lunes, 12 de febrero de 2018

Espigüete, por la arista este

Espigüete, por la arista este
Año 2012. Participantes: Azucena, Bárbara, Bea, Marijose, Christian, Isma, Jesús, Justi, Lolo, Lucio, Roberto, Santiago y yo.

En esta ocasión visitamos Fuentes Carrionas y dentro de este macizo dedicamos la jornada de sábado al Espigüete, sin duda el pico mas llamativo e imprescindible de este también imprescindible macizo ubicado al sur de Picos de Europa. La subida la hacemos por la interesante y vistosa arista este, descendiendo por la Canal Norte, completando un magnífico recorrido circular.

Se trata de una excursión de fin de semana, organizada por el Club Nemus, en la que el sábado está planeado subir al Espigüete por su arista este y el domingo el Curavacas, otro de los clásicos de este macizo. En este artículo recojo la jornada del sábado, dejando la del domingo para otro artículo.


Espigüete, por la arista este (15 de septiembre de 2012)

Datos: 
Actividad: Montañismo;      Zona: Fuentes Carrionas
Cimas: Espigüete (2436 m)
Dificultades: Algunas trepadas y destrepes sin excesivas complicaciones, aunque sí que hay un corto destrepe de unos 4 metros algo más delicado que al que no esté mínimamente habituado a estos terrenos podría llegar a darle algo de guerra.  
Longitud total: 11,0 km;     Desnivel acumulado positivo:  1430 m;     Desnivel acumulado negativo: 1430 m

Tiempos:
Nosotros tardamos aproximadamente 4 horas en llegar a cima y alrededor de 3 horas en volver al coche, a los que hay que añadir el tiempo de estancia en cima, si bien a ritmos de grupo grandecillo y con tremenda tranquilidad, así que tomad estos tiempos solo como una orientación.

Track: 
Generado sobre mapa y con ayuda de otros tracks (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).


Índice IBP: 144


Fecha:  15 de septiembre de 2012

La mayor parte de los integrantes del grupo hemos decidido hacer el viaje el viernes por la tarde y vivaquear en Cardaño de Arriba, mientras que unos pocos se pegarán el madrugón y llegarán en un coche el mismo sábado.

Los que vamos a vivaquear en Cardaño de Arriba vamos llegando, cenando y acoplándonos para dormir. Mañana no vamos a madrugar demasiado, porque no hace falta y así damos tiempo a que lleguen los que vienen el sábado por la mañana.

Amanece el sábado. Nos vamos levantando hacia las 8:30 y vamos desperezándonos tranquilamente, ya que tenemos tiempo. Con los que salen hoy de Madrid hemos quedado en el entorno de las 10 en el aparcamiento donde se dejan los coches para iniciar la ruta, pero de todas formas hablaremos por el móvil para ir viendo con más precisión su hora de llegada.

Desayunando en Cardaño de Arriba
Hace fresquillo, por lo que un cafecito calentito se agradece

Vamos estando listos, así que vamos recogiendo todo y cogemos los coches para dirigirnos al aparcamiento donde se deja el coche. Según vamos hacia allá se ve esplendoroso el Espigüete, pues aparte de su tamaño tiene un color blanquecino muy característico que le hace resaltar enormemente y enseguida atrae tu mirada. Según vamos se ve perfectamente el recorrido de la arista este, que va de izquierda a derecha, aunque la cima principal no se ve desde aquí, pues lo que se ve como punto más alto a la derecha es la cima Este, que es una antecima que hay antes de la cima principal que queda escondida detrás de ésta.

Llamativa vista del Espigüete desde el coche, camino del aparcamiento. La arista Este va de izquierda a derecha, si bien la cima de la derecha es la cima Este y la cima principal está oculta tras ella


En el aparcamiento nos juntamos con el coche que viene de Madrid, con el que nos hemos coordinado para coincidir.

En el aparcamiento preparamos nuestras mochilas y partimos por la arista este, que empieza desde el mismo aparcamiento. Al principio es un sendero algo zigzagueante, para intentar ir suavizando la pendiente. El terreno predominante de momento es de tierra y vegetación.

El aparcamiento visto desde los primeros compases de subida

Enseguida vamos cogiendo más y más altitud. Vemos el aparcamiento que va quedando abajo y el paisaje se amplía.

Se gana altura rápido, y el aparcamiento se va viendo pequeñito.

Según vamos subiendo llega un momento que el terreno va cambiando; va desapareciendo la vegetación y apareciendo más piedras y rocas. Poco más arriba el terreno se vuelve totalmente rocoso, que es la tónica que ya vamos a tener hasta cima y gran parte del descenso.

La vegetación va dando paso a la roca
Justi sobre roca compacta
La cima Este es la de la derecha del todo, y tras ella parece asomar la cima principal del Espigüete

Voy delante intentando animar al grupo para que suba un poco más rápido, pero se lo toman con mucha calma y no hay manera, así que son frecuentes las paradas para intentar irnos reagrupando un poco, o al menos no desperdigarnos demasiado y tener el grupo más o menos controlado. En un sitio que vemos algo más acogedor hacemos una parada un poco más larga, donde conseguimos reagruparnos todos y picar algo rápido.

"¡Venga, ánimo, que todavía queda mucho!"

Continuamos. La verdad es que la pendiente es prácticamente constante desde el inicio y no da mucha tregua, aunque llegamos a un colladito, Collado Cerrunal, que nos da unos escasos metros de respiro en horizontal antes de continuar subiendo. Este collado es herboso, contrastando con el dominio de rocas en el que estamos desde hace rato y que domina ampliamente en nuestros alrededores.

Collado Cerrunal da unos metrillos de repiro en la subida
El Curavacas destaca con su color negruzco
Lo de la derecha del todo al fondo creo que es Peña Santa

Continuamos después del collado, otra vez por roca. La arista se ha afilado algo aunque sigue siendo amplia.

Vista atrás...
... y vista adelante

Nos cruzamos con una pareja que baja. Nos avisan de que hay un destrepe muy peligroso y lo ponen como  tremendamente delicado, que se han dado la vuelta... en fin, que lo pintan como si aquello fuera la leche. Nosotros vamos bien informados y sabemos que no es para tanto, así que la alarma que crean en nosotros no es mucha, aunque nunca hay que desestimar del todo las cosas que te digan.

Llegamos al destrepe en cuestión. Bajo y... hombre, es algo delicado y hay que ir con bastante tiento, pero tampoco es como para darse la vuelta como ha hecho la pareja de antes. Me quedo abajo para los que necesiten ayuda, aunque todo el grupo va bajando más o menos bien y sin excesivos problemas. El destrepe tendrá alrededor de cuatro metros de altura, así que tampoco es alto.

El destrepe

Tras el destrepe hay una horcadina, que muestra un cierto patio hacia el lado izquierdo, así que es casi inevitable asomarse para cotillear un poco.

Rober en la horcadina

Una vez solventada la pequeña dificultad del destrepe continuamos la subida. La arista se afila más, haciéndola más atractiva, aunque lejos de llegar a ser una aérea cresta como las clásicas de Picos de Europa, por ejemplo. No obstante es lo suficiente para, como digo, darle más atractivo y crear cierto ambientillo que se disfruta.

Vista atrás

Llego a la cima Este. Ya tengo a la vista la cima principal... y unas ganas tremendas de llegar a ella, cansado de avanzar tan lento con el grupo. La verdad es que no recuerdo ninguna excursión de grupo que avanzáramos tan lento. Desde hace un rato estoy subiendo haciendo avanzadillas y parando a esperar... un poco desesperante, pero es la forma de intentar, infructuosamente, tirar del grupo, a la vez de avanzar a un ritmo un poco más cómodo para mí. Rober va cerrando el grupo para controlarlo y también está un poco desesperado con el ritmo.

La cima principal, vista desde la cima Este

Desde la cima Este, hay que bajar al collado entre las dos cimas subir a la cima principal, cosa que ya no lleva mucho. Llego a la cima principal y poco a poco van llegando los demás.

Vista atrás de la cima Este desde el collado
El grupo va bajando hacia el collado
Vista atrás subiendo ya a la cima principal

Hace un día estupendo y en la cima se está divinamente. Contemplamos todos los alrededores, con unos paisajes estupendos. El día tan despejado permite una visión muy amplia. Incluso mirando hacia el norte se distinguen y reconocen perfectamente los Picos de Europa.

Posando con Christian
Bárbara y Christian, con las vistas hacia el embalse de Riaño, que se ve al fondo
La cruz que hay en la cima
Y el vértice geodésico, con Lolo apoyado

Una foto curiosa de la cima, aprovechando los espejos de Rober
Foto cimera del grupo


Estando tan a gusto en la cima y la hora que es, está claro que es el momento y lugar para comer tranquilamente. Todos sacamos nuestros alimentos y habiendo tanta variedad se presta a compartir unas cosas y otras y acabar probando un poco de todo (hasta humus, que trajo un compañero y yo en ese momento ni conocía lo que era).

Comiendo en la cima
Vistas hacia el embalse de Camporedondo, un tanto escaso de agua
Vista de los Picos de Europa
Vista hacia la cima Este, y al fondo destaca el Curavacas

Tras comer, y en ese ambiente de extrema tranquilidad con la que se está tomando la excursión, acabamos todos tumbados medio dormitando medio tomando el sol... en este momento lo de la tranquilidad no me importa tanto, jejeje. La verdad es que se está de lujo con el solecillo pegándote pero sin que haga calor.

Momentos de siesta y relax en la cima

No sé cuánto tiempo pasaría así, pero bastante; más de una hora con seguridad. No obstante tampoco podemos quedarnos aquí a vivir y llega un momento en el que hay que pensar en bajar... sobre todo al ritmo que vamos que lo mismo acabamos llegando al coche de noche.

La bajada la hacemos por la Canal Norte, para lo cual se retroceden unos metros por donde hemos venido y se coge ya dicha canal para bajar. Se baja relativamente bien, aunque hay zonas de pedrera algo deslizante y después hay algún que otro pequeño destrepe.

Metidos ya en la Canal Norte...
...con predrera deslizante...
...y algún medio-destrepe
Un poco más abajo

Normalmente se baja rápido, aunque el grupo sigue a su aire y baja muy tranquilamente.

Vista atrás más abajo

Más abajo la canal se abre y las pendientes descienden. Rober se ha juntado conmigo y vamos bajando directos a buscar el camino que lleva ya hacia el aparcamiento, un poco en diagonal, aunque seguimos todavía bastante altos con respecto a él. A lo lejos se oye el estruendo de una cascada, es la cascada de Mazobre; para visitarla, una vez alcanzado el camino habría que retroceder por él, por lo que Rober y yo desechamos el visitarla, ya que al ritmo que va el grupo...

Mirando atrás, a ver si llega la gente
Ahora tenemos que bajar al camino que se ve casi por el fondo del valle

Tenemos unos momentos en los que no vemos claro cuál es la mejor opción de bajada hasta alcanzar el camino, pero al final lo vamos resolviendo entre Rober y yo. Los demás van bastante retrasados pero de vez en cuando esperamos hasta tenerlos a la vista y así no perder de vista el grupo, ni ellos a nosotros.

Finalmente alcanzamos el camino. La cascada se ve relativamente cerca, así que optamos por echar a andar un pelín antes de que acabe de llegar al grupo para evitar tentaciones de que quieran acercarse a la cascada. Andamos despacio dejando que se nos unan parte de los integrantes del grupo, en un intento de recuperar la normalidad. A mí hace rato que me duelen los pies de lo larga que se está haciendo la excursión y de tanto esperar, así que estoy deseando llegar al coche, sentarme y descalzarme; por lo que comenta creo que a Rober le pasa más o menos lo mismo.

Hay tres de los integrantes que los hemos perdido de vista tras haber alcanzado el camino, nos preocupa relativamente, porque ya solo hay que seguir el camino para acabar llegando al coche. Sospechamos que se han ido a ver la cascada. En cualquier caso, llegados al coche siempre tendríamos la opción de volver a por ellos, por lo que decidimos seguir hacia el coche con el grueso del grupo.

Llegamos al cruce con el camino que sube al refugio de Mazobre, que está muy cerca. Rober, Isma y yo decidimos subir a verlo, tanto por curiosidad como porque nunca está de más conocer los refugios de cada zona y sus posibilidades. Además podremos coger agua, que hace rato prácticamente ya estamos racionando. El resto del grupo continúa por el camino.

Visitamos el refugio, nos hacemos algunas fotos y aprovechamos para beber y cargar algo de agua, aunque ya queda poco para el coche. También aprovechamos para refrescarnos los pies, lo cual a mí personalmente me vienen de lujo.

Isma llegando al refugio
Refrescándonos y aprovisionándonos de agua
 
Abandonamos el refugio atajando campo a través para volver a alcanzar el camino sin volver atrás y enseguida alcanzamos al grupo, que ha avanzado a ritmo tranquilo. Continuamos el camino a ritmo lento y vemos que vienen por detrás los que nos faltaban del grupo. Esperamos que nos alcancen y efectivamente nos confirman lo que sospechábamos: que se habían acercado a ver la cascada e incluso alguno de ellos se ha dado un baño rápido... mi pensamiento se divide en ese momento entre las enormes ganas de llegar al coche y que lo mismo un bañito podría haber estado de lujo.

Finalmente llegamos al aparcamiento, donde nos recomponemos y adecentamos un poco, a la par que pensamos en nuestra estrategia de cara a mañana: La ruta de mañana, para coronar el Curavacas, sale de Vidrieros, y ahora mismo es buena hora para acercarnos y vivaquear directamente allí... ¡dedicido!

Cuando estamos todos listos cogemos los coches y nos acercamos a la población de Vidrieros. Allí buscamos sitio donde aparcar los coches y dónde instalarnos para dormir. En el lugar en cuestión hacemos una animada cena en la que no falta alguna botella de vino que otra.

Rober comenta que no tiene interés en subir mañana al Curavacas y prefiere hacer por su cuenta otras actividades por la zona. Por mi parte comento mi intención, que ya había comentado de forma previa, que es que yo tengo interés en subir al Curavacas por la Canal Oblicua, en lugar de por la más habitual Canal Ancha. Quedamos en que Rober se va por su cuenta y Jesús y yo subimos al Curavacas con el grupo, si bien yo me desvío en el punto correspondiente para encaminarme a la Canal Oblicua y Jesús sigue por la Canal Ancha con el grupo y nos juntamos en cima para bajar ya juntos. En fin, que nos vamos ya a dormir con las ideas claras para el día siguiente, pero esa actividad ya os la cuento en el artículo "Curavacas, por la Canal Oblícua" (próximamente).

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