunda, en la pared izquierda hay un bonito rápel. Rapelamos llegando a una gran plataforma de roca, que cuando el barranco está más alto de agua está inundada, y de ahí a una lagunilla que cruzamos nadando. Al igual que antes y por el mismo motivo voy tomando un poco de delantera con respecto al grueso del grupo, avanzando con los más adelantados.

Cruzando una lagunilla

El barranco, al ir bajo de agua sigue con una alternancia de tramos secos y de agua, pero pronto nos metemos en la zona conocida como los Oscuros de Otín. Se trata de una zona que discurre por cavernas y por tanto vas a oscuras, aunque siempre hay algunos sitios por donde se cuela algo de luz, así que tampoco es que vayas a tientas. Esta zona tiene una longitud de recorrido considerable y resulta bastante interesante.

En esta zona hay tramos de andar por el agua y algunos pequeños resaltes, pero también llega un momento donde hay complidados rápeles, destrepes y saltos. En el denominado "Pozo Negro" hay un rápel bastante "retorcido" que comienzas descendiendo por una especie de estrecho agujero en el que es algo complicado descender, sobre todo con la mochila en la espalda. Además la roca hace formas con las que hay que estar muy atento al rapelar para no dejarse la dentadura en un saliente al perder pies ni despellajarse o pillarse una mano contra la roca.

Aquí podéis ver un corto video que he sacado de internet con el Pozo Negro visto desde arriba:



Hay destrepes muy delicados, por lo tremendamente resbaladizo de la roca y algunos saltos que no describo con detalle porque casi ni me acuerdo, pero el barranco es bien largo y completo. Uno de los que más recuerdo es un bonito salto de unos 4 metros al asomar por una especie de puerta o ventana a un estrecho pasillo en el que no podías hacer otra cosa que dejarte caer al ser relativamente estrecho.
 
En los oscuros de Otín
Algunos tramos son verdaderamente oscuros
Bonitas zonas y parajes en los oscuros
Saliendo de las cavernas

Más adelante, una vez fuera de los oscuros, hacemos una parada larga en un sitio a la sombra, para comer. Allí, además de comer, echamos nuestras risas y nos relajamos un buen rato.

Parada larga tras haber recorrido lo más interesante del barranco

En la continuación se alternan tramos en agua con tramos secos, estos últimos cada vez más predominantes al ir bajo de agua el barranco. Esto hace que nuestro retorno a Rodellar por el fondo del barranco se haga larguísimo y pesado. Encima el camino ya no es tan bonito como a la ida y para colmo en algún momento nos despistamos, tomando algunos senderos equivocados y teniendo que descubrir el camino correcto.

Finalmente vamos llegando a Rodellar. Los neoprenos hace rato que nos los quitamos... menos mal, para poder transpirar. Pasamos por la zona de escalada, donde remoloneamos un poco observando las vías y a algunos escaladores. Continuamos. Estamos ya cansados y las cuestas que suben desde el fondo del cauce hasta el pueblo se hacen de rogar y las piernas se notan pesadas. El grupo va totalmente roto en varios grupitos.

Aquí os pongo un interesante video cogido de internet que resume lo que es el barranco (y en el que, por cierto, el salto en el que Goyo me insistía y al final hice, se ve que lo hacen rapelando a pesar de que incluso hay más nivel de agua que en nuestro caso):



Llegamos al pueblo los del grupo más adelantado. Tenemos una sed espantosa, pero no tenemos dinero... pero ahora que me acuerdo... JuanPa me dio 20 € para que se los guardara... JuanPa se ha quedado atrás pero... cerveza fresquita... ¡joer qué ganas!... Un par de minutos más tarde estamos sentados en la terraza de un bar diciéndole al camarero que nos ponga toda la cerveza que nos pueda poner con 20 € (y creo recordar que así se lo pedimos), así que nos pone unas cuantas jarras grandotas de cerveza que, según van llegando más componentes empezamos a compartir con ellos. Finalmente llega JuanPa y acaba enterándose que este pequeño festín, del que ya apenas queda nada, es a costa de sus 20 € (luego se los repondríamos).

Volvemos al camping, donde nos juntamos con los que no habían venido al barranco, y ya todos nos rehidratamos todo lo que nos hacía falta. Algunos se van a escalar un poco... ¡qué ganas, después de la caminata y la calorina de hoy!... yo no tengo ninguna gana, así que incluso le dejo mis pies de gato a Dani que tiene mi mismo número y no se ha traído los suyos.

De noche hacemos una barbacoa con productos que ya teníamos comprados, ya que el camping está preparado para hacer barbacoas, y nos damos un pequeño homenaje que nos sabe a gloria. La verdad es que lo pasamos muy bien.

Por la tarde en el camping

Finalmente algunos damos un pequeño paseo nocturno y luego nos recogemos en nuestras cabañas para dormir, no demasiado tarde ya que al día siguiente hemos previsto hacer el barranco de Los Oscuros del Balcés.


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