jueves, 16 de agosto de 2018

Serranía de Cuenca. Barranco de Portilla (o de la Hociquilla)

Serranía de Cuenca. Barranco de Portilla (o de la Hociquilla)
Año 2018. Participantes: AJ, Gaby y yo.

Bonito barranco en la Serranía de Cuenca, que no es fácil cogerlo con agua. Aprovechamos las fechas algo tempranas del año y la temporada de lluvia para conseguir hacerlo con agua, aunque a costa de que ésta esté realmente fría.










Surje la propuesta en el grupo de empezar la "temporada de barrancos". Por fechas podría ser más que razonable, pero lo cierto es que llevamos una buena racha de tormentas, frío y nieve que han alargado hasta fechas inusuales la temporada de esquí y deportes de invierno. El argumento es que para hacer este barranco y el de las Majadas hay que espabilarse porque pronto se quedan sin agua y se secan, y ahora después de tanta tormenta parece un buen momento. No obstante en Cuenca las previsiones están dando hasta nieve en estas fechas, por lo que no es fácil pronunciarse. Al final decidimos ir allí a ver qué tal está la cosa y probar suerte.

El Plan es ir el primer día a Cuenca con el coche, hacer el barranco de la Portilla y cenar y dormir allí en Cuenca ciudad, para al día siguiente hacer el barranco de las Majadas y volver a Madrid.


Datos: 
Actividad: Barranquismo;      Zona: Serranía de Cuenca
Cimas: Ninguna.
Dificultad: Barranco sin dificultades especiales con caudal moderado o bajo. Con caudales altos la cosa puede cambiar. Gran parte del barranco se desarrolla en estrechos, por lo que hay que tener cuidado con los caudales. Además, en esta zona de estrechos las posibilidades de escape son prácticamente nulas.
Características: Barranco que enseguida se seca, por lo que no es fácil cogerlo con agua. Consta de varios resaltes que se rapelan o destrepan, uno de ellos con un pasamanos no del todo necesario, y un sifón optativo al final. Gran parte del barranco se desarrolla en estrechos, lo que le da un bonito carácter al descenso. Instalaciones en buen estado en todos los rápeles, el día del descenso.

Croquis:


Tiempos:
Los tiempos aproximados son los siguientes:
  • Aproximación desde el coche al inicio del barranco: Del orden de 30-40 minutos
  • Descenso del Barranco: Unas 2 horas
  • Regreso al coche: Unos 15-20 minutos.

Track: 


Fecha:  30 de abril de 2018

Como el barranco no es muy largo y no lleva mucho tiempo, decidimos quedar no muy pronto, para hacer el viaje en el coche y llegar hacia la hora de comer, y hacer el barranco por la tarde.

Hacemos el viaje y paramos un momento en cuenca para tomar posesión de nuestro alojamiento y dejar lo que no necesitamos. Enseguida continuamos y ya pasado Cuenca, cerca de la zona del barranco, vemos una zona con mesas donde podemos comer tranquilamente. La verdad es que no hemos hablado cómo lo íbamos a hacer para comer, pero como me olía que lo mismo lo que mejor nos venía era comer un bocata y tirar para el barranco, al final me he llevado fiambre y cerveza, y con dos barras de pan que compramos nos apañamos fácilmente la comida.

Mientras comemos los bocatas revisamos el croquis del barranco y terminamos de organizar las cosas.

Continuamos y llegamos al punto donde se deja el coche, junto a un par de grandes naves de ganado. Allí nos preparamos... hace una temperatura muy baja, así que ponerse en bañador no es plato de buen gusto, pero andar ya con el neopreno puesto tampoco parece lo más idóneo. Para hoy daban posibles precipitaciones que pueden ser de nieve, pero viendo que van a ser débiles consideramos que no habrá problema para hacer el barranco.

Iniciamos la aproximación. El sendero sale justo de donde hemos dejado el coche y va remontado el río arriba prácticamente junto a su cauce, pasando en algún momento de un lado al otro. Al principio vamos algo helados de frío, pero aceleramos el ritmo y vamos entrando en calor con la subida.

En apenas 30 minutos nos plantamos en el inicio del barranco, en una pequeña zona herbosa a escasos metros del cauce. Vemos que el río lleva agua, aunque no sea mucha; no obstante estos ríos van alimentándose según avanza el recorrido y cogiendo poco a poco más caudal. La cosa en principio no tiene del todo mala pinta pero ya iremos viendo.

Nos echamos nuestro rato hasta que conseguimos enfundarmnos en los trajes de neopreno y nos hacemos una foto antes de iniciar el barranco.

Foto al inicio del barranco
Nos metemos en el río y empezamos el descenso. Enseguida aparece el primer resalte. Ya que en principio vamos sobrados de tiempo y estamos solos en el barranco queremos aprovechar para practicar algunas maniobras, así que nos tomaremos el descenso con calma y en cada rápel echaremos más tiempo de la cuenta. Cae poca agua, pero la que salpica está bien fría.

Instalación del primer rápel
Vista hacia abajo del primer rápel
Y vista desde abajo, desde donde se puede observar que hace cueva
De momento hay poca agua, pero corre y salpica

No se tarda mucho en llegar al segundo rápel y un poco más adelante al tercero. La verdad es que están todos relaticamente concentrados y no hay que andar mucho entre un rápel y el siguiente. De momento sigue habiendo poca agua, pero como alguna vez que otra te pega el chorro del agua te acabas mojando.

Segundo rápel
Tercer rápel
Autofoto tras haber bajado el tercer rápel

El cuarto rápel se sitúa cuando el barranco se estrecha acusadamente y empieza a verse mucho más vistoso. Los tres primeros rápeles habían sido de unos 5 o 6 metros y este cuarto es de 10 metros; no es que sea una altura muy considerable, pero es casi el doble que los primeros. Además, el nivel del agua ha pasado de mojarte los pies a tener incluso que nadar. Todo eso también empieza a hacer mucho más atractivo el barranco. Lo peor es que al ser tan estrecho y tan encajonado también es más frío, y encima el tener que meter ya todo el cuerpo en esta agua tan fría...

Cuarto rápel
Aquí el nivel del agua ya ha aumentado
El quinto rápel es el más alto, pero no supera los 12 metros. El aterrizaje de este rápel es en uno de esos puntos que hay que nadar.

Instalación del quinto rápel. Con los guantes de neopreno me manejo algo peor pero me ayudan con el frío en las manos, pues el agua está helada
AJ rapelando
Y yo cerrando este quinto rápel
Un poco más abajo
Y la recepción, donde no se hace pie

El sexto rápel está preparado para montar un pasamanos para acceder a la instalación de rápel. Realmente no es del todo imprescindible, pero dado que estamos practicando cosas optamos por montarlo. La verdad es que desde que hemos entrado en la zona estrecha, desde el cuarto rápel, el barranco ha ganado muchísimo y resulta mucho más bonito e interesante de lo que me esperaba.

Montando el pasamanos
Toda esta zona de los estrechos es realmente estrecha, encajonada, sombría y bien bonita. Pero las posibilidades de escape se puede decir que son nulas
Yo haciendo el sexto rápel
Y Gabi a continuación
Vista atrás tras el sexto rápel
Nos estamos quedando con los pies helados y desde hace rato aprovechamos cada roca que vemos para poder subirnos a ella y sacar los pies del agua. Gracias a los guantes de neopreno con las manos aguanto bien, además de que no están tanto tiempo sumergidas en el agua como los pies. El cuerpo también se va quedando frío, así que decidimos dejarnos de tanta práctica y darle más ritmo a la cosa, ya sea por salir cuanto antes de aquí o simplemente para que con mayor actividad el cuerpo genere más calor.

 Algún destrepe más, creo recordar que con la ayuda de una cuerda fija de nudos, y nos plantamos en el sifón que marca el final del barranco... la verdad es que no es más que una roca empotrada que puedes pasarla buceando por abajo pero se pasa perfectamente por arriba... en mi opinión una chorrada de sifón que resulta de lo más "forzado" y antinatural, ya que lo más lógico y natural con diferencia es pasar por arriba de la roca. Además con el frío que hace y lo helada que está el agua se le quita a uno cualquier tentación de agacharse y hacerlo buceando, así que ni nos lo planteamos.

El sifón, sin longitud y un tanto "forzado", porque se pasaría buceando casi a rastras y por encima se pasa sin ninguna dificultad y de forma más lógica y natural
Tras pasar el "sifón" el barranco se abre y puedes coger de nuevo el sendero que hemos usado en la aproximación para hacerlo desde aquí en sentido contrario y llegar al coche.

Llegamos junto al coche y nos ponemos a quitarnos los trajes de neopreno, cuando según nos los quitamos empieza a granizarnos... nos entra la risa tonta de vernos solo con el bañador en plena granizada y con un frío de narices. Para ponerme los calcetines tengo incluso que sacudir con la mano todas las bolitas de granizo que llevo adheridas al pie antes de enfundarme cada calcetín.

La granizada dura poco... pero justo el tiempo que tardamos en cambiarnos... ya se sabe que según las leyes de Murphy no podría pasar otra cosa que dejara de granizar justo cuando ya hemos terminado de vestirnos y meternos en el coche. Por cierto que durante el barranco nos cayó alguna que otra gota de lluvia, pero algo insignificante, tal y como se preveía.

Nos vamos a Cuenca ciudad, a nuestro alojamiento, donde ponemos todo a secar, nos duchamos y descansamos un poco antes de salir a cenar. Nos cuesta un poco encontrar un sitio donde cenar, ya que está todo lleno, pero finalmente y tras soportar la lista de espera acabamos sentándonos y cenando. Después unas copas en otro sitio y ya recogernos a dormir para el día siguiente, que toca el barranco de las Majadas (próximamente).


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