miércoles, 14 de mayo de 2014

Pico de la Miel. Vía "Esteban Altieri" (150 m, 4 largos, 6a+)

Pico de la Miel. Vía "Esteban Altieri" (150 m, 4 largos, 6a+)
Año 2014. Participantes: Raúl, Alfonso, Óscar y yo.
 
Tenía ganas de meterme yo en esta vía, algo durilla pero que tenía muy buena pinta. Sin embargo el ver "6a+" y mantenido en un sitio como el Pico de la Miel me imponía cierto respeto.

Un día que coincido con mi amigo Óscar, del "Grupo de Escaladores de la Cabrera", me propone: "a ver si algún día hacemos cordada y nos hacemos alguna escalada juntos aquí en el Pico de la Miel". Con él solo había ido al Naranjo hace dos o tres años, y además fuimos en cordadas separadas.

Lo primero que le contesto es que por supuesto, y lo segundo es comentarle que tenía ganas de hacer alguna vía como ésta, que suponía un pasito más con respecto al resto de vías que he hecho en el Pico de la Miel. Él, que ha hecho todas las vías del Pico de la Miel, me contesta que mucha gente, incluido él, piensa que es la mejor vía del Pico de la Miel, aunque a él también le gusta mucho la de la Casera Atómica (especialmente por su segundo largo). Así que está decidido; en cuanto a los dos nos encaje, nos escapamos una mañanita a hacer la Esteban Altieri.

Hay que destacar que hace algo más de un año se produjo un desprendimiento en el Pico de la Miel, afectando al largo 2 del trazado original de la Esteban Altieri. Este trazado original describía un arco por la izquierda esquivando la placa que hay por encima de la primera reunión. Como consecuencia del desprendimiento la Esteban Altieri ya no se hace hoy en día por su trazado original sino que se tira hacia arriba directamente por la placa, que corresponde al segundo largo de la Aláiz. Esto hace la vía un pelín más dura aunque con un trazado más natural.

Pincha sobre las fotos para verlas a mayor tamaño.
 

Datos
Longitud de la vía: 150 m.  Nº largos: 4.  Dificultad máxima: 6a+
Características: Vía durilla y bastante física sobre granito. No tiene ningún tramo fácil excepto los últimos metrillos de la vía tras superar la parte inicial del último largo, así que es una vía que no da tregua. El segundo largo realmente es el de la Aláiz, ya que un desprendimiento destruyó el segundo largo original.
Material: juego de fisureros, y juego de friends. Algún Alien puede venir bien.
Equipamiento: reuniones perfectamente montadas, dos chapas en el tramo inicial del primer largo, tres chapas en el segundo largo y un clavo al poco de iniciar el tercer largo.
Pasos clave: Sin duda el diedro del tercer largo, antes del techillo. La resbaladiza placa del segundo largo también se las trae, y el resto de la vía tampoco tiene desperdicio.
Posibilidades de escape: Por la propia vía, ya que todas las reuniones intermedias son rapelables.
Tiempo de escalada: Unas 2h30 o 3 horas.
Tiempos de aproximación desde el coche y regreso: Aproximadamente media hora de subida y algo más de descenso.
Cimas: Pico de la Miel (1392 m)


Croquis: 



Fecha:  1 de mayo de 2014


Aproximación


Para llegar al pie de vía hay que subir a la base de la vía Piloto (Pico de la Miel. Vía "Piloto" (160m, 5 largos, 6a)). Desde ahí, en una trepada hacia la derecha, hacia el Diedro Loquillo, se llega al pie de vía.

Llega el día en cuestión. Voy bien informado de la vía y sus largos, para saber dónde me meto y por dónde tengo que ir en los largos que me toquen de primero. Hemos quedado en el restaurante del Cancho del Águila para tomar café y salir para arriba.

Llego al restaurante y allí me encuentro con Óscar, que se ha traído su perra. Al poco llegan Raúl, el presidente del Grupo de Escaladores de la Cabrera, y Alfonso (que también creo que es de dicho grupo). Charlamos en la terraza del restaurante. Raúl es una persona que no tiene la apariencia superatlética de un escalador de mucho grado, pero a la hora de la verdad ya quisiéramos muchos escalar la mitad de bien que él. Además se sabe cada milímetro de cada piedra del Pico de la Miel.

Raúl y Alfonso se apuntan a hacer la misma vía que nosotros. Tiramos los cuatro para arriba hacia la base de la vía Piloto. Por el camino de subida nos encontramos con Josema, otro del Grupo de Escaladores de la Cabrera; realmente le ha encontrado la perra, que se ve que le ha localizado el rastro y se ha ido de nuestro lado cuando íbamos subiendo. Al buscar la perra vemos que viene con Josema. Ya somos 5 y la perra los que subimos hacia arriba, aunque Josema solo nos acompaña al inicio de la vía pues él simplemente está de paseo por el Pico.

Tras hacer la pequeña trepada que le precede, llegamos a la base de la Piloto, que cuenta con una buena plataforma. Allí nos preparamos, pues en el propio inicio de la Esteban Altieri hay poco espacio como para prepararse y encima dejar las mochilas.

Algunos ya se han calzado los pies de gato y tiran para el inicio de la Altieri cómodamente por una placa tumbada. Yo voy con las zapatillas y cuando me voy a meter por la placa tumbada me da respeto ir en zapatillas, reculo y tengo que acceder trepando por una pequeña canal que sube pegado a la pared... para la próxima vez ya me lo sé que, aunque no es indispensable, es mejor ir ya calzado con los pies de gato desde la plataforma de la Piloto.
 

Desarrollo de la escalada

Como Raúl y Alfonso nos han cogido la delantera, se meten ellos primero en la vía. A nosotros nos toca esperar un rato hasta que nos vayan dejando vía libre.

El tercer largo, un 6a+ muy físico, me impone bastante, así que prefiero dejarle a Oscar los largos impares y para mí los pares.
 

Largo 1 (V+): La madre de todas las lajas
 
Se trata de uno de los largos más espectaculares del Pico de la Miel. Tiene una pequeña primera parte de acceso a la laja y luego la gigantesca laja propiamente dicha que conforma la mayor parte de este largo. La reunión se encuentra en la coronación de la laja. Se trata de un largo muy vertical y espectacular, que incluso por momentos parece que desploma.
 
En el centro se ve la enorme laja que domina el primer largo de esta vía. A la derecha, la famosa verticalidad del muro del 4º largo del Espolón Manolín (por donde sube una cordada de tres) se queda pequeña con respecto a la de esta vía

Le toca a Óscar de primero. Cuando Alfonso ya se ha montado en la laja y avanzado un poco, sale Óscar y se va ventilando el largo. Monta reunión y me avisa para que suba yo.

El inicio consiste en unos metros en vertical hacia arriba habiendo dos chapas que protegen este tramo. Es un tramo que sorprende un poco porque ya desde el primer metro tienes que ir empleándote un poco, pero no resulta excesivamente complicado. Entre las dos chapas hay una delgada laja que ayuda a progresar entre ellas, aunque el primer agarre que le haces a la laja es en invertido, pero luego enseguida que subas un poco pies pillas buen agarre y llegas a la segunda chapa. La laja es bastante fina y chorrea algo de agua bajo ella; al cogerla en invertido da un poco de sensación que cualquier día se parte.
 
Raúl alcanzando la segunda chapa sobre una pequeña laja que da la impresión que cualquier día se cae
  
Luego hay que hacer una travesía a izquierdas con ligera tendencia ascendente, durante unos metros hasta que llegas al canto izquierdo de la gran laja. Una vez allí viene el que para mí es el paso de más tensión del largo, que es el de pasarte al canto de la laja. Para ello tienes que salirte de ella por la izquierda empleando unas buenas dosis de equilibrio y algo de sangre fría. Hay un alien empotrado en la laja que viene muy bien para asegurar la finalización de la maniobra.
 
Óscar acercándose al canto izquierdo de la gran laja

Hago un inciso para comentar una cosa que me llama muchísimo la atención de Óscar. En contra de lo que hacemos muchos, me lleva de segundo con la cuerda muy suelta. Ello por un lado supone que me hace trabajarme el largo casi como si fuera de primero (aunque lógicamente con un posible vuelo muchísimo más reducido y sin tener que buscar donde meter seguros sino simplemente recuperándolos) y por otro me deja total libertad de movimiento. Lo hace de tal forma que no me llega a molestar la cuerda por pisarla, puesto que si veo que va a ser así, simplemente espero unos segundos a que él recoja un poco y así pueda subir sin pisar la cuerda; pero él no mete nada de tensión a la cuerda.
 
Una vez montado en el canto de la laja, el progresar por ella resulta algo más fácil de lo que esperaba, pues había visto algunas fotos por internet que ponían los pelos de punta. Progreso con ayuda de los empotres de pies y de vez en cuando hay algún punto de descanso, por lo que el largo no da demasiada guerra más allá de lo que es un V+.

Óscar progresando por la gran laja. Justo encima de mí el diedro de la Aláiz, y a la derecha, en sombra, el diedro Loquillo

Hay un tramo en el que ya no vale el empotre de pies que he usado hasta ahora, pero enseguida te das cuenta que hay que subir al más puro estilo bavaresa subiendo bien los pies. Este tramo resulta espectacular, pues hay que cambiarse de lado, sacar el cuerpo al vacío, coger el canto de la laja, que se afina y se coge muy bien, y poner los pies en adherencia fuera de la laja y bastante altos, pues como es tan vertical si no pones los pies bien altos no te sujetas. Sin duda es lo mejor del largo y, a pesar de lo que pudiera parecer, notas el ambientazo pero no sientes un gran peligro de caerte.

Hay otro friend abandonado en la laja, concretamente un caro Omega Pacífic. Esta laja parece un cementerio de friends, y es que se presta a ello pues la grieta que separa la laja de la pared es tan profunda que si no tienes cuidado se te puede ir el friend hacia adentro y acabar quedándose empotrado.

Al poco se supera una especie de resalte con un poco de tirar de brazos y a partir de ahí el canto de la laja pierde la verticalidad suficiente para que el llegar a la reunión resulte casi un paseo.

Los últimos metros ya tumban un poco, y comparado con lo anterior resultan un paseo

Aunque en algún croquis este largo viene como 6a, para mí este largo está bien cotado como V+.
 

Largo 2 (6a+): Placa delicada
 
Me toca de primero. Como he comentado realmente se trata de la placa de adherencia del segundo largo de la Aláiz, pero que ha quedado integrada también en la Esteban Altieri al resultar afectado el trazado original del segundo largo de esta última por un desprendimiento. Empalma directamente el primer y el tercer largo de la Esteban Altieri por la delicada placa que los separa. Parece más lógica y natural así la vía con este largo que como estaba inicialmente concebida.

Vista del segundo largo desde la primera reunión. Raúl ya está en la segunda reunión

Me preparo. Aunque no es un largo excesivamente largo, solo hay tres chapas y ninguna posibilidad más de protección. Tiene bastante inclinación y además el granito está bastante pulido y no es muy adherente. Empiezo.

Empezando la placa

La placa no aparenta ser fácil y encima cuando te subes a ella resulta todavía un poco más complicadilla de lo que aparenta, puesto que el granito no agarra muy allá. Hombre, cuando la ves que en muchos sitios la ponen de 6a+ ya te imaginas que no va a ser fácil mantenerse ahí.

Cualquier pequeña irregularidad en la roca te tiene que servir para tirar hasta con las uñas de los dedos de las manos si con eso consigues quitar peso vertical a los pies de gato y evitar que pierdan adherencia, pero eso es la excepción y lo normal es que las manos te sirvan solo para apoyarte en la pared.

Hay que estar muy atento a la placa, pues al principio es mejor ir recto hacia arriba, luego ir un poco con tendencia a derecha, luego un poco con tendencia a izquierda,... en definitiva que hay que ir navegando un poco por ella y no ir recto y ya está.

También hay que irse fijando en los "colorines" del granito. Ya notarás que las zonas más grisáceas son las que peor agarran y hay que intentar evitarlas en lo posible a pesar de que la superficie de la roca esté superpoblada de ellas y no resulte fácil.
 
Progresando en la placa. Se ven la multitud de lunarcillos de colores en la roca

En mitad de este ejercicio de suma concentración se me acaba deslizando un pie y me pego un pequeño vuelo. La consecuencia es un rasponazo en el lateral del codo. Según me caigo, me pongo en pie y continúo inmediatamente como diciendo "¡a ver quién puede más!". Afortunadamente he caído pocos metros, pero la rabia es que ahora tengo que volver a recuperarlos.

Raúl, que me observa desde la reunión 2 me comenta que tengo que estar el mínimo tiempo imprescindible apoyado en cada sitio, pues cada segundo que pasa el pie empieza a deslizar. Es la misma recomendación que me hacía Wimbor una vez que hablábamos de placas de adherencia de dificultad.

Si, si, la teoría está muy clara, pero la práctica es otra cosa y hay que observar y pensar muy muy rápido para tener todo en cuenta y no quedarte demasiados segundos en un apoyo: que si ahora hay que navegar un poco hacia la izquierda, que si veo un "lunar" de granito de tal o cual color, que si aquí se ve un punto un pelín más rugoso, que si allí hay una regletilla microscópica donde tirar de uñas, que si en este otro punto se ve la roca un pelín abombada,... Hay que mirar escrupulosamente hacia los pies, hacia la zona de manos, hacia arriba para vez hacia dónde vas... Supongo que es como cuando empiezas a aprender a leer y dices cada sílaba de las palabras por separado y con un golpe de voz, pero luego con la práctica ya acabas leyendo de corrido. Lo malo de estas cosas es que en estas situaciones yo voy súper concentrado y el hecho de ir un poco con el tiempo tasado para poder pensar te puede romper esa concentración.

Los últimos metros llegando a la reunión se vuelven algo más fáciles y resultan un alivio. Monto reunión y aviso a Óscar para que suba.

Óscar empieza a subir. De primeras me sorprende un poco que Óscar, un escalador que ha peleado y pelea con séptimos de todas las letras, le cuesta también lo suyo la placa e incluso me avisa para que le lleve corto de cuerda. Pero enseguida te das cuenta que en el fondo todos somos humanos y que aunque un escalador sea capaz de resolver un 7c no se va a librar de sufrir una cierta tensión incluso aunque "bajaran" hasta los V+. Eso me da una buena inyección de moral por haber conseguido superar esta placa tanto mental como físicamente... aunque yo me haya caído y él la haga sin caerse (el grado de cada uno sí que se nota, je, je, je).

Óscar en plena placa

Finalmente Óscar llega a la reunión donde nos juntamos.

Dicen que este largo tiene un pasito y que tiene su truco para hacerlo, pero si os digo la verdad yo no vi ningún pasito concreto sino que lo vi todo bastante mantenido; del truco lógicamente ni idea... yo iba resolviendo el largo según iba viendo y como me parecía más lógico en cada momento.
 

Largo 3 (6a+): La joya de la corona: ¡vaya diedro!
 
Como estaba previsto, este largo le toca a Óscar de primero. Desde la reunión se ve un diedro tremendamente vertical que finaliza en un pequeño techito. Detrás de él asoman las ramas del árbol donde se ubica la tercera reunión, pero se aprecia que después del techito todavía debe quedar un buen tramo de largo hasta la reunión.
 
Oscar ataca el largo. Va subiendo y resolviendo los numerosos "pasitos" que tiene este largo. Me fijo en un importante reposo que usa a mitad de diedro y que es muy útil haber detectado, pues si no en plena escalada es fácil que no lo veas y te lo pases al estar un poco fuera de la línea visual. Cuando llega al techito me dice que le lleve corto, pero lo supera sin problemas. Después del techito le pierdo de vista. Al cabo de un rato hace reunión y me avisa para que suba.
 
Óscar atacando el diedro
Un poquito más arriba

Empiezo el largo. Lo primero es subirte a una primera "bañera"... jolín... ya nada más empezar está complicado hasta esto que parecía puro trámite. Con sumo cuidado consigo subirme a la bañera, que tiene un pasito. Hay que progresar dos o tres pasos por ella, ligeramente más fáciles, y luego irse a por el diedro. Hay una regleta que constituye un punto de descanso; en este largo no hay que saltarse ningún punto de descanso, pues es tremendamente físico, de piernas, brazos y de todo.
 
Una vez montado en el diedro toca espatarrarse, ir buscando los pequeños puntos de apoyo por la izquierda y por la derecha casi siempre en adherencia-oposición. Tras unos pasos hay una buena seta por el lado izquierdo que no se ve y que constituye el otro punto de descanso que he comentado antes a mitad de diedro.
 
Una vez estás listo toca apretarse el último tramo hasta el techo. Llegando al techito el diedro empieza incluso a desplomar, por la izquierda hay un tramos de grieta donde apenas entran los dedos por grosor... ufff... momentos de tensión: los pies parece que no se adhieren bien y se quieren ir para abajo aunque estoy espatarrado, Óscar me lleva con la cuerda suelta como siempre, y la mano derecha la tengo tan encajada en la grieta que si se me acaba yendo el pie derecho, ese que noto que se me está deslizando, con seguridad me rompo todos los dedos de esa mano... no, no voy a sucumbir a estos momentos de debilidad y decirle a Óscar que me tense cuerda, hay que sobreponerse y resolver esto... hay que llegar al techito y cogerlo por arriba como sea... a muerte...  dos pasitos y asomo por encima del techito... uff... el agarre por encima del techito no es muy bueno... tengo que subir más los pies como sea y a ver si hay más suerte y cojo algo mejor para poder tirar bien de brazos... Subo pies todo lo que puedo y efectivamente estirándome a tope pillo un canto bastante decente... ¡Eureka! Tiro de brazos y salgo por encima del techo.
 
El diedro ha sido tan duro físicamente que se me ha reproducido la tendinitis del hombro derecho en el manguito de los rotadores que me diagnosticaron hace dos o tres meses; creí que estaba medianamente solucionada y solo me quedaban algunos pequeños reflejos de dolor, pero lo cierto es que lo del diedro se ve que ha sido una dura prueba física. La gota que ha colmado el vaso ha sido el tirar de brazos con el hombro tan estirado para salir del techito, lo que me ha producido un golpe de dolor, afortunadamente no excesivamente intenso porque no podía soltarme sino que solo tenía la opción de terminar la maniobra.

Tengo que reposar por lo menos medio minuto. No por el dolor, sino por el agotamiento físico que me ha producido el diedro, aunque el tema del dolor también me ha dejado un poco descolocado ya que me ha pillado de sorpresa.
 
Recién superado el techito necesito un respiro, pues el tramo hasta superarlo resulta totalmente agotador

La gente dice que lo más duro de este largo es la superación del techo, pero yo tengo que puntualizar que la salida del techo en sí no me ha parecido difícil, una vez que he conseguido coger buen canto donde agarrar, sino que lo difícil para mí está más concretamente en su aproximación y la preparación para superarlo.

Tras ese medio minuto, en el que charlo con Óscar, todavía algo lejos pero ya a la vista, tengo que rematar el largo. Queda un buen trecho... y yo que no sé por qué tenía en la cabeza que una vez pasado el techo ya estaba chupado... Queda todavía un buen tramo no tan excesivamente vertical como el de antes pero sigue siendo muy vertical, y sin agarres, solo con una amplia fisura roma donde solo puedes sujetarte con empotramientos.

Toca por tanto subir con la mano y el pie izquierdo empotrados, el pie derecho en adherencia y la mano derecha simplemente apoyada en la roca. A pesar de todo, después de lo anterior aquí ya no sufro tensión y subo tranquilo... yo creo que se me ha ido ya toda antes. Lo único que con las posturas del hombro para poder progresar por aquí me duele un poco a cada paso.

Una vez superado el techito, queda todavía un buen trozo... y no lo regalan precisamente
Encuentro una curiosa postura con un pie empotrado y la otra pierna cruzada que me permite equilibrarme y poder soltar las dos manos para recuperar más cómodamente el seguro. Como se ve, Óscar me lleva siempre la cuerda muy suelta cuando voy de segundo, lo que es de agradecer pues te obliga a trabajarte el largo.
Un zoom. Pie y mano izquierda empotrados y pie derecho en adherencia. Aquí también se aprecia lo suelto de cuerda que me lleva Óscar.

Finalmente me junto con Oscar en la reunión, que está justo detrás de los árboles (así que no os despistéis y montéis reunión en los propios árboles, ya que en el Pico de la Miel son relativamente frecuentes las reuniones en árboles y eso puede despistar).
 

Largo 4 (V? - 6a?: pongamos V+): Paso chungo por "el culo" y luego fácil
 
Me toca de primero. ¡Qué difícil es cotar este largo! Tiene un paso bastante chungo al principio y luego afloja mucho. En los croquis del Grupo de Escaladores de La Cabrera lo tienen cotado de V, pero en muchos sitios viene cotado de 6a. Esta cotación es claramente por el paso al poco de salir del largo, pues el resto del largo yo creo que no pasa de IV+ (aunque con la dificultad tan mantenida de esta vía uno pierde ya la noción de qué es un IV y qué es un V).

Para mí ese paso inicial es algo más que un V, y no resulta descabellado que pudiera ser un 6a, aunque probablemente tampoco llegue a tanto; quizás se le podría asignar un V+. También es cierto que luego me dijeron que tiene su truco, pero no puedo opinar porque yo lo hice sin saber ese truco y no sé hasta cuánto más fácil puede hacer el paso ese truco;  y además el tener que descubrir el truco, si no te lo soplan, entra dentro de la valoración de la dificultad. No obstante, es un paso tremendamente técnico que habrá a quien le salga fácil y habrá a quien le cueste horrores; por eso no es fácil definir una cotación para él. Eso sí, se protege muy bien y no tiene gran peligro.

Me preparo y salgo. En unos cinco metros más o menos te plantas al pie de una formación de roca que me comentan que la llaman "el culo", porque son como unas nalgas con su raja en medio.

En dicha formación está el paso en cuestión de este largo. Para los pies, la parte derecha esta muy lisa y desploma y la izquierda también está muy rara, lisa, alta y muy vertical, por lo que es muy difícil usar pies aquí. La "raja" es roma y tampoco tiene agarres para las manos, así que la única alternativa que veo es empotrar manos y dedos como puedo y tirar así de brazos medio arrastrándote por la roca hasta que vas pudiendo empujar algo con alguno de los pies, luego con en otro, coges  algo de adherencia con los pies y puedes acabar de subir este resalte. Cuando lo veía desde la reunión no me imaginaba que iba a resultar tan complicadillo superar este resalte.

Recién superado el "culo", paso clave de este largo

Tras haber superado este paso, se continúa por una placa que no da problemas, hasta llegar a la reunión de este largo.

Raúl, que desde la cima me ve llegar me recomienda que simplemente chape en la reunión y la pase de largo, para montar reunión allí en la cima. Así hago y desde luego es lo mejor para seguir asegurado en la trepada final que sale directamente al propio vértice geodésico. Esa trepada es fácil, pero mejor no hacerla sin cuerda y en zapatillas. De hecho en el croquis de La Resbalancia viene indicada como un corto quinto largo de grado IV.

Monto reunión en la cima y aviso a Óscar para que suba.

Óscar llegando a cima


Cima del Pico de la Miel y descenso

Tras llegar Óscar y recoger, esta vez no tenemos que hacer trepadas adicionales porque estamos en plena cima. Allí nos hacemos los cuatro la foto cimera.

Foto cimera

Emprendemos el descenso y al cabo de un rato llegamos a la plataforma base de la Piloto donde habíamos dejado las mochilas. Recogemos todo, reorganizamos un poco el material y descendemos hacia el coche.

En la terraza del bar restaurante del Cancho del Águila nos tomamos las pertinentes cervezas del aperitivo... estamos muy a gusto charlando animadamente los cinco, pues se nos ha vuelto a unir Josema, pero llega un momento que hay que cortar pues hay que llegar a comer a casa y todavía tengo algo más de media hora de coche.


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