domingo, 26 de mayo de 2019

Ruta MTB: Tormón-Fuente de Pajarejo-Collado de los Burros-Tormón

Ruta MTB: Tormón-Fuente de Pajarejo-Collado de los Burros-Tormón
Año 2018. Participantes: Julia, Pauline, Ángel, Goyo y yo

Salida de fin de semana del Club Nemus a una zona no muy conocida pero realmente sorprendente, con unos paisajes preciosos, bonitos bosques, formaciones rocas muy singulares y hasta pinturas rupestres. Allí se encuentra el espacio natural Pinares de Ródeno. Llama la atención que esta zona no sea tan conocida, quizás por no haber sido muy promocionada, lo cual probablemente es una ventaja para que siga conservándose así. En este artículo abordo la jornada del sábado con una interesante ruta en la que las dos visitas a pinturas rupestres es casi lo de menos.

Como digo, la zona es una maravilla, con unos bosques, unos paisajes y unas formaciones rocosas que encandilan. La zona está ubicada en torno a la pequeña población de Tormón, en la provincia de Teruel y al sur de la más conocida Albarracín.

El plan es de fin de semana, alojándonos en el albergue de la pequeña población de Tormón, desde donde partirán las dos rutas circulares, la del sábado y la del domingo.

En este artículo me refiero a la ruta del sábado. El perfil, con sus datos son los siguientes:


Track: Grabado in situ y filtrado (pincha aquí para acceder al track en wikiloc).

El anterior perfil incluye las subidas y bajadas andando a ver las pinturas rupestres. Las pendientes máximas las indica justamente en dichos tramos, que no corresponden a ir en bici. Si eliminamos los tramos andados el perfil resultante y sus pendientes máximas son los siguientes:



Índice IBP: 74



Fecha: 16 de junio de 2018


Hemos quedado el viernes por la tarde directamente en la población de Tormón, donde vamos llegando y juntándonos en la terraza del albergue donde vamos a alojarnos, tomando unas cervezas. Llegando a la población, por una solitaria carretera con algunas curvas ya hemos podido comprobar la riqueza de fauna que hay por aquí. En el mismo albergue cenamos y echamos un buen rato charlando de sobremesa, hasta que decidimos irnos a dormir.

Al día siguiente nos levantamos y bajamos a desayunar al comedor del albergue donde nos agasajan con un riquísimo bizcocho de naranja recién hecho y una cuantas cosas más... ¡al final va a costar el ponerse a pedalear tras este pedazo de desayuno!, jejejeje. 

Nos terminanos de preparar y preparamos también las bicis tranquilamente, a ver si así también baja algo el desayuno. Cuando estamos todos listos echamos  a rodar hacia el centro del pueblo, donde hay una fuente para cargar agua. Según estamos allí, un amable señor nos indica que mejor cojamos el agua de la fuente que hay a la salida del pueblo, que está más fresca y mejor. Dicho y hecho, vaciamos de nuevo los bidones y salimos en busca de esta otra fuente, que está justo a la salida del casco urbano por donde empieza nuestra ruta de hoy. Allí cargamos agua tranquilamente y nos hacemos algunas fotos.

Transitando por Tormón
Foto del grupo en la fuente, antes de partir
Vista del pueblo desde la fuente

Son más de las 9:30 cuando ya por fín echamos a rodar. De momento hay que subir por la carretera en la que estamos. Es una subida con cierta pendiente, pero como está asfaltado cogemos cada uno nuestro ritmo y vamos subiendo bien. Viene bien para ir entrando en calor.

Cuando parece que ya hemos superado el zigzagueo y la subida, nos desviamos por un camino de tierra que sube en diagonal hacia atrás por la margen izquierda (km 2,8 del track). La pendiente del camino enseguida se va suavizando y continuamos hasta llegar al punto más alto (km 5,7). Allí hacemos una breve parada para hacernos algunas fotos y contemplar el bonito paisaje que se abre ante nosotros.

Parada en el punto alto. Ángel haciendo una foto a Julia...
... concretamete ésta
...y foto hacia atrás
Goyo con bonitas formaciones de rocas detrñas
Vista atrás con Pauline en este bonito paraje
Continuamos tras la parada. Ahora toca un descenso con este camino que por aquí se muestra en bastante buen estado, así que vamos cogiendo cierta velocidad, recorriendo las eses y horquillas que nos vamos encontrando. No tardamos mucho en llegar a un largo tramo recto que baja como un tobogán. Sin embargo no me embalo mucho, pendiente de ver dónde tenemos que pararnos porque por aquí están las primeras pinturas rupestres que vamos a visitar hoy; no obstante Ángel me dice que no me preocupe porque hay carteles indicativos.

Primeros compases de la bajada desde el punto alto
Alguna horquilla
Una bonita foto desde antes hacia después de la horquilla

Cuando veo con el GPS que estamos en el punto en cuestión paro, y enseguida veo que un pelín más abajo hay unos carteles indicativos (km 7,4) que si hubiera seguido sin parar habría visto sin problemas. Allí dejamos las bicis y subimos a pie a donde están las pinturas, ya que no es viable subir con la bici. Son unos 30 o 40 metros de desnivel que hay que subir hasta llegar a las pinturas, que están protegidas tras una reja. Contemplamos las pinturas, hacemos unas cuantas fotos y tiramos de nuevo para abajo a recuperar nuestrass bicis y nuestro camino. Tengo que aclarar, que en el track está registrada esta subida y bajada de las pinturas que hemos hecho sin bici porque el GPS no lo llevo en la bici sino que lo llevo en el maillot.

Contemplando las pinturas rupestres
Vista desde otro ángulo

Tras recuperar las bicis finalizamos la recta por la que bajábamos hasta llegar enseguida a un cruce donde tenemos que girar a la derecha y empezar a subir.

Tramo de subida

Después de una subida constante durante 2 kilómetros llegamos a un punto alto donde a la izquierda tenemos un mirador (km 10,4). Nos desviamos a mirar desde él. Desde luego que ha valido la pena la parada, pues tenemos ante nosotros un estupendo paisaje. Allí echamos unos minutillos contemplando y haciendo algunas fotos.

Aproximándonos al mirador
Ángel y Pauline disfrutando del mirador
Foto del grupo en el mirador

Continuamos y enseguida empezamos un divertido descenso por buena pista que nos lleva hasta la la Fuente de Pajarejo (km 12,6). En la fuente hacemos una parada para cargar agua.

Continuamos hacia el norte, primero bajando para cruzar al otro lado del barranco y luego por una subida que en principio es algo empinada y constante, pero tras un rato de subir por ella la pendiente empieza a suavizar. Poco a poco va suavizando hasta que el recorrido se vuelve, aunque con algunas ondulaciones, más o menos llano. Con esta tónica alcanzamos la zona de la Masía de Ligros (km 16,4).

La Masía de Ligros es el punto más alejado de la ruta, y además resulta un lugar muy agradable, así que parece el sitio perfecto para hacer una parada larga. Tras brujulear un poco por los alrededores nos subimos a una roca donde comemos y nos hidratamos tranquilamente. Allí gastamos también un buen rato de relax, un relax que en buena parte te lo transmite fácilmente un entorno como éste.

Julia, con la Masía de Ligros a sus espaldas
Y otra foto mirando un poco más a la izquierda
Las bicicletas tiradas por la hierba
Momentos de reponer fuerzas y relajarse

Cuando llega el momento de continuar me ocurre un percance... al ir a poner el pie en el suelo tras dar algunas pedaladas no puedo desengancharlo del pedal... miro y el problema es que he perdido un tornillo de la cala. Es un problema que ya me surgió en una excursión anterior y se ve que no lo solucioné bien. Echamos unos minutillos hasta que podemos fijarla con suficiente solidez con un solo tornillo; en cualquier caso en la otra ocasión que me ocurrió seguí con un pie sin cala y, aunque es algo incómodo vi que se puede seguir de forma más o menos decente. Afortunadamente el apaño resitirá toda la ruta.

Solucionado el percance continuamos rodando por un bonito y amortiguante suelo "tapizado" de hierba empapada con agua, ya que por donde vamos no deja de ser un cauce, y acabamos llegando a una pista. Una pequeña subida por esta pista nos lleva al Collado de las Tabernillas (km 19,1) donde hay un cruce de caminos y hay que tirar a la derecha. Por ese camino hay que coger un sendero que viene marcado en el mapa y sale enseguida por la izquierda. No acabamos de ver el sendero, a pesar de que recorremos adelante y atrás por donde debe estar, así que tiramos por donde debería estar pero campo a través (km 19,2). Enseguida se empieza a adivinar el sendero que se ve que se ha ido desdibujando y prácticamente ha sido borrado. Este sendero sube hacia un collado en un recorrido de apenas 300 metros pero algo complicados por la conjunción de la pendiente con estar borrado y transcurrir prácticamente campo a través, lo que hace que algunos tengamos que bajar de la bici en algún momento; en las vistas satélite parece verse que hay una alternativa mejor para llegar a ese collado (km 19,5) conectando desde la carretera que pasa cerca por el este, pero en el mapa no viene este pequeño caminito de conexión (¡¿y sin embargo sí que está dibujado en el mapa el sendero borrado por donde hemos subido?!).

Reanudando la marcha
Paisaje mirando hacia adelante
Y vista hacia atrás, con la Masía de Ligros de fondo

Desde el collado cogemos el camino que baja. Es un camino con cierta pendiente y bastante roto, por lo que este descenso es un poco trialero y divertido. En algún punto intermedio de esta bajada hacemos una breve parada para corroborar la ruta y su continuación con el mapa, y de paso contemplar las bonitas vistas que tenemos por la derecha.

Bajando por este divertido camino
Comprobaciones en el mapa
Vista atrás
Vistas a la derecha, con una bonita formación rocosa al fondo
Un zoom

Más adelante (km 20,9) tendríamos que tirar para la derecha e ir a parar a una pista que pasa más abajo y se ve desde aquí, pero Julia, viendo el mapa, propone acertadamente seguir por donde vamos, disfrutando de un recorrido más trialero, e intentar enlazar con la pista más adelante, pues parece que es viable. La propuesta resulta ser todo un acierto, y avanzamos por un sendero bastante borrado, de nuevo casi campo a través, pero ahora de descenso y con diversión, llegando más adelante a la pista (km 22,2) tal y como había previsto Julia.

Una vez en la pista el panorama del recorrido cambia radicalmente, por que ahora nos toca subir una pesada cuesta con una pendiente media relativamente alta que nos va a acompañar durante kilómetro y medio más o menos. Aquí inveitablemente cada uno sube a su ritmo. La cuesta finaliza en el punto de mayor altitud de la ruta, el Collado de los Burros (km 23,8), donde nos vamos reagrupando según vamos llegando.

Conunuamos cruzando la carretera que pasa por este collado y bajando por el camino que continúa al otro lado, desviándonos enseguida un poco a la derecha. Toda este tramo es un fácil pero agradable descenso, después de la cuesta de antes, que nos acaba llevando a un collado justo delante del monte denominado Cabezo de Tormón (km 26,5) que tiene una bonita estampa.

Llegando al collado, con Cabezo de Tormón de fondo

En el collado hay un cruce de caminos, pero nosotros tiramos a la derecha bajando hasta llegar a la carretera que nos llevaría a Tormón. Seguimos por la carretera pero en apenas unos 300 metros nos deviamos a la derecha (km 27,8) en busca de otras pinturas terrestres, pasando junto a una caseta forestal y abandonando las bicis en pleno bosque un poco más adelante, puesto que ahora toca subir a pie a donde están las pinturas.

Al principio no localizamos muy bien por dónde se sube a las pinturas, pero subiendo en dirección hacia donde deben estar enseguida damos con el sendero que te lleva a ellas. Subimos por este empinado sendero y enseguida llegamos a ellas. Allí, aparte de contemplar las pinturas ruprestres nos encontramos también con unas magníficas panorámicas paisajísticas.

Observando estas otras pinturas rupestres
Unos momentos de relax junto a las pinturas
El sitio está en un bonito paraje con buenas y amplias vistas

Una vez terminada nuestra visita volvemos abajo a por nuestras bicis y regresamos a la carretera. Ya solo toca seguir por ella hasta la población de Tormón, por la zigzagueante bajada que al principio de la ruta hicimos de subida. Allí cogemos velocidad y llegamos embalados al pueblo, cruzándolo y llegando al albergue.

La bajada del lugar de las pinturas, un tanto brusca
Julia y Ángel bajando

Llegamos a la hora perfecta para tomar alguna que otra cerveza antes de comer... y ya puestos comer allí mismo en el albergue que dispone de una agradable terraza. Hay algo de sobremesa, pero finalmente nos vamos a nuestro alojamiento para ducharnos y descansar un poco.

Momento cerveza

La tarde la dedicamos a patear un poco la zona, visitando la bonita cascada de calicanto, que pilla bastante cerca del pueblo yendo andando. Previamente visitamos un viejo molino que pilla de camino.

Inspeccionando el molino
El río, y al fondo ya se empieza a ver la cascada
Julia junto a la cascada
Una foto de la cascada
Volviendo de la cascada
Vista atrás. Con tanto polen parece escarcha

La verdad es que algunos tenemos algunas molestias estomacales. Sospechamos que nos hemos pasado un poco con algún licor (uno de ellos Mistela, que es propio de tierras levantinas) que imprudentemente han dejado los del albergue en nuestras manos tras la comida. Afortunadamente las molestias no son demasiado fuertes, por lo que tras visitar la cascada seguimos y nos adentramos en el barranco del río Ebrón, haciendo un tramo de recorrido por el sendero que lo recorre.

Adentrándonos en el barranco del río Ebrón
UInos metros más adelante
El sendero te sube por lo alto de las paredes del barranco, quedando el río abajo
Asomándonos
El agua corre por abajo, casi en nuestra vertical
Vista un por más a la derecha
El sendero sigue subiendo
Vista atrás del barranco

Aunque vigilamos nuestro reloj para que no se nos haga tarde contando el tiempo de vuelta, llega un momento en el que nos paramos un rato y nos planteamos volver ya. Miramos la posibilidad de volver por un sitio distinto, pero no se ve claro cómo llegar a un sendero un poco más alto que nos llevaría de vuelta al pueblo por otro lado. Finalmente decidimos volver por el mismo sitio al pueblo.

Parada a la sombra
Vista atrás
Valorando la posibilidad de volver por un sitio distinto
Pero finalmente volvemos por el mismo sitio
El sendero a veces va un poco colgado
Vistas hacia el agua del río, en el fondo
Seguimos, en un entorno muy bonito
Este tramo parece una pasarela construida a propósito, pero es producto de la erosión y la geología

En el final del barranco

Ya en el pueblo dedicamos un tiempo a recorrerlo y conocerlo un poco más a fondo, mientras hablamos animadamente e incluso nos marcamos junto al castillo un bailecito que está de moda y nos ha contagiado a todos el practicarlo.

Vista de la torre de la iglesia desde la zona del castillo
Disfrutando de las vistas junto al castillo

Tras nuestra visita por el pueblo volvemos a cenar al albergue. Aprovechamos para hacer preguntas acerca de por dónde tomar la ruta de mañana y nos hablan de un tramo de unos 2 kilómetros que no serían ciclables... así que decidimos cambiarle el sentido a la ruta circular de mañana, puesto que de bajada en principio esos 2 kilómetros se convertirían en un descenso trialero. Tras un rato de sobremesa finalmente nos vamos a la cama a dormir.
 
La ruta de mañana ya os la cuento en el artículo "Ruta MTB: Circular Tormón-Fuente del Cántaro-cima Javalón-Javaloyas-Tormón".

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